Asenti ante lo que dijo el entrenador y luego fui en busca de mi compañera de distrito. Tenia un negocio en mente que podria resultarle interesnte.
Una vez llegado a la puerta de su dormitorio me detuve. Pense durante unos segundos como actuar y al final me encoji de hombros y golpee la puerta 3 veces.
-Oye, Levi. Srta Tarking, tengo una oferta para ti- No tenia ni idea de como dirijirme a ella, ya que se habia mostrado tan cerrada, de modo que opte por llamarla de ambas maneras.
El plató estaba lleno de hombres y mujeres vestidos de forma extravagante. Esos días parecía que la moda era el color plateado, pues todos llevaban algo de ese tono que hacía deslumbrar cuando algún foco les apuntaba. Los peinados, como no, dibujaban la rareza de sus personajes; cada uno iba con su forma y sus complementos, desde peinados que apuntaban al techo hasta moños aplastados que parecían animales aplastados por algún tipo de vehículo.
Las luces bajaron de intensidad, lo que provocó que las voces del público disminuyeran hasta quedar un mero murmullo. Una voz profunda y tranquila habló a través de los altavoces.
¡Y ahora, con todos ustedes, nuestro presentador, el más querido, deslumbrante y especial de la televisión! ¡Recibamos con un fuerte aplauso al inmortal Caesar Flickerman!
Los aplausos ahogan las posibles palabras que esa voz pudiera decir a continuación. Tras unos segundos de espera, Caesar sale al escenario luciendo una gran sonrisa al tiempo que lanza besos al aire. Este año lleva el pelo color celeste y, al igual que la moda, lleva un traje totalmente plateado, en el que destaca una corbata gris con lunares dorados que hacen daño a la vista.
Caesar se coloca en el centro del escenario donde espera que la gente se calme para poder hablar. Cuando cree que puede hablar sin tener que gritar, alza los brazos para terminar de tranquilizarlos
Bueno, más que inmortal, se a quién tengo que pagar para que me mantenga joven, ¡buenas noches!
Ese chiste sin gracia hace que el público este un par de minutos riendo a carcajadas, lo que hace que el presentador se incline a modo de agradecimiento.
Como cada año, nos reunimos aquí con una intención: ¡Conocer un poquito mejor a nuestros queridos tributos!j Aquellos niños y niñas que han venido para entretenernos durante un tiempo. ¿Cuál será el que brille más que mi traje? ¿Quién será aquél que sea más dulce que el color de mis cabellos? ¿Quién hará que su sonrisa derrita a nuestras queridas jóvenes? ¿O qué muchacha hará perder la cabeza a nuestros adolescentes? Pues... ¡Esas preguntas serán respondidas a lo largo de la noche! ¡Comencemos con las entrevistas!
Y todos a la vez, corearon:
¡Y que la suerte esté siempre, siempre de vuestra parte!
¡Con un gran aplauso, demos paso a la jovencita del distrito 3! ¡Con 15 años, aquí tenemos a Levy Tarking!
Aplausos y silbidos de los jóvenes del plató secundaron la llegada de Levy al escenario, en el que Caesar la esperaba con los brazos abiertos.
¡Qué chica tan maja! ¡Bienvenida Levy Tarking! Nos gusta pensar que aquí estáis tan bien que no echáis de menos vuestras casas. Pero empecemos con la entrevista: ¿Qué es lo que más te ha gustado del Capitolio?
Veo que seguís queriendo más, y me alegro, porque aún nos faltan muchos distritos. ¡Demos una gran bienvenida al muchacho del distrito 3, un joven de 18 años... Maaaark Dubrinski!
Mark apareció en el plató y los aplausos subieron de nivel. Caesar le recibió con un buen apretón de manos y le guió hasta el sofá.
¡Buenas noches! Bueno, espero que mi traje no te deslumbre, jajaja La gente coreó con risas las palabras de su presentador favorito. Vamos a empezar con la entrevista, no te quiero quitar tiempo de protagonismo. ¿Qué es lo que más te ha gustado del Capitolio?
No estaba acostumbrado a tanta gente, pero al los trajes menos aun. Me habían dado un traje negro como la noche con una estúpida corbata de color plateado que apretaba a mas no poder. Justo antes de salir estaba pensando que en la arena podria haberla usado para ahogar a alguien. Al salir me quede impresionado, pero recordé que me estaba jugando la vida de modo que salí saludando al público, y devolví el apretón a Caesar.
-Estas impactante Caesar, no se yo si te podremos seguir el ritmo mucho tiempo más.- Al preguntarme no evito reir. Me desabrocho el primer botón del traje y me palmeo el estómago.- Vaya cosas tienes Caesar, ¡Aquí comeis demasiado bien! ¡No recuerdo haber comido tanto en mi vida!
¡Tenemos a un gran amante de nuestra comida, seguro que nuestros chefs estarán encantados! dijo mirando al público. La gente gritaba y aplaudía a lo tonto, como si se les hubiera hecho un halago a todos ellos.
Eres joven, chico, pero lo mio son unos cuantos años de experiencia golpeó el hombro de Mark para terminar la frase.
Te gusta mucho comer, por lo que dices. Espero que no pretendas comerte al resto de tributos, ¡al menos literalmente! El público volvía a reír con la absurda ocurrencia del presentador.
Cuéntanos, ¿cómo pretendes acabar con tus rivales? ¿Qué armas ocultas hay tras un joven de gran paladar?
Rio junto al presentador. La verdad es que era de las pocas cosas que merecían la pena de estos malditos juegos eran las presentaciones, y yo esperaba salir bien parado.
-No se yo si encantados... No veas como me respondian a las 4 de la mañana cuando les decia que tenia hambre...- Rio rascandome la cabeza y volviendo a abrocharme el traje. Cuando comenta lo de comer tributos empiezo a rascarme la barbilla.- No me tientes Caesar... ¿Tu has visto que chicas hay por aqui? Seguro que le has echado el ojo ya a alguna.
Luego me cruzo de brazos cuando me pregunta por mis armas secretas.
-¿No es obvio? Usare mis encantos para enamorarles y que se maten entre si, dejando la via libre para mi.- Digo sonriendo.- Nah... Usare un arma de la que no muchos pueden presumir. Voy a usar la cabeza.
¡Vaya, vaya, un cerebrito! Seguro que tienes ideas brillantes para ganar estos Juegos. Sólo diré que espero que sean impresionantes y no nos dejes con la miel en los labios acompañó a sus palabras con unas palmadas en la espalda de Mark.
Un pitido interrumpió la entrevista.
Muy bien, este es tu momento. Te toca hablar para los patrocinadores, para ganar el apoyo que todavía no te hayas ganado.
Sonrio al entrevistador. Cojo ambas manos entre sí para evitar que se note que me tiemblan. Demasiada gente... Hay demasiada gente...
-De eso se trata Caesar, cerebros. Por lo visto hay una preocupante falta de ellos en esta arena.- Digo riendo.
Al ver que me toca venderme suspiro hondo y me levanto. Miro al público ahora mas serio y decidido.
-Damas y caballeros. Toca venderme como si de una vulgar meretriz fuese.- Pongo ambas manos a mi espalda y me permito una confiada sonrisa.- Denme material. No necesito nada muy caro, gracias a toda la colaborcion de los distritos pueden proporcionarme mis enseres a muy buen precio. No me explayare diciendo los materiales que necesito, pues no quiero arruinarles la sorpresa. Soy listo, soy relativamente fuerte y lo más importante de todo... Vengo a ganar.
Dado el momento inspiro hondo y dejo las manos al aire a ambos lados de mi cuerpo mientras aumento mi sonrisa.
-Patrocinadme y os juro que tendreis unos juegos del hambre como jamas nadie a visto o verá en la historia.- Inclino levemente la cabeza.
Jack tiende su mano para despedirse de ti, ya que es el momento de ir a la arena.
Mucha suerte. Te doy dos últimos consejos: Si te quedas quieto en la plataforma por la que sales, una bomba explotará. En cuanto suene el pitido, anda, camina o lo que quieras. Pero si la plataforma nota tu peso, estallarás.
Y el último: Habrá patrocinadores que te apoyen, otros que apoyen a otros y otros que te odien. Todos pueden enviarte ayuda, aunque no tiene por qué ser buena para ti. No te matará, pero te perjudicará. Ten cuidado.
Jack se dio la vuelta y se alejó de ti.