Bueno... ya que no cala mi idea de usarla para negociar, me voy a ponerla. Por favor, Richi, échame un cable para moverla.
Me pongo en camino para situar la última rueda en su sitio
-Lo haremos todos. William Arieth, vamos pal taller Mecánico. -Comento siendo ellos cuatro. -Por cierto no me has respondido a la pregunta. ¿Resolviste el acertijo de las constelaciones?
Motivo: ardillas en los bolsillos.
Tirada: 1d3
Resultado: 2
Me movere al taller mecanico, cuando William y Arieth (esta supongo que en modo aotumatico) se muevan conmigo.
Por cierto voy titando observar a Alice.
No, para nada. No sé dónde aplica. Supongo que en el dispensario, que me pareció ver estantes con nombres de estrellas. Pero supongo que alguien se habrá adelantado.
Motivo: bolsillos.
Tirada: 1d3
Resultado: 1
Nuevo intento para bolsillos de Alice.
Joder... como me odia la suerte.
Cuando se dirijan a colocar la rueda les sigo.
Todos salieron de la estancia en dirección al Taller Mecánico.
Gran parte del suelo del invernadero estaba derrumbado, la fuente estaba rota y no paraba de expulsar agua en dirección al Sótano, inundándolo lentamente. Algunos árboles habían caído contra otros; la puerta hacia el Observatorio Cubierto estaba destrozada a causa de una palmera.
Por otro lado la sección de la Sala de los Reptiles y la Capilla parecían intactas.
Joder... El mamón de Gerard seguro que tiene algo que ver. Iré a la sala de reptiles, a ver si encuentro de una vez la dichosa pierna.
Salgo a la sala de reptiles
Tras mucho buscar en la Sala de los Reptiles y no encontrar absolutamente nada, decidió seguir con su buscando por las zonas colindantes, en este caso le tocó a la Capilla, en donde, pudo notar que aquella enorme puerta de madera que daba al Jardín Exterior ahora se encontraba entre-abierta.
Tras echar un vistazo furtivo pudo ver a Arieth y al Médico estar aguantando una pila de bancos al lado de la Casucha de los Empleados. Sin lugar a dudas, ahí ocurría algo.
Director: Un empujoncito.
¿Que andan tramando estos dos? No es que tenga dudas sobre Gerard, pero no me fio ya de nadie.
Tras cerciorarse que tenía la armadura bien puesta y la hoja oculta bien enganchada fue a encontrarse con aquellos dos.
Allé voi!