Partida Rol por web

 La vida podía dar muchas vueltas, tantas que podía incluso cambiar el mismo rumbo de la vida de una persona. La vida del chico solitario que huyó de casa para alejarse de la falsedad y el egocentrismo que se había convertido su familia, a un lugar alejado de ellos, empezando una nueva vida como podía con sus dieciséis años. Aquél fue un duro cambió en sus hábitos en la vida, acostumbrado a vivir de sus padres, y sin estudios, se tuvo que buscar la vida como pudo en Medvode, a escasos quince minutos de la capital del pais, Ljubljana.

 Su destino le llevo a encontrar un trabajo en uno de los barrios más pobres de la ciudad de Medvode, llenos de lo peor de la decadencia de la sociedad, borrachos, altaneros y cualquier otro desagradecido que se dejaba caer por el pub. Allí no terminó su nuevo y pésimo comienzo de vida, sino que el sino tenía más de sus gracias contra el, estaba vez quiso que una de las típicas peleas que se formaran en el bar se descontrolaran, haciendo que los altaneros terminaran por darle una paliza tremenda dejándole en medio del asfalto, lo mejor no quedo allí, sino que los causantes de aquella paliza volvieron al bar y se sirvieron lo que quisieron como si el bar fuera suyo.

 Pero no todo terminó allí, una joven de cabellos castaños, que hacía poco había perdido su trabajo en la capital, después de un "periodo de pruebas" y quién vivía con sola con su hermana después del accidente mortal de tráfico de sus padres, se encontró con aquella situación. Aquello fue como un regalo del cielo para Luca, bueno más bien para su dolorido cuerpo, quién fue llevado a casa de Andreja para tratar sus heridas y cuidar de él.

 Aquella mujer fue la única persona capaz de perforar la coraza de introversión que Luca había formado alrededor de si misma, aunque también enamorándose de él por las cosas positivas del chico.

 El paso del tiempo no hizo que el contacto se deteriora, sino más bien todo lo contrario, siguieron hablando, viéndose, hasta que empezaron las citas y todo aquello terminó en un noviazgo que algunos podrían decir bastante corto antes de que se casaran, una boda ajustada al presupuestos de los novios, en donde el dinero de la familia Lesjak no intervino, fue una boda sencilla, cercana y agradable, en la que los padres de Luca no estaban conformes con que su hijo se casara con una cualquiera, ¿Pero quienes eran ellos para opinar con quién debía o no debía casarse? Aquella mujer era la primera persona que había sido cariñosa con él, que lo había tratado como una persona y no como a un animal del cual sacar partido, era inteligente, atenta y a pesar de la clase social, era educada, y había tenido unos padres que se habían sacrificado para que ella fuera a la universidad.

 Por suerte para ellos, Lilijana, la hermana de Andreja, había encontrado un trabajo en los Estados Unidos, Andreja siempre decía que su hermana era un tanto 'especial' aunque nunca especifico si se trataba de su carácter, su mentalidad o cualquier otra cosa, aunque la relación entre ambas hermanas no podía ser mejor. Andreja por su parte encontró un trabajo en la capital como enfermera, pero esta vez consiguió el trabajo. 

 El trabajo de ambos daba para mantener la casa de toda la vida de Andreja, y vivir bajo unas condiciones estables dentro de lo que cabía esperar, no tenían problemas en llegar a fin de mes, pero tampoco se podían permitir muchos lujos, ya que la mayoría del dinero se lo llevaba la casa en pequeñas reparaciones que le hacían falta a causa de su antigüedad.

 Luka seguía trabajando de barman pero al menos pudo cambiar aquél tugurio por algo más aceptable y moderno, en una de las pequeñas discotecas de Medvode en donde se encontraba ahora mismo apunto de cerrar ya bien entrada la madrugada, fue a cambiar el ajuste del volumen a su teléfono móvil cuando se dio cuenta de que algo no iba bien, en los últimos quince minutos tenía veinticuatro llamadas perdidas de Andreja, además de dos mensajes de texto, aunque estaban mal escritos eran legibles, algo bastante extraño viniendo de ella, que siempre escribía correctamente.

  La situación era realmente extraña, Andreja sabía que Luka tenía trabajo esa noche y que no estaría pendiente del teléfono, entonces, ¿Por qué tantas llamadas? Al verlas Luka se puso bastante nervioso, tenía que ser algo muy urgente para que Andreja haya intentado contactar con él, incluso le había mandado dos mensajes de texto con varias faltas ortográficas, cosa que ella no haría normalmente, no pudo llegar a leerlos claramente, al ver la escena que se presentaba ante sí sus manos comenzaron a temblar y le resultó casi imposible leer los mensajes, simplemente distinguía palabras sueltas.

  El joven quería saber lo que le había ocurrido a su esposa para que actuase de una forma tan poco usual, comenzaba a tener miedo y no dudo en avisar a su jefe de que tenía que salir urgentemente, reflejando en su cara la preocupación que sentía.

  Sin apenas esperar respuesta salió corriendo a buscar a su mujer, lo mas rápido que pudo y sin perder tiempo.

 Su jefe apenas tuvo tiempo de decirle que podía marcharse cuando Luka ya había salido de su despacho a toda velocidad, nunca lo había visto así y era extraño aquella actitud en él, además de que solo faltaba por limpiar el local, algo que tendría que hacer sus compañeros de trabajo.

 Estaba tan nervioso que en vez de llamarla para saber de que se trataba lo único que se le ocurrió fue salir corriendo hacia su casa, olvidándose por completo también de tratar de leer los mensajes con más calma. Pero aquello no duró mucho, de nuevo su teléfono sonaba a mitad de camino, estaba vez si podía cogerlo, Andreja parecía estar alterada, nerviosa, además de que intentaba dejar de llorar pero no podía. - Cariño... - Sonaba con voz abatida. - Necesito tu ayuda... mi hermana... mi hermana está en problemas. - Luka era la primera vez que escuchaba a Andreja de aquella forma, siempre era como la alegría de la casa, oírla de aquella forma le daba a entender de que Lilijana estaba en graves problemas, problemas que hacían que hasta Andreja echara a llorar.

  Se sentía muy aliviado al saber que Andreja estaba bien y no le había pasado nada grave, creía que le podría haber pasado algo serio de verdad... No es que la preocupación por lo que podría haberle pasado a su hermana fuese poca cosa, a él también le preocupaba, al fin y al cabo, eran familia.

  Aunque seguía yendo hacia casa, ahora con un ritmo menos acelerado, para estar junto a su mujer, trataba de calmarla mientras hablaban, si seguía tan alterada podría darle algún ataque de ansiedad. - Intenta calmarte cariño, cuéntame lo que pasa y haré cuánto esté en mi mano, y más, para ayudarte. Dime, ¿Qué pasa con tu hermana? - Intentaba hablar de manera tranquila para que Andreja también se tranquilizase y se comunicase mejor con él. La verdad es que nunca la había escuchado de aquella manera, el asunto parecía serio, así que tenía que hacer lo imposible por ayudar a Lilijana.

 La respiración agitada de Andreja se podía escuchar por el teléfono, estaba de los nervios o incluso se podría decir que más que eso, cuando habitualmente se comportaba de una manera calmada, su trabajo en el hospital a veces era de urgencia, allí se podía ver cualquier cosa, amputaciones, disparos, definitivamente mucha sangre y mucho estrés, pero aquello la cogió de improvisto, no se esperaba nada semejante, y cuando las cosas eran muy cercanas, sus nervios se disparaban hasta el punto de que no respondió a las palabras de Luka, empezó a hiperventilar, le faltaba el aire. 

  La situación comenzaba a asustarle de verdad, se sentía impotente por no poder hacer nada por Andreja y la ansiedad comenzaba a apoderarse de él, no quería estuviera así sin poder hacer nada por ella, pero parecía que no estaba en situación de decirle lo que necesitaba de él por teléfono.

  Las ansias y la preocupación provocaron que Luka se diese cada vez mas prisa por llegar a casa sin dejar de hacerle saber a su mujer que estaba allí con ella, mediante el teléfono.

  - Ya voy para casa, ¿me oyes? En un momento estoy contigo, quédate conmigo al teléfono y ve contándome.

 Aunque se la escuchaba respirar con dificultad, hiperventilando en cada intento de respiración, Luka no recibía respuesta de Andreja, su caminar con prisa se convirtió en una carrera hasta su casa, su preocupación aumentaba a cada segundo que Andreja no respondía, y su carrera terminó siendo un sprint final a toda velocidad desde la esquina hasta su casa.

 Por un instante la llave no quería entrar en la maldita cerradura, una patada a la puerta hubiera sido más efectiva para entrar con rapidez, pero... aquello era su casa, aunque después podía arreglar la dichosa puerta, pero finalmente la llave entró, y Luka entró a toda prisa hasta el salón, era la única luz que estaba encendida en ese momento.

 Andreja por su parte estaba en el suelo, tratando de respirar, temblorosa, llorando y con el teléfono móvil en el suelo, no era la misma persona que Luka había conocido, estaba afectada, demasiado afectada por lo que estaba ocurriendo en ese momento, y aunque Luka no sabía que era exactamente debía de ser algo lo suficientemente duro para que Andreja hubiera caído en picado hasta aquél punto.

  Acababa de abrir la puerta, estaba totalmente sudoroso y respirando fuertemente por la carrera que se había metido, en un principio se quedó parado en la puerta mirando hacia todos lados hasta que le dio por bajar la mirada y allí la encontró, yacía tendida en el suelo casi al borde del desmayo y con el teléfono a su lado.

  Luka, asustado, corrió hasta ella, y se colocó de rodillas a su lado, cogiéndo su cabeza y apoyándola en su regazo mientras le acariciaba la cabeza.

  - Tranquilízate, por favor, ya estoy aquí, estoy aquí... - Su voz se volvía temblorosa por momento a causa del miedo que sentía por ver a su amada esposa ene ese estado. - Por favor, Andreja, háblame, dime algo.

 La mano de Andreja buscó la libre de Luka para agarrarla con fuerza, tratando de calmarse, cerró los ojos para sentir las caricias por su pelo, tenía que relajarse, cogió el teléfono móvil y lo acercó a la altura de Luka para que este lo cogiera. 

 La escena que aparecía en la pantalla era de poco agrado para Luka, una habitación de piedra oscura, únicamente iluminada por el foco de la cámara mostraba a una persona encadenada al techo por los brazos, y al suelo por los pies, no era otra sino que la hermana de Andreja, Lilijana, no tenía camisa, únicamente tapada por el sujetador deportivo y los pantalones, estaba delgada incluso se le veían las marcas de los huesos en la piel, posiblemente por estar allí encerrada, tenía alguna que otra herida cortante en su cuerpo, y moratones y cortes en la cara. 

 De pronto una voz distorsionada comenzaba a hablar en un perfecto esloveno en el vídeo. - Si quieres volver a ver con vida a tu hermana, solo tendrás que hacer una cosa a cambio de su vida. - Una mano salió a escena cogiendo la cara de Lilijana por la mandíbula para mostrar su cara a la cámara. - Debajo de unos de los bancos de la Catedral St. Patrick's en Nueva York encontrará más información, si tanto deseas tener a tu hermana de vuelta más vale que hagas lo que pone en el sobre. Si llamas a la policía, la mataré, Si creo que me la estas jugando, la mataré. Si pasan cinco días sin noticias tuyas desde hoy, la mataré. La elección es tuya, tu hermana puede vivir o morir. - Eso era todo lo que había en el vídeo, aquello que había tumbado la moral de Andreja, no tenían dinero para un billete de avión y menos para dos. Andreja no pudo hacer otra cosa que rodear con los brazos a Luka mientras volvía a echarse a llorar mientras escuchaba el vídeo.

  La imagen de Lilijana encadenada y en estado famélico le impacto en gran medida, no se podía creer que aquella pobre chica esquelética fuese una vez la joven y alegre Lilijana que siempre que la veía le hacía sonreír.

  El pulso empezaba a temblarle al poco de ver la escena, lo que hacía que no pudiese ver la pantalla con claridad debido al tembleque. Se ponía cada vez mas nervioso por momentos cuando observaba los cortes y las heridas que la pobre chica tenía por todo el cuerpo, hasta tal punto de que el móvil acabó resbalándose de su mano y cayó al suelo boca arriba. Entonces fue cuando el mensaje empezó a sonar.

  A medida que iba sonando abrazaba con mas fuerza a Andreja, estaba tan aterrado como ella, no sabía cómo había acabado todo de aquella manera, estaba totalmente confuso, lo único que sabía era que no podía permitir que Lilijana sufriese daño alguno, así que estaba totalmente decidido a seguir lo que le decían como fuese. Intentaba hablar pero la voz no le salía, ni siquiera un carraspeo o un mero amago de sonido, lo único que podía hacer para intentar relajar a Andreja era abrazarla con fuerza y hacerle saber que haría todo lo posible por salvar a su hermana.

 El video llegó a su fin simplemente siendo escuchado por ambos, la pareja se había fundido en una abrazo intentando reconfortar el uno al otro, pero todo lo que Andreja podía hacer era llorar, imaginando el futuro de su hermana, no tenía forma de ir a Estados Unidos, a menos que pudiera un préstamos pero esas cosas el banco últimamente pocas veces lo daban, y tardaba más de cinco días.

 Andreja no podía hacer otra cosa que apretar su cuerpo contra Luka, mientras agarraba con fuerza la cazadora de su marido, aunque había dejado de hiperventilar seguía estando demasiado mal. - Va a morir... - Comentó entre llantos sin apartar la cabeza del pecho de Luka.

  Le dolía en el alma ver la resignación en los ojos de su esposa, "Va a morir", no podía creer que estuviese hablando en serio, no podía imaginarse que simplemente se sentara ahí y aceptase lo que decía el vídeo, no, él no iba a permitir que la pequeña Lilijana muriese, no podía permitirlo, perderla a ella sería perderlas a ambas, Andreja no podría soportar ese destino.

  Luka usó una de sus manos para alzar suavemente la cara de Andreja y, así, mirarla a los ojos. - No va a morir, ¿me entiendes? No voy a permitirlo, iré a Nueva York y la salvaré. - Estaba totalmente seguro de sus palabras, de que lograría salvarla a tiempo. Tras decirle esto, la dejó ir suavemente para levantarse y ponerse en marcha para conseguir lo que hiciera falta e ir a Nueva York como le indicaban.

  - Espera aquí, voy a reunir lo que hace falta para viajar hasta allí, no te preocupes Andreja, volveré con ella. - Y así salió de la casa en dirección a la casa de sus padres para pedirles el dinero necesario para viajar hasta el lugar indicado. Esperaba que sus padres le prestasen el dinero, no sería fácil pedírselo, pero a veces hay situaciones que requieren un gran esfuerzo por mucho que tuviese que tragarse su orgullo.

 Dejó que Luka levantara su cabeza, mirándole a los ojos. - ¿Cómo? - Preguntó abatida, ella también quería viajar a Nueva York, y salvarla, pero no tenían dinero para tomar un avión con tan poca antelación, y menos de un viaje en barco, ya que posiblemente no llegaran a tiempo. Ella se quedaba sentada en el suelo, viendo como su marido se preparaba para salir. - ¿Dónde vas? - Pregunto, sabia que Luka podía ir a meterse en algún problema con total decisión si con ello conseguía su objetivo, en este caso dinero, además de que ya la madrugada estaba bien entrada. 

 Decidido en su objetivo Luka caminó hacia la estación de autobuses, la cual estaba totalmente desierta a estas horas de la madrugada, tendría que esperar los primeros autobuses hacia la capital en los cuales la clase obrera usaba para desplazarse a su trabajo, al igual que algunos estudiantes, pero para ello quedaban al menos un par de horas de espera. El tiempo no acompañaba, la noche estaba helada, aunque no llovía, el frió se hacía notar. El tiempo de espera le dio para pensar en como iba a afrontar aquél problema con sus padres, de como se las iba a tener que ingeniar para que estos dieran algo para así poder salvar a Lilijana, la hermana de su mujer, con la cual sus padres no quisieron que se casara.

 Los primeros rayos del sol se dejaban ver teñiendo el cielo de un naranja rosado, el trabajador de los tickets llegaba a su oficina, al igual que los dos camareros del bar de la estación de autobuses, Luka compró un billete para el primer autobús que salía a la capital, poco a poco a la estación iban llegando más personas, algunos entraban en la cafetería y otras directamente se sentaban en los bancos a la espera. Finalmente los autobuses iban llegando, dejando a los pasajeros subirse a ellos para luego partir a la hora indicada.

 El trayecto hasta la capital fue corto, Melvode estaba a escasos veinte minutos de ellas. Desde la parada más cercana Luka caminó hasta la que un tiempo atrás fue su casa, una vida llena de lujos, aunque con poco amor, un escalofrió recorrió su espalda al recordar por todo lo que había pasado allí. Y ahora allí estaba, plantado delante de la puerta, para pedir un favor a sus padres, un favor que no estaba muy seguro de que fueran a aceptar.

  Y ahí estaba, a punto de tocar la puerta de la que antes fue su casa, hace ya bastantes años atrás, no quería estar allí, ni siquiera sabía si le recibirían una vez le viesen. Lo único que tenía claro era que necesitaba su ayuda para viajar a Nueva York para salvar a Ljubljana, y si para eso tenía que pasar por el aro con sus padres lo haría, ver feliz a Andreja era todo lo que le importaba.

  Por muchos escalofríos que sufriese no iba a pararse, su convicción era firme. Apretando los puños y levantando la cabeza se acerco a la puerta lentamente, extendió su brazo y tocó el timbre con la parte posterior de su dedo índice, por alguna extraña razón no le gustaba ir tocando las cosas con los dedos o la palma de su mano, no le gustaba dejar huellas.