Max, Hitsagaya y Edmun avanzaron por los estrechos callejones, sus pasos resonando en las paredes de ladrillo. La noche estaba cargada de tensión, y aunque Hitsagaya conocía cada rincón de aquel laberinto urbano, no tenía una sola pista sólida por la cual empezar. Max, con su mirada aguda, se centró en la búsqueda de cámaras de seguridad. Inspeccionó cada esquina, cada poste de luz, pero no encontró nada que indicara la presencia de un sistema de vigilancia. El silencio era opresivo, solo roto por el eco de sus propios pasos. ¿Cómo podía ser que en un lugar tan transitado no hubiera ni una sola cámara? La frustración crecía en su pecho mientras continuaba su inspección meticulosa.
Hitsagaya y Edmun, en cambio, parecían dos patos desorientados en un charco de lodo. Se tambaleaban entre los montones de basura, sus narices arrugadas por el hedor nauseabundo. Hitsagaya, con su ropa manchada, resopló y se pasó una mano por el cabello revuelto. “¿En serio no hay nada aquí?”, murmuró. Edmun, con una mirada dura, asintió con los ojos muy abiertos. “Nada. Ni una sola pista. ¿Crees que deberíamos buscar en los contenedores de basura?” Hitsagaya rodó los ojos, preocupado. “¿Y qué esperas encontrar? ¿Una nota que diga ‘José está aquí’?” Ambos se encogieron de hombros y se dirigieron hacia Max, “¿Alguna novedad?”, preguntó Hitsagaya.
Motivo: Percepción Hitsagaya
Habilidad: Mediocre (0) (0)
Dificultad: Mediocre (0) (0)
Tirada: [0] [0] [0] [-1] = -1
Resultado final: Pobre (-1) (-1), Fracaso
Motivo: Percepción Edmun
Habilidad: Normal (+1) (1)
Dificultad: Mediocre (0) (0)
Tirada: [-1] [-1] [-1] [1] = -2
Resultado final: Pobre (-1) (-1), Fracaso
César se encontraba en el bar, rodeado de risas y conversaciones poco importantes. El olor a cerveza flotaba en el aire, y las luces parpadeantes del tragamonedas competían con la estridencia de las voces. Pero lo que realmente captó su atención fue una charla en la mesa de al lado.
—¿Has escuchado hablar de la nueva consola del Nervgear? —dijo un tipo con una camiseta de Star Wars, mientras agitaba su cerveza—. Dicen que es magnífica, una especie de consola de videojuegos como ninguna otra. ¡Sí, hombre, seguro! La inmersión en el estado de sueño es espectacular. Pero, claro, esa cosa costará una millonada. ¿En beta? Sí, pero será cuestión de tiempo antes de que la suelten al mercado. ¿No crees? La junta de accionistas parece estar desesperada por que esto vea la luz…
César asintió, aunque no tenía ni idea de qué demonios era el Nervgear. Pero antes de que pudiera sumergirse en sus pensamientos, la camarera se acercó con una mirada que podría derretir acero.
—¿Quieres pedir agua, dices? —le espetó—. ¡Este es un puto bar! ¡O pides algo para beber o te marchas, cabrón!
Por otro lado, Duncan, quién había entrado minutos antes al bar, estaba cumpliendo su trabajo de una forma muchísimo más profesional que su compañero. Duncan tenía cierto conocimiento sobre como se realizaban estas investigaciones, ya fuera por experiencia, por haber leído algún libro, o tal vez, por que, cuando trabajaba en su bar, sabía muy bien como escuchar cosas que quizás, el resto no deseaba escuchar. Notaba que el ambiente obviamente era tranquilo, no había nada raro en la atmosfera. El dueño tenía pinta de buen tipo, y, ya con haber pasado unos minutos allí, sabía que seguramente todo saldría bien para Alexia, la cuál pronto estaría ya hablando con él. Pero si hubo algo que le llamo la atención, una conversación de un grupo de personas que bebía cerveza y otros licores más fuertes en una mesa del lado;
¿Han visto todo lo que ha estado pasando en la ciudad? Esta parece cada vez más peligrosa, parece dar miedo. Las desapariciones de personas ya han salido en los medios un par de veces, ¿Vieron ese caso de Alyssa? Parece que trabajaba en una parte de venta de discos y desapareció hace unos días, en pleno día...el amigo de ella salió en las noticias hablando del caso, pero parece que ya no se puede andar tranquilo por las calles... -Otro del grupo habló- Hombre, a mi me parece extraño ese caso de la iglesia que se vino a bajo, me parece increíble que todo el lugar se haya derrumbado como si nada, sin explosivos, y muriendo todos allí adentro, parece que definitivamente Dios no estaba con ellos...
El ambiente del bar por mi lado parecía ser uno bastante común y corriente sin nada fuera de lo normal, las luces del local tintineaban a plena vista mientras me sumergía en el ambiente, sin quitarle un ojo a mis compañeros que allí se encontraban también. Aunque no entendía para nada la conversación que había cerca de mi.
- De que consola están hablando? ni puta idea la verdad, el abuelo nunca me dejó usar esas cosas, decían que solo era una perdida de tiempo - Pensaba, mientras me decepcionaba al no escuchar nada interesante, aunque supongo que es normal.
Cuando la camarera llegó me quedé embelesado viéndole el rostro siendo interrumpido únicamente e inesperadamente por su contestación.
- Y a esta que coño le picó -
A la cual le dije respondiéndole - Mis disculpas, pero incluso en estos establecimientos debe ser importante tener agua, me equivoco? además, no te alteres tanto preciosa, un rostro tan hermoso como el tuyo vislumbra más aún cuando está alegre y con una sonrisa - Dije, para hacerle cambiar un poco ese humor sacado del culo, luego de eso le pediría una cerveza amablemente.
- Joder, ahora parezco Duncan, aunque en verdad no me importa... espero que a los demás les esté yendo mejor -
Al principio pensé que encontrar al menos cámaras en el lugar sería fácil, pero nada más lejos de lo contrario. Deje una mueca de desagrado visible en mi cara, quizás si fuera buena idea ir adentro después de todo.
¿Alguna novedad?”
- Nada, o quien secuestro a José sabía lo que hacía o tuvo mucha suerte... Demos una última vuelta quizás al menos haya una camara que mire no a la entrada pero de camino al callejón. Si no conseguimos nada podemos ir a la entrada trasera del bar o alguna ventana si los chicos no han conseguido nada. - Ya había pasado la etapa donde siempre preguntaba si le parecía bien a los demás mis decisiones, pero aún así mire a Edmun y Yanami motivandolos a hablar si tenían algo que decir. En caso de que no hablaran me fijaría en las últimas cámaras y si no había nada me dirigiría a la parte trasera del bar.
Motivo: Percepción
Habilidad: Normal (+1) (1)
Dificultad: Mediocre (0) (0)
Tirada: [0] [1] [-1] [1] = +1
Resultado final: Competente (+2) (2), Éxito
Alexia entró al bar agitando su cabello y "disfrutando" de la atención que recibía. Al haber amarrado su enorme suéter en su cintura, este se movía con el mismo ritmo de sus caderas mientras se acercaba a la mesa. Tenía en mente la foto del amigo de Hitsagaya y sabía que buscaría verlo a la par que fingía mirar de manera coqueta a otros en el bar, hasta por fin llegar a la barra con una expresión seductora.
Se sentó con gracia y se acomodó, apoyando los codos en la barra para mirar al dueño con una sonrisa encantadora. Suspiró pesadamente y dijo - Este lugar se ve bastante agradable - y miró a la chica pelirroja con una sonrisa también. Se acercó para hablarle con un tono más "íntimo" al dueño del bar - ¿Cree que podría recomendarle una bebida a una chica con mucho en la cabeza? A veces acallar la mente es necesario, ¿no cree? - y lo miró con una expresión dolida, sin abandonar ese tono íntimo.
Mientras tanto, ponía atención a las conversaciones que se desarrollaban en el bar. Esa consola sonaba a algo costoso y nuevo. ¿Qué sería? La verdad era que, con todo lo que estaba pasando, no le parecía prudente descartarlo como información sin importancia. Y más teniendo en cuenta que era ese lugar donde había sucedido la desaparición del chico. Era necesario estar atenta a todo.
La segunda conversación que llegó a sus oídos fue la de la desaparición de una tal Alissa y el desmoronamiento de una iglesia. ¿Qué diablos estaba pasando en esa ciudad? El solo recordar lo que ella misma había vivido con los ángeles caídos la hizo sentir un fuerte escalofrío y sus manos temblaron. Claro que para su actuación de ese momento, aquello era realmente conveniente. Mientras más frágil se viera, más le robaría la atención al dueño.
Me costó un poco más postear porque me saltaste en el turno anterior, dire.
Tuve que obligarme más de una vez a no mirar a Alex con esa lujuria que nacía en mí. Al contrario de lo que se decía de los Ángeles, los demonios sí tenían sexo y sus descendientes también y para ellos la lujuria no era un pecado, sino todo lo contrario. Pero Alex no era una chica de una sola noche y por eso debía dejar de comérmela con los ojos y estar pendiente de lo demás.
Aquella conversación sobre las desapariciones en la ciudad me hizo lograr dejar de mirar a Alex de aquella manera y estar pendiente de lo que decían. Todo iba bien hasta que uno de ellos tuvo que mencionar a Dios en la conversación, solo oír aquel nombre hizo que me doliese la cabeza durante un instante.
- Esto va a ser una mierda. - Pensé al tiempo que le daba un trago a mi cerveza y me acercaba a aquella gente. - Me da que me voy a arrepentir...
- Hola, me llamo Sean. Solo llevo unos días en la ciudad y de rebote he llegado a este flipante lugar. - Dije por el ambiente y la música. - Pero, me vais a perdonar, no era mi intención escucharos hasta que habéis hablado de desapariciones y de una iglesia caída. ¿Qué podéis contarme sobre todo eso? Casi no he desempaquetado nada, mi empleo da pena y puedo recuperar la fianza y todo el alquiler si me marcho en una semana... así que... ¿podéis ponerme al día sobre eso? Es por largarme o quedarme sobre todo. Me temo que aún no puse la tele y no me he enterado de nada.
A pesar de moverme de sitio, me coloqué donde pudiese controlar a Alex de manera indirecta de nuevo. De lo contrario, pensar en como su cuerpo se movía al entrar se iba a convertir en una distracción para mí y algo peor que tener que escuchar hablar de Dios.