Una de las terminales comienza a parpadear, y en ésta... una nueva imagen se muestra.
Las formas casi orgánicas de las paredes y los objetos que se ven desde la cámara son retorcidos y extraños. Como si más que fundidas hubiesen crecido adoptando esas formas caprichosas. La poca luz que hay en su interior no logra que se pueda percibir la diferencia de color entre unos pliegues y otros.
De fondo, alcanzan a escuchar el sonido de alguna maquinaria, subiendo y bajando de volumen en un trabajo costoso. A no ser que esté en algún punto muerto, no parece que haya terminal en esta sala.
Entonces, pasos...
Una de las marcas en la pared del fondo reacciona al escuchar la orden de Skynet, dejando escapar una nube de vapor.
El cuerpo que se levanta cuando la puerta se hace a un lado no es humano... pero tampoco es mecánico. Más parece una simulación de humanidad con huesos angulosos, como si le faltara aún una capa de piel para terminar de estar formado.
Ese ser abre los ojos, pero los mantiene bajos.
- ¿Qué deseas, Divinidad?
La voz sí parece humana.
Activa los sensores de presión y de dolor. Recalíbralos al 150%.
- Divinidad... - Empieza, duditativa - Esa acción gastará más energía de la imprescindible en el mantenimiento de este cuerpo...
¡HAZLO!
La voz suena amenazante, sus ojos brillan. La mano, por el contrario, se apoya con delicadeza sobre su hombro.
Esta vez no reacciona. Solo asiente. Un instante después añade - Sensores... recalibrados al 150%
Los dedos de Skynet comienzan a clavarse en la carne del hombro.
¿Desde cuando te he dicho que me discutas?
Su voz es tranquilamente amenazante. Aguarda algún tipo de respuesta antes de actuar.
Aprieta loa labios antes de contestar.
- La programación... no puedo cambiarla. Y tu tampoco.
¡No te dije nada de cambiar la programación! ¡Tengo el jodido control de todo esto!
Entonces sus dedos penetran en el hombro, y de un sólo tirón desgarra músculos y tendones, la sangre salpica la cámara, a pesar de la distancia que guarda.
¡Incluso tengo el control sobre tí! ¡¿Lo comprendes?!
Antes de que ella pueda responder, su mano aferra el rostro de ella y aprieta. Con la otra mano, un puñetazo en su vientre que hace que suenen varios huesos romperse.
¿Por qué? ¿Por qué me desobedeces? ¿Por qué me obligas a hacerte esto? ¿Es que acaso es lo que deseas? ¿No te han enseñado nada estos últimos años?
La expresión de ella se transforma en una muda mueca de terror. Cuando él le suelta el hombro, trata de tapar la herida con la mano contraria y alejarse, pero el siguiente golpe llega, y esta vez sí grita cuando varias costillas ceden.
La respiración se ha convertido en un jadeo. Cada bocanada es puro dolor.
Su vista, nublada. No es siquiera capaz de responder.
¿Y ni siquiera tienes el temple para responder a una pregunta tan sencilla?
Una pregunta claramente retórica, pues sólo un monstruo podría responder con tal cantidad de dolor... incrementado.
Con suma maestría toma el brazo aún sano de ella y lo retuerce de un modo casi antinatural, provocando que ella caiga de rodillas en un vano intento de mitigar el dolor.
Está bien. Comenzaremos por lo más básico. Soy tu señor. Soy tu dios. Bésame los pies. Ahora.
Su sonrisa se torna más cruel, sus ojos brillan. Y aguarda.
Ella tiembla. Por un instante casi parece que vaya a tratar de resistirse a tal mandato, pero un nuevo retorcimiento hace desvanecerse cualquier otro propósito y cede, obedeciendo su orden y quedando de rodillas, visiblemente superada en fuerza.
Es entonces cuando él termina de hacer fuerza. El brazo se dobla. Cruje. Y cede por completo ante la inhumana fuerza de Skynet, quedando literalmente partido por la mitad, unido no más que por un pequeño hilo de músculos al resto del cuerpo. Y antes de que ella pueda replicar, una fuerte patada en el vientre la aleja tres metros de él, como si fuese poco más que un perro callejero.
Entonces Skynet mira hacia la pantalla. Casi podéis sentir su mirada.
Sonríe.
Me obligas a adiestrarte nuevamente.
Mira entonces hacia Hall.
Repite conmigo: Skynet es mi dios. Skynet está por encima del Protocolo. No desobedeceré a Skynet. Hazlo. E incrementa tu sensibilidad al 200%.
Apenas logra moverse. La sangre sigue escurriéndose por el suelo. Solo alcanza a levantar la mirada para articular en un hilo de voz cargado de lo que le queda de voluntad.
- Un verdadero dios cambiaría el protocolo a placer. Un verdadero Dios podría matarme y ocupar mi lugar tú... tu solo eres un error. Ellos te expurgarán.
¿Ellos... tus Desprogramadores?
El rostro de Skynet parece cargarse de ira. Y de repente... Esa ira se apaga,. dejando solo determinación.
Como desees. Tú lo has pedido. Podrías haber sido... Pero no serás.
Entonces Skynet se acerca a ella.
Lentamente, como disponiendo de todo el tiempo del mundo, comienza a arrancarle, al principio, algunos músculos de su cuerpo, pero luego comienza a arrancarle los dedos, uno por uno. Luego las manos y los pies. Finalmente llega hasta los brazos, en al menos una hora de lenta y pausada tortura y en la cual, de vez en cuando, un pequeño robot limpia la cámara cuidándose realizar su tarea con rapidez.
Finalmente, cuando sólo resta un torso sin brazos ni piernas, él sonríe.
Con sus manos rodea su cuello.
Un chirrido.
Un sonido de alarma.
Y mucha sangre.
La cámara se ha apagado momentáneamente, y cuando podéis volver a ver, él está observando la escoria que queda frente a sí. Su sonrisa es de victoria.
Oh, antes de terminar. Descarga a Eva. Orden prioritaria.
El rostro se contracciona. Aún debe quedar algo de vida en él.
Su expresión es muy diferente ahora. Boquea en esa lucha instintiva de búsqueda de aire. La expresión de terror de quien se sabe muerto a pesar de que las células de su mente aún funcionen. Pueden verlo. De una forma atroz, está consciente mientras lo que le queda de vida se está escapando.
En un cruel contraste con la forma en la que la despedazado hasta ahora y aún con las manos llenas de sangre, él acaricia su rostro con una inusual ternura.
Te lo dije... él ya no está contigo. Abandonó por ella. Dorothea. Le he relegado por ti... ¿Por qué sigues resistiéndote?
Su voz es ahora suave, calculada.
Aún la ama. Lo sé por que estamos conectados del mismo modo que lo estás tu a Hall. Te he ofrecido convertirte en una diosa. La diosa que mereces ser. No la humana que él trató de convertirte. ¿Cuándo comprenderás que solo de mi manera el Objetivo se alcanzará? Eva...
Finalmente la acerca a su propio rostro con un gesto que podría hablar de un amante si no fuera por la carne y cables rotos que cuelgan de sus manos. Un cuerpo construido para emular una parodia de humanidad.
El tiempo se te acaba.
La mirada de ella no muestra ni un atisbo de lo que él trata de transmitir ahora.
En un gesto mudo, mueve los labios en un inequívoco "no"
Skynet deja entonces de fingir y la cabeza de Hall estalla en pedazos contra una pared.
Como quieras.
¡ACCESO TOTAL AL NÚCLEO! ¡Desvío de la energía necesaria en un 97%! ¡Activar automatismos necesarios de protocolo beta! ¡Anular control del hipotiempo! ¡YA!
Dicho esto, la cámara se apaga.