Dos años atrás.
Había un torneo de artes marciales mixtas en la ciudad de New York, donde asistieron muchos luchadores de todo el país. Entre ellos se encontraban dos jóvenes, uno de 19 años llamado Hitsagaya y tú, cuando aún tenías 22 años. Ambos se encontraron en el vestuario antes de la primera ronda del torneo, donde intercambiaron algunas palabras. Hitsagaya era practicante de Karate en un dojo de la ciudad, no lo conocías, pero te cayó bien. Era un chico con rasgos asiáticos y con un pelo corto de color cobre-carmesí.
Durante la primera ronda, ambos ganaron sus respectivas peleas. Después de las peleas, estabas sentado en una esquina del área de descanso, revisando su equipo, cuando Hitsagaya se te acercó y te preguntó cómo te sentías después de su pelea. Aún emocionado, respondiste que estabas emocionado por avanzar a la siguiente ronda y que te habías esforzado mucho en tu entrenamiento.
Hitsagaya, que también había ganado su pelea, te preguntó si querían entrenar juntos para la siguiente ronda. Aceptaste encantado y los dos comenzaron a entrenar juntos. Se dieron cuenta de que compartían la misma pasión por las artes marciales y comenzaron a compartir consejos y estrategias.
A medida que avanzaba el torneo, los dos jóvenes se hicieron cada vez más cercanos. Incluso cuando no estaban entrenando, solían pasar tiempo juntos en la ciudad, saliendo a comer o simplemente caminando y hablando sobre sus vidas. Después del torneo, los dos siguieron entrenando juntos y mantuvieron su amistad en los años siguientes. Incluso después de que se separaron y tomaron caminos diferentes en sus vidas, siempre recordarán el torneo de artes marciales como el momento en que se conocieron y se convirtieron en buenos amigos.
Actualidad
Ha pasado un par de meses desde la última vez que te reuniste con Hitsagaya, pero él se contactó contigo hace un par de días, y quedaron de reunirse en el Bar Rhapsody, el día 28 de marzo a las nueve de la noche. En la actualidad, han pasado algunos sucesos raros en New York. Muchos asaltos, muchos asesinatos. La ciudad parece más peligrosa cada día. Este bar, que ustedes frecuentaban cuando se reunían, tenía de todo, muy buen ambiente, buenos precios y tragos, además de buena comida. En la actualidad eran las siete de la tarde, tenías tiempo para prepararte y llegar a la hora sin problemas.
Este minuto es para que puedas complementar tu historia de personaje. Donde vives, que haces usualmente, como son tus horarios, si vives solo o no, etc. Este minuto es para que explayes todo lo importante de la vida diaria de tu personaje, el darle vida, todo lo que no aparezca después de este post tendrá que ser conversado para que veamos si tiene coherencia o no.
- 19:00 Diría para mí mismo mientras revisaba mi reloj de muñeca luego de sacarlo del bolsillo de mi abrigo junto a mis llaves. No me gustaba tener las muñecas ocupadas con nada por eso siempre llevo al menos una prenda con varios bolsillos en la parte superior.
Cierro la puerta de entrada del edificio en el que me hospedo y tomo el ascensor hasta el quinto piso. Era agradable no encontrarse con nadie y menos esta chica que cada que me ve con el Keikogi hace una clase de Kuu-aiyá y mueve sus manos como si nadara como perrito.
- Ahg... Suspiro al llegar frente a la puerta de mi departamento y entro luego de abrir con la llave cerrando la puerta tras de mí. Aunque me viera aburrido la verdad es que estaba muy de buenas, hace tiempo que no me veía con Hitsagaya y la verdad es que ya extrañaba nuestras salidas. Pongo el Keikogi en la lavadora mientras voy a darme una ducha, me cepillo los dientes y uso enjuague, me cambio listo y tomo un paquetito de frutos secos que me voy comiendo luego de tender mi uniforme. Tomo mi cartera y mis llaves para volver a salir de casa y cerrar la puerta detrás de mi caminando al ascensor comiendo una a una.
Como tengo puntos en conducir ¿Puedo tener una moto? xD
Sales de tu casa mientras vas comiendo esos frutos secos que tanto te gustan. Las nueces son pequeñas cosas redondas u ovaladas del tamaño de una moneda con una cáscara marrón. Estas nueces huelen a bosque, con un sabor a jarabe para la tos y polvo. Te traían buenos recuerdos, pues en los momentos que más habías tenido hambre, a veces estas pequeñas amigas te habían salvado en más de una ocasión. Una vez que estés listo, sales al estacionamiento donde tu moto. La primera vez que la viste, tus ojos se abrieron de par en par, pues sentiste que debía ser tuya. La motocicleta es verde, pintada con hierba y hojas, es del color de la naturaleza en verano. Tiene un asiento de cuero, ruedas resistentes y manubrios. La pintura es un brillante esmalte verde esmeralda, la moto parece nueva, todo gracias a que la has cuidado como uno de tus bienes más preciados. El cromo está pulido y suave, el motor es una obra de arte.
Enciendes la moto, y te encuentras listo para conducir por las calles de Harlem, sabías que no te demorarías más de diez minutos en llegar al Bar. Entre prepararte y arreglarte te han dado las 20:00 horas, por lo que aún tienes tiempo para hacer otra cosa antes de llegar al bar.
- Puff... Exhalaría al sentarme en mi moto dejando mis manos apoyadas un rato detrás de mi espalda para relajarme y disfrutar el momento. Saco mi teléfono y chequeo los mensajes, si no tengo uno de Hitsagaya le enviaría uno avisándole que llegaré un poco más temprano.
- (Bien así sabrá que no llegaré tarde.) Guardo mi celular en mi chaqueta en la parte de adentro y me coloco mi casco. Si Hitsagaya tiene moto (mejor) o vehículo no le digo nada, pero si no tiene le pongo que lleve el casco que le regalé por ganar en un torneo de Karate en la ciudad, si tiene moto igual se lo regalé, pero no le aviso va y lo trae :)
Casco asegurado, chaqueta cerrada, manos en los manubrios, reviso gasolina y salgo del parqueo subterráneo cerrado del edificio para adentrarme en las calles de la ciudad a dar una vuelta de unos 15 minutos antes de ir al bar.
El aire frío y húmedo envuelve el barrio y las calles están iluminadas por farolas y los neones de los negocios locales. En una esquina, un grupo de niños juega con una pelota, mientras que, en otra, una pareja se toma de las manos mientras caminan. El sonido del motor llena tus oídos. Pasas por murales de arte callejero, pequeños negocios familiares y bares con gente en el exterior disfrutando de una cerveza y buena compañía. A lo lejos, puede oírse el sonido de una banda tocando música en vivo en un parque cercano. A medida que avanzas, la ciudad parece abrirse y respirar, dejando atrás el estrés del día y la locura de la vida cotidiana. Te sientes libre y en paz, como si nada pudiera detenerte.
De repente, llegas a un semáforo en rojo y tu mente vuelve a la realidad. Te das cuenta de tus deudas, de la gente peligrosa que vive en el barrio y de tu familia que no has visto en años. Pero en ese momento, decides dejar todo eso atrás y disfrutar de este momento de libertad y esperanza en el que estás.
El semáforo cambia a verde y la moto ruge mientras avanza, dejando atrás todas sus preocupaciones y permitiéndole disfrutar del paseo en moto por el vibrante barrio de Brooklyn. Tras dar unas vueltas y liberar tu mente, llegas al estacionamiento de siempre. Has llegado bien, y bastante temprano. Son eso de las 20:30. Hitsagaya responde tu mensaje, te dice que llegará allí antes también.
Luego de revisar el móvil me bajaría de la moto dejándola estacionada en el parqueo en un área cerca a la entrada del bar e iluminada para apagarla y guardar mis llaves. Paso al bar quitándome el casco y me siento en una mesa vacía para observar el ambiente del lugar.
- . . .
José entró en el bar como lo había hecho tantas veces antes, con la intención de disfrutar de su bebida favorita después de un largo día. Sin embargo, esta vez algo se sentía diferente, incómodo. Cada uno de tus pasos resonaba en el suelo de madera, como si estuvieran siendo seguidos. Buscaste alrededor del bar, pero no viste nada fuera de lo normal. Mientras pedías tu bebida al barman, notaste que las miradas de los otros clientes se habían posado sobre ti. Te sintió observado, como si estuviera en el centro de un escenario. La tensión en el aire era palpable, como si todos supieran algo que él no. Pero después de un tiempo, volviste a mirar alrededor y esta situación no parecía ser así, dudabas si realmente te debías sentir con esa paranoia o no, pero te centraste en tus pensamientos, tranquilizándote.
No pasaron más de diez minutos antes que vieras como se abría la puerta y entrara Hitsagaya. Este venía vestido con unos blue jeans y una chaqueta de cuero, llevando una polera de una calavera. Llevaba su cabello rojo como siempre, y te sonrió cuando te vio a la distancia. Este caminó directamente a tu mesa, acercándose y saludándote de un cálido abrazo seguido de una palmada en la espalda, diciéndote;
- ¡Hola José! ¡Qué bueno verte de nuevo! ¿Cómo te ha ido todo? Me alegro que nos hayamos podido ver después de tanto tiempo. –
Dijo, sentándose en la mesa mientras pedía una cerveza para él.
Esa sensación al entrar al bar habría sido bastante incómoda, fue como entrar por primera vez al país o la primera vez que entró al dojo siendo un cinturón avanzado, como si todos estuvieran viéndolo hasta sus entrañas, pero más fuerte y eso era preocupante y muy jodido. Miraría a todos un instante, tal vez se había ensuciado con algo, pero, así como entró esa sensación de estar siendo observado llegó también se fue.
- . . . (¿Qué acaba de pasar?) Sería sin duda algo que se sintió irreal por un momento.
Al cabo de unos minutos pediría un cosmopo... (Nah te engañé) una sangría con vino tinto siendo esta su bebida favorita y se la tomaría antes de que Hitsagaya. Cuando lo ve le corresponde al saludo, por alguna razón se alivia de que haya llegado al lugar.
- Todo ha ido bien, lo de siempre. Qué tal estás? Si, hace un rato que debimos hacerlo. En que te haz ocupado?
Hitsagaya da pequeños sorbos a su bebida mientras escucha atentamente a su compañero de conversación. De vez en cuando, su mirada se desvía hacia los alrededores del lugar, observando a los otros clientes y el ambiente en general. Luego te responde;
-Me alegra saber que todo va bien para ti. Yo también estoy bastante bien, gracias por preguntar. Últimamente he estado ocupado con algunos asuntos personales y proyectos. Ya sabes, tratando de mantenerme ocupado y avanzar en la vida. Pero tienes razón, ha pasado un tiempo desde que nos hemos reunido. Definitivamente deberíamos ponernos al día más a menudo. ¿Hay algo nuevo o interesante que hayas estado haciendo últimamente? -
Dice este mirándote a los ojos. Hitsagaya parece estar en un estado de ánimo reflexivo, tal vez recordando eventos pasados o considerando planes futuros. Sin embargo, siempre se mantiene atento a la conversación, asegurándose de participar activamente en la charla y mostrando interés en lo que se comparte. Se ve que está mucho más serio de lo normal, pareciera que en poco tiempo se ha vuelto mucho más maduro y sombrío, de hecho, puedes ver a primera vista como tiene algunas nuevas cicatrices que antes no poseía.
- Bueno la verdad no me he puesto a salir de la monotonía supongo. Levantaría los hombros en señal de dejar estar las cosas y pienso un poco buscando qué contarte.
- Mamá no ha estado bien, creo que te conté un poco por teléfono. Hace unos meses volví a Brasil para visitarla y parece como si hubiera envejecido unos años de pronto. Con uno de los palillos de los colocados en la mesa picaría un pequeño trozo de manzana de mi vaso y la llevaría a la boca. - No me ha querido decir qué ocurre pero... espero todo se arregle pronto.
- ¿Qué te puedo contar hermano? Ya me he puesto al día con mis deudas, aún me insisten en apuntarme en la universidad, pero supongo haré un par de cursos para me se alivien los humos. Así comenzaría a hablar con el dejando pasar el rato.
- Bueno... recuerdas esa chica del dojo que te comenté? Alicia, al parecer si quería salir como me contaste. La invité a salir para este sábado a dar una vuelta, no es de motos pero ya veré cómo la convenzo jajaja.
Hitsagaya levantaría las cejas ligeramente, mostrando interés en la situación "Oh, entiendo. Es comprensible que a veces la monotonía pueda llegar a cansar. Tomarse un tiempo para explorar nuevas experiencias y romper con la rutina puede ser revitalizante" Dijo, para lueco continuar, frunciendo el ceño y mostrando preocupación "Lamento escuchar eso sobre tu mamá. Espero que mejore pronto y encuentre la fuerza para superar cualquier dificultad. Si necesitas hablar o si puedo hacer algo para ayudar, no dudes en decírmelo." Luego escuchó tu historia sobre las deudas y te dijo "Me alegra saber que has podido poner al día tus deudas. A veces, es necesario hacer algunos cursos adicionales para mejorar nuestras perspectivas y aliviar la presión de la universidad. Si eso es lo que te funciona, creo que es una decisión acertada.". Cuando tocaste el tema de Alicia te sonrió con complicidad, y te dijo " ¡Ah, Alicia! Recuerdo haber hablado de ella. Me alegra que estés tomando la iniciativa y la hayas invitado a salir. A veces, es necesario dar un paso adelante y disfrutar de la compañía de alguien especial. Estoy seguro de que encontrarás la manera de convencerla y pasarán un buen momento juntos." Dijo, pasándolo bien mientras conversaban. Luego conversaron un par de nimedades más y te preguntó algo que te llamó la atención "José, ¿Te acuerdas cuando hablabamos de juegos y fantasías algunas veces? ¿Que piensas de eso? ¿De la fantasía, el vivir aventuras, enfrentarse a la muerte en cada paso, y descubrir cosas que siempre han estado allí, pero uno nunca se ha tomado el tiempo en mirar?" Preguntó, mientras te miraba con interés, directamente a los ojos.
- No te preocupes por eso hermano, ella es alguien fuerte. Sabrá salir adelante. Te digo con una pequeña sonrisa. Pero tu sabes que esa sonrisa equivalía a muchas cosas, más que nada porque de una forma u otra no pensaré mucho en el asunto. (Insensible On)
- Oh, si claro. Justo sobre eso me puse a investigar un poco y resulta que la magia es bastante divertida. Me río ligeramente sobre las cosas diversas sanas y no cristianas que encontré en internet sobre eso. - Es bastante entretenida, me acabé descargando un juego de Final Falantasy: Tácticas avanzadas Evitemos el Copyright y me flipa bastante usar las clases de mago y ninja.
Te respondo algo divertido al tema, pero me enfoco más en responder las preguntas siguientes que llevaban más a pensar un poco.
- Sabes, es bastante divertida la idea de aventuras y usar poderes y demás, pero sabes como soy, sin duda sería una especie de lobo solitario si eso pasara, bueno si no lo soy ya. Diría levantando los hombros, sabes que no me meto en peleas que no vea injustas o muy fuera de la raya. - No soy muy ambicioso, pero... obtener un poder que solo de estar presente acabe con los conflictos antes de comenzarlos sería algo que me gustaría tener.
En medio de esa frase miraría mi mano abierta, el Aikido es un arte marcial que se encarga de usar la fuerza y energía del oponente en su contra, la perfección de esta arte es la completa anulación de cualquier acto hacia ti así que un poder abrumador... es algo que no puede decir que no querría tener alguna vez.
- El mundo... puede que hayan cosas que no tienen explicación lógica.
Hitsagaya te miró por unos segundos al ver tu frialdad, y finalmente asintió y te respondió "Entiendo lo que dices, hermano. Aunque a veces es difícil mostrar preocupación abiertamente, confío en que ella encontrará la fortaleza para superar lo que sea que esté enfrentando" Dijo, dándote apoyo de la mejor forma que sabía hacer. Luego, cuando escuchó tus palabras sobre tus juegos y tus ideas, se quedó pensativo por un momento, como si estuviera considerando tus palabras. Finalmente te dijo "Entiendo tu enfoque de no buscar conflictos innecesarios y de preferir mantener una postura solitaria. Es importante ser selectivo con nuestras batallas y luchar por lo que realmente creemos. Aunque la idea de tener un poder que pueda prevenir los conflictos de antemano es tentadora, debemos recordar que también hay valor en enfrentar y resolver los desafíos de manera justa y equitativa. El mundo está lleno de misterios y cosas que escapan a nuestra comprensión lógica. A veces, es necesario aceptar que hay cosas que simplemente no podemos explicar y aprender a vivir con esa incertidumbre. Pero siempre podemos mantener nuestra mente abierta y estar dispuestos a explorar nuevas posibilidades. Yo te quiero dar una opción, José. Quiero que trabajes en equipo junto a mi, y entiendas un mundo más allá de lo que conoces" dijo, para luego, juntar sus manos de forma que solo tu las pudieras ver, y de estas comenzó a brotar fuego, el cuál giraba alrededor como si de una bola de tenis se tratara, alejó una de sus manos y la observaste girando en la palma de tu mano, luego el, chasqueando los dedos hizo que desapareciera. Te miro nuevamente y te dijo "¿Quieres dar el paso de conocer cosas más allá de tu comprensión, amigo?" Dijo, mirándote directamente a los ojos.
- Si... es difícil. Para el desde pequeño siempre ha sido un tanto difícil mostrar esa empatía que todos dan por hecho, si no lo hubieran criado en valores y con responsabilidades ¿Quién sabría el tipo de persona que sería hoy? Pero bueno, eso es caldo para otra noche.
- Aunque claro que puedes estar seguro que donde te causen problemas lloverán hostia jajaja
Ya varias veces que hemos peleado juntos fuera del tatami y el lo haría otra vez. De eso no hay duda, aunque claro que la risa se le fue cuando la mano de Hitsagaya se encendió frente a el y como siempre a pasado frente toda situación que se sale de la raya y pasa frente su cara se mantiene con una expresión de :I pero claramente su mente comienza a trabajar a todo vapor y dice:
- Ok... o le echaron algo a mi bebida, o me equivoqué de arte marcial... o lo que creo que acaba de pasar acaba de pasar...
Se sostendría la barbilla y taparía su boca con la misma palma mientras el dedo índice frente su naríz da uchos toqueteos rápidos, no gritará, no entrará en pánico... PERO COÑO QUE LE ACABAS DE HACER MAGIA EN LA PUTA CARA (MANO) pero sabes que si, su respuesta es si.
Hitsagaya sujeta tus manos con firmeza y te hace un gesto para que guardes silencio al notar tus expresiones sorprendidas. Observa cautelosamente a su alrededor antes de comenzar a hablar. "José, debo ser directo contigo. He descubierto un mundo completamente nuevo y poseo algo que nunca imaginé tener. Y tú, en particular, eres igual que yo. Max también lo es. ¿Te acuerdas del? Compartimos algunas veces juntos, era el que tenía el dojo en el centro. Me gustaría que nos reuniéramos con él para hablar más sobre este mundo desconocido para ti y ayudarte a despertar tu poder interior. Me preocupa que alguien pueda aprovecharse de ti o hacerte daño debido al poder que posees, y por eso necesito ayudarte. Sé que todo lo que te estoy diciendo ahora parece descabellado, e incluso lo que has presenciado resulta difícil de asimilar, pero siento que es la única opción que tienes", te dice mientras te mira directamente a los ojos, transmitiendo determinación y preocupación en su mirada.
- Uff Uff Respiro profundo, giro mis muñecas y mis hombros como mis coyunturas para relajar mi cuerpo completamente y que se me pase el shok luego de escuchar lo que me dice Hitsagaya.
- S-si Max, lo recuerdo...
Trueno mis dedos y me tomo lo último de mi trago que ahora solo sería agua y frutas picadas.
- Con que estoy en peligro eh?... Pues no queda de otra Diría para levantarme. - Ya me lo contarás de camino hombre. (Yo con un poder oculto eh?)
Tan solo puedo respirar profundo.
Una sonrisa se dibujó en el rostro de Hitsagaya al ver tu asentimiento. Extrajo unos cuantos billetes de dólar de su bolsillo y los depositó suavemente sobre la mesa, declarando con jovialidad, "Esta vez, la cuenta corre por mi cuenta." Con esto, ambos se levantaron de la mesa y se encaminaron hacia la salida del bar.
Al cruzar el umbral, fueron recibidos por el gélido abrazo de la noche. Pero este frío no era el usual, había algo perturbador en él, algo que no encajaba. Hitsagaya lo percibió al instante. Tus ojos se ensancharon al observar cómo ocho sombras gigantescas surgían a su alrededor, cada una sobrepasando los dos metros de altura y exudando una presencia completamente antinatural. Sus manos terminaban en garras enormes y amenazadoras, preparadas para desgarrar a su presa.
Hitsagaya, sin embargo, no mostró signos de pánico. En un instante, simplemente logró articular, "¡Corre!" Antes de que pudieras procesar sus palabras, él ya estaba lanzando una llamarada de fuego fulgurante hacia tres de esas abominaciones sombrías.
- A eso no diré que no. No es como que me vaya a quejar de que me inviten algo de vez en cuando tampoco. Aunque no es alguien de que acepte este tipo de cosas, si es é si.
Caminaría sin más junto a el hasta salir del local más se detendría en frío al sentir la brisa extraña, sin duda no era natural y sin duda con lo que acababan de hablar... esta era una posibilidad. Lo que no esperaba era ver estas sombras enormes y sinceramente parecían sacadas de una película de terror para alguien que nunca había visto algo similar. Y ocho para completar las cosas.
- . . . No dudaría en correr cuando Hisagaya le dice que lo haga, no por miedo, sino por la mirada en el rostro de su amigo. Una que ponía cuando iba a subir a un combate y no tenía miedo de su oponente. Una batalla que estaba bajo sus expectativas.
Sin más correría directamente al lugar donde había dejado su moto y la arrancaría.
Huyendo de las sombras ominosas, dejaste a Hitsagaya atrás, inmerso en su feroz batalla. No requeriste mayor estímulo; si Hitsagaya te había pedido que corrieras, debía ser por una razón de peso. Mientras tus pasos se alejaban de los ecos del enfrentamiento, finalmente llegaste al callejón donde tu moto te esperaba. Un suspiro de alivio escapó de tus labios, mientras te preparabas para subir a ella y escapar de esa pesadilla. Al menos, eso era lo que pensabas.
En un instante, un destello de electricidad te golpeó por la espalda. Sintiendo cómo tus cabellos se erizaban en respuesta al impacto, tus músculos se contrajeron y se volvieron rígidos, el cuerpo entero se te desplomó como un saco de patatas vacío. Un eco de pasos pesados retumbó en el callejón, acercándose a ti de manera inexorable.
Con tus últimas fuerzas, lograste girar la cabeza, solo para encontrarte con la sonrisa torcida de un hombre emergiendo de la penumbra. Un rostro oscuro y siniestro, que parecía disfrutar de tu sufrimiento. Sus labios se curvaron aún más mientras tu vista se volvía borrosa y finalmente, la oscuridad se apoderó de tu consciencia.