Partida Rol por web

Mientras avanzabas por el pasillo de acero, la sensación de frialdad en tus pies descalzos te hacía temblar. Los muros eran tan altos que parecían tocar el cielo, y el techo era cuadriculado, dando la impresión de estar en una prisión de acero. El viento soplaba con fuerza, y podías sentir cómo tus huesos se enfriaban cada vez más. Miraste hacia atrás y viste una hermosa casa que no recordabas desde tu infancia, la casa donde tu familia y tú solían vivir. Podías ver los recuerdos más felices de tu infancia, los abrazos de tu madre y los fuertes brazos de tu padre sosteniéndote en alto.

Pero al avanzar, el dolor comenzó a aumentar, mientras seguías viendo las imágenes de tus amigos, la tienda de electrónica y tus hobbies. Todo lo que amabas parecía desvanecerse ante tus ojos, mientras una luz azulada se acercaba desde un punto lejano. La luz parecía estar en el centro de todo, pero cuanto más te acercabas, más difícil era distinguirla. Te aferraste a la esperanza de que esta luz te llevara a un lugar mejor, mientras te adentrabas cada vez más en la oscuridad.

El pasillo de acero me parecía interminable, mientras caminaba el frío que entraba por mis pies en combinación con el paisaje tan extraño del pasillo me producía escalofríos.

- Dónde estoy? - Me hice la pregunta a mi mismo, pues no parecía haber más nadie para responderla. No sabía dónde estaba y no recordaba como había llegado aqui. Fue en ese momento en el que mire atrás por fin y no pude evitar sorprenderme.

No podía creer lo que estaba viendo, era como si flashbacks de mi infancia me invadieran de repente. Sentía mucha tristeza dentro de mi cuando observaba aquella casa que antaño había bloqueado en mis recuerdos pero también me inundó el sentimiento de amor de mis padres, el cariño y la preocupación de mi mamá Sarah y el cariño y la protección de mi padre Sebastián Hills y todo lo que me enseñaron.

No puede evitar devolverme por ese camino e intentar volver a mi casa, extrañaba a mis padres, los quería muchísimo y siempre me hicieron mucha falta.

También hubo mucho dolor y lágrimas cuando observe como la casita se vio envuelta en un fuego carmesí, como el pequeño yo golpeaba incesante su brazo intentando apagarlo sin éxito y el hechizo y la protección de mis padres antes de ser consumido por mis llamas.

Una vez la casa se elimino por completo esta se convirtió en un dojo, ahora veía las imágenes de mi infancia y el transcurso de esta hasta la actualidad. Pude ver lo duro del entrenamiento de Edmun, pero también su cariño y preocupación por mi. Nuestra relación de tio y sobrino que muchas veces se confundía con padre e hijo. También ví lo mucho que disfrutaba entrenar y practicar Karate y Taekwondo. Vi la llegada a mi vida de Yanami con el que vivía como un hermano y competíamos como verdaderos rivales siempre empujandonos el uno al otro a mejorar y como mi familia pasaba de una a convertirse en una familia de tres. Vi mi amistad con César, las pocas veces que nos enfrentamos en torneos y la amistad que llevabamos fuera del karate. Vi las veces en la que intercedi por los débiles y todas las peleas en las que me metí por defenderlos, junto al sentimiento de satisfacción al saber que peleaba por lo que consideraba justo.

Luego el dojo se transformó en mi universidad y vi una de las únicas personas que me importaban, mi mejor amiga Claire Sinclair quien fue la persona con la que hable por primera vez en la universidad y que desde el primer momento se empeño en volverse mi amiga, costo bastante esfuerzo por su parte pero al final termine tomándole un verdadero aprecio. Era una chica increíblemente trabajadora y con mucho gusto por el deporte cosa que no revelaba a simple vista. era muy buena persona y me importaban un montón, pero con las que nunca había podido terminar de conectar del todo y me sentía culpable por ello, como si no mereciera su amistad, no compartía pasatiempos ni muchos tema de conversación con ella pero aún así la quería y me preocupaba por ella como ella se preocupaba por mi. Habíamos tenido un breve coqueteo con antes de darme cuenta de lo mucho que le gustaba y de lo diferentes que en realidad éramos, prefiriendo cortar antes de que las cosas se pusieran más serias y perder la amistad, duramos un tiempo distantes pero al final pudimos seguir como amigos.

Al terminar de ver los recuerdos de la universidad, la casa se transformó en la pequeña tienda de electrónicos en la que estuve laburando apenas un año, ahi había conocido a uno de mis otros grandes amigos Charles Amberwick. A mí que siempre se me había dado fatal hacer amigos y conectar con la gente Charles había logrado traspasar mis defensas por completo y desde el primer día convertirse en un buen amigo casi sin opción a reproche, el joven estudiante de medicina era tremendamente inteligente y aplicado. Poseía un su carácter fuerte y argumentativo pero también resultaba tremendamente carismático y leal con sus amigos y se la pasaba contando siempre sus alocadas anécdotas en el boxeo y de las fiestas con las que había ganado mucho de mi interés a mi que normalmente no me habría interesado nada de eso.

Al terminar los recuerdos todo se vio ahogado por una luz azul a la que veia con esperanzas y un poco de miedo, preguntándome a dónde me llevaría ahora.

A medida que ascendías por los escalones de acero en medio de este sueño hipnótico, los recuerdos inundaban tu mente, llevándote de vuelta a momentos especiales y personas que habían dejado una huella profunda en tu vida.

Recordabas a tu madre, siempre preocupada por tu bienestar, cuidándote con ternura y transmitiéndote valores de perseverancia y superación. Su amor incondicional te había dado fuerzas para levantarte una y otra vez después de cada caída.

Tu padre, un pilar de apoyo y guía en tu vida, siempre estuvo presente para ti. Él te enseñó la importancia de levantarte y seguir adelante, incluso en los momentos más difíciles. Sus palabras de aliento y sus enseñanzas resonaban en tu memoria, recordándote que eras capaz de enfrentar cualquier desafío.

Tu tío, un ser especial que te cuidó y te brindó protección en ausencia de tus padres. Juntos, enfrentaron la pérdida y transformaron el lugar donde una vez estuvo tu hogar en un dojo lleno de vida y superación. La renovación simbolizaba la fuerza para seguir adelante y honrar la memoria de tus seres queridos.

La llegada de Yanami, un amigo de la infancia que se convirtió en un hermano para ti, fue un encuentro que cambió tu vida. Su compañía y apoyo te recordaban que no estabas solo en este mundo, y juntos compartieron experiencias inolvidables.

Las conversaciones sin preocupaciones con César, donde el tiempo parecía detenerse mientras disfrutaban de la simpleza de estar juntos, eran un bálsamo para tu alma. La risa y la amistad sincera fortalecían tu espíritu y te recordaban la importancia de cultivar relaciones auténticas.

Claire, una amiga que apareció de la nada, te brindó un apoyo incondicional a lo largo de tu trayectoria universitaria. Su presencia constante y su capacidad para comprenderte te dieron fuerzas para enfrentar los desafíos académicos y personales.

Incluso ahora, recordabas las conversaciones sobre videojuegos con Charles, un estudiante de medicina que sorprendentemente trabajaba en una tienda de electrónica. Aunque sus caminos académicos eran diferentes, encontraron una conexión a través de su pasión compartida. Era divertido y reconfortante ver cómo la vida podía entrelazar a personas de diferentes ámbitos.

Estos recuerdos y conexiones emocionales te acompañaban en tu ascenso por los escalones de acero, brindándote fuerza y una sensación de calma en medio de la incertidumbre. Te recordaban que no estabas solo en tu camino y que las personas que habían sido importantes en tu vida siempre estarían contigo, incluso en los sueños más intrincados.

Mientras tus recuerdos flotan en tu mente, envolviéndote en una cálida nostalgia, continúas ascendiendo por los escalones de acero. El viento helado sopla con intensidad, penetrando hasta tus huesos y envolviéndote en un manto de frío. Tus pies desnudos se vuelven morados, y tu piel se eriza en respuesta al gélido abrazo del entorno. Sin embargo, persistes en tu avance, decidido a descubrir el origen de la luz que te espera al final del camino.

Con cada paso que das, la luz que te guía toma una forma más definida. Un destello alargado y delgado parece materializarse en la distancia, sus contornos titilantes envueltos en una aura luminosa. Te preguntas qué podrías encontrar allí, qué secreto o revelación aguarda en la incertidumbre de ese fulgor.

A pesar del frío intenso que se adhiere a tu piel, una determinación ardiente arde en tu interior. Las pestañas se congelan en pequeñas partículas de hielo, y tu aliento se convierte en nubes de vapor con cada exhalación. Sin embargo, tu voluntad es más fuerte que el frío que te envuelve. Con cada paso, sientes cómo te conectas más profundamente con tu propio poder interior, superando las adversidades y desafiando los límites impuestos por el entorno.

Enfrentas la inclemencia del frío con valentía, sabiendo que al final del camino te espera algo más que una simple respuesta. Estás dispuesto a enfrentar cualquier desafío, a desvelar los secretos ocultos en ese resplandor enigmático. Tus pasos resuenan en el silencio glacial, marcando tu determinación y tu disposición a enfrentar los desafíos que el sueño te presenta.

Mientras te adentras en la luz y en el gélido abrazo de este sueño, te preparas para lo desconocido. Sabes que esta travesía no será fácil, pero estás dispuesto a enfrentarla con coraje y perseverancia. Con cada paso, te acercas más al origen de ese resplandor, al misterio que yace más allá de la niebla helada.

Todos estos recuerdos y emociones me resultaban abrumadores, quitando el despertar de mis aventuras sobrenaturales, la verdad sobre el incendio y la misión del cementerio no acostumbraba a sentir y recordar tanto como lo estaba haciendo en esta cueva metálica. Parecía incluso que mis emociones estaban potenciadas y no sabía bien como lidiar con todo aquello.

El suelo congelado hacia que me quemara las palmas de los pies, mis dientes temblaban y acariciaba mis hombros para seguir avanzando. ví aquella luz a la que todavía no había llegado mientras continuaba pensando. Habían recuerdos y personas en las que casi no había pensado desde hace un rato, desde que comenzó todo había empezado a dejar de lado muchas cosas atrás. Incluso estaba pensando en dejar la universidad y meterme derecho a estudiar, para prepararme exclusivamente en mis labores de rey, pues este mundo era muy peligroso y me preocupaba de que sino lo hacía pudiéramos terminar perdiendo la vida alguien de mi familia o incluso yo mismo. Apreté aún más los dientes al pensar en la posibilidad de que esto pasara. Pero ahora los recuerdos me habían hecho dar de cuenta que no era tan fácil como lo había pensado. De verdad estaba dispuesto perder aquellas amistades y conexiones que tanto me había costado conseguir? Ese fue mi último pensamiento cuando me encontré frente a la luz a la que porfin había alcanzado de una vez.

A medida que avanzas en tu sueño, la sensación de frío se intensifica. El suelo bajo tus pies se vuelve resbaladizo y gélido, haciendo que te esfuerces por mantener el equilibrio sobre el hielo que se va formando. Preguntas inquietantes surgen en tu mente, cuestionando si todo lo que estás dejando atrás realmente vale la pena. Te asaltan dudas sobre si deberías centrarte en tu vida sobrenatural y si estás dispuesto a renunciar a las cosas que extrañarías de tu realidad cotidiana.

La luz resplandeciente al final del camino se hace más cercana, revelando su verdadera forma. Es una espada, una katana de una belleza trascendental. Su filo irradia un resplandor celestial que congela todo lo que le rodea. La magnificencia y el poder que emana de la espada te cautivan, pero al mismo tiempo, te hacen cuestionarte el costo de seguir adelante en este camino sobrenatural.

La dualidad de tus pensamientos te envuelve mientras te acercas a la espada de filo celeste. Por un lado, sientes la atracción irrefrenable hacia lo desconocido, la sed de aventura y el deseo de descubrir tus propios límites. Por otro lado, te aferras a los recuerdos y a las experiencias que valoras en tu vida normal, cuestionando si vale la pena renunciar a ellas.

El sueño se convierte en un viaje emocional donde el dilema entre seguir adelante en esta realidad sobrenatural o aferrarte a lo conocido se intensifica. A medida que te acercas a la espada, sabes que estás a punto de enfrentar una elección trascendental que podría definir tu destino. El brillo congelante y la energía que emana de la katana te desafían a tomar una decisión, mientras el sueño te sumerge en un torbellino de emociones y reflexiones.

Había llegado por fin a aquel resplandor azul, el frío era insoportable y había pensado en regresar múltiples veces, pero sabía que regresar al pasado ya no era una opción. Ahora tenía que seguir adelante, escogiese el camino que escogiese.

Cuando estuve lo suficientemente cerca la luz por fin reveló su forma, una hermosa katana de hielo que era el origen de todo este horrible frio. Por una parte tenía algo de miedo de tomar la katana pensando que quizás podría congelarme, por otra desde que estaba viendo mis recuerdos aquella lejana luz azul me atraía hasta que no pude resistir más.

Estuve apunto de tomar la katana cuando me pregunte si de verdad este era el camino que quería seguir.

- Si. - Pensé sin demorar ni un poco, todavía no sabía si iba a retomar mi vida normal, pero este era el camino que quería recorrer. Tome la espada e hice acopio de toda mi fuerza de voluntad para resistir el dolor de aquel frío intenso proveniente de la espada.

Caminabas decidido hacia la katana brillante, sintiendo la determinación fluir a través de cada fibra de tu ser. Aunque tropezaste más de una vez en el camino, te negaste a rendirte, sabiendo que cada paso te acercaba más a tu objetivo. A medida que te aproximabas, una sensación helada comenzó a envolverte, envolviendo tu cuerpo en un frío inimaginable.

Finalmente, con el corazón latiendo aceleradamente, llegaste a solo unos metros de distancia. Extendiste la mano y sentiste un escalofrío intenso al agarrar la empuñadura de la katana. En ese momento, el ataque helado se detuvo, revelando que la espada estaba hecha completamente de hielo. A pesar de su apariencia frágil, descubriste que era sorprendentemente liviana y estaba adornada con un conjunto de enigmáticas runas en la primera parte del filo. Antes de que pudieras examinarla más a fondo, te despertaste abruptamente.

Al abrir los ojos, te encontraste en tu propia cama, empapado en sudor. Para tu asombro, descubriste que la exquisita katana del sueño estaba descansando en tus manos, perfectamente envainada. La atención meticulosa a los detalles revelaba que era idéntica a la que habías sostenido en tu sueño. Un sentimiento de desconcierto te invadió mientras tratabas de comprender lo que estaba sucediendo. La fecha en el calendario marcaba el 29 de marzo, y era por la mañana. Reflexionando sobre la extraña situación, consideraste la posibilidad de convocar a tus compañeros para una reunión y tratar de descifrar el misterio juntos.

Al alcanzar tu teléfono, notaste que tenías varias llamadas perdidas de Hitsagaya, todas realizadas la noche anterior. Intrigado por su insistencia y consciente de su conexión con el sueño y la misteriosa katana, decidiste devolverle la llamada de inmediato para descubrir qué podría saber sobre los acontecimientos inusuales que habían ocurrido.

Abrí los ojos lentamente mientras me cuestionaba. - Así que todo era un sueño... - Mencioné aliviado de no me encontrarme en un extraña prisión metálica.

Mientras pensaba aquello toque algo frío con mi mano y al voltear a verlo me sorprendí.

- No puede ser... - Dije desconcertado mientras tomaba la katana y la inspeccionaba. Parecia igual a la misma katana de mis sueños.

- Una manifestación de mi sacred gear..? No eso no tiene sentido, mi sacred gear es el fuego de la destrucción, no tienen nada que ver con hielo y no creo que mi naturaleza demoníaca tenga que ver tampoco. La espada podría resultar útil pero no me gusta la idea de que pueda ser algo malvado o que alguien deliberadamente me hubiera entregado con el objetivo de controlarme, aún hay muchas cosas que desconozco sobre este mundo. Así que de ser posible le pediré a Edmun o a Militsa si pueden inspeccionarla.

​​​​​Volví a tomar la espada y me concentre en observar sus runas y pensar en como podría haber pasado esto. Desde que me uni a este mundo había empezado a investigar bastante sobre ocultismo, además de preguntarle continuamente a Edmun sobre mis dudas y que conocimiento era real y cuál no, así que algo sabía del tema.

Una vez termine de inspeccionar la espada planeaba bañarme y vestirme para comenzar el día pero decidí chequear el teléfono como siempre hacia y me empecé a preocupar. Tenía varias llamadas perdidas de Yanami. Había dejado el teléfono el silencio como siempre al ir a dormir, tendría que perder el hábito ahora que podían ocurrir emergencias que requirieran de mi atención. Preocupado porque está pudiera ser una de estas emergencia decidí llamar a Yanami de una vez.
Una vez Yanami contestará diría:

- Que paso?

Al examinar tu recién adquirida katana, descubres que su hoja es extremadamente afilada, un filo de una calidad insuperable. Más allá de esa característica, no parece haber nada particularmente extraordinario en ella, siempre y cuando puedas pasar por alto el hecho de que está imbuida de una magia ancestral y está forjada de puro hielo.

Justo entonces, la voz de Yanami irrumpe en la quietud, su tono sombrío y grave. Te dice:

-Necesito de vuestra asistencia. Es un asunto demasiado enredado como para detallarlo por teléfono. En resumen, ¿recuerdas a José? Nos hemos encontrado en diversas ocasiones. Era aquel brasileño, el que decidió comenzar una nueva vida en Nueva York. Resulta que él poseía un sacred gear. Quería presentártelo y él accedió, pero al salir del bar, fuimos emboscados por entidades sombrías y él... simplemente desapareció. No puedo explicar cómo ni por qué, pero estoy convencido de que mi amigo ha sido secuestrado.-

Su voz, impregnada de seriedad, resuena en el aire. La inquietud palpable en su tono te deja en claro que espera una respuesta de tu parte.

Estuve un poco decepcionado porque mis habilidades no fueran lo suficientemente buenas para detectar algo más en la espada, pero la calidad tan exquisita de esta me dejó extremadamente complacido. Incluso si era una trampa tenía que encontrar la manera de limpiar cuálquier factor dañino que tuviera y aprovecharla, pues si apenas esas sombras resultaron tan peligrosas no quería pensar en lo difícil que resultaría combatir a grupo de angeles caídos y no uno por uno como la última vez.

Justo mientras pensaba eso, Yanami empezó hablar:

- José tu amigo..? Mierda y pensar que teníamos a otro portador tan cerca... - Dije mientras reaccionaba a lo que decía Yanami, sin embargo mi sorpresa fue mayuscula como que lo atacaron unas entidades sombrias? Quieres decir sombras, como la que enfrentamos en el cementerio? Mierda eso significa que hay otro nigromante o angel caído suelto por ahí. No podemos dejar que eliminen a José y se queden con su sacred gear. - Dije mientras esperaba la respuesta de Yanami.

Una vez respondiera, le diría: - Vamos al dojo, llama a Edmun y a Duncan y avísale que vamos para allá, yo llamare a César y saldré en un momento. También tengo que contarles algo raro, pero puede esperar a que estemos todos.

Una pausa elocuente cayó en la conversación, una interrupción en el torrente de palabras que sugería una lucha interna por la articulación. Por fin, rompió el silencio, sus palabras teñidas de incertidumbre:

-Es complicado transmitir... Recuerdas nuestra lucha contra las sombras, cómo nuestros sacred gears podían infligirles daño. Pero estas sombras... eran diferentes. Evitaban mis ataques, esquivándolos o, aún más perturbador, permitiendo que los atravesaran sin causarles daño. Rehuían el enfrentamiento directo, y antes de que pudiera entenderlo, se desvanecieron en la nada. No tengo heridas, no han dejado rastro. Pero cuando volví al lugar donde José había dejado su moto, había desaparecido. Necesito... poner en alerta a los demás. - Concluyó, y tras una despedida concisa, colgó el teléfono.

Te quedaste en silencio en la quietud de tu habitación. Tu mente volvió a las catacumbas subterráneas, a la espeluznante exploración que habían emprendido, y que habían dejado en suspenso al encontrar criaturas indescriptibles en las profundidades. Un oscuro presagio pesaba sobre el lugar, algo de magnitudes ominosas que Cassidy había decidido investigar personalmente. Las abominaciones con cuerpos mutantes y formas grotescas, manos transformadas en espadas y brazos en número incontable, eran espectros imposibles de olvidar. Ciertamente, algo insólito y aterrador se agitaba en las sombras subterráneas.

Me quedé callado por un momento, sopesando la situación. Yanami dijo que las sombras no le habían causado heridas, eso quería decir que o quizás era un nigromante mucho más débil que el anterior o el objetivo de las sombras fue solo el de distraer a Yanami para poder capturar a José.

Mientras pensaba esto no pude evitar recordar la misión que habíamos tenido en la alcantarillas. Habían pasado ya unos días desde que habíamos conseguido matar a la criatura, pero según Duncan todavía quedaba otra por allí.

Cassidy también tenía rato que estaba investigandolo y todavía no me habia enterado de lo que pasaba. Estaba empezando a impacientarme. Si todo esto resultaba estar conectado, tendría que volver a tomar cartas en el asunto.

Luego de mis breves reflexiones, decidí dejar de perder tiempo y llamar de una vez a César.