Vuestros sentidos no han sido muy agudos, o es que tenéis un sentido de la vista y del oido casi tan perfecto que es imposible que no podáis veros mientras os intentáis esconder.
Methgar es la primera que intenta avanzar sigilosamente tras haber detectado a Minsk, sin embargo el elfo también ha visto como la elfa intenta pasar inadvertida tratando de aprovechar el terreno y los numerosos escombros que hay desperdigados por la zona. Por lo que solo queda que esta situación haya sido fruto del destino.
Los dos os habéis visto y os quedáis un tanto paralizados al no saber quien de los dos tomará la iniciativa..
Os habéis visto. Que cada cual actúe como crea conveniente.
La mujer que detectas te resulta familiar: es la elfa con la cual desayunaste hace dos días en el "Bar de Rosita".
Sales del Templo, y nada mas pisar suelo de la aldea ya escuchas el estruendo ruido que sale del Bar de Rosita a causa de los borrachos marineros. Cruzas el muelle y giras por una calle para continuar en dirección recta y toparte con el cuartel de la Guarda.
La puerta está cerrada y esta vez no hay nadie custodiando la entrada.
Minsk baja lentamente el arma, sin envainarla, y camina más tranquilo hacia la elfa, sin bajar la guardia. No parece sorprendido de ver a la dama a la que conoció en la taberna de Rosita varios días atrás, al contrario de lo que debería haber sido.
¿Por qué no me sorprende encontrarte aquí Methgar? Es como si nuestros caminos no hicieran más que separarse y volverse a juntar...- comenzó a decir el elfo sin caminar muy rápido- Ah, ¿has visto a un bandido que casi parece humano pero no lo es del todo? tengo un regalo para el.
Que coño es esto!?
Se retira unos pasos para tener una perspectiva mejordel edificioen conjunto, esperando ver luz a través de las ventanas o los póstigos que las mantienen cerradas. Luego se acerca y pegae oido a la puerta intentando escuchar cualquier cosa. Golpea la pueta con el dorso de sus guanteletes armados, repetidamente, llamando a la guadia.
- Guardias, guardias!- Sin gritar demasiado pero sí con apremio.
-Shh... -repuso Sejmet, alerta, buscando a Methgar con la mirada- Enseguida vuelve...
Después reparó en la armadura y entereza del muchacho. Se acercó, le puso una mano en el hombro y le susurró algo al oído, de manera que ningún otro le oyera.
-Todo irá bien, pero me reconfortaría saber que aunque no fuera así podría contar contigo...
La clériga se retiró, con la mano aún sobre el hombro del chico, y espero su respuesta mirándolo con una media sonrisa de complicidad.
lo pongo sólo para tí porque se lo digo al chico sólo.. si crees que debería leerlo alguien más dale, o si quieres lo separo o yo que sé, como veas.
Al ver que baja el arco, Methgar a su vez devuelve la flecha al carcaj, se incorpora y avanza lentamente al encuentro de Minsk
Curioso, sin duda.. pero al menos es un encuentro agradable, esperaba más bandidos. Me temo que ese bandido ya no podrá aceptar tu regalo, ni ningún otro.. formaba parte de la banda que había secuestrado a los niños.. deja de hablar unos instantes mientras medita sus siguientes palabras.
La líder de la banda ha escapado y podría volver con más seguidores a por los niños, ahora que está más cerca sus numerosas heridas son visibles y su fatiga evidente podrías.. venir con nosotros?, para asegurarnos de que vuelven sanos y salvos..
El muchacho hace un amago de dar un paso hacia detrás cuando te acercas para susurrarle algo al oído. Sin embargo se ha quedado en eso, un amago. El chico es bastante joven, y se podría decir que no está nada acostumbrado a relacionarse con gente mas madura.
Quizá ya sea hora de dar ese salto.
-Me gustaría pero. Agacha la cabeza después de apreciar la sonrisa que se ha dibujado en tu rostro. Yo aún no puedo luchar como lo hacéis vos. Mi deber es protegerlos..- Dice, volviendo a levantar el rostro con una mirada perdida hacia los alrededores.
Quitando tierra al asunto, el muchacho hace un gesto expresivo pero en silencio. Con maestría te indica el lugar que quiere que mires con un movimiento leve de cabeza. Parece que Methgar está hablando con alguien.
Ok.
El chico parece que ha visto algo. Si quieres puedes desviar la mirada hacia allí en silencio como hastahora, o avisar a Caesar y Racalín que aún están en el interior de la bóveda.... Lo que tú quieras hacer vaya.
¿¿Dónde andan esos dos...?? -se preguntó la clériga, algo tensa.- Tal vez debería mandar al muchacho a avisarles... Pero ¿y si... aquellos... han vuelto...?
-Y a protegerlos quiero que me ayudes... -contestó Sejmet, en tono amable. Entonces le pareció que el muchacho le indicaba que mirara y, tras dudar un instante, se inclinó ligeramente, con cautela, tratando de ver algo.
Mientras la exploradora del grupo explora la zona,yo mismo comienzo,de forma tranquila y normal,acomodándome para ello sobre un risco ,de tamaño mediano,a contar las monedas que acabamos de hallar.
10,20...
esperando la respuesta de la exploradora.
POr mi,regresemos al pueblo....
¿Niños dices? Querelar y yo encontramos una partida de bandidos con cuatro niños, todos están a salvo con el capitán de la guardia... ¿acaso había mas?- Gira la cabeza un momento hacia el bosque un tanto extrañado. -¿no se supone que me tendría que seguir? bah, nunca se puede confiar en un humano tan cauto.
Está bien- acaba por decir- iré con vosotros, haber dónde me lleva ésto. Espero que no muy lejos de aguas profundas.
El elfo comienza a hacia le elfa, para luego continuar siguiéndola cuando ella se pusiera en camino.
¿también te han dejado sola a ti?
Les he dejado esperando, cuidando de los niños mientras avanzaba para investigar... comenta mientras avanzan hacia donde dejó a los demás no podía arriesgarme a poner a los niños en peligro, están asustados y les prometí que les llevaría con sus padres tras una breve pausa sonríe como si lo que había pensado le divirtiese es bastante probable que se asusten aún más al verte, al principio me temían a mi... se encoje de hombros a saber qué les dirían sus padres de los elfos salvajes
El muchacho no muestra respuesta.
Quizá aún es demasiado joven para analizar el combate, y seguramente actúe de manera inconsciente contra los peligros que se le vengan encima. Tan solo es un crío. Para empezar imita el gesto que tú haces, agacharse para ver desde una posición ventajosa que es lo que está viendo la elfa.
Lo que ves/éis es a la elfa que viene acompañada de otro elfo salvaje, algo familiar te resulta al verle:
Bien, vamos a cambiar de escenas.