Dionisio ofreció una copa a Iris generosamente y la diosa mensajera la aceptó, pero aquella llevó a una y otra y cuando menos pensaron, los dos dioses tenían una especie de fiesta privada en los aposentos de Dionisio.
Lo que había sido una copa se había convertido en una botella entera y así, la diosa mensajera se encontraba en un punto de embriaguez tal que sería poco cosciente de lo que debía o no debía salir de su boca. Tras esto, Dionisio la miraba con una sonrisa en su rostro.
Las reglas son las siguientes:
- Dionisio hará tres preguntas y solo tres preguntas.
- Iris, te ves en la obligación de contestarlas con total sinceridad.
- Las preguntas deben ser claras, al igual que las respuestas.
- Al hacer las tres preguntas y ser respondidas, la escena se cierra.
El vino iba haciendo su efecto, daba igual cuantas copas tuviera que llenar, se las serviría una detrás de otra, todas cuantas quisiera. Para cumplir con el propósito que tenía en mente, mejor cuanto más vino corriera por sus venas. Sus ojos y sus párpados pesados me indicaban que ya estaba, la tenía donde quería.
-Vamos a dejar las cosas claras de una vez por todas... Empecemos... ¿Del triángulo amoroso* quienes son los traidores? si es que lo son... -me quedo observándola con los ojos bien abiertos, preparando una copa de vino para mí, esperando que su respuesta me agradara como el buen vino-.
triángulo amoroso: Afrodita, Ares, Hefesto
La pregunta de Dionisio me incomodó bastante - ¿Porqué me lo preguntas a mi? - pregunté antes de responder. Luego respondí sin más. Algo en mi interior impedía no contar la verdad - El matrimonio está entre los traidores.
Muestro una gran sonrisa cuando me responde a la pregunta. Satisfecho, lleno una copa de vino para mí y me acomodo, estaba disfrutando de la situación, pero muchos menosprecian los efectos que puede tener el licor, incluso en un dios.
-No soy un Dios belicoso, ni siquiera agresivo... pero yo también tengo mis habilidades y sé como utilizarlas. Si te estoy preguntando a ti, es porque sé que eres una traidora... fue a ti a quién vi acechando a Hera justo antes de morir... -hice una pausa dramática para beber de mi cáliz- volver de entre los muertos me hace jugar con ventaja sobre vosotros...
-Ahí va mi segunda pregunta... De entre los señores del inframundo*, ¿quienes son los traidores?
*Hades y Perséfone
Ninguno de ellos - me limite a responder sin ganas. Dionisio me había sentenciado a muerte así que sólo sacaría desdén de mis palabras.