La Reina confía en ti, pero nadie más en la corte real lo hace.
¿Por qué?
Esta pregunta es para Guadalupe Argento.
Guadalupe corta unas verduras con celeridad y precisión, usando un cuchillo cebollero muy afilado. De vez en cuando viene un mozo que se lleva las verduras y le trae otras cosas.
Maese Lazaro este guiso de caza estará delicioso. Los criados han traído un ciervo, su carne estará sabrosa tras cocinarlo durante unas horas, acompañado de algunas verduras como apio, zanahoria y cebollas. Por desgracia la reina no nos ha autorizado con el chocolate. Y mis mozos están preparando jugo de fruta fresca.
Me pregunto porque la reina no nos ha autorizado a usar el chocolate. Igual es porque se dice que tengo "mala fama" en la corte. Me pregunto por que será...
- Eso es algo que usted sabe mejor que nadie, señorita Argento...
Jaja, la pregunta es para ti. ¿Por qué nadie se fía de ti?, ¿qué fama te has ganado en la corte?
Ya sé que soy yo quien tiene que responder, pero os doy la oportunidad de ponerme verde.
De nada.
Augusto casi se atraganta cuando escuchó a Guadalupe fingir que no sabía el motivo de su mala fama. En parte esto ocurrió porque estaba dando una profunda calada a su pipa de vapor. Como no podía ser de otra forma, él conocía perfectamente los motivos por los cuales aquella mujer que se hacía llamar Guadalupe no resultaba fiable igual que conocía perfectamente los motivos por los que la reina le prohibía el acceso al chocolate.
Sin embargo, a pesar de esto, no dijo nada. En parte porque no era cortés ni propio de un hombre educado poner en evidencia a una mujer, ni siquiera a un hada.
Y es que aquel era uno de los principales motivos, la autodenominada Guadalupe era hija del reino faerico, y esto levantaba de por sí suspicacias y desprecios entre muchos de los pobladores del castillo. Era comprensible desde el mismo momento en que casi nadie conocía siquiera el verdadero nombre de casi ningún hada. Pero no era por eso por lo que Augusto desconfiaba de Guadalupe. No la culpaba por ocultar su verdadero nombre, después de todo, era conocedor del poder sobre el hada que otorgaba a aquel que pronunciara su nombre faérico... Efectivamente, el nombre de un hada otorgaba un fuerte poder sobre ella hasta el punto de poder controlarla como si de la más firme cadena de hierro forjado se tratase, aunque este hecho no era por todos conocido.
El verdadero motivo por el que Augusto desconfiaba de Guadalupe era su historia. No es que alguien pudiera culparla exactamente, dadas las circunstancias, pero sí que minaba gravemente la confianza.
Guadalupe había sido capturada y esclavizada por una compañía de negreros de las costas del Este. Había sido llevado al mercado de Igio Sonumm, capital de las islas del Hierro Bruñido y había se había comerciado con ella. Su comprador no había sido otro que un poderoso aristócrata de aquellas islas, y era algo normal, dado que el precio que pidieron por ella no estaba al alcance de cualquier bolsillo. Después de todo, se trataba de un hada de gran belleza y apariencia joven (aunque dios sabía su verdadera edad). Ahora que lo pensaba, probablemente habían conseguido esclavizarla a través de su verdadero nombre... sea como fuese, ella había conseguido ocupar una posición de cocinera en aquella región y fue siendo cocinera que envenenó a su dueño y a media población de palacio con una gran tarta de cumpleaños de chocolate. Al parecer, conocía secretos métodos para convertir ciertas sustancias aparentemente inofensivas en mortales venenos y fue así, manipulando la misma esencia del cacao, que estuvo a punto de librar sus cadenas.
La jugada no le salió tan bien como esperaba y, de algún modo, acabo siendo vendida de vuelta a los negreros que la habían capturado. No sin antes sufrir dios sabía cuantos maltratos y vejaciones. Naturalmente, su cotización había caído en picado.
Probablemente su futuro le deparaba una nueva esclavitud, pero nadie estaba dispuesto a arriesgarse y fue en aquel entonces cuando quiso la fortuna que las tropas de Ezequiel, padre de la Reina e hijo de Isaias, arrasasen aquel mercado humano y "liberase" a Guadalupe. Solo que Guadalupe nunca fue completamente liberada. Pasó a formar parte del séquito de Ezequiel en calidad de sirviente pero en una posición que no distaba mucho de la esclavitud. Ella continuaba ansiando la libertad, o eso se decía.
No pasó ni un año hasta que Ezequiel, que ya contaba más de cuarenta años, falleció víctima de una extraña enfermedad y la Reina asumió el trono. Las malas lenguas atribuyeron la repentina enfermedad y muerte del rey a aquella víbora faérica y Augusto daba bastante credibilidad a aquellos rumores, por eso cuando el mismo Augusto acudió a la Reina a implorarle por la condena al exilio de aquel ser (que en cierto modo era devolverle su ansiada libertad), se sorprendió de que la joven soberana se negase a siquiera escuchar sus motivos. Fue más tarde que descubrió que la Reina había mantenido una audiencia previa y lejos de todo oído indiscreto con Guadalupe. Algo habían concluido o acordado que había provocado que Guadalupe ganase la confianza plena de la reina. Algo que Augusto nunca había descubierto. Pero ella no le engañaba a él. Ese hada era peligrosa y, tarde o temprano, traicionaría a su Reina.
Aun en días como aquel, Augusto se seguía preguntando ¿Cómo se había ganado Guadalupe la confianza de la Reina?... Pero eso sería algo que solo Guadalupe podría constestar...
Pregunta para Augusto o para Guadalupe:
¿Puede que la propia princesa utilizase al hada para matar a su padre y subir al trono?
Pregunta para Augusto o para Guadalupe:
¿Puede que la propia princesa utilizase al hada para matar a su padre y subir al trono?
Quizás me meta donde no me llaman pero... me parece mucho más interesante dejar esa pregunta sin contestar, la verdad.
Ummm. No sé si el juego funciona así pero bueno, se puede contestar más adelante si lo veis mejor...
Augusto no sabe la respuesta, así que prefiero no contestar a esa pregunta, pero, si a Guadalupe le gusta, que explore las opciones que le despierte la historia. También puede ser que nada sea cierto y todo sean habladurías. Quizás ni siquiera es un hada.
Fantástico, pues que se pronuncie Guadalupe :)
Era difícil, siempre, separar los rumores de la realidad. Y dentro de los rumores que existían en la corte de la reina Lidia de Siempreviva los que se referían a Guadalupe, cocinera, sierva, espía, esclava, hada, asesina, todo lo anterior, nada de lo anterior, eran cosa aparte. Sobre los mismos era fácil acumular relatos, e incluso tomos, y Lázaro, por supuesto, había escuchado una buena cantidad de ellos durante los últimos años.
Rumores que básicamente hubieran coincidido con los que el bueno de Augusto había pensado hacía unos instantes pero sobre los que Lázaro, a pesar de su poder, nada sabía. En todo caso, había diferencias entre Augusto y Lázaro, y donde Augusto mantenía sus pensamientos en secreto, Lázaro muchas veces provocaba a sus interlocutores (fueran amigos, enemigos o conocidos) buscando de sus respuestas y gestos una información que, de otro modo, hubiera podido quedar oculta. Quizás por eso (¿y por cierto gusto por el peligro y la muerte?) había pedido esa salsa precisamente y no otra. Con discrección ocultó tras un pañuelo su sonrisa mientras aparentaba toser y luego miró a la cocinera.
- Me alegra, y mucho, que vayas a cumplir tu promesa, Guadalupe. Pero, ya que preguntas... lo cierto es que más bien la pregunta sería la contraria. No el por qué de tu mala fama en la corte, sino por qué la reina te tiene en tan alta estima.- hizo una pausa el maestro ocultista para, acto seguido, sonreír con una mezcla de cortesía y distancia a la cocinera- ¿Conocéis los rumores que corren por ahí sobre ti, verdad? Entre todos ellos, y desde que te conozco, no he distinguido que seas ni un pelo de tonta, pero jamás te has pronunciado, ni para negar, ni para afirmar. Y creo que ya que estamos todos en esto, y somos tan pocos, es buen momento para cambiar esa circunstancia. Resumiendo: que todos estaríamos encantados de saber si eres un hada, o no (y si no lo eres como logras mantener tu belleza tantos años); si fuiste esclava, o no; si mataste a tus anteriores dueños, o no (y si fue con chocolate); si eres una perfecta envenenadora y espía, o no... - hizo una pausa mirando divertido Lázaro para, a continuación, proseguir- Por mi parte debo reconocer que busqué información sobre ti, pruebas en definitiva, sobre tu vinculación a tales actos, pero salvo comprobar que los rumores estaban tan extendidos como la hierba en los valles de montaña después del deshielo, debo reconocer que nada en claro saqué. Ah, por cierto, y saber cual es el motivo del aprecio de la reina, y si hubo vinculación o no de la misma con la muerte del rey, y por tanto de ti, también sería bueno. Sé- dijo el ocultista mirando a los presentes un instante- que mi pregunta directa rompe un par de tabúes. Pero todos queremos a la reina. Y lo sabemos. Y solo podremos tener éxito si la sinceridad domina esta reunión.
Pues nada, veamos si la buena de Guadalupe responde entonces a la pregunta de marras... y a otra buena ronda de ellas :)
Guadalupe sonríe y se ríe cuando os escucha hablar, así como las miradas que le dirigen sus compañeros de mesa. Es obvio que esta disfrutando de este momento, y lo esta disfrutando mucho.
Ay, mis señores. Pero todo eso son chismes que cuenta la gente porque se aburre, solo soy una persona más del séquito de la reina. Pero la gente me tiene envidia porque soy muy hermosa... y porque cocino muy bien. Los hombres ansían estos dos elementos, que los alimenten bien el estomago y la vista.
Pero si que les diré algo, la reina confía en mi porque soy una mujer como ella. Ambas hemos tenido que sobrevivir, malviviendo con un hombre violento e indeseable, y eso nos hizo más fuertes. Yo conozco las penurias que ha pasado la reina, y no permitiré que vuelva a pasar eso. Soy su amiga, su confidente, pero también soy... otra cosa más para ella. Su cocinera leal que le prepara sus platos preferidos, aunque el chocolate lo tengamos vetado.
Me gusta la idea de que pueda ser un hada, o tal vez una persona mestiza que posee algo de sangre faerica. Pero no voy a dar más detalles sobre eso, me gusta más así, dejándolo sin confirmar.
Por cierto, casi lo olvido. Guadalupe le sirve directamente el plato a Tamara Ojolejano, asegurándose de que sea un trozo de carne poco hecho y extremadamente salado.
:)