Partida Rol por web

Eugenia se adelantó para bajar por el agujero y el resto le siguieron gracias a la cuerda que Carla había creado. Uno a uno dieron a la parte inferior de la sala encontrándose con un nuevo pasillo que conducía hacia unas escaleras que descendían.

Los metahumanos continuaron avanzando sabiendo que dar marcha atrás ya no era una opción. Frente a ellos tenían lo que parecía ser el juego del Ilusionista y ya no les quedaba más remedio que ver en qué acababa todo eso.

Cuando llegaron al final del pasillo se encontraron con algo bastante inesperado:

Aquel grupo de personas que estaba en aquella sala se colocaron en posición ofensiva cuando vieron llegar a los presentes. AJ colocó sus manos en triángulo y entre ellas empezó a generarse lo que parecía ser una bola de electricidad. Eugenia empezó a mover su bate de un lado a otro como si estuviera esperando una bola. Y Carla sacó unos nunchakus de color negro preparada también para el combate.

Ulises tan solo se colocó en posición neutra, como a la espera de lo que iba a suceder, al igual que Nerea que no pareció mover ni un músculo.

Por último, Rebeca colocó las manos sobre el suelo y éste empezó a agitarse provocando que los metahumanos que acababan de llegar empezasen a perder el equilibrio.

Al llegar al nuevo habitáculo, sorprendida por creer que le resto de la panda tardarían más en decidirse y se jugarían a los chinos posibles nuevas acciones hasta que no les quedasen más excusas para no bajar de una pastelera vez, Eugenia no pudo contener un sonoro (y lleno de fastidio y cansancio a partes iguales) -¡JODERRRRR!

Esto le recordaba al típico cliffhanger de los cómics de superhéroes que coleccionaban sus hermanos cuando todavía no les habían bajado los huevos: en la última página del capítulo los x-men o quien fuera se encontraban con versiones chungas (o confusas) de si mismos, comenzaban a darse de leches con sus equivalentes para ver que aquello no iba a ninguna parte y terminaban enfrentándose a otros personajes para comprobar si no atizaban bien por enfrentarse con los mismo poderes entre si. 

Si la cosa hubiese comenzado más relajadamente, Eugenia habría escogido como rival a Ulises o Antonio, pero al ver que aquellas contrapartidas de la dimensión negativa o lo que fuese estaban más preparadas para su llegada que ellos mismo, le tocó intentarlo con Rebeca. No estaba segura de que le hiciese falta el contacto con el suelo para causar aquellos seísmos pero a ver si distrayéndola podía romper su concentración.

Ulises había asentido con la cabeza a Rebeca, estaba seguro, no podía ser peor que caer de un edificio de 4 plantas durante sus entrenamientos ¿no? O bueno, sí, podía haber una distancia de cientos de metros pero habiendo una cuerda no tenía por qué espachurrarse en el suelo como Lara Croft. Pero al final no hizo falta pues con la cuerda fueron bajando todos encontrándose con una sala que incluía un pasillo. ¿Cuándo iba a acabar aquello?

Se llevó las manos a los bolsillos mientras caminaba, mirando a su alrededor hasta que sus ojos se acostumbraron de nuevo a la iluminación. — Dudo mucho sorprenderme ya con lo que nos tenga preparado… — Murmuró el muy ilusos, pues sí que lo hizo cuando se vio así mismo allí de pie, junto al resto de las copias de sus compañeros preparándose para atacarles, cada cual con su respectivo poder excepto su doppelganger y el de Nerea. Tenía sentido, ninguno de los dos tenían poderes ofensivos.

Todos parecían idénticamente iguales pero con la diferencia de estar muy dispuestos a atizarles, incluida Rebeca, la chica que realmente temía sus propios poderes. Su “yo” malvada no los temía para nada. — ¿T-tenemos qué…? — La acción de Eugenia respondió a su pregunta, pues se dispuso a atacar a la provocadora de seísmos. — Yo soy inofensivo, ni siquiera sé pelear, centraros en los que sí. —aconsejó a la par que se ponía delante de Nerea. Está bien, no sabía luchar, pero al menos podría parar algún golpe con su propio cuerpo que fuese directamente hacia ella.

AJ se sintió confundido al ver que no había ningún metahumano viscoso o una criatura aguardándoles en el agujero. En cierto modo lo agradecía, ya que la mente del metalero ya se imaginaba un monstrenco tan temible como el Rancor al que mataba Luke en El Retorno del Jedi.

No obstante, algo mucho peor y más inesperado les aguardaba al final del siguiente pasillo: lo que parecían tratarse de unas copias exactas de ellos seis, en posición ofensiva, preparándose para un enfrentamiento. Sin duda, debían de ser réplicas creadas por el ilusionista. Pero, ¿eso era lo que su adversario les enviaba? ¿Copias de ellos mismos para combatir? ¿O había algo más y eran versiones reales de ellos mismos y no ilusiones?

-Esperad, ¿estáis seguros de que tenemos que combatir? -inquirió el heavy, con la esperanza de que aquellas versiones de ellos pudieran entrar en razón.

No obstante, Eugenia ya estaba encarándose con Rebecca, quien fácilmente podía ser el oponente más peligroso del sexteto, por lo que Antonio concentró su energía en arrojar dos rayos de electricidad por los ojos sobre la versión maligna de Carla que sostenía los nunchakus.

Y ahí estaban, como si se estuvieran mirando en un espejo, solo que aquella imagen se preparaba para atacarles, pero no importaba, aquello era más fácil de sobrellevar, que la otra Sala.

Carla sin duda se iba a defender, pero tampoco quería matar a nadie, no estaba allí para eso, estaba para defender a otros mutantes, y ademas, cabía la posibilidad de que detrás de aquella imagen ilusoria hubiera gente inocente, incluso que alguno de los que la acompañaban fuera un ilusión y la persona de en frente real.

Carla trato de crear una marcadora(pistola) de paintball. No era un arma letal, hacia el suficiente daño para evitar que sus enemigos se concentraran en sus poderes.disparando con una marcadora podría tal vez evitar daños mayores.

Carla esperaba crear su arma de pintura antes de que el AJ que les apuntaba, lanzara su rayo.

La situación se había tornado extraña para todos. Como si un reflejo de la realidad se tratara estaban frente a una copia exacta de ellos mismos. Durante un momento Nerea miro entre incrédula y sorprendida, con bastante menos reflejos que sus compañeros los cuales ya se preparaban para la pelea. Cuando la joven comprendió la situación ya todo parecía estar a punto de comenzar. Su mirada recorrió el resto de la sala, buscando algo de cobertura. No sabía pelear, no tenía un arma y su poder no era de ayuda en ese tipo de situaciones.

No tenia ningún sentido aquella situación, era más que obvio que aquello eran ilusiones. No sabía si los daños que provocaran podría ser reales, aunque lo poco que había leído en libros le decía que aunque no físicos, si podría tener repercusiones mentales. Dejando si eso era cierto o no, no veía el motivo de aquella confrontación tan ilógica, ¿Que era lo que quería con aquello el ilusionista?

Sus ojos se abrieron levemente ante una ligera idea que había surgido en su cabeza. Si en mitad de aquella refriega se perdía el orden. ¿Adivinarían quienes eran los de verdad? ¿Cuál era la posibilidad de que si todos se mezclaran no acabaran atacando a sus aliados? La mirada de Nerea se nublo durante un momento ante la posibilidad, pero había cosas más importantes en aquel momento, como encontrar un sitio donde permanecer a salvo, si seguía allí en medio solo sería un estorbo.- Quitémonos del medio, solo estorbaremos.- Dijo a Ulises, que se había colocado delante suya .Sabia cual era el poder del hombre, pero eso no significaba que le agradase la idea de usarlo como escudo en aquella situación.

Rebeca se frotó los ojos instintivamente, casi sin creer aquello que veía, como si pudiese borrar la imagen con aquel gesto.

Las réplicas adoptaron aquella postura, el suelo comenzó a temblar a causa de su “otro yo” y trastabilló, al punto de caer de rodillas, pero ella seguía desconcertada, sin ser capaz de mover un músculo, tan solo la pregunta lanzada al aire de AJ hizo que volviese en sí.

- ¡No lo sé! -se notaba el pánico en su voz, esta vez no trató de disimularlo.

Sus compañeros se pusieron en acción, tratando de defenderse... de sí mismos, aunque visto lo visto tampoco es que intentasen luchar contra su propia réplica cosa que, dada la situación, tenía sentido. Pero Rebeca seguía sin moverse, en el suelo, miró a su clon o lo que fuese mientras Eugenia intentaba dejarla fuera de combate. A diferencia de la seguridad que mostraba aquella Rebeca, ella sentía que no podía hacer nada y todo eso era a causa del miedo, del miedo que le producía el constante pensamiento de hacer daño a alguien.

<< No tiene sentido.>> -pensó, intentando calmar los nervios y encontrar alguna razón a aquella prueba. Entonces reparó en algo, era un pequeño detalle sin sentido y si aquello era realmente una ilusión poco realista, cabía la posibilidad de que se equivocase y aquello acabase mal para todos, pero tal vez era el momento de intentarlo. Cuando la réplica colocó las manos en el suelo, este tembló, nada más. 

Intentó estabilizarse, todavía en el suelo e imitó a su doble, puso las dos manos sobre el suelo y no tardó en sentir aquella familiar tensión. Se concentró todo lo que pudo en ella, intentando no soltarla y dirigió su mirada detrás de aquel grupo espejado, intentando imaginar qué había más allá. ¿Una puerta? ¿Quizá otra sala? Respiró hondo y se soltó.

Las piernas le temblaban y su respiración se encontraba ligeramente agitada ante lo que estaba sucediendo frente a su mirada. Todos parecían estar dispuestos a defenderse de las copias “malignas”. Se fijó como AJ se concentraba para lanzarle sus poderosos rayos a la Rebecca que estaba dispuesta a tirarlos al suelo con el temblor que provocó. Ulises estuvo a nada de caerse pero logró mantener el equilibrio.

Escuchó a Nerea a su espalda, y no podía tener más razón. Allí ambos eran una molestia más que algo de utilidad al no poseer poderes ofensivos. Pero eso le hacía sentir mal, un inútil que no podía hacer otra cosa que observar. Cerró con frustración sus puños antes de volverse hacia ella por si había visto algún sitio donde esconderse, pero todo parecía a simple vista diáfano. — Apartémonos a un lado entonces — le indicó a la vez que se retiraba del “campo de batalla” y se pegaba a una de las paredes.  

Nerea tenía los ojos cerrados y prácticamente en blanco. En ese momento, se giró hacia Carla y le gritó: ¡Cuidado!

Las palabras de Nerea fueron lo que Ulises necesitó para ponerse justo en medio de Carla y evitar que el rayo lanzado por AJ le golpease. El muchacho cayó al suelo gravemente herido, su ropa se quemó por la descarga eléctrica generada por el metahumano, pero su cuerpo empezó a regenerarse a gran velocidad.

Gracias al aviso de Nerea y de que Ulises se había puesto en medio, Carla logró sobrevivir al impacto. Era más que probable que de haber recibido aquel golpe, Carla no hubiera sobrevivido. Pero gracias a sus compañeros lo había logrado y con los nunchakus en mano se lanzó rápidamente para golpear a su homóloga.

Ésta materializó una pistola de paintball en sus manos cuya bala impactó en el pecho de la luchadora. Pero aquello no sirvió de mucho y rápidamente Carla le dio con un extremo de su arma en la cara haciéndola una horrible herida en su hermosa cara y tirándola al suelo. ¿Solo eres capaz de crear eso? ¿Bolitas de paintball? y Carla con una hermosa hizo que los nunchakus se convirtieran en una espada de doble filo que sujetó con las dos manos y la colocó sobre el cuello de la chica. ¿Qué, cómo están papá y mamá?

Rebeca empezó a volar por los aires por culpa del ataque de Eugenia. La otra Rebeca fue capaz de frenar el ataque reduciendo el seísmo a cero. 

Rebeca era incapaz de hacer nada, se sentía confusa porque sin ser capaz de tener sus manos o su cuerpo sobre el suelo de nada serviría su poder. ¡Acaba con ella! Le gritó a AJ.

AJ escuchó las palabras de su compañera y la hizo caso. Con sus manos cargadas de rayos había pensado en lanzárselos a AJ pero al oír las palabras de Rebeca decidió lanzárselos a Eugenia. El impacto fue brutal aunque no devastador. Eugenia perdió la concentración y Rebeca se estampó contra el suelo.

Finalmente Eugenia comprendió que Ulises podría también servir de escudo humano a aquel grupo, así que hizo la misma estrategia que su gemela. Lo alzó en el aire eliminando la gravedad de su cuerpo y manteniéndolo a flote para que no lograra proteger a sus amigos.

Su doble se había interpuesto en el disparo que estaba destinado a interferir en la. Concentración de AJ, y Carla apenas pudo defenderse de los nunchakus interponiendo su arma de pintura, pero la flexibilidad de la cadena de los nunchakus, hizo que el extremo girará y le diera en la cara dejándosela marcada, sin duda, le saldría un gran moraton.

Aquella Carla era bastante chulita, hasta hizo una bonito movimiento para luego transformar los nunchakus en una espada de doble filo que puso cerca de su cuellocuello, pero La Carla original no se había quedado parada y había cogido los puños Americanos que se había guardado con anterioridad en el bolsillo del. Pantalón, había hecho bien en no desechar los.

Tan pronto como la espada se aproximó, y su doble chulita hizo la pregunta sobre sus padres, Carla pego un puñetazo rápido a la espada, provocando un sonoro ruido al golpearla con el metal del puño apericano, al mismo tiempo que apartaba la cabeza. Por supuesto su doble había adelantado la espada para clavarsela, pero ya era tarde, la Carla original ya se había apartado de la trayectoria casi por completo, solo se llevó un pequeño Corte en un lateral del cuello, nada de gravedad, y lo más importante, es que ahora estaban más cerca la una de la otra, y a distancia corta, los puños eran mucho más rápidos que la pesada espada de doble filo, mucho más difícil de maniobrar a distancia corta.

- Los míos perfectamente, los tuyos muertos, pero pronto te reuniras con ellos. -Contesto la Carla original mientras comenzaba a lanzar puñetazos rápidamente.

Todo sucedió demasiado rápido. Observó cómo su copia había tenido las mismas intenciones que él mismo y protegió a Carla de un golpe letal. ¿Tendrían ambos la misma voluntad? ¿Estarían conectados de un modo? No tuvo tiempo de pensar mucho sobre ello pues todos empezaron a luchar uno contra otros, hasta que de pronto se vio con los pies alejados del suelo, flotando por el aire como un globo.

Lanzó un grito ante la confusión, y abrió mucho los ojos antes de rastrear con la mirada a qué se debía. Entonces vio a la copia de Eugenia, culpable de su estado. De esa forma no podría hacer absolutamente nada, limitado a flotar sin servir de utilidad. — ¡¡Ahhh!! ¡¡Bájame de aquí!! — y entre quejidos, intentó resistirse, “nadando” en el aire.

Antonio observó el caos que se estaba provocando en el enfrentamiento con aquellas ilusiones de sí mismos, quienes, a diferencia de ellos, parecían compenetrarse tan bien como si llevasen largo tiempo luchando juntos. El heavy tenía la impresión de que aquellas ilusiones podían anticiparse a lo que ellos iban a hacer, por lo que intuyó que lo más acertado en aquellos momentos era tratar de reducir el número de los atacantes cuanto antes.

-¡Carla! ¿Puedes cortarle la cabeza con la espada a ese? -le espetó a su compañera, señalando al Ulises que acababa de recibir el impacto de su descarga eléctrica. Si evitaban que el Evil Ulises siguiera sirviendo como escudo humano a sus compañeros, impidiendo su regeneración, todo sería mucho más sencillo.

Aprovechando el enfrentamiento entre las Carlas, decidió enfocar en la que portaba los nunchakus y concentró todas sus energías en lanzarle unos rayos por los ojos con intención de dejarla fuera de combate y darle la oportunidad a la Carla original de librarse del regenerador.

La descarga eléctrica del fake AJ había hecho que Eugenia se encogiese en el suelo, tratando de contener el dolor, estaba acostumbrada a grandes dolores de tipo físico y mental tras su paso por las peores calles, en los peores estados, pero allí no había peña capaz de lanzar descargas eléctricas contra la primera persona que le debiese su último pico. Su retorno de un coma tampoco había sido doloroso, en absoluto, pero si que había recibido algún puñetazo, incluso un navajazo, algo de delirium tremens y un mono de narices, pero nada como esto. Aún así trató de no regodearse en aquel malestar, ya miraría si había habido quemaduras o daños que fuesen a requerir ayuda médica, ahora lo importante era sobrevivir...

La joven no podía entender lo que estaba ocurriendo. Quizá fuera porque no estaba acostumbrada a peleas o algo parecido, pero todo parecía ocurrir demasiado rápido. Cuando se quiso dar cuenta Ulises, quien le había acompañado por el momento había sido levantado al igual que su réplica rival. Se quedo mirando como este intentaba pelear contra aquello que le sostenía en el aire. Mientras todos a su alrededor peleaban.

Seriamente durante un momento pensó en lo bien que le vendría haber ido a algún cursillo de defensa personal o algo parecido. Pero aun con ello no podía dejar de pensar que aquello era lo que le tocaba. Podía intentar ayudar si era algún tipo de problema o incógnita, incluso podía ver que había ocurrido para facilitar ese tipo de tareas, pero llegado el momento de pelear podía considerarse que ella no era la mas idónea.

Rebeca puso toda su fuerza de voluntad en seguir concentrada, al punto de quedar traspuesta un instante, sintiendo un ligero pitido en los oídos que le provocó un mareo. ¿Había conseguido algo? No estaba segura, parecía que todo su esfuerzo había sido en vano pues nada temblaba. No obstante intentó resistir...

Hasta que su homóloga interrumpió su concentración:

¡Acaba con ella! 

Desvió su vista instintivamente, asustada, a tiempo para ver cómo el falso AJ disparaba su energía a la Eugenia verdadera. 

- ¡No! 

Sintió la rabia crecer dentro de sí y le nubló el juicio, sin pensarlo mucho dirigió su vista cargada de rabia hacia el falso AJ y posando de nuevo sus manos contra el suelo.