Partida Rol por web

Abres los ojos y te encuentras inmerso en un mundo de enigmas y transformaciones. Todo a tu alrededor está compuesto por números uno y dos, que danzan en el espacio, creando una sinfonía matemática en constante cambio. Los colores se entrelazan en un torbellino de negro y verde, oscilando como si fueran capas de un lienzo abstracto. Letras y códigos se deslizan en todas direcciones, como ráfagas de aire que se funden con la oscuridad.

A medida que te adentras en este fascinante panorama, los recuerdos de tu pasado emergen como destellos brillantes. Imágenes de tu madre y padre fluyen a través de tu mente, trayendo consigo emociones cálidas y un profundo sentido de pertenencia. Rememoras los momentos compartidos en familia, los abrazos reconfortantes y las risas contagiosas que llenaban tu hogar.

Tus amigos de la infancia aparecen como pequeños fragmentos de nostalgia, recordando travesuras y aventuras compartidas. Cada risa y cada secreto compartido revive la sensación de camaradería y amistad que te acompañó durante esos años.

A medida que avanzas en este extraño sueño, los años pasan rápidamente y te sumerges en el recuerdo de tus años universitarios. La dedicación a tus estudios, las noches de estudio, las amistades formadas en los pasillos académicos, todo fluye en tu mente como una corriente de conocimiento y crecimiento personal.

El sueño te transporta hacia la actualidad, donde te encuentras en el punto culminante de tu vida. Las decisiones tomadas, los logros alcanzados, las experiencias que han moldeado tu ser, todo se fusiona en un caleidoscopio de momentos vividos.

En este mundo de números y transformaciones, tus recuerdos se entrelazan con la esencia misma de la realidad. Te sumerges en un viaje introspectivo, explorando la conexión entre tu pasado y tu presente, y vislumbrando las posibilidades que el futuro tiene reservadas para ti.

Poco a poco Alexius fue abriendo los ojos. Miró a su alrededor, con la vista aun nublada, y se llevó los dedos a sus ojos para rascárselos. Los abrió de nuevo y pestañeó varias veces Mejor...

Alzó la vista y lo observó todo. Lentamente, giró sobre sí mismo para ver también lo que tenía por detrás. Entreabrió la boca, algo asombrado. Estiró su brazo derecho para intentar tocar aquellos números y códigos. Ladeó la cabeza, algunos códigos sabía para qué eran, otros no Os acabaré descubriendo... pensó con una sonrisa.

Fue avanzando entre aquellas letras y números, mirándolos con detenimiento. Se sentía muy a gusto allí. Aquel escenario poco a poco fue cambiando y transformándose en imágenes.

La primera imagen que apareció fue la de un mini Alexius correteando desnudo por el salón de su casa, riéndose mientras su madre lo perseguía con la ropa que quería ponerle. Al fondo se veía a su padre que veía la escena a carcajadas mientras se escuchaba - Cariño, por favor, ¿es que no piensas ayudarme? - dijo Kamille. Su mirada, verde esmeralda, martilleaba a su marido - Lo siento, lo siento, es que esta situación es demasiado divertida - dijo Alexander mirando a su hijo e intentando contener la risa para que su esposa no se enfadara con él, aunque sabía que se le pasaría pronto.

Entre los dos consiguieron coger al pequeño Alexius y vestirle para que no se resfriara. Se sentaron los tres en el sofá, siendo el pequeño situado en medio y se dispusieron a ver una película. Antes de que aquel recuerdo se transformara en otro, Alexius se fijó en cómo su yo pequeño se acurrucaba entre los dos.

En su siguiente recuerdo, ya estaba más crecido. Estaba en el salón de su casa junto a dos amigos: Karen, una chica de baja estatura y una complexión delgada y atlética, de ojos oscuros y pelo pelirrojo y Víktor, un chico alto, ojos grises, con gafas, pelo corto y castaño, de complexión robusta. Estaban jugando a un juego de carreras de coches. No era de los favoritos de Alexius, él prefería los de gestión de ciudades, mientras más complejos mejor. Pero sabía que este juego era muy divertido si lo jugaba con sus amigos. Los tres estaban muy concentrados, hasta que de pronto, Karen soltó el mando con júbilo mientras se giraba a los dos muchachos - ¡¡Toma!! He vuelto a ganar, Víktor, ¡te toca hacerme los deberes una semana! - dijo en un tono de voz más alto de la cuenta. Víktor suspiró a modo de resignación y Alexius sonreía ¿Qué haría yo sin estos dos? pensó.

Llegó a la universidad y aparecieron varias escenas. Principalmente se lo veía estudiar y trabajar en los ejercicios de clase solo. Si estaba con algún grupo, aportaba lo que tenía que aportar en los momentos que debía hacerlo y escuchaba normalmente a los demás. No le gustaban los trabajos en grupo, pero intentaba que no se le notase. Normalmente, solía ser el primero en acabar sus partes de los trabajos y el que corregía el de los demás. Así se aseguraba de que todo estaba correcto. En la universidad apenas hizo amistades, todo era cordialidad. Sus verdaderos amigos eran Víktor y Karen, quienes ya llevaban varios años de noviazgo. Tiempo después se graduó y comenzó a trabajar en una buena empresa.

Actualmente, sus padres gozan de buena salud y se siente muy feliz por sus dos mejores amigos que le anunciaron que se iban a casar. También había una chica de su empresa, Juliette, pelo castaño, ojos azules y de complexión delgada y fuerte, que estaba detrás de él, aunque Alexius no se daba cuenta.

Mientras te adentrabas en este surrealista mundo digital, no pudiste evitar las reminiscencias a Matrix; códigos surcaban el aire y se desplegaban en constante movimiento a tu alrededor. Al extender la mano para tocarlos, simplemente continuaban su recorrido, ajenos a tu presencia como si tu mano fuera incapaz de alterar su existencia.

Tus pensamientos fueron invadidos por memorias agridulces de tus padres. La imagen de tu madre persiguiéndote por la casa para vestirte, las risas contagiosas de tu padre ante la escena y finalmente, la tranquilidad de un atardecer familiar, los tres juntos en el sofá frente a una película.

Rememoraste los años de infancia junto a Víktor y Karen, tus amigos inseparables con quienes participabas en competencias de videojuegos, apuestas y risas de por medio. Luego, vinieron los recuerdos de la universidad, del crecimiento y de la transición hacia la adultez, de presenciar cómo tus mejores amigos contraían matrimonio. Te percibías como un observador de tu propia vida, que avanzaba a ritmo vertiginoso.

Pero siempre había un "pero". ¿Qué depararía el futuro? Tus recuerdos comenzaron a entrelazarse con la narrativa de tu transformación en demonio. Si bien siempre tuviste lo necesario, siempre anhelaste destacar, ser reconocido por algo especial. En tu trayectoria como animador 3D, un día, una extraña coincidencia te llevó a encontrarte con una chica en la calle, portadora de un inofensivo folleto de Innovation Corporation, una corporación multimillonaria en el mundo tecnológico.

Después de que uno de tus trabajos se volviera viral, las ofertas de trabajo comenzaron a llegar, pero ninguna capturó tu interés tanto como la de Innovation Corporation. No por su estatus, sino porque todo parecía demasiado... fortuito.

Antes de que pudieras procesarlo, te encontraste dentro de una lujosa limusina, frente a Catherine Aim, dueña de IC y su conglomerado. Te extendió una oferta para trabajar con ella, y sin titubear, aceptaste. Luego te reveló el porqué de tu importancia, tocándote la mano y desencadenando un torrente de energía que recorrió tu brazo. En ese instante, desveló la existencia de los Sacred Gears y una visión de un futuro amenazado por entidades deseosas de desatar un holocausto en la humanidad.

Catherine se presentó como un demonio, uno distinto a los descritos en los cuentos populares, y te ofreció convertirte en uno, prometiendo poder y aventuras más allá de tu imaginación. Sin dudarlo, aceptaste y recibiste una pieza carmesí, la pieza de un alfil. Al entrar en contacto con ella, una nueva fuerza sobrenatural surgió dentro de ti. Te ofreció un lujoso penthouse en su propio edificio, con todo lo que pudieras necesitar. A medida que te adaptabas a tu nueva realidad, te fue revelando la historia de la sociedad demoníaca y su propio pasado.

Al alcanzar el grandioso edificio, Catherine te presentó a su consorte, Hodur Lindgreen, y a su encantadora hija, Alexandra Aim. A primera vista, Alexandra era un reflejo vibrante de su madre, aparentando la lozanía de los veinte años. En un banquete espléndido donde se ofrecían los más exquisitos manjares, Catherine compartió contigo el esquema de su vida actual. Había establecido un pacto de discreción con el clan Dantalion, un grupo de demonios que, al igual que ellos, se movía entre los humanos con sigilo. Su labor era la de desvanecer cualquier rastro que pudiera poner en peligro su anonimato frente a otros clanes demoniacos.

En los días siguientes, te sumergiste en un nuevo entorno con rostros tan recientes como el tuyo. Alexander Crow, un joven de veinticinco años ostentaba el don de la estrategia, el cual tenía una pieza de caballero. Katherine Prescott, una famosa cantante de rock del momento, y que también tenía la pieza del caballero. Por último, Kuzuki Ren, el luchador callejero y amante de la batalla, había recibido la pieza de la torre, y era tan testarudo como se esperaría.

Hodur y Alexandra los pusieron a prueba durante horas, retándolos a desplegar sus poderes y demostrar su valía. Solo después de esta intensa sesión, Catherine apareció para revelar su última visión. En ella, vislumbró a un hombre de nombre Andrezej Malskavok, un polaco de oscuro prontuario, implicado en el tráfico de drogas y armas, y que además, era portador de un Sacred Gear que manejaba con destreza. Te asignaron la misión de eliminar al polaco, dándote un plazo de cinco días para prepararte. A pesar de las distintas reacciones que provocó esta noticia, todos coincidieron en que, si querían evitar un holocausto, deberían hacer lo necesario.

La preparación fue intensa y meticulosa. Seleccionaron cuidadosamente las armas de fuego que usarían, planearon estrategias de infiltración, diseñaron los atuendos y máscaras que utilizarían, y hackearon los sistemas de cámaras del lugar. Recopilaron toda la información posible sobre el polaco y su entorno. El enfrentamiento que les esperaba no sería contra una única persona, sino contra varias. Andrezej contaba con el apoyo de una hechicera y ambos eran adversarios extremadamente formidables. La batalla fue brutal, dejándolos a todos con severas heridas. Andrezej, junto a su aliada maga, encontró su destino final en una jugada audaz, una estrategia arriesgada tejida por Ren, quien desafiando todos los cálculos, desató su fuerza contra el suelo de la base de Andrezej.

En un abrir y cerrar de ojos, la tierra bajo ellos se desintegró, dejándolos caer desde las alturas, atravesando cada piso en un descenso caótico. El aire se llenó con el estruendo de la estructura desmoronándose y los gritos de sorpresa y terror.

El polvo se alzó, ocultando la escena en una densa nube de escombros y confusión. Pero Ren, aprovechando el caos y la desorientación de sus enemigos, ejecutó el golpe de gracia. Con la precisión de un verdadero guerrero, remató a los adversarios restantes en la neblina de escombros, asegurando una victoria inolvidable sobre la amenaza que Andrezej y la maga representaban.

Sin embargo, de ese combate ya han pasado casi diez días.

Tu pasado y tu presente chocaban en ese extraño sueño. Después de vivir una vida normal, humana, ahora viviste una vida llena de aventuras conjunto a demonios. Verdaderos demonios, y tu eras uno de ellos. Sabías que ahora tenías alas y eras inmortal, pero, ¿Cuál sería tu nuevo objetivo en la vida?

Miraba maravillado a su alrededor. Sonreía porque se sentía como si estuviese en Matrix. Al intentar tocar uno de los códigos, pasó lo que suponía: que los códigos continuarían su camino, como si intentara tocar un fantasma, que simplemente lo traspasaba.

Los códigos dieron paso a diferentes recuerdos de las diferentes etapas de su vida. Algunos más felices, otros más tristes. Los observaba en silencio Todos estos recuerdos han hecho que sea como soy pensó con cierta admiración. Alexius a lo largo de su vida, no había pasado por ningún momento traumático propiamente dicho. Sí que había tenido sus momentos en los que lo había pasado mal, la muerte de algún familiar cercano, algún examen demasiado difícil... pero quitando eso, nada traumático.

Sonreía con cierta nostalgia viendo los recuerdos, ¿En qué momento el tiempo ha pasado tan deprisa? se preguntaba. Los recuerdos se mezclaban con los de hace unos años con los actuales. Se comenzó a sentir algo extraño por esa mezcla. 

Vio también cuando entró en la empresa en la que estaba ahora. Cómo trabajaba con Catherine y cómo descubrió los Sacred Gears. En ese recuerdo, vio cómo no dudaba ni un instante en convertirse en lo que ella era para luchar contra las amenazas de la humanidad. Sonrió mientras se miraba a sí mismo recibiendo el alfil rojo que llevaba en el cuello desde que se lo dieron y sin darse cuenta, se llevó una de sus manos al cuello para sentir aquella pieza entre sus dedos.

Después de instalarse, comenzó a conocer a varias personas que también estaban en las mismas condiciones que él. Se fijó en las piezas que tenían sus compañeros Son piezas de ajedrez... Cada uno tenemos una función que cumplir y de algún modo en específico... Seguir una estrategia, como en un tablero... 

Todos ellos se prepararon, se entrenaron para combatir a Andrezej. Alexius no apartaba la vista del recuerdo. Fue una dura batalla. En cierto modo, pensaban que muchas más personas lucharían con Andrezej, pero la realidad fue que solo lo acompañaba una hechicera, pero no les hizo falta nadie más, puesto que tanto un bando como otro generó bastantes heridas. El muchacho se quedó asombrado por tanto poder. Ren fue quien dio el golpe de gracia Es muy bueno...

Comenzó a sentirse cada vez más cansado y en cierta forma, sentía también el cuerpo dolorido. Solo habían pasado diez días de aquello y sentía que habían pasado años. Se sentó y puso ambas manos en su cabeza, sujetándola. ¿Por qué revivía aquello y se mezcló con otros recuerdos anteriores? No lo sabía. Se rascó la cabeza y se despeinó el pelo Alguna explicación tiene que haber para todo esto... ¿tiene que ver con mi nueva condición? 

Frente a ti se desplegó un espectáculo de códigos que formaban diferentes caminos. La intricada red de ceros y unos parecía cobrar vida, conduciendo a una especie de podio, también compuesto de códigos. En cada camino, se vislumbraba una sombra, sugerente de algo significativo. Entre ellas, reconociste vagamente la forma de una espada, una lanza, un libro y un anillo.

Cada camino parecía invitarte a tomar una decisión trascendental en relación con tu pasado y tu futuro. ¿Optarías por el camino de la espada, enfrentando las injusticias con valor y determinación? ¿O quizás tomarías la senda de la lanza, buscando establecer la justicia con tus propias manos? O tal vez, elegirías el camino del libro, enfocándote en el desarrollo de tus conocimientos para ser más sabio y perspicaz. O acaso, ¿te inclinarías hacia el camino de la magia, explorando y dominando lo sobrenatural?

Cada opción parecía tener su propio atractivo y desafío, y sabías que esta elección definiría tu camino a seguir. Reflexionaste sobre tus experiencias pasadas, tus metas y tus valores. Con determinación, tomaste tu decisión, sabiendo que cada camino ofrecía un destino único y emocionante. Estabas listo para adentrarte en el sendero que habías elegido, con la certeza de que tu elección influiría en tu crecimiento personal y en el mundo que te rodeaba.

Mis ojos contemplaban la danza de códigos, cada camino ofreciendo una opción, un futuro potencial. La espada, la lanza, el libro, el anillo... Cada uno representaba una vía, una forma de enfrentar el mundo que ahora era mío.

Recuerdos de una infancia feliz y sin preocupaciones aparecían y desaparecían ante mí, mezclándose con recuerdos más recientes y mucho más oscuros. Los días en los que todo parecía un juego quedaron lejos, reemplazados por la amenaza de Andrezej, la traición de la hechicera, y la batalla que me dejó física y emocionalmente marcado.

Me había convertido en un demonio, pero a un costo que aún desconocía. La lealtad a mi grupo y a la compañía se mantenía, pero algo en mi interior me decía que este poder no era gratuito, que el precio a pagar podría ser más alto de lo que podía imaginar.

Mi mirada se detuvo en el camino del libro. A lo largo de mi corta pero intensa vida como demonio, había aprendido la importancia de la información, el poder que tiene el conocimiento. Recordé cómo los Sacred Gears me habían dado un nuevo sentido de propósito, cómo el conocimiento de estos poderosos objetos había sido la clave para enfrentar a nuestros enemigos.

Mirando hacia el camino del libro, me di cuenta de que mi sed de conocimiento iba más allá de la curiosidad. Era una obsesión, una necesidad. Tenía que entender, tenía que conocer. Todo. 

Con una determinación renovada, me dirigí hacia el camino del libro, hacia un futuro lleno de sabiduría y entendimiento. Mi decisión estaba tomada. Por muy alto que fuera el costo, estaba dispuesto a pagarlo. Con cada paso que daba, sentía que dejaba atrás a la vieja versión de mí mismo. Tendria que ver con mi cambio? El tiempo lo dirá.

El libro era mi elección, el camino que tomaría. No sabía cuál sería el resultado final, pero estaba seguro de una cosa: El conocimiento que adquiriría en este camino sería la clave para enfrentar cualquier desafío que se me presentara.

Los códices, percibiendo una inquebrantable determinación en tu camino, se unieron en lugar de cerrarse a tu paso, formando un sendero serpenteante de tonalidades negras y verdes que te guiaba hacia un imponente podio. En él reposaba un libro, desafiante y misterioso. A medida que avanzabas, sentías cómo tu resolución se fortalecía. Sabías con certeza que debías convertirte en la mejor versión de ti mismo, y solo a través del conocimiento y la sabiduría podrías alcanzar esa meta.

Cuando finalmente tocaste el libro, se transformó en un pequeño volumen de cuero rojo, exquisitamente adornado con detalles dorados. Al entrar en contacto con él, experimentaste una corriente que fluía a través de tu ser. El conocimiento se había fusionado contigo, otorgándote una percepción sobrenatural de las cosas.

Al despertar en tu lecho, recordaste cada detalle del sueño, con la sensación de que algo trascendental había ocurrido. En tu teléfono móvil, un mensaje de Catherine esperaba, breve y enigmático: "El Clan se reunirá al mediodía. Necesitamos que estés presente".

Tras largas horas de reflexión y combates internos, decidí que era hora de compartir mis experiencias con aquellos que puedan entender, o al menos respetar, la magnitud de lo que he visto y vivido. Así, he comenzado a documentar mis memorias en un blog protegido, ubicado en los recovecos más oscuros de la web, un lugar seguro donde la verdad no teme a la luz.

Uno de los pasajes más intensos de lo que escribí es sobre el momento en el que toqué el libro en mi sueño. "El libro, imbuido de un poder trascendental, se transformó en un pequeño volumen rojo al contacto con mi piel. Una corriente de conocimiento fluía desde sus páginas, invadiéndome, proporcionándome una visión sobrenatural del mundo a mi alrededor. Fue un momento de revelación, una fusión de mi ser con el saber absoluto."

Tras hacerlo, me sentí más ligero, más centrado. Ciertamente, he aprendido a desconfiar, pero también he comprendido que el conocimiento es mi escudo y mi espada en esta realidad donde lo extraordinario es común y lo imposible, probable.

Justo después de terminar mi entrada, mi móvil vibró con un mensaje de Catherine: "El Clan se reunirá al mediodía. Necesitamos que estés presente". Sin dudarlo, le respondí que estaré allí. Sea lo que sea que el día de hoy tenga reservado para nosotros, estoy listo para enfrentarlo.

Camino de código: Prólogo Alexius Walker terminado