Frente a ti se extendía un jardín de rosas en toda su magnificencia. Las rosas, de un intenso color carmesí, se alzaban majestuosas y llenaban el aire con su delicado aroma. El cielo azul y despejado parecía hacer eco a la belleza del jardín, creando un escenario idílico y tranquilo.
A medida que avanzabas por el jardín, te sorprendía la ausencia de dolor o molestias al caminar descalzo entre las rosas. Las espinas parecían desvanecerse o evitar tu contacto, permitiéndote disfrutar de la suave caricia de los pétalos bajo tus pies. Era como si el jardín te acogiera con amor y protección, envolviéndote en un abrazo cálido y seguro.
Las rosas evocaban recuerdos entrañables de tu infancia. Recordabas claramente el florero de rosas que tu padre solía traerle a tu madre, adornando la mesa y llenando el hogar de fragancia y belleza. Esas tardes felices en familia se revivían en tu mente, momentos compartidos llenos de amor y risas.
A medida que avanzabas entre las rosas, los recuerdos de tu pasado se desplegaban como escenas vívidas. Veías el rostro sonriente de tus amigos de la infancia y los momentos inolvidables compartidos en la escuela. Los años universitarios cobraban vida con la camaradería y los desafíos superados juntos. Incluso recordabas los combates, las amistades forjadas en el calor de la batalla y la determinación que te guiaba en cada encuentro.
El fluir de los recuerdos te llevaba a momentos más difíciles. Observabas con ternura a tu madre en cama, ofreciéndole tu apoyo incondicional. También revivías el dolor de asistir al funeral de tu padre, una despedida que marcó tu camino de vida. Estos momentos, aunque dolorosos, te recordaban la fortaleza y el amor que existían en tu familia y cómo cada experiencia había contribuido a moldear tu visión de la vida.
Al final del vasto jardín de rosas, vislumbrabas la presencia de una puerta enmarcada. Una puerta que representaba nuevos comienzos, oportunidades por descubrir y un camino hacia el futuro. Era un símbolo de esperanza y posibilidades, invitándote a seguir adelante con valentía y determinación.
En este momento es hora de describir lo más importante de pasado de tu personaje. ¿Qué recuerdos importantes tienes de tus padres? ¿Tu madre aún está viva? ¿Cuál es el recuerdo más importante de tu abuelo?¿Hay recuerdos traumáticos de tu pasado? ¿Qué grandes sueños tienes aún? ¿Amigos o personas importantes en tu vida? Todo lo que escribas ahora será parte del canon de tu personaje y podrá aparecer en el futuro, por lo que necesito que escribas todo lo que te gustaría poner en la historia de tu personaje.
Ese lugar en el que me encontraba era tan apacible, solo había paz y era tanta la tranquilidad que simplemente seguí avanzando sin pensármelo mucho, me sorprendí al ver que las rosas no me lastimaban y el cielo azul despejado en contraste con el jardín de rosas hacía que resaltaran aún más.
A medida que avanzaba empezaron a surgir cada vez mas y mas recuerdos del pasado, creía haber olvidado algunas cosas, o quizás siempre estuvieron ahí y las evite.
Mis padres… se amaban tanto, supongo que tendrían discusiones como cualquier pareja normal, pero de niño siempre veía en ellos muestras de afecto, pequeños detalles que hacían la diferencia, papa era el que trabajaba y mama se quedaba en casa cuidándome, en ocasiones mi padre adornaba la casa con una sonrisa de mama trayéndole flores, de un intenso color como las de este jardín. Ambos me educaron bien, en verdad hicieron un buen trabajo, “hagas lo que hagas en un futuro, que sea por el bien de alguien mas y entonces la vida te recompensara por ello”, si tuviera que quedarme con alguna frase que me decían, seria esa.
Estoy orgulloso de ellos, desearía que pudieran estar a mi lado en este momento, pero después de aquel accidente no iba a ser posible…
No recuerdo mucho sobre el funeral de mi padre, estuve tomado de la mano de mi abuelo durante todo el proceso, era muy pequeño cuando paso. ¡Pero mi madre… ella sigue viva! en aquel entonces no entendía que era eso de estado vegetal, la medicina convencional no sirve de nada en ella y los doctores decían que estaría así de por vida. Al pasar los años tome una decisión, estudiar medicina para hacerme cargo de ella, sentía que eso era lo menos que podía hacer por ella.
No tengo casi ningún recuerdo del día del accidente, vagamente recuerdo el fuerte y doloroso abrazo de mi madre cubriéndome con su cuerpo, si, ese abrazo dolió, pero las circunstancias me decían lo contrario y fue entonces cuando comprendí que no dolió para nada…
Siempre que tengo algo de tiempo me aseguro de hacerle una visita al hospital donde esta internada, se que es ridículo pensarlo, pero cuando subo las escaleras hacia su habitación me emociono un poco, porque pienso que por alguna razón ella estará despierta, esperándome, y siempre es lo mismo cada vez, quizás es una fantasía tonta de mi parte. El abuelo fue quien me comento todo lo ocurrido, ya que era muy pequeño y mis recuerdos de ese día son vagos, por suerte quizás, es gracias a eso que no tengo un trauma de lo ocurrido ese día.
Mi abuelo siempre me ha parecido un hombre increíble, fue el quien me ayudo a salir adelante desde entonces, fue el quien entendiendo la situación me ayudo a sobreponerme de nuevo, fue el quien me crio en la ausencia de mis padres.
A través de mi abuelo conocí a muchas personas importantes en mi vida, Edmun Hills era una de ellas, ese super anciano que parecía estar en mejores condiciones que un joven prometedor. También conocí a mis buenos amigos Max Hills y Hitsagaya Yanami, empecé a llevarme con ellos desde pequeño y aunque siempre hemos tenido nuestras diferencias hemos sabido sobrellevarlas. Mi familia, tanto por parte de mi madre y padre vivían en New York, al menos algunos de ellos, pero prácticamente no los conozco, mis tíos y tías apenas los he visto, no les guardo rencor ni nada, pero realmente no compartí mucho con ellos.
También conocí a muchos estudiantes del abuelo, a los vecinos alrededor que al principio no les caí para nada bien, a otros dojos cuando acompañaba al abuelo de visita, a compañeros de la universidad con quienes también pase un duro trabajo en la facultad de medicina, que bueno, no fue para nada fácil llevar una vida así, entrenando y estudiando medicina al mismo tiempo, pero el abuelo respeto mis deseos de estudiar medicina y me dejo entrar en la universidad, pienso que fue gracias a la razón que le di, sobre cuidar de mi madre, me dijo que era una decisión muy madura de mi parte y no puso ninguna queja al respecto.
Por suerte, no poseo ningún trauma de niño, aquel accidente paso tan rápido que apenas lo recuerdo y el resto fue muy raro. De lo que si me avergüenzo es haber perdido en el segundo combate de aquel torneo, quería al menos llegar a la final y enfrentarme a Edmun, con lo mucho que me gusta luchar, las artes marciales, las katanas, con lo mucho que entreno día a día, el haber perdido apenas en el segundo combate me dejo una marca que no se ira tan fácilmente, aunque sabía que no era el fin y que debía seguir adelante, aun así, sentía que deshonraba al abuelo, si, más al abuelo que al propio Dojo.
El mejor recuerdo que tengo del abuelo fue el día que llego al hospital a recogerme, fue una descarga de emociones de mi parte y el a pesar de ser tan escrito a la hora de entrenar sabia también que había ocasiones en las cuales tenia que ser suave y comprensivo, fue un tremendo alivio para mí, podía sentir que no estaba solo y simplemente deje salir todo el llanto en sus brazos.
Aun hoy, incluso después de enterarme de los sacred gear y todo lo sobrenatural que siempre nos ha rodeado, a pesar de saber todo eso mi objetivo no ha cambiado y sinceramente espero que no cambie, hacerme cargo de mi madre y seguir mejorando en el combate, ¡tal vez ahora con este mundo abierto ante mi puede incluso que halle la manera de hacer regresar a mi madre a la normalidad! Si la medicina humana no sirve para nada, entonces buscare algo en el mundo que a permanecido oculto hasta hace poco para mí, tiene que haber algo, o mas bien, espero que haya algo que pueda ayudarla.
Y entonces allí estaba, delante de la puerta al final de ese jardín tan pacifico, es como si mi vida hubiera pasado delante de mis ojos, pero sabia que al cruzar esa puerta un mundo nuevo se abriría ante mi y estaba dispuesto a hacerlo, por mí, por el abuelo, por mi padre y también por mi madre!.
El peso de los recuerdos se hace palpable mientras avanzas en tu sueño. Revives el doloroso momento del funeral de tu padre, cuando eras apenas un niño y sentías cómo las espinas del dolor se clavaban en tu corazón. Tomabas la mano de tu abuelo con fuerza, buscando consuelo en medio de la tristeza abrumadora. La imagen de tu madre postrada en la cama aún perdura en tu mente, recordándote la fragilidad de la vida y el deseo ardiente de encontrar una cura para ella.
La determinación que surgió en aquellos momentos difíciles ha sido tu guía constante. La promesa que hiciste de convertirte en médico, de buscar incansablemente una solución para los sufrimientos de tu madre, sigue ardiendo en tu corazón. Tu abuelo, quien asumió la responsabilidad de cuidarte y se convirtió en tu guía y apoyo, es un faro de fortaleza en tu memoria.
Los recuerdos de tus competiciones y los lazos que forjaste en el mundo de las artes marciales se entrelazan en tus pensamientos. El maestro Edmun Hills, quien te brindó sabiduría en cada entrenamiento, sigue siendo una figura inspiradora en tu camino. Los amigos que encontraste en ese momento de tu vida también ocupan un lugar especial en tu corazón, recordándote la importancia de la amistad y el apoyo mutuo.
En medio de tus recuerdos y emociones, algo brilla en el campo de rosas frente a ti. Una atracción magnética te impulsa a acercarte, como si el destino te llamara hacia esa luz radiante. Una brisa cálida acaricia tu rostro, evocando la sensación reconfortante del amor maternal. Sientes en tu interior la necesidad imperiosa de alcanzar ese resplandor, como si en él se encontrara la respuesta que tanto anhelas.
Con determinación renovada, te diriges hacia ese misterioso brillo, dejando que la fuerza de tus recuerdos y la esperanza de encontrar respuestas guíen tus pasos. El sueño se convierte en una travesía emocional, en la que cada paso te acerca más a la revelación que aguarda al final del camino.
-Me siento como si hubieran pasado…tantos años desde la última vez…- todos estos recuerdos no hacían mas que revivir sentimientos que, al igual que un niño inocente, creí que no volvería a sentir, en el funeral de mi padre no me despegue del abuelo ni por un instante, por alguna razón tenia miedo de soltarle la mano y mi madre postrada en la cama incapaz de moverse solo alimento mi deseo de querer hacer algo por ella y también surgió en mi un sentimiento de impotencia, porque después de todo, por mucho que quisiera hacer algo, que podía hacer un niño de 5 años sin conocimientos de nada…
Aquel día la vida misma fue cruel conmigo, sí, me quito a mi padre y a mi madre la inmovilizo, si no hubiera sido por el abuelo no sé qué hubiera ocurrido conmigo, antes lo admiraba por su conocimiento de las artes marciales, por el dojo, porque era divertido, pero tras ese suceso y tras estos recuerdos que vienen a mí me doy cuenta de lo importante que es y que fue mi abuelo en mi vida.- ¿qué hubiera pasado si el no decide encargarse de mí?.- Me da miedo pensar eso, el abuelo fue la herramienta que me ayudo a superar lo ocurrido, fue quien me animo a seguir adelante, fue quien asumió el papel de padre y madre, fue quien alimento mi fuerte deseo de estudiar medicina, él se convirtió en un pilar para mí que me sostenía, me da fortaleza pensar en el pues se lo mucho que significo en mi vida desde niño, le debo mucho y no pienso olvidar todo lo que me enseño, tanto fuera como dentro de las artes marciales.
-Los extraño tanto. - No pude evitar soltar esas palabras y un sentimiento de nostalgia empezó a surgir, la amistad que había forjado luego de eso también era irreemplazable, al igual que mi abuelo, el maestro Edmund es una inspiración para mí, el hecho de poder hacer amistades era una prueba mas de que fui capaz de escapar del posible trauma que me hubiera quedado si no fuera por el abuelo.
Cuando aquello empezó a brillar al final del jardín de inmediato sentí un fuerte deseo de querer acercarme, aquella brisa calidad por alguna razón me hizo pensar en mi madre, como si de alguna manera fuera ella dándome caricias con amor, debo encontrar una forma de salvarla y quizás ahí este la respuesta.
El revivir estos recuerdos renovó en mi la esperanza y la determinación que me inculcaron mis seres queridos, me sentía con mas fuerza que nunca y más decidido. -no pienso olvidarte jamás padre, no pienso dejarte en ese estado madre y no pienso desechar a la basura tus enseñanzas abuelo. - seguiré adelante por ustedes y por mis amigos, y con mis energías cargadas me dirigí aquella luz que parecía estar llamándome con tanta urgencia.
Tus pasos se aceleraban sin control, impulsados por la carga emocional que llevabas en tu corazón. El peso de tus ancestros, representado por tu abuelo, tu padre y tu madre, se hacía sentir en cada pisada, recordándote la importancia de tu linaje en la forja de tu identidad actual.
Sin apenas percatarte, llegaste hasta el lugar donde el resplandor dorado se intensificaba en medio del jardín de rosas. Un brillo deslumbrante emanaba de un objeto en el suelo, atrayendo tu atención como un imán irresistible. Era un anillo, radiante y reluciente, que parecía estar aguardando pacientemente a que lo tomaras entre tus manos.
La visión del anillo sobre el césped parecía un destello de destinos entrelazados. En ese sueño, su resplandor te susurraba misteriosas promesas y desafíos ocultos. ¿Qué significado tendría aquel anillo en tu vida? ¿Era un símbolo de poder, de legado familiar o acaso de un destino ineludible?
Tu corazón latía con ansias, sintiendo la atracción magnética de aquella joya. El sueño te envolvía en un halo de enigma y posibilidades infinitas. ¿Tomarías el anillo y desvelarías sus secretos? ¿O te resistirías a su llamado, temiendo las implicaciones que pudiera conllevar?
El destino aguardaba tu decisión, mientras el anillo brillaba con una intensidad enigmática, desafiándote a adentrarte en un camino desconocido.
Antes de darme cuenta ya estaba corriendo sintiéndome cada vez más atraído por aquella luz, casi ignorando el paisaje que me rodeaba y cuando por fin llegue a la fuente de aquel resplandor me tope con lo que irradiaba tanta luz desde el centro del jardín. - Es… ¿es un anillo? – Es tan reluciente que incluso parecía no tener ni una pisca de impureza.
Podía oír pequeños y leves susurros difíciles de descifrar provenientes de su brillo. -está tratando de decirme algo? - Quizás me está diciendo que lo tome, aun sentía una fuerte atracción incluso teniéndolo tan cerca de mi… - ¿Por qué esto está aquí? – No entendía muy bien su significado, todos esos recuerdos de antes, y ahora esto, ¿puede que sea la cristalización de mis emociones y mis recuerdos? ...- tal vez lo estoy pensando demasiado, pero…- Mi pulso estaba un poco acelerado, no sabia que esperar de esto, quizás este anillo signifique un nuevo comienzo o una nueva oportunidad, quizás es mi familia apoyándome de alguna manera, sentía que quería que fuera eso, cerré los ojos mientras sonreí y simplemente di las gracias, tenia fe en que de alguna manera me escucharían las personas que quería que me escucharan.
- Gracias por todo…
El destino no fue muy amable que digamos conmigo al inicio, pero yo y principalmente el abuelo no dejamos que eso definiera quien sería en un futuro, quien soy ahora, y estoy seguro de que el camino se pondrá más y más difícil, pero también se perfectamente que no estoy solo. Me agache decidido, dispuesto a tomar aquel anillo esperando respuestas que me ayuden a salir adelante.
Al tomar el anillo, una última visión te embargó con una intensidad abrumadora. Recordaste a tus padres preparándose para salir, momentos antes de aquel trágico accidente. El recuerdo de las joyas de tu madre, siempre tan vivas y coloridas, contrastaba con la plata austera pero elegante que tu padre solía llevar. Preguntaste cuándo tendrías una joya propia y ellos rieron con cariño, abrazándote y prometiéndote que cuando fueras adulto te darían una.
No sabes si este anillo es la encarnación tangible de esos recuerdos, pero de alguna manera, se siente significativo, increíblemente precioso para ti. Al abrir los ojos y volver a la realidad, descubres que las lágrimas inundan tus mejillas y en tu mano derecha, descansa el anillo. Este emite un resplandor peculiar, está forjado de fina plata y engarzado con una esmeralda bellamente tallada en su centro. En su interior, descubres las iniciales de tu nombre grabadas con exquisito detalle. Es la mañana del 29 de marzo, y aunque aún tienes un largo día por delante, te sientes fortalecido y conectado a tus raíces de una manera que no habías experimentado antes.
Ítem
Anillo de la Familia: Permite a su portador utilizar y aprender magia. Con este anillo no necesitas gastar un dote para poder aprender a manejar la magia.
Anótalo en tu ficha
Al despertar, lo primero que vi fue ese techo tan familiar sobre mí, estaba en mi habitación, pude notar las lágrimas que se posaban en mis mejillas que por instinto y de forma automática las limpié con mi mano izquierda.
-Un sueño…. Fue solo un sueño. –
O quizás no lo fue tanto, pues en mi mano derecha se encontraba el anillo que tome en aquel jardín, empecé a recordar cada sentimiento, cada recuerdo que vi en el sueño y experimente en el mismo. -Ese último recuerdo que vino a mi cuando toque el anillo fue, tan hermoso…- Me levante para sentarme sobre mi cama, tome el anillo y lo encerré con ambas manos mientras me las llevaba ambas a mi frente y apoyaba mi cabeza sobre ellas para, necesitaba meditar un momento, y entonces sonreí, no podía dejar de pensar en ese recuerdo, no estaba muy seguro sobre como lo conseguí pero de alguna manera y con solo unos pequeños momentos que ya tiene este anillo conmigo ya se convirtió en algo muy importante para mi, sobre todo por lo que creo que significa y por todo lo que he vivido.
La esmeralda en el centro me recordaba a mi madre, siempre tan bella, y el resto del anillo le hacía memoria a mi padre, siempre tan sencillo con lo que usaba, pero a la vez tan elegante. En la esmeralda, justo en su interior estaban las iniciales de mi nombre, estaban muy bien hechas y definidas, era como si alguien lo hubiera hecho a medida para mi y con tantos detalles no solo físicos sino emocionales.
-Espera, que horas es? Debo contactar con los demás de inmediato. – Tras lo ocurrido en el sueño me siento con más energía que antes, siento como si conociera aún más a mis padres, como si me conociera aun mas a mi mismo, siempre he tratado de llevar en mi corazón a mi familia, pero por primera vez los siento mas cerca que nunca.
Al despertar, un chorro de energía vital te inundó, refrescándote hasta el último rincón de tu ser. La paz interior era tan profunda que casi podías tocarla, una sensación sublime que se derivaba tanto de ese sueño como del nuevo anillo que habías adquirido. En medio de este bienestar armonioso, el timbre melódico de tu teléfono te arrancó de tus pensamientos. Al observar la pantalla iluminada, viste que era Max quien intentaba contactarte.
Tome el teléfono y marque rápidamente el número de César, esperaba que estuviera despierto y cogiera el teléfono rápido. Una vez escuché que se conectaba la llamada dije:
- César? Me temo que no te llamo por gusto. Acabo de recibir una llamada de Yanami, al parecer hace unas horas quedó con uno de sus amigos al cual había identificado antes como un portador de sacred gear. Al salir del bar donde estaban fueron atacados por unas sombras. - Frunci el seño al pensar en las implicaciones. - Temo que pueda haber un nuevo nigromante en la ciudad, quizás nuevos angeles caídos que busquen completar el ritual que interrumpimos en el cementerio antes que te nos unieras. Le he dicho a Yanami que llame a los demás y nos reunamos en el dojo.
Me encontraba en medio de una tranquilidad tan abrumadora que hasta tuve la impresión de que seguía en un sueño, pero me fue interrumpido por el sonido de mi teléfono, al tomarlo me percaté de que era Max. - Justo a tiempo. – Dije, pues tenía pensado contactarlos de igual forma.
Tras escuchar las primeras palabras pude notar de inmediato que era serio el asunto, que no me llamaba para saludar precisamente. A medida que me comentaba lo sucedido mi rostro fue cambiando poco a poco a la misma expresión seria que llevo casi siempre. - Atacados por unas sombras? - recordé de inmediato lo que nos contaron sobre lo sucedido en el cementerio. No se escuchaba para nada bien lo que me comentaba, no quería interrumpirlo, así que espere a que terminara.
-Max, a mí me da la misma impresión, si lo que dices es cierto entonces no creo que los hayan atacado solo porque si, sean quienes sean quizás están interesados en arrebatarles el sacred gear al amigo de Yanami, tenemos que hacer algo por ellos, no podemos simplemente ignorarlos! – me coloque el anillo y le dije. -Voy para allá-.
Escuché a César por un momento, afortunadamente se encontraba despierto y espabilado por lo que no tarde nada en explicarle la situación.
- Exactamente, justo estoy saliendo para allá. Nos vemos en el dojo. - Dije y espere un momento a ver si Cesar decía algo para luego colgar, llamar al Uber e irme inmediatamente a vestir para salir al dojo. Llevaría conmigo un bolso de la uni dónde metería lo que cupiera de la espada para disimularla un poco.