Isaak se despierta temprano en la mañana con el sonido de su alarma. Se frota los ojos y se estira en su cama, sintiendo su cuerpo aún adormecido. Mientras se despierta y se centra, piensa en el día que tiene por delante en el consultorio, ayudando a las personas que buscan su ayuda en la medicina alternativa. Recuerdos de su familia vienen a su mente, la amabilidad de su maestro y las enseñanzas que le dejó en su aprendizaje. Hoy es 28 de marzo del año 2015, martes, nublado, con un aire helado, habrán unos 15°C. Todavía le esperaba un largo día por delante.
Este minuto es para que puedas complementar tu historia de personaje. Como es el apartamento en el que vives, como es el barrio en el que vives, que haces usualmente en un día de tu vida diaria, como son tus horarios, el nombre y la relación con tu maestro, etc. Este minuto es para que explayes todo lo importante de la vida diaria de tu personaje, el darle vida, todo lo que no aparezca después de este post tendrá que ser conversado para que veamos si tiene coherencia o no, pero todo lo que escribas ahora quedará como canon del personaje. Ah sí, y por favor, si puedes dejar el apellido completo de tu personaje en notas, para utilizarlo en el nombre de la escena.
Se levantó de la cama, se vistió con sus prendas negras habituales y se preparó un té humeante para desayunar. Él sabía que el té Crisantemo y Oolong le vendría bien hoy para espabilarse. Tomó una ducha rápida, se peinó el cabello y se dirigió hacia el consultorio.
Llegó justo a tiempo, y recibió a sus primeros pacientes... El lugar donde trabajaba, no era una clínica habitual. Allí solo trabajaba él junto a su maestro "Kan", un hombre de edad muy avanzada y con una vida muy emocionante a sus espaldas, llena de aventuras, experiencias y aprendizaje. También trabajaba la señora "Daisy" que tomaba las citas y atendía las llamadas.
La primera paciente necesitaba hoy una terapia psicológica más que física, la mujer le contó todos los problemas que había tenido que soportar en los días previos a la cita. Mientras, Isaak permanecía callado y le colocaba las agujas de acupuntura en la espalda y en los oídos. Aquella mujer solo necesitaba que la escucharan... y algún que otro consejo o afirmación para que notara apoyo.
El segundo hombre que llegó requería una atención más centrada en sus rodillas, desgastadas por el paso de los años. Para ello... usó una mezcla de hierbas medicinales calientes, que aplicó como si fuera un plasma en cada una de las rodillas. El hombre olía un poco a sudor, era un trabajador nocturno y se había pasado por allí antes de irse a la cama.
La tercera que pasó por la clínica requirió una terapia distinta. Pasó por allí para que Kan, el maestro, le realizara una lectura de cartas del tarot... pero por circunstancias y motivos de tiempo, le tocó a Isaak tener que hacerlo. Él era bueno haciendo también ese tipo de mancias, sin embargo le dejaba ese tipo de tareas a su maestro... un prodigio bendecido en el arte de la adivinación. Veía y sabía cosas que nadie más podía conocer. Así pasó el día el joven chico.
Había aprendido muchísimo en los años que llevaba en Nueva York y sabía que era un privilegiado por haber sido elegido por su maestro para que fuera su discípulo, una carta llegó a su casa sin tan siquiera conocerle cuando vivía aún con sus padres. Seguramente aquel anciano sabía cosas que estaban por pasar y que el destino pronto le daría a conocer.
El día comenzó como cualquier otro en la clínica. Los pacientes fueron pasando tal como estaba previsto en la agenta de Daisy, y pudiste observar que, cada paciente que pasaba por el lugar, se iba con una sonrisa. Eran pacientes habituales de lugar, por lo que conversar y tratar con ellos siempre era un gusto. A eso de media tarde, Kan te pidió personalmente si podías quedarte atendiendo el local, pues a él le dolían un poco las rodillas. No era la primera vez que sucedía, y tu sabías bien que tu maestro, pese a todo, ya tenía sus años, y se notaba que cada vez se estaba cansando más con el negocio.
Eso sí, no podías sacarte de encima unos pensamientos en aquél día. No podías quitarte la sensación de que algo estaba raro y opresivo en el aire. A pesar de su rutina habitual, no podía sacudirse la extraña atmósfera que parecía envolver el centro donde trabajaba. Mientras atendía a sus pacientes, no podía evitar sentir una sensación de malestar que acechaba debajo de la superficie. A pesar de sus años de entrenamiento y experiencia, no podía poner el dedo en lo que estaba causando esta sensación inquietante, pero sabía que necesitaba mantenerse vigilante y alerta, listo para cualquier cosa que pudiera venir en su camino. No sabía ni cómo ni por qué, pero tenía un mal presentimiento.
A eso de las seis de la tarde. Daisy se acercó a ti y te habló en voz baja. Sabías de ante mano de que se debía tratar;
-Isaak, ¿podrías hacerme un favor? –Dijo en voz baja. Era lo que imaginabas- Tengo que irme un poco antes hoy, y me preguntaba si podrías cerrar la clínica a las 7 de la tarde. Sé que no es tu trabajo, pero sería de gran ayuda para mí –Dijo, con su voz amable de siempre.
Sabías que ella cuidaba a los nietos de su hija, y a veces se tenía que ir antes para poder pasar a recogerlos y prepararles algo de comer. Se preocupaba mucho por ellos, y no era la primera vez que te pedía algo así, recordabas siempre que al menos eso pasaba uno o dos veces a la semana.
-Isaak, ¿podrías hacerme un favor? –Dijo en voz baja. Era lo que imaginabas- Tengo que irme un poco antes hoy, y me preguntaba si podrías cerrar la clínica a las 7 de la tarde. Sé que no es tu trabajo, pero sería de gran ayuda para mí –Dijo, con su voz amable de siempre.
- Por supuesto Daisy - Isaak siempre había sido cordial y amable con ella, al igual que ella con él. La relación era bastante buena. Aquella mujer siempre tenía una sonrisa en su rostros, ella sin saberlo también contribuía al buen hacer y a la mejora de salud de los pacientes que entraban en la consulta.
-A las 7 cerraré... márchate sin problema con tus nietos... total, tampoco tenía nada mejor que hacer. Mi vida solitaria, soltero y sin familia en NY a veces se me hacía pesada.
El mal presentimiento acrecentaba conforme pasaban las horas y avanzaba el día.
Daisy le sonrió de forma amable y agradecida. Isaak sabía que Daisy se preocupaba por él y por su bienestar, y ella estaba más que dispuesta a ayudarlo en lo que necesitara. Era una buena compañera de trabajo.
Después de que Daisy se fue, Isaak se quedó solo en la clínica. Terminó de atender a sus pacientes habituales y cuando faltaba una media hora para el cierre, apareció un nuevo cliente, el cuál se notaba que era la primera vez que aparecía. El hombre parecía tener unos cuarenta años, utilizaba una chaqueta de cuero color caramelo, unos lentes grandes y tenía el pelo bien cuidado.
Saludó al entrar a la clínica y te dijo;
-Hola, buenas tardes, me llamo James, ¿cómo estás? -Dijo, acercándose al mostrador- Estoy buscando algún tratamiento para el dolor de espalda que he estado teniendo. He oído que esta clínica ofrece tratamientos alternativos, así que pensé en probar.
Dijo, mirándolo. Se veía como una persona calmada y con confianza, y dentro de todo, siempre era buena opción fidelizar a más personas a venir a la clínica, después de todo, los clientes nunca escaceaban.
-Eh.. hola - la verdad es que pilló un poco de improviso a Isaak. No era habitual que él atendiera a los recién llegados o nuevos pacientes. Daisy no estaba, ella creaba las fichas de los nuevos, se encargaba de cobrar y todas las gestiones previas y posteriores al tratamiento.
- Bueno, pues... ya mismo cerramos pero podría verle antes. Entonces... ¿dolor de espalda?... pase a esta sala y desvístase de cintura para arriba. Ahora vengo a por usted, que voy a terminar con un paciente.
Había una señora en una sala contigua a la que le tenía puestos paños húmedos en aceites mentolados sobre su nuca y frente. El tratamiento era eficaz contra migraña y además despejaba la laringe de vegetaciones y congestiones. Ya solo tendría que recoger los trapos, que se habían enfriado... y también quitarle un par de agujas finas que había colocado en sus orejas, en los puntos que excitaban las partes del cuello y ayudaban a la mejoría.
Volvío a la sala donde estaba aquel hombre, esperaba que se hubiera preparado para empezar la auscultación. Conforme llegó llamó a la puerta - Buenas James, ¿ya está preparado? ... ¿puedo pasar?
En esa misma habitación había un banco para prepararse y una camilla, también había una espaldera donde podría preparar posturas para crujir vértebras y demás. Las otras artes místicas, adivinatorias y espirituales... tenían sus propias salas especializadas dentro de aquella clínica alternativa.
Si el hombre estaba preparado.. me gustaría lanzar una tirada de MEDICINA-Diagnóstico ... estaría bien que me ayudaras con eso para acostumbrarme a este tipo de sistema.
Motivo: Medicina 01
Habilidad: Competente (+2) (2)
Dificultad: Normal (+1) (1)
Tirada: [0] [0] [-1] [1] = 0
Resultado final: Competente (+2) (2), Éxito
Motivo: Medicina 02
Habilidad: Competente (+2) (2)
Dificultad: Normal (+1) (1)
Tirada: [-1] [0] [1] [0] = 0
Resultado final: Competente (+2) (2), Éxito
Motivo: Medicina 03
Habilidad: Competente (+2) (2)
Dificultad: Normal (+1) (1)
Tirada: [1] [1] [1] [0] = +3
Resultado final: Excelente (+5) (5), Éxito
James se disculpó al escuchar las palabras de Isaak, pues lamentaba haber llegado a última hora. Luego, le respondió sus datos personales a Isaak para que este pudiera rellenar la ficha. James Bianco, al parecer, era profesor de filosofía en la Universidad de Nueva York. Dejó su teléfono conjunto a su dirección, y tras ello, y lo hicieras pasar, este pasó a la sala que le indicaste.
Por otro lado, la señora agradeció con muy buen humor el tratamiento, ella siempre sufría de migrañas y siempre te decía que el único tratamiento que le había funcionado para este dolor, era el que le daban en ese lugar. Una persona más feliz. Pasando por caja, pagándo y despidiendote de ti, pasaste luego hasta donde estaba James, el cuál estaba sentado, esperándote.
Según pudiste observar, James tiene alrededor de 40 años, mide alrededor de 1,80 metros y tiene una complexión atlética y bien proporcionada. Su piel es clara y suave, con un ligero bronceado que sugiere que pasa mucho tiempo al aire libre. No se ve que tenga marcas de alguna fractura o herida a largo plazo que pueda provocar su dolor de espalda, lo único que si puedes notar es que tiene algunas cicatrices, pero por lo demás, se veía como alguien normal. James te sonrió y te dijo;
-Disculpa nuevamente por llegar a esta hora, pero este dolor me estaba matando y tras tomar algunos remedios y no ayudarme en nada, decidí que esta era la mejor opción, después de todo, he oído que esta clínica es bastante conocida por sus tratamientos alternativos, ¿verdad? Lo encuentro bastante interesante. En particular, me gustaría saber más sobre los tratamientos para mi dolor de espalda. ¿Qué tipo de tratamientos tienen disponibles para eso? -
Dijo, curioso. Se notaba que era la primera vez que él pasaba por un lugar como ese, por lo que te hacía preguntas muy interesado sobre la medicina alternativa.
Bien, lo ideal es que siempre vayan las tiradas juntas con el post. En este caso están correctas, eso si, se hace una sola. Tu habilidad de medicina al ser +2 está bien puesta, y como es un examen de rutina, poner 0 está correcto. Con tu primera tirada obtuviste un +2, lo que significa que logras examinar bastante bien a James. Te dejo ahora mayor información en el post, pero de sistema, esta todo bien hecho, la idea de el prólogo es justamente probar el sistema para que ustedes lo entiendan.
- Esto... claro. Ha venido al sitio indicado - dijo mientras miraba su espalda, centrándose en aquello que debía hacer. Creo que un masaje descontracturante podría ser lo que necesita... - Isaak fue a por los botes de crema de calor, era lo justo para que los músculos se desestresaran y el manejo de los nudos y fibras fuera más sencillo. Estrés... puede ser también eso... - acomodó al paciente sobre la camilla y se preparó para hundir sus puños y nudillos sobre la piel.
Mientras lo hacía la piel tomaba un tono rojizo, la sangre se expandía entre las fibras... justo eso era lo que se buscaba... para que se oxigenara el músculo con el oxígeno que transportaba la sangre. Después tomó unas velas y unos vasos, el chico las fue colocando y después el vaso encima.... creando una especie de ventosa. El color de las velas era también importante... pero para ser más exacto necesitaba saber mas del paciente...
- ¿Y qué va? ¿Le duele?... por cierto.... ¿Es usted de por aquí? Se nota que tiene la espalda molida... ¿trabaja en algún tipo de profesión con esfuerzo físico? ... o es todo mental... - dando por hecho que el hombre llevaba mucha carga a sus espaldas.
A medida que Isaak aplicaba la crema de calor, se sentía más su olor, el cuál es fuerte y penetrante, similar al aroma de la menta o del eucalipto, este provocaba una sensación de calor y picor en la nariz de cualquiera. Los músculos de James se iban relajando a medida que ibas haciendo su trabajo. Se notaba que debía hacer actividad física, porque su cuerpo se veía fuerte. Cuando hiciste tus preguntas, James respondió;
-No, no duele tanto. –Dijo, con una pequeña incomodidad ante el trabajo- Soy profesor de filosofía en la Universidad de Nueva York, así que no hay mucho esfuerzo físico involucrado en mi trabajo. –Dijo de manera casual. Cuando mencionaste el punto del estrés, él te respondió- Sí, creo que el estrés puede ser un factor, especialmente en mi trabajo. Los estudiantes pueden ser un poco... exigentes a veces. –Dijo, mientras su voz sonaba más calmada. Mientras dejaba que hicieras tu trabajo, te preguntó- Llevo años viviendo en Nueva York, pero nunca había venido a una clínica como esta antes. Es interesante ver todas estas técnicas alternativas. ¿Son muchos los que vienen aquí? Y disculpe que te lo pregunte, pero, ¿Hay un maestro en este lugar o tu iniciaste este pequeño negocio? Me parece sorprendente que alguien tan joven haga tan bien este trabajo, como te comentaba hace un rato, este lugar tiene bastante fama. –Dijo, mientras miraba los cuadros de paisajes orientales en las paredes.
Sí, hay pocos sitios que utilicen este tipo de técnicas ancentrales - respondió a su cuestión. Mi maestro tuvo que salir hoy, me quede yo al cargo de la clínica durante el resto de la tarde.
James, aunque usted sea profesor... se ve que también trabaja mucho su físico. Hará deporte o irá al gimnasio.
Al resto de frases que aludían a la buena forma de trabajar de Isaak... el chico no respondió bien por timidez o por que no lo creía necesario. Emitió en su lugar un sonido de afirmación.
Vale, pues creo que por hoy... no puedo hacer más. Si viniera dentro de dos días podría terminar el tratamiento. Pero hace falta un poco de reposo también por su parte - después de invertir más de 30 minutos haciéndole barridos de energía, técnicas fisioterapeutas y succiones en los músculos con el calor de las velas el chico ya dio por terminado el trabajo que podía aplicar en un primer momento.
¿Le apunto en la agenda para dentro de 3 días? Voy a mirar si hay un hueco... aha.
Tras revisar la agenda... efectivamente, había hueco.
Y también se dio cuenta de que el maestro no había cogido citas para los próximos días. Algo estaba pasando... parece como si el maestro estuviera retirándose poco a poco. Todos los pacientes estaban apuntados para ser atendidos por Isaak ¿Qué pensaría hacer el maestro los siguientes días?
Isaak se encontraba inmerso en una conversación aparentemente normal con James en su centro de medicina alternativa. Sin embargo, la atmósfera empezó a volverse opresiva, como si algo oscuro acechara en las sombras de la habitación. En un instante, Isaak se volvió para buscar su agenda de citas, ajeno al peligro que se cernía sobre él.
Un intenso dolor eléctrico atravesó su cuerpo cuando James, sin previo aviso, le aplicó una descarga eléctrica por la espalda. La electricidad recorrió cada fibra de su ser, dejándolo sin aliento y despojándolo de cualquier sentido de control. La sorpresa y el terror se manifestaron en sus ojos antes de que la oscuridad se apoderara de su conciencia.
Isaak sintió cómo sus extremidades se volvían pesadas y cómo su mente se sumergía en un abismo de inconsciencia. El mundo a su alrededor se desvaneció en una neblina oscura y confusa, y su cuerpo cayó al suelo como una marioneta sin hilos. No había forma de resistirse ni de luchar contra la misteriosa fuerza que lo había dejado sin sentido. Solamente escuchaba los pasos acercarse a él, como se acercó a mirarte unos segundos, revisando que estabas incapacitado, te miró con una sonrisa siniestra, y finalmente te desvaneciste en la oscuridad.