Partida Rol por web

Escena para la publicación de las cartas y documentos que interesan a los PJ.

Hijo mío, confío en que el asunto con el señor Fredstad haya sido liquidado y no de más problemas, pero tenemos asuntos más importantes. He recibido carta de nuestro contacto en Brockel, la cual te adjunto, según parece nuestro carruaje ha partido antes de lo previsto y hemos de actuar con presteza, y con discrección, pues nuestro amigo en Brockel parece demasiado entusiasta, y lo mejor es seguir manteniendo oculto nuestro nombre. Los caballos que te proporciono son rápidos y resistentes, os servirán bien, confío en que los que os esperen en el pueblo sean apropiados. Allí recibirás más información de nuestro siervo.

No deseo preocuparte, y sólo son rumores por el momento, pero un grupo de sicarios de Sigmar está indagando. No es nada nuevo, pero ten mucho cuidado y cumple con tu destino.

Atentamente, tu padre.

A su Excelencia X Von Y:

Mi señor, me entusiasma poderos escribir estas buenas nuevas que a buen seguro os alegrarán el día en cuanto leáis la presente. El convoy que os interesa ha llegado esta misma tarde a Brockel, está compuesto de dos carros, de tamaño similar, ambos pertenecen a la compañía "Las cuatro Flechas" y lo manejan cuatro de sus cocheros, todos ellos armados con armas de pólvora y otras armas punzantes. Lo escoltan cuatro jinetes, patrullas de caminos en apariencia, aunque portan sendas armaduras.

Se han hospedado en la iglesia a la que sirvo y son gente de pocas palabras, aunque beben en exceso. Uno de ellos, el que parece ser el jefe, es algún tipo de caballero o noble menor, pues le tratan como señoría, aunque se ha identificado ante mí y mi maestro como Günter a secas, sin apellidos ni títulos. Pensaba envenenar sus comidas pero no tenía suficientes dosis y he desistido en mi idea. Pero he conseguido para su Excelencia retrasar el carruaje, pues una de las ruedas se ha roto oportunamente y ha de ser reparada, pero aún así temo que mañana partan, aunque sea avanzada la tarde. Intentaré retenerles con algún pretexto, pero no os prometo nada.

Vuestro leal servidor

WK

De: Fausto Von Adalwäin.

Para: Meinrad Rüdiger.

Mi muy estimado Meinrad,

Acudo a usted como último recurso en mi disparatado intento de acabar con el mal que el objeto que le remito mantiene en su interior. Sé que el riesgo que corro enviando esto por correo dados los tiempos que corren tras la Tormenta es más que inmenso, pero no nos queda otra opción.

Mis investigaciones solo confirman lo que ya le conté en otras misivas Herr Rüdiger, el Forúnculo de Nurgle causa una muerte lenta, dolorosa y horrible mediante la enfermedad. Solo los dioses saben cuando se activa y porqué, seguro que esos malditos sectarios tuvieron algo que ver con sus intenciones. Tampoco he conseguido saber que tipo de beneficios reporta el Forúnculo que hace que todos esos locos vayan detrás de él.

Espero las primeras conclusiones cuando reciba esto.

Hasta entonces, que Sigmar nos proteja.

Fausto Von Adalwäin.

Estimado Padre:

                         Os escribo esta carta para informaros de nuestros últimos progresos. Para ser sincero, han sido pocos. Salimos al galope tendido de la ciudad y tras un arduo viaje llegamos a Bröckel. Allí contactamos con nuestro enlace, W.K, quien nos informó de que la gente a la que buscábamos ya había partido. Pese a tener algún que otro contratiempo, nos pusimos en marcha y seguimos su rastro. No obstante, llegamos a un lugar en el que pudimos comprobar que los vehículos que perseguíamos habían sido asaltados y la gente que los dirigía saqueada de todo cuanto fuera de valor. No caímos en la desesperanza ante tales sucesos y procedimos a seguir el rastro de los asaltantes. Tuvimos que enfrentarnos a ciertos orcos que casi logran acabar con mi salud. Finalmente, arribamos a D. Aquí intentaremos obtener liquidez y contratar a un grupo de hombres que nos permita aumentar nuestra pequeña hueste y de este modo podamos cumplir con nuestros objetivos. De momento, pernoctaremos aquí y mañana cambiaré el papel de la casa por coronas. Nos pondremos en marcha cuanto antes.

Atentamente:

                                                                                                                                                                                     Maximillian Von Reinholn.