Partida Rol por web

Extraña realidad

Capítulo 0: Pesadilla hecha realidad

Cargando editor
20/06/2023, 11:43
Director

Con una capa de desesperación devorándole el espíritu, Saigo se veía sumergido en la abominable realidad de su confinamiento. No era suficiente el tormento de estar enlazado con Dominic, ahora su mundo de pesadillas se expandía con la llegada de tres almas más, desdichadas y condenadas a su mismo destino. El psicópata que les sometía lanzaba diatribas sobre la suprema gloria de su macabra obra, mientras sus ojos relucían con un fervor enfermizo. Saigo podía ver la sombra de la muerte danzando en ellos, tal como la había contemplado en la espantosa carnicería de la noche anterior.

Alyssa, luchando contra el grito de terror que amenazaba con desgarrar su garganta, intentaba liberarse de la garra fría del metal que aprisionaba sus muñecas. Explotando cada gramo de fuerza y destreza que su cuerpo le proporcionaba, se retorcía en un esfuerzo sobrehumano por escapar. Sin embargo, sólo cosechaba dolor y las cadenas se burlaban de ella, negándose a ceder, manteniéndola firmemente atrapada en su lecho de terror. Isaak, su espíritu desvaneciéndose en cada intento infructuoso, compartía su inútil lucha contra el frío abrazo de sus grilletes.

Sin embargo, en esta cacofonía de desesperación, surgió un tenue brillo de esperanza. José, con sus manos en carne viva, parecía estar a punto de lograr lo imposible. Su captor había cometido un pequeño error en su frenesí de control, permitiendo que las cadenas de José estuviesen un poco más holgadas. Aunque el dolor era insoportable, estuvo a punto de liberar una de sus manos, fallando en el último instante. Sin embargo, ese roce con la libertad había sembrado una diminuta semilla de esperanza en su martirizado corazón.

Como si la morgue abandonada no fuese ya un escenario grotesco de suficiente horror, un nuevo acto de esta tragedia estaba a punto de desplegarse, haciendo palidecer los anteriores tormentos. Lo que estaba por suceder no sólo rozaba la línea del macabro, sino que se aventuraba más allá, en el reino de lo sobrenatural, helando aún más sus almas.

El hombre, despojándose de su chaqueta y arrojándola sobre una mesa, comenzó a vestirse con las piezas que colgaban del maniquí como pieles exóticas. Primero los guantes, luego el delantal, las hombreras y, finalmente, la máscara. Prendas que parecían tener una vida propia, inertes hasta el contacto con su amo.

En ese instante, un terror primordial se apoderó de ellos, más aterrador que cualquier pesadilla que pudieran haber concebido. Vieron con espanto cómo estas piezas, como una grotesca segunda piel, se amalgamaban con el cuerpo del hombre. No eran meras prendas, eran más bien un simbionte parasitario, fundiéndose y cobrando vida al contacto con la piel humana. Los bordes, donde las pieles se encontraban, parecían suturados, como si alguien hubiese cosido retazos antinaturales de diferentes criaturas.

La máscara se adhirió a su rostro como un náufrago a un salvavidas, otorgándole un aspecto cadavérico, mientras que el delantal parecía fusionarse con su torso, formando una coraza de textura escamosa o pilosa, dependiendo de cómo se mirase. Pero, más allá de la repulsión física, lo que realmente los aterrorizaba era la monstruosa emanación de poder que surgía de este abominable camaleón. Antes, el lugar estaba impregnado de un sentimiento constante de desolación, pero ahora, este ente desprendía una maldad pura que llenaba el aire, sofocándoles con su presencia abrumadora.

Cuando percibieron la grotesca transformación de la bestia, un frío revuelo de horror se agitó en lo profundo de vuestros seres. Este hombre, ya deformado y envuelto en ropajes ominosos, se aproximó a la reja. Pero cuando extendió su mano para tocarla, ocurrió algo que jamás podrían haber anticipado.

Una resonancia sobrenatural reverberó en cada uno de ustedes, como si un pulso de poder oscuro, una fuerza indescriptible, conectara a todos los cautivos en ese claustrofóbico calabozo. Entonces, con la abrupta violencia de un relámpago, surgió un resplandor. Una energía de tonalidad azulada estalló, reminiscente de una detonación caótica. Esa explosión emanó de cada uno de ustedes, desintegrando vuestras cadenas y enviando la puerta de la reja a volar por el aire con una brutalidad apabullante.

La puerta, convertida en un proyectil mortal, golpeó con una fuerza brutal al hombre, lanzándolo contra la pared. Cada uno de ustedes sintió algo nuevo y extraño a la vez, un poder sobrecogedor que los envolvía como un aura.

Cargando editor
01/08/2023, 06:33
Alyssa Cortez

El dolor en las muñecas se hacía cada vez más intenso y abrasivo, o metal estaba rasmillando su piel, aunque de seguir, seguramente comenzaría a despellejar. Puede ser que por miedo a eso, dejó de forcejear, aunque lo que realmente la detuvo fue la escena grotesca de aquel hombre colocándose esos colgajos pieles como si fuesen prendas de ropa y cómo estás se iban funcionando con él. No entendía lo que pasaba y sobre todo, como aquello, sacado de una película de Gore, se estaba llevando a cabo delante de sus ojos.

Abrumada y atontada, quedó observando con los ojos muy abiertos e incapaz de gritar, así como si pudiese cerrar los ojos impediría saber que iba a seguir pasando con ella y con el resto de las personas encerradas ahí. Ahogó las lágrimas e intentó concentrarse en algo que le permitiese escapar de ahí, algo, cualquier cosa, una oportunidad, aunque fuese mínima, de salvar su vida de un destino peor que la muerte. Sin embargo las cadenas no aflojaban y no se había dado cuenta que uno de los chicos había logrado zafarse. 

Ya cuando creyó que no habían más opciones que esperar a que los soltara si es que lo iba a hacer, otro evento mágico aconteció y esa sensación de fuerza y oscuridad  unions cada uno de los capturados antes de que la explosión terminada con ese cautiverio, por lo menos con las cadenas y sacada de combate al captor. Ante eso y sin pensar ni cuestionarse lo ocurrido, Alyssa se puso de pie y ayudó a su compañero mass cercano a ponerse de pie y correr con todas sus fuerzas fuera de esa cámara de muerte. Luego se preguntaría qué había pasado, como habían llegado hasta ahí y todo eso. De momento solo quedaba huir, aunque antes tomó lo que fuese a servir como arma, porque no se iría sin luchar de es su existencia.

Cargando editor
10/08/2023, 06:53
Director

Sorprendentemente, de todos sus compañeros, Alyssa fue la única que logró reaccionar. Su corazón palpitaba con fuerza, alimentando el pánico que se apoderaba de ella. Intentó ayudar a uno de sus compañeros más cercanos, pero la mirada vacía en sus ojos le decía que estaban perdidos, atontados tras la especie de explosión mágica que les había encadenado.

Una sensación de desesperanza se apoderó de ella,pues se daba cuenta que de no ser por su voluntad, quizás habría quedado como ellos en ese momento, pero sin perder mas tiempo, comenzó a correr en busca de una salida, buscando un arma de camino. Sus manos temblorosas agarraron un machete, el cual se veía oxidado y ensangrentado. Su filo, aún sediento de carne, le habló de horrores indescriptibles, pues era la herramienta que el asesino había utilizado para diseccionar los cuerpos.

La puerta de madera a la derecha parecía ser su única esperanza. Con cada paso hacia ella, el eco de sus propios latidos resonaba en sus oídos. Su mano tocó la fría perilla y abrió la puerta.

 

- Tiradas (1)

Notas de juego

Tic, tac, tic, tac

Alyssa sale de la escena, si postean, no la marquen como destinataria.

Cargando editor
10/08/2023, 07:09
Director

Al cruzar la habitación, Alyssa se encontró con lo que parecía ser un laboratorio abandonado. La atmósfera espesa y pesada estaba impregnada de un olor rancio que le pegaba a la garganta. Todo estaba en un estado de abandono total; la desolación y el paso del tiempo habían dejado su huella.

Las mesas y estanterías estaban cubiertas de polvo, con instrumentos y frascos rotos esparcidos sin cuidado. Las telarañas colgaban desde cada rincón como cortinas abandonadas, tejiendo una red de abandono y desesperación. Los libros y documentos estaban esparcidos y descoloridos, sus páginas ennegrecidas y sus palabras olvidadas.

Las sillas estaban volcadas, y el suelo estaba cubierto de vidrios rotos y manchas oscuras que no osaba identificar. En las paredes, manchas de humedad se habían fusionado con el tiempo, creando figuras grotescas que parecían observarla. Cada paso que daba resonaba con un eco siniestro, mientras su respiración entrecortada rompía el silencio sepulcral. En esta habitación parecían haber dos puertas, una justo a su frente, que parecía dar a una habitación a la derecha, y otra al fondo del laboratorio.

Cargando editor
29/08/2023, 06:18
Alyssa Cortez

Aun con la calidez de aquella aura rodeándola, intentó ayudar al resto, pero todos estaban petrificados. A gatas prácticamente salió de aquel lugar de pesadillas, avanzando por las puertas hasta la siguiente estancia. La apremiante sensación de ser observada o de que aquel nefasto sujeto fuera por ella se gatillaba con tal violencia que sentía sus manos torpes y un sudor helado recorriéndola. Tomó aire, debía serenarse, la adrenalina cortaba la circulación a los miembros periféricos para hacer que se concentrase la sangre en el corazón. Mantener la mente fría le ayudaría salir de ese lugar y salvar al resto al buscar ayuda. 

Ante todo, buscó algo con qué defenderse, no sabía si habían cómplices del tipo de la máscara de piel, así que era lo más sensato encontrar algún fierro o algo que le ayudase a golpear a todo el que se le acercara porque sin pelear, no se iría de este mundo. Luego de eso, se encontraría con las puertas, decidiendo a cual ir, pero antes se acercó para escuchar a través de ellas, esperando escuchar ruidos de la calle o algo que le ayudase a encontrar la salida y no caer en un callejón sin salida. 

Cargando editor
23/09/2023, 03:02
James Bianco

El sádico captor se reincorporó, recobrando sus sentidos después de que la intensa descarga eléctrica hubiera sacudido la habitación. Una mujer había logrado escapar, pero los otros cuatro hombres yacían inmóviles en el suelo, inconscientes y vulnerables. Con una expresión retorcida, la electricidad chisporroteó en su mano, reuniéndose y formando una esfera relampagueante de energía pura.

Tomándose un segundo para saborear el momento, liberó con crueldad la esfera eléctrica sobre los desdichados cautivos. La energía los envolvió, sus cuerpos se arquearon y convulsionaron al ritmo de la mortífera corriente. Los alaridos de dolor y desesperación retumbaron en las paredes, eco tétrico de una muerte anunciada. Uno tras otro, cayeron al suelo, su piel chamuscada y sus rasgos retorcidos por el tormento.

El captor exclamó con furia, su voz resonando con una mezcla de frustración y deleite, "¡Maldición! ¡Esto complica las cosas!"

Sin perder más tiempo, con frialdad meticulosa, arrastró los cuerpos inertes y los dispuso en las frías mesas de metal que decoraban la estancia. Ahí, bajo el parpadeo de luces defectuosas, descansarían en un silencio eterno.

- Tiradas (1)
Cargando editor
23/09/2023, 03:43
Director

Con cautela, Alyssa se desplazó por el laboratorio, evitando cuidadosamente los cristales rotos que cubrían el suelo. El cuchillo en su mano le proporcionaba un mínimo consuelo; un destello de esperanza en medio de la desolación y el miedo que reinaba en aquel lugar. Sus dedos lo apretaban con firmeza, sintiendo el frío del metal.

La suave respiración que provenía de una de las puertas llamó su atención. Por un instante, la curiosidad le hizo querer abrir esa puerta y descubrir lo que yacía detrás. Pero la incertidumbre la embargaba; ¿podría ser una trampa? ¿O acaso podría ser algún desdichado, igual que ella, atrapado en este infierno?

La otra puerta, en cambio, solo ofrecía silencio. Un silencio que a veces puede ser más ensordecedor y aterrador que cualquier otro sonido. ¿Sería más seguro explorar por allí? ¿O acaso el silencio ocultaba un peligro aún mayor? Fue entonces cuando, un estremecedor alarido rompió el aire, congelando su sangre y paralizando sus pasos. Gritos desgarradores provenientes del área en la que había estado. Eran sonidos llenos de agonía, de un sufrimiento inhumano, y reconoció al instante que provenían de sus compañeros que la habían acompañado hasta aquel siniestro lugar.

El terror la embargó. Aquellos lamentos eran tan espantosos que solo podían significar una cosa: estaban padeciendo un destino inimaginablemente cruel. Su corazón latía con fuerza, palpitante en su pecho, mientras una lucha interna se desataba en su mente. ¿Debía acudir en su ayuda? ¿O sería mejor continuar su camino y buscar un refugio? Aunque una parte de ella quería correr hacia sus amigos, su instinto de supervivencia le gritaba que se alejara lo más rápido posible de aquellos aullidos de dolor y muerte.