Al menos coincidimos en que muy probablemente haya que matarlos, a todos xD
Una sádica sonrisa se extendió por el rostro de Blanch- No seremos nosotros los que pierdan su dinero -aseguró con cierto brillo en los ojos- Lo que hayan recaudado en ese peaje nos será de vital ayuda para comprar mercenarios... pero hemos de actuar con cautela -su mirada se desvió durante un instante al brazo de Marcus- Aún no nos hemos recuperado por completo de nuestros anteriores encuentros, así que nos acercaremos fingiendo total tranquilidad.
Cuando nos den el alto y estemos cerca de ellos, yo aturdiré con mi magia al que primero haya hablado -siguió con sus instrucciones- Y en ese momento le atacaremos los dos a la vez para acabar con él antes de que sus compañeros reaccionen. Así equilibraremos un poco la balanza... -parecía que estaba ansioso por llevar a cabo su plan, pero se contuvo y siguió haciendo como que buscaba su dinero para que los guardias no sospechasen- Después yo subiré para encargarme del tirador y tú te quedarás abajo matando al soldado restante. Sólo procura no transformarte a no ser que sea completamente necesario: si necesitas ayuda te apoyaré desde lo alto con mis conjuros.
Pero yo quiero una matanza perfectamente planeada XDD Máster, ¿entonces tendremos tiempo de encargarnos de esos adinerados guardias del peaje o quieres adelantarnos directamente a Middenheim? Y más importante... ¿nosotros seguiremos posteando aunque Akrabu se tome un descanso?
Los dos gallardos jinetes con sus briosas monturas se aproximaron al peaje. Los guardias estaban alerta pues les dieron el alto algunos metros antes del puente y mientras uno se acercaba a Ibrahm, por creer que era el amo de su esclavo negro, el otro se alejó algunos pasos con la lanza en la mano.
Buenos días, señor. Voy a tener que pedirle que baje de la mula.
¡Alto! ¡Guardia civil!
No, a vosotros os voy a retener. Hay un breve encuentro programado más adelante, ese no puede faltar, pero lo que haré será espabilar el ritmo. Akrabu está de vacaciones, pero Larkin y yo hemos intercambiado algunas ideas sobre el porvenir.
- Astuto plan, hechicero. Pero... ¿Y sin son más de tres los guardias...? - Refutó con todo el sarcasmo que su parca humanidad le permitía expresar. Que hubiera tres a la vista no aseguraba que otros tantos estuvieran dando vueltas no muy lejos, por eso la iniciativa de su compañero le parecía en primera instancia demasiado temeraria.
Pero el negro no tuvo tiempo para más reflexiones, puesto que los guardias abordaron de un momento a otro a Ibrahm, a quién habían tomado nuevamente como su amo esclavista o algo por el estilo, según dedujo al instante.
El último comentario de Bolt consiguió hacer dudar al hechicero. No le preocupaba el hecho de que pudiese haber patrullas por la zona, pues estaba convencido de que acabaría con los guardias del peaje antes de que nadie pusiese socorrerlos, pero no pudo evitar preguntarse si habría alguno más dentro del puesto de guardia.
Buenos días -le respondió con sumisa amabilidad al que le dio el alto Es mejor asegurarse primero se dijo, al tiempo que obedecía y desmontaba de la mula- Me alegra ver que los puentes están vigilados en estos tiempos que corren -Esperaremos a ver qué es lo que nos exigen, y así de paso podremos observar si salen más soldados de la torre.
Los guardias miraron tras los sectarios, hacia las columnas de humo que se alzaban en la distancia. Se miraron entre ellos cuando Blanch habló.
Sí...es nuestro deber. Si desean cruzarlo les costará 1 corona de oro a cada uno y otras dos por las mulas. les aconsejo que se den prisa.
¡Vienen jinetes! -gritó el arquero desde la torre.
¿Son amigos? -preguntó el peajero que charlaba con Blanch
¡No lo sé! ¡Pero están armados!
Por Sigmar bendito dese prisa, señor. -dijo el peajero mientras había la bolsa de monedas de oro, abultada pero no muy lleno para que Blanch echara dentro el peaje.
Marcus no intervino en la conversación, ya que su papel era el de un esclavo o un peón similar, limitándose a esperar que el hechicero pagara lo que se le pedía como peaje. El guerrero si se giró hacia el camino para ver la llegada de aquellos que venían al galope por el camino, gente de guerra al parecer. Eso solo podía traer problemas, pensaba el salvaje.
- Aunque puede que en medio del caos la Fortuna nos sonría finalmente...
Los ojos de Blanch se abrieron sobresaltados ante la abusiva suma que les exigían. Estaba todavía intentando decidir si discutirles que un esclavo debería cruzar gratis o si pasar directamente a la matanza, cuando el aviso del tirador llegó hasta ellos. Pensando con rapidez, el hechicero sacó las monedas que pedían y las dejó caer en la bolsa- Quetengaunbuendía -masculló, tras lo cual volvió a montar y se apresuró a cruzar el puente antes de que llegasen los jinetes.
Si son amigos del Imperio les dejaremos pasar y después nos haremos con esa bolsa de oro -le murmuró a Marcus cuando ya era imposible que los guardias les escuchasen. Apenas la mula hubo pasado la última piedra del puente, Ibrahm la detuvo y le hizo darse media vuelta para poder ver lo que estaba a punto de suceder- Pero si no... quizás podamos beneficiarnos todavía más de esta situación.
Hay que ser optimista XDD
Los dos hombres pagaron el peaje, caro pero esperado y atravesaron el puente. Se alejaron lo suficiente para evitar el peligro. Pero cuál fue su sorpresa al descubrir que el jinete que bajaba veloz por la pendiente hasta el puente era Maximilian Von Reinoln. Seguido por otros tres jinetes, dos de ellos mujeres y cinco hombres armados a pie.
Te quito las 4 coronas
¡Tachán!
Stinth elevó una alabanza a Nurgle al reconocer a su joven señor, pues hacía ya tiempo que le imaginaba tirado en una sucia zanja del camino. Negándose a que Maximillian le viese montado en aquella indigna mula, el hechicero desmontó por segunda vez y lo cogió de las riendas para dirigirlo de nuevo hacia el puesto de peaje Por suerte esos sacos que llené en la granja la harán parecer una bestia de carga...
Caminando a paso tranquilo, la embozada figura del hechicero no tardó en motrarse a los que se acercaban a caballo, deteniéndose a pocos pasos de los guardias que custodiaban el puente. Su mano aferraba con firmeza las riendas del animal que lo seguía, y tras la amplia capucha pudo adivinarse una sonrisa de oscura alegría- ¡Los Hijos te saludan, Von Reinholn! -le gritó, mostrando su conocimiento de la secta a la que el noble servía.
¿DOS mujeres? Veo que Maximillian no ha estado perdiendo el tiempo XDD Te iba a preguntar si podíamos marcar ya a Maximillian y los demás, pero me he dado cuenta de que no podemos ^^ Si vas a copiar y pegar mi mensaje, preferiría que fuera solo la segunda parte (para no revelar lo que desmonto de la mula y tal n.n). Además la he escrito para no revelar claramente quien soy, así que puedes usarla para meterles un poco de miedo ;D (se lo merecen por dejarnos tirados)
Marcus se alegró de sobremanera al divisar luego de tanto tiempo a su maestro, pero su semblante cambió al ver la comitiva por la que iba acompañado. El hombre-bestia negro no parecía estar muy conforme con la idea de contratar gente fuera del círculo de confianza y poner las esperanzas de la misión en manos poco confiables. A pesar de todo, el reencuentro era muy buena noticia como para dejar enterrados de momento recelos secundarios.
- ¡Lord Reinholn! - Exclamó estoicamente mientras desmontaba el guardaespaldas de granito, para luego desenvainar su rústica espada y la ponerla sobre su pecho en señal de reconocimiento y firmeza ante el noble a quién debía fidelidad.