Partida Rol por web

Por la Reina

Capitulo 3

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13/08/2020, 01:50
Director

¿Qué has traído contigo para proteger a la Reina?

Notas de juego

Responde esta pregunta, y de paso se presenta, doña Tamara Ojolejano.

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25/08/2020, 21:44
Tamara Ojolejano

Tamara sigue concentrada en la observación del infinito. Parece que más adelante comienzan a formarse unas nubes altas y densas. Es posible que acaben cruzándose con una tormenta. Pero no es eso lo que mira y sólo a alguien que no la conociese se lo podría parecer. No, ella mira más allá, hacia ningún lugar concreto, ni siquiera hacia ningún tiempo concreto. Simplemente más allá.

- ¿Qué he traído para ayudar a la reina?-, la anciana parece sonreír ante lo inocente de la pregunta, - He traído mi poder, por supuesto.

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25/08/2020, 21:56
Augusto Sandoval

Vamos, vamos, querida. No nos obligues a tirarte de la lengua como hicimos con el joven guardia. ¿Qué poder es ese? ¿Cómo lo adquiriste? ¿Conoce la Reina todo su alcance? ¿Lo conocemos el resto de la comitiva?  ¿Cómo puede protegerla? ¿Qué precio tuviste que pagar por él?...

Por favor, no seas tan escueta. Piensa que somos una comitiva de viejos excepto por el guardia real. De hecho, me temo que todos menos él, o quizás todos sin excepción, somos mayores que la propia Reina. No creo que sea una gran ocasión para guardar secretismo respecto a la protección. ¿No creéis?

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25/08/2020, 22:31
Felton

-Me uno a las dudas de Augusto. No era yo tampoco muy hablador, pero estas confesiones han hecho mella en mi curiosidad. Todos venimos con intención de favorecer en lo posible a nuestra soberana, y esta tertulia (y este buen vino, por supuesto) me está agradando. Me considero ya entre amigos, como creo que nos sucede a todos aquí... Tamara, contadnos más acerca de ese poder. ¿Es acaso algo sobrehumano? 

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25/08/2020, 23:22
Guadalupe Argento

Guadalupe inunda la sala con sus risas y su voz aguda.

Ay, su poder de dormirse en cualquier sitio. Si ya la conocemos, señora.

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25/08/2020, 23:37
Tamara Ojolejano

- ¿Algo sobrehumano decís?... No hay nada en mis dones que no sea humano... Lo que no significa que todos los humanos puedan entenderlos...

La anciana tiene una cadencia de charla desesperantemente lenta. No queda claro si es su forma de hablar habitual o es que prefiere hacerlo así para tratar de que sus palabras calen en quien las escucha.

- Mi don es un regalo divino. Me acompaña desde que soy niña y, creedme, de eso hace mucho tiempo... Me permite ver cosas, lo que pasa, lo que pasó y lo que pasará... No funciona siempre y no siempre las visiones tienen un significado claro y evidente... Pero desde luego que si llevo tanto tiempo sirviendo a la familia real es porque mi habilidad es bien reconocida...

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26/08/2020, 00:43
Felton

Felton arqueó las cejas, sorprendido. Se incorporó, ahora sí que completamente interesado en las palabras de la señora.

-El pasado a veces no es dificil conocerlo, al igual que el presente. Pero... ¿el futuro? Aseguráis que vuestro don os permite ver qué va a pasar con certeza? Eso sí que no me lo esperaba. De ser así, ciertamente es un don que mucha gente envidiaría... ¿Podríais ilustrarnos más sobre ello? 

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26/08/2020, 00:51
Tamara Ojolejano

- ¿Qué deseas saber, joven?... Las visiones son confusas, pues vienen de muchas fuentes a la vez. El don me permite ver, oír y sentir lo que otras personas experimentan. Al principio era terrible, una verdadera pesadilla...- la mujer parece rememorar algo de su pasado y tuerce el gesto apacible y tranquilo de su cara, para cubrirlo con otro como de dolor. - Al final, con los años, he aprendido a dominarlo y eso me permite estar aquí, hablando con vosotros, mientras escucho una cítara tocar en los jardines de Piedraverde, veo la nieve cubrir los tejados de la ciudad de Las Eras o siento los pies ardientes de dolor de un joven correo que se mueve entre los reinos. - Tamara mira, de manera inconsciente, a sus pies mientras acaba la frase.

- Y es por todo eso que la Reina me ha hecho venir a este viaje. Por lo que ya sé y por lo que voy entendiendo a cada minuto que pasa.- Al decir esto último, la anciana pasea su mirada de uno en uno por todos los miembros de la expedición y se les queda mirando profundamente y en silencio durante unos segundos.

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27/08/2020, 16:57
Maese Lazaro

Lázaro escuchaba silencioso las palabras que había pronunciado Tamara Ojolejano. El don de la profecía era, verdaderamente, excepcional, y por supuesto, sin duda como todos los presentes, había escuchado hablar de las capacidades de la mujer y, como siervos de confianza que todos eran de la reina, probablemente incluso lo hubiera visto en acción alguna vez. Como bien había dicho la anciana oráculo era un poder confuso y que no funcionaba siempre... pero incluso a pesar de todo eso era de una relevancia tal que justificaba plenamente su presencia entre la reducida comitiva.

- Lo cierto, Tamara, es que más que vuestro don, me apasiona vuestra frugalidad. ¿De verdad no habéis traido, más allá de vuestra indiscutible capacidad y vuestra presencia, nada a este viaje? ¿ni un amuleto, ni un arma, ni el recuerdo de un amigo, amante, familiar? Habéis respondido: he traido mi poder. No es poco, desde luego. Pero, al menos yo, traje un buen equipaje al margen de mi poder. Y aunque todos nos conocemos desde hace tiempo, no quiero perder la ocasión de saber qué lleva un oráculo en su maleta además de su poder- comentó Lázaro, casi de pasada, y con buen humor.

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27/08/2020, 20:38
Tamara Ojolejano

La mujer sonríe ante el atrevimiento de Maese Lázaro.

- Maese... ¿no le parece de mala educación preguntar por lo que guarda una mujer en su maleta?- responde con un tono que trata de ser pícaro, aunque en boca de una mujer tan anciana queda casi demasiado maternal.

- No he traído más que lo imprescindible para un viaje largo: alguna muda de ropa, mis útiles de escritura, las lentes de cerca y las de lejos y algunos botes con hierbas para mis infusiones medicinales. Que una puede haber sido tocada por un don divino, pero aún así tiene que cuidarse de ardores y males de tripa...

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27/08/2020, 21:44
Felton

-¡Oh, sin duda! - asintió Felton a las palabras de la anciana -. La Reina va bien escoltada, y está claro que Tamara Ojolejano no está aquí por eso. Extiéndanse mis cuidados también a vos, señora, porque sirviendo a nuestra Soberana nos servís a todos los que la amamos. Os defenderé si es necesario, vos cuidáos esos ardores, jaja. Aunque la comida aquí es exquisita, dudo que sufráis por ello.

Acomodó su pistola de varios cañones cerca suyo, asegurándose de tenerla a mano. Manía de viejo combatiente, la de nunca dejar lejos sus armas.

-Este viaje se presume largo, como bien me dijisteis a mí. Si os apetece, contadnos alguna historia que ilustre el alcance de vuestros poderes, Tamara. ¿Os animáis?

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27/08/2020, 22:01
Tamara Ojolejano

- Os contaré una historia. Una que no vieron mis ojos, pues ocurrió mucho antes de que yo naciera.- la mujer se pone cómoda en un mullido sofá que hay en uno de los laterales de la barquilla del zepelín

- Hace mucho tiempo, antes de que nuestro reino estuviese en guerra, gobernaba un hombre de buen corazón y mano firme. Ese rey era tremendamente hábil con la espada, pero aún lo era mucho más con su lengua. Era capaz de resolver cualquier conflicto entre reinos con una simple carta o una reunión en su salón del trono. Además tenía fama de justo entre su pueblo, que sabía que sería castigado si quebrantaba la ley, pero podía sentirse seguro en caso de ser gente de bien.

Tamara hace un descanso y toma un trago largo de una infusión que humea en una pequeña mesita auxiliar junto a ella.

- Pero algo ensombrecía el ánimo de ese rey, pues no era capaz de encontrar quien reinase a su lado. La mayoría de mujeres se sentían abrumadas ante su presencia y ni osaban pensar en el rey como pareja y quienes sí lo hacían, pronto se demostraban simples buscavidas y eran rechazadas rápidamente por el monarca. Los años pasaban, el reino florecía de prosperidad y el rey cada vez estaba más preocupado ante la imposibilidad de encontrar una pareja que le llenase de gozo el corazón y le pudiese dar un heredero.

La vidente alza la mirada y comprueba si su audiencia sigue pendiente de sus palabras o si, por el contrario, ha perdido su atención.

- Un día una bruja llegó al reino. Muchas veces se han referido a mí misma como bruja, pero las habilidades de esta mujer no tenían nada que ver con las mías, pues su poder venía de un antiquísimo amuleto que portaba y que le permitía realizar hechizos de gran poder y siempre en su propio favor. Esa bruja ofreció al rey a su propia hija, una muchacha delicada, de piel blanca como el nácar y el pelo negro como el azabache. Le aseguró al rey que se enamoraría de ella al primer vistazo y le pidió 50 cofres de oro a cambio si finalmente se casaban. El rey aceptó, pues poco podía perder y, efectivamente, acabó enamorado locamente de la joven hija de la bruja nada más verla.

De nuevo, Tamara, busca la complicidad de su audiencia para tratar de dar dramatismo a la parte final de su historia.

- El rey desposó a la joven poco tiempo después y pagó lo debido a la bruja. Pero esa mujer tenía el corazón oscuro y no tuvo bastante con todo el oro que había recibido, pues rápidamente vio la oportunidad de aprovechar la presencia de su hija como reina para conseguir más y más poder. La bruja envenenó al monarca, quien languideció durante meses hasta su muerte y nadie osó culparle, pues no había manera de relacionarla con la larga enfermedad del rey. Y así, consiguió su puesto de mando junto a su hija, quien falta del arrojo de su madre, se dejaría manipular sin problemas.

La infusión se enfriaba por momentos y Tamara aprovecha la pausa para darle un largo trago y aclarar su garganta.

- Pero esa bruja había cometido un error, pues había subestimado a esa frágil criatura que ahora se sentaba en el trono. La reina, ya embarazada, pero hundida por la pérdida de su marido, mandó encerrar a su madre en una profunda prisión bajo la más alta montaña del reino. Pero la bruja, antes de ser reducida, lanzó una maldición "mientras no haya habido tantas reinas en este trono como monedas hay en mis arcones, ni tú ni ninguno de tus herederos podréis ver la luz del sol". Y es así como cuenta la leyenda que se originó la enfermedad que afecta a nuestros reyes desde hace siglos y que les obliga a permanecer siempre alejados de la luz del día.

 

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30/08/2020, 13:46
Guadalupe Argento

Guadalupe sigue sonriendo mientras habla con un tono irónico.

Ay, ya entiendo. Eso explica lo de vuestras abundantes cabezadas somnolientas. En realidad estáis viendo otra cosa, una forma bonita de evadirse de los aburridos plenos de la reina. Aunque vuestros ronquidos parecen ser parte de ese "poder" también. ¿Verdad?

Pero después se queda en silencio, y tras un momento en el que parece que la conversación ya ha dado de si todo lo posible, vuelve a lanzar otra pregunta.

Señora, una pregunta. ¿Alguna vez has tenido una de esas "visiones" y te la has callado para que pasará lo que tenía que pasar sin avisar a alguien? Aunque eso supusiera que esa persona resultase dañada, ya fuera daño real o del otro - dice mientras se toca la cabeza con un dedo.

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30/08/2020, 13:58
Tamara Ojolejano

La pregunta era importante. Quizás la más delicada de cuantas había recibido. Tamara vuelve a hacer una de sus exasperantes pausas y finalmente contesta. 

- No sé si no me he explicado bien, pero mi Don me muestra lo que ha sido, lo que es y lo que será. Y nada de lo que yo haga puede cambiarlo... 

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30/08/2020, 22:22
Guadalupe Argento

Entonces... vuestro poder no es para nada útil. Saber lo que va a pasar y no poder cambiarlo. ¿Para que sirve entonces? - se pregunta para si misma Guadalupe en voz alta.

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30/08/2020, 22:38
Tamara Ojolejano

- Te pondré un ejemplo, querida. Sé que vas a cocinar un guiso de ciervo. Y sé que la carne te quedará dura y la salsa demasiado salada. No puedo evitarlo, es algo que va a pasar, pero puedo anticiparme y tomar decisiones al respecto - dice la vidente mientras agarra una hogaza de pan, corta una buena rebanada, y comienza a untarla de queso cremoso.