Partida Rol por web

Si, Walter... eres el último entre mis favoritos. Algo parece haberle pasado a Melinda. La señal sináptica recibida es la misma que con Jovielle cuando desapareció de nuestro lado. 

Me dirigí hacia donde estaba el Vial.

-Hall ¿que pasa si lo tomo?-

Si lo supiera, no podría decírtelo.

Observe nuevamente el vial. No estaba muy seguro, pero quería ver que efecto podría tener si lo tomaba. Quizás acabaría con mi vida o quizás no hiciese absolutamente nada.

Volví mi mirada hacia Hall, le regale una media sonrisa... una cargada de desprecio, miedo pero sobretodo cargada con mi decisión.

Bebí el contenido.

Pero claro, no es que tu cuerpo robótico pueda beber sin más, de manera que buscar con la mirada alguna forma, y acabas por encontrarla. 

En la terminal hay algo que no hay en las terminales de otras salas que has podido ver. Parece un recipiente para probetas, con un pequeño techado que te permitiría seleccionar el código de la persona a la que querrías administrárselo. Siguiendo esa intuición, pulsas tu propio código, y en la terminal salta una advertencia.

Día 5: Envío para transfusión en el próximo descanso sobre el candidato V027... aceptado.

¿Confirmar?

[  si  ]     [  no  ]

Me sentí estúpido al darme cuenta de que no era humano y no podría beberlo... pero pronto encontré la forma de administrarmelo. En cuanto el mensaje de advertencia salio en aquella pantalla, seleccione el si.

Te has arriesgado y lo has dado todo - Susurra la voz de Hallbert, más suave de lo que la recordabas. 

Tu droide en esta sala está magullado ahora. Fue con él que acabaste con la vida del segundo, y apartaste a Skynet de tu camino, pero no ha salido indemne. Por suerte, no sientes dolor. 

Te dejas caer con pesadez, pero entonces una nueva sensación te alcanza. Unas manos temblorosas. Las manos delgadas y delicadas de una niña, te están rodeando desde atrás. Sientes su cabecita apoyada contra tu hombro, y el leve temblor que la recorre - Gr... gracias... - solo ahora lo comprendes. Está llorando. La pequeña está llorando.

Y aunque sabes que solo es una ilusión, tu corazón tiembla...

- Quédate conmigo... - La súplica infantil es suave, pero alcanzas a escucharla claramente. - Quédate, quédate... Hall es buena... ¿si?

Pero duele... duele... no quiero que duela... 

Sangre, gritos… un dolor que era falso pero una voz que logra despertarme, confundirme.

En ese momento mi mirada se perdió en el espacio, notaba una calidez perdida en el tiempo, en mi mente…recordando tiempos en los que esta misma escena se pudo repetir....sintiendo ese dolor que es característico de la amarga soledad que se siente al estar solo...

El miedo, el dolor…

Acaricie su cabeza que, pese a ser artificial, tiene ese tacto que me recuerda tanto a mi hijo, puede ser un robot, pero esta inspirado en un niño... un niño no merecería sufrir ni pasar por todo esto, un niño a de tener a sus padres que lo quieran, quizás estuve buscándola sin darme cuenta, quizás me he encontrado con mi deseo mas encerrado...

La envolví entre mis brazos y solo pude sisear intentando calmarla

-No te abandonare- Susurre cerca de su oído.

La piel de la niña que te abraza tiene tonos metálicos, a pesar de la calidez que te transmite. Sigue hablando sin morarte a los ojos, como si no quisiera soltarte.

- Ahora... la decisión es solo tuya. ¿A quien... atacarás esta noche?

Lentamente, la sensación de ese abrazo se desvanece. El cuerpo infantil se sienta en el suelo, cayendo casi sin fuerza y sin ser capaz de enfocarte con tus ojos completamente negros, perdida en el vacío. 

Abre la boca, como si quisiera decir algo, incapaz de llorar, pero no alcanzas a escuchar ningún sonido. La desolación de Eva es evidente. Una parte de ti te impulsa a querer acercarte y abrazarla, darle el afecto que ahora sabes que necesita tanto como teme, sintiendo su sensación de abandono como si fuera tuya. 

Duele...

Lentamente, te tu enlace con esta habitación se desvanece.

Tu segundo Droide se activa, y una vez superas la sensación de poder procesar tantas imágenes diferentes a la vez, tratas de reconocer tu entorno.

Miras a tu alrededor mientras los electrodos de tus ojos se reajustan y definen los contornos. Incluso en este cuerpo mecánico puedes notar que la imagen es dantesca. Paredes y techos descascarillados, algunos restos de muebles volcados y apartados sin ningún miramiento, planchas oxidadas y caídas. Aquí y allí hay trozos de cristal rotos esparcidos por el suelo. Hay muy poca luz, pero por suerte no necesitas mucho más para empezar a andar.

Te cruzas con algunas puertas que se han quedado encalladas por el óxido, e irremediablemente sigues buscando cualquier signo de vida.

Es entonces cuando lo escuchas. Un leve pulso. Esa es la mejor forma que tienes de definirlo. Caminas en esa dirección por no tener ningún otro mejor a donde ir, y ahí encuentras algo que no se parece en nada a todo lo anterior. El único artefacto funcional que has visto. Parece un inmenso brazo que surja del suelo, con el codo flexionado, en cuya palma se muestra un monitor y una terminal operativa. 

En el suelo, desperdigados de cualquier manera, hay 5 droides inactivos. Todos parecen muertos.