Oigo un estruendo proveniente de lo que debe ser la cocina o la despensa y no puedo evitar reírme ante la torpeza del elfo en lo referente a la cocina, incluso con algo tan sencillo como coger alguna cazuela. Me siento bien estando a su lado, es un amable compañero y además me hace reír, lo que viajando sola se echa de menos tanto como el tener una conversación con alguien.
Cita:
- Bien, eso estará muy bien, y trae algunas hierbas o especias si tienes para darle más sabor. - le grito en respuesta a su información sobre lo que tiene en la cocina. Entonces me pregunto qué comerá habitualmente si tan malo es cocinando... Pobre muchacho, quizá se dedique a comer en las posadas de los humanos.
A los pocos minutos me giro para verle salir de donde estaba cargado de cazuelas, cazos, cubiertos de madera y un frutero que deja en la mesa de camino hasta que se sienta junto a mí y saca una lira. El agua que ha echado en el cazo empieza a hervir y Heian hace ademán de ponerse a tocar la lira y, antes de que me diga nada, le animo a que lo haga:
- Oh, sí. Toca algo, por favor. La música es el sonido del alma... nunca he cocinado escuchando música, será bonito. - le digo sonriendo mientras echo algunos trozos de pescado que he ido cortando en el cazo para que hierva mientras remuevo con una cuchara de madera. Después me quedo mirándole esperando a que las melodías empiecen a sonar y a invadir el ambiente con la dulzura que caracteriza, sin duda, el sonido de la lira.
Más adelante echaré unas pizcas de especias para darle más sabor al caldo.
El mensajero permaneció quieto durante unos instantes, observando a la mujer con una mezcla de curiosidad y fascinación. Asintió, como si lo hubiera esperado, pero frunció el ceño al recordar que no era demasiado bueno para elegir temas en momentos inoportunos: los rasgos de su semblante eran demasiado delicados, sus ojos eran grandes y almendrados y sus orejas, que sobresalían entre los mechones cobrizos de su pelo, acababan en una sobresaltada punta. A pesar de su aspecto salvaje y desaliñado, no lucía ni sombra de barba.
-Espero que esta canción sea digna del olor que expulsa esa cacerola señorita. Bromea con una bozarrón, emulando a cualquier guardia que vigilan las calles del Valle. Con intención se coloca la lira y empieza a calentar sus delicados dedos por las cuerdas hasta que empieza a coger una divertida sintonía. La llamo; la manta que cubre la noche-
Mientras la musica suena, los ojos de Heian se cierran y viaja hasta un mundo donde sólo la música te puede transportar. Una vez termina, los abre y el fuego se ve reflejado en esos grandes y ambarinos ojos. Hasta que, inevitablemente se fija en los tuyos como esperando una critica por su interpretación.
Me río sonoramente cuando Heian pone una voz que bien podría pertenecer a cualquiera de los guardias que se llevaron a la pequeña gnoma al entrar en el Valle... Me acuerdo de ella y pienso que quizá al día siguiente debería ir a intentar localizarla.
Después, cuando el jóven se dispone a tocar la lira y me comenta el nombre que ha puesto a la canción sonrío al pensar en que es un bonito nombre para una canción de cuna... y que espero no quedarme dormida, pues el sonido de la lira es sumamente tranquilizador y tengo mucha hambre.
Pero no es así, en cambio, la música sí, me tranquiliza y al ritmo de la misma comienzo a mecer mis piernas adelante y atrás mientras muevo la cabeza al son de las notas musicales mientras una sonrisa se instala en mi rostro sin poderme deshacer de ella... y sin quererlo. Me siento agusto, por primera vez, libre y tranquila desde que abandoné mi hogar. No hay remordimientos... no hay pena ni dolor... Sé que todo va a salir bien a partir de ahora, o al menos así me siento.
- Es preciosa... Me encanta... Tienes unos dedos prodigiosos con esa lira. - voy diciendo en ocasiones mientras la música suena dando mi sobresaliente a la misma y, por supuesto, a su autor.
Cinco minutos más tarde la sopa de pescado está lista para ser servida, así que sonriente se lo anuncio al músico:
- ¡La sopa está lista! - exclamo con energía mientras hago con una mano círculos sobre mi tripa en señal de que el hambre aprieta.
- ¡Uy! ¿Puedes ayudarme, Heian? - le pido cuando intento levantarme pero noto que me duele el tobillo bastante así que espero a que Heian se preste a ayudarme a acercarme a la mesa y a recoger el cazo. Queda poco fuego pero no se extinguirá hasta después de un rato así que es probable que pueda avivarlo un poco después de la cena.
Unas pequeñas velas colgadas sobre las paredes en puntos estratégicos, cuyas llamas son capturadas de entre las luces que le rodean, iluminan la estancia, suficientemente grande como para sentirse acogido. Para Heian es tal la sensación de protección y bienestar que desearía quedarse aquí para siempre, sin más necesidad que la de sentir que nada podía hacerle daño, a pesar de cuanto se perdía de la belleza que lo rodeaba.
-Gracias.. no esperaba que.. ¿En serio te ha gustado?- Arruga la nariz como anunciando que para él no ha estado muy fino y que solo lo dices por decir. En cualquier caso, el decide tomarse la revancha por si le estás tomando el pelo con un; "aún tengo un tema secreto que nunca se lo he enseñado a nadie"
Ya entre risas y pasados los cinco minutos, el mensajero se contagía de tu energía y abandona la lira para centrarse en cualquier ayuda que te tenga que prestar de un salto. -Dios mío, que rico huele. Acerca la nariz al interior de la chimenea para que el olor que desprende la cacerola se interne en sus fosas nasales. MmmmM.... En ese mismo instante, se da cuenta del pinchazo que te ha dado el tobillo al levantarte y acude para ayudarte. Claro-
Sus finas manos se colocan detrás de ti y despacio te conduce hasta la mesa. -Cuidado, podrías tropezarte. Espera aquí, yo iré a por el cazo..- Con la alegría que le caracteriza se acerca, a la carrera, a por el cazo y lo deja encima de la mesa. Ya por último rodea la mesa y te coloca la silla para que solo tengas que dejar caer tu cuerpo y te sientes en ella.
Antes de que el joven mensajero tome asiento despues de tí. Alguien llama a la puerta sonoramente con los nudillos. Heian se extraña, mira hacia atrás como si intentara recordar alguna cita nocturna con alguien. Pero si eso fuese así -cosa extraña- se habría acordado ya que suele ser bastante responsable.
De todos modos la puerta vuelve a sonar, lo que le saca de esos fugaces pensamientos y te indica que enseguida vuelve. Gira sobre si mismo y acude a abrir la puerta. Un humano alto de sexo masculino y mediana edad se queda a medio entrar con unos anteojos de cristal sobre su nariz. Está bien proporcionado y tiene un aspecto saludable, con el cabello desgreñado y una corta perilla. Una mochila de cuero y pergamino cuelga de su hombro izquierdo. Atada con correas sobre su hombro derecho se ve una espada enfundada en una usada vaina. Los ojos del hombre se mueven rápidamente por toda la sala, obviamente buscando a alguien o algo. Abruptamente, su mirada cae sobre vuestra mesa, y una sonrisa maliciosa cruza por su cara al verte.
Los dos hablan en voz queda y el hombre le entrega algo a Heian en mano, parece como una carta o un pergamino enrollado. Finalmente cierra la puerta, despidiendose del extraño hombre y se queda dubitativo tras apoyar la espalda en la puerta. En una de sus manos cuelga el papel. Heian se muestra algo asustado sin saber muy bien porque...
- ¿Qué sucede, Heian? ¿Quién era ese? - le pregunto contagiada por su expresión asustada y porque me he quedado bastante mosqueada tras la mirada de aquel hombre hacia mi persona.- No me gusta cómo me ha mirado... ¿Acaso se me prohíbe de algún modo estar aquí en el Valle?
Las preguntas surgían en tropel de mis labios sin poderlo, ni quererlo, evitar. Ya había tenido bastante por hoy con los dichosos huargos, estaba lejos de casa y para alguien que se había prestado a ayudarme... no quería que terminase, al menos no hasta que me tuviera que marchar a seguir mi camino sola.
A pesar de todo, sigo sentada en la silla en la que el elfo me ha colocado. no me acercaré a él a menos que sea necesario. Sé que la herida está curándose bien gracias a sus cuidados y a mis curas pero aún tardaré en andar como si nada, y no quiero forzar el tobillo sin razón de peso para hacerlo.
No ceso de mirarle a los ojos interrogativamente para después pasar a mirar el papel que sostiene en la mano y le ha entregado el hombre... y regresar a sus ojos color miel con expresión preocupada.
Heian parece incapaz de moverse hasta que vuelve a cobrar sus sentidos. Por sus gestos parece que ni siquiera él mismo puede entender el signifcado de la carta que sujeta entre una de sus manos. Sin perder más tiempo y antes de contestarte a tus preguntas el joven muchacho camina lentamente, mirando al suelo en ocasiones de camino hacia la mesa.
-Parece un tanto irónico. Dice lanzando la carta sobre la mesa, calculando que en la caída quede cara hacia tí. Pero es un carta para vos- Heian responde a tus dudas con un, quizá, momento de pequeña tensión por no saber lo que está ocurriendo, y mucho menos quien es el responsable que ha escrito esa carta. Pero de algún modo hasta que no abras ese trozo de pregamino arrugado pero que conserva el lacre con el que lo han sellado, no podréis salir de dudas.
De pie, espera a que decidas que hacer con ese papel que está justo en frente de tí con un escrito en el reverso; <<Miyanuviel>>
Miro la carta que Heian ha dejado caer sobre la mesa para, efectivamente, descubrir que el jóven no mentía, en el reverso de aquel sobre estaba pulcramente escrito mi nombre: "Miyanuviel", mi nombre completo...
- Pe... pero... no entiendo. ¿Quién sabe que estoy aquí? ¿Que estoy aquí contigo? La gnoma que me trajo hasta aquí no puede saberlo, se la llevaron antes de que yo os conociera. - expresé lentamente mientras con mis finos dedos cogía y volteaba la carta en mis manos.- Será mejor que la abra, ¿no?
Y, dicho esto, me dispuse a abrir la carta, a romper el sello que la mantenía cerrada. No tenía nada que ocultar a Heian así que no me molesté por el hecho de que el muchacho estuviera conmigo en el momento de abrirla.
Siento la brevedad... pero ¿qué más puedo decir? XD No se me ocurre nada que añadir. La abro ;)
Retiras el sello y comienzas a leer la carta:
Una historia de aventurero nunca acaba,
Va adelante, sobre y contra.
Pero pasada la puerta de la muerte y detrás de cada curva,
están aquellos que cogerán cada una de tus victorias.
A esos yo grito, ¡Fuera y huíd!
Roba el lugar de descanso de otro.
Mejor aún, gira sobre ti mismo y mira
Que el mal sonríe sobre tu rostro.
Mi tesoro se fue, no hay nada que coger,
lo siento,
A las Manos de Amaunator por mi propia voluntad,
Concediendo a otros permanecer para vigilar.
Buena suerte amigos, esconded el rabo y corred,
sed calentado bajo el brillante sol,
El conocerme no es garantía
de paz o inclu...
Tumba de Shraevyn.
Las últimas palabras no están completadas, quizá aquel que la escribiera estuviera en apuros en ese momento. En cualquier caso, al final de la misma si que se entiende el nombre de una tumba.
El joven se contagia por tu preocupación, y aunque intenta disimularlo por educación sus ganas de ver lo que guarda esa carta están a tu mismo nivel. Toma asiento enfrente de ti y se decide por contar su punto de vista mientras llena un par de platos hondos de barro con la ayuda de un cazo. -No, no lo sé. Esta noche, cuando te conocí ví a varios aldeanos que no te quitaban ojo de encima. Quizá hayas coincidido con alguna descripción para ellos, pero no tendría sentido... Heian aprieta los puños por no llegar a una conclusión certera. Y si... y si la Gnoma esa que nombras dijo que estabas por aquí. Podrían haberle torturado hasta que sacara tu nombre. Pero eso no explica el motivo de que sepan que estás aquí- Sigue dandole vueltas a la cabeza, pero parece que en vez de llegar a esa conclusión ha liado algo más las cosas.
Afirma con un gesto a la petición de abrir la carta y atentamente escucha.
-Diría que el que escribió esa carta no tuvo tiempo de decir todo lo que deseaba. El joven mensajero trata de quitar tierra al asunto con un quizá estúpido e irónico comentario. Quizá no sea mas que una broma..-
A ti sin embargo algo te dice que no se trata de ninguna broma, y el elfo ya hace ademán de hincar el diente a la sopa de pescado.
Tranquila hay veces que no siempre es necesario hacer post kilometricos. Aveces queda mejor hacer un post corto que hacerlo largo cuando simplemente, como en este caso, quieres abrir una carta.
Así que no te preocupes =p
Me quedo callada tras leer en voz alta la carta, especialmente al leer el final de la misma tras el repentino corte en la escritura.
Intento recordar de qué me suena ese nombre y poco después caigo en ello, la tumba de la hechicera que construyó aquella espada con varios poderes, aquella que Heian me contó en el bosque que habían intentado saquear múltiples veces...
El elfo trata de buscar una respuesta al cómo sabía alguien que yo estaba allí o a quién ha podido enviar dicha carta, más teniendo en cuenta que la firma es de una tumba... y no de alguien físicamente vivo; quizás incluso todo lo contrario... Un escalofrío recorre inevitablemente mi espalda al pensar en ello. Heian trata de quitarle hierro al asunto y se sirve un buen cazo de sopa y yo espero a que haga lo mismo en mi plato.
- No... no puede ser una broma. Tú mismo me hablaste de esa Shraevyn, tú mismo me contaste aquella historia que posiblemente me llevará hacia Óskar. ¿Y ahora esto? No consigo comprender el contenido de la carta pero la firma está clara y respecto a eso tú sabes más que yo... así que no digas que es una broma pues tú mismo me narraste todo lo sucedido con aquella tumba. - le digo antes de llevarme a la boca la primera cucharada, aún caliente, de la sopa de pescado.- Además, quizá Óskar dejó esta carta aquí en el Valle para mi, ¿no crees? ¿No sería posible eso? Un aliciente para avisarme de que voy por buen camino en mi búsqueda para hallarle... - esto último lo dijo casi entre susurros inmersa en mis pensamientos, ensimismada pensando en que puede sonar como una gran locura y, aún así, intento creer en ello.
Aprovecha para volcar el cazo en tu plato en el momento en el que te encuentras más pensativa, dispuesta a mencionar lo que realmente piensas de ese escrito. Heian adopta un postura más rebelde sobre la silla mientras te escucha, algo que no le caracteriza al menos en el poco tiempo que has tenido para conocerle. Apura la sopa y esboza una sonrisa al recodarle de nuevo lo de la tumba y aquella batalla que se libró en las mismas entrañas de la misma.
-¡¡Eso no explica nada!!. Alza la voz al mismo tiempo que se levanta de la mesa, deshaciendo tus susurros con un sonoro grito. ¿Acaso quieres morir como todos los que estaban allí?. Allí había una fuerza invisible que controlaba a los muertos vivientes; Cualquiera, mira inquisitamente hacia la puerta como si indicara el lugar donde se encuentra la Tumba, ¡cualquiera que se acerque a un solo metro de esa maldita tumba se convertirá en un montón de huesos andantes!- Vuelve a tomar asiento y va cobrando la calma tras enviarte un mensaje con unas duras pero realistas palabras de lo que sucedería si tuvieras la intención de acercarte a esa cripta. Sin embargo, ese no es el comportamiento que llevaba consigo el resto del día, siempre ha tratado de animarte y de ayudarte en la busqueda del humano. Pero este último comentario del mensajero te hace pensar de que quizá no es lo que parece ser, y es tan solo un pobre cartero que solo está acompañado de su lira.
-Yo.. ehm, Baja la vista como si estuviera avergozado por su comportamiento anterior y rastrea visualmente la mesa. Todo indica a que va a hacer un agradable comentario sobre la sopa, pero....; creo que deberías irte. Puedes pasar la noche aquí... Vuelve a levantarse y se aleja hasta la butaca cercana a la chimenea. A Curuvar lo encontrarás en Aguas Fuertes, está a dos jornadas de viaje de aquí- Parece que es la última ayuda que puede o está dispuesto a ofrecerte. Estira las piernas sobre el marco de la chimenea, apoya sus manos entrelazadas sobre su pecho y en pocos segundos entra en el trance habitual de los elfos.
Algo te dice que Heian, ya dormido, aún tiene algo que hacer en esta parte de la historia... Lía, su hada, se escapa del interior de su pecho cuando este duerme y vuela hasta donde tú te encuentras. Allí se detiene, enfrente de tí, y poco a poco vas viendo la silueta de una hermosa hada. Su postura te otorga preocupación ya que se encuentra con las dos piernas arquedas, juntas, y los brazos sobre una de las rodillas.
Bien, tú puedes hacer lo que quieras. Desde despertarle, hasta ir a hurtadillas por la casa para ver que hay... El caso es que Heian se ha quedado dormido sí o sí, y no sé cuales serán tus intenciones ahora pero será dificil que Heian cambie de opinión aunque le despertases, por lo que sería alargar más la escena.
Puedes defenderte con el dramatismo y/o la ofensiva que quieras darle a tu pj, pero me gustaria que concluyera tu siguiente post con una decisión clara de donde pasar el resto de la noche para ya pasar al siguiente día.
Pero de todas formas si tú plan es investigar por la noche cualquier edificio o cosa, me lo dices y se hace sin problemas ¿ok? =)
Un saludo.
Consternada ante la repentina energía y enfado demostrados por Heian en sus palabras, crudas aunque reales, le observo en silencio sin responder a ninguna de sus frases. Ni tan siquiera soy capaz de abrir la boca para hablar cuando me dice que debería irme... solamente asiento con la cabeza mientras mi rostro cambia de la sorpresa a la tristeza en un solo instante.
El elfo se queda dormido un rato después y a los pocos minutos veo salir de su pecho a Lía que se acerca a mí. Tardo un poco en lograr ver su silueta a causa de su resplandor, pero al hacerlo no puedo evitar arquear una ceja y mostrarme preocupada pues ella parece estarlo.
Me levanto de la silla y me alejo un poco esperando que me siga para poder preguntarle en voz baita si ocurre algo... si ella sabe algo que quizá yo también debiera saber...
Aunque espero una respuesta por su parte no estoy de todo segura de poder recibirla así que tras guardarme la carta en un bolsillo bien doblada decido investigar por la casa... quizá llevarme una bolsa con comida para estos dos días y algo para curarme del todo la herida que, aunque ya apenas me duele al andar, puede darme problemas si me marcho del Valle antes de que se me cure del todo.
Quiero preguntar al hada si ocurre algo, si ella sabe algo... aunque no tengo muy claro si la oiré responder, si es que lo hace.
Y también investigaré por la casa durante un buen rato, cogeré algo de comida para el viaje y alguna cosilla útil como algo del "botiquín" y, de paso, a ver si encuentro algo interesante.
Antes de que amanezca, me marcharé.