- Hija mía, parece que vuestra Ciencia es capaz de desentrañar la realidad de los practicantes de la brujería, aunque solo sea cuando están muertos. ¿Qué sospechas albergáis?
De pronto me hallo en un lugar extraño, con el Reverendo.. estoy confusa..
-¿Qué lugar es éste? ¿Vos me habéis traído aquí? ¿Cómo sé que no es cosa de brujería? -pregunto, asustada.
- Dado que soy un sacerdote, os encontráis en el confesionario y, como tal, os ampara el secreto de confesión. El divino nos ampara luego difícilmente puede ser brujería ¿Queréis comentar algo? Nuestro tiempo aquí es limitado
-Lo siento, estes días tengo la mente un poco dispersa*, de quién sospecháis vos para poder acusarle, ¿tenéis firmes creencias? Yo me hallo en un estado confuso, he acusado a varias personas, pero ninguna de las que yo acusé ha sido ejecutada.. está claro que se me da mejor analizar a los muertos que a los vivos..
*no me conecto mucho por estar ocupada *_*
- Como hombre dedicado a Nuestro Señor me dedico a orar por todos los habitantes del pueblo. Mi naturaleza no es ciertamente la de acusador pero si sospecho que Blanca Margaret pudiese ocultar algo, no se si es desgana por el mundo o algo mucho peor. Sinceramente, espero equivocarme.
Vuestro tiempo se agota, y Mary debe abandonar el confesionario... Al menos, por ahora.