Partida Rol por web

Proyecto Arpa de Oro

1.3. La acróbata ladrona

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08/04/2015, 22:23
Director

21.01.1377

Kazumi acababa de pagar una pieza de plata por una entrada entrada para el nuevo espectáculo del “El Circo de la Luna”, aunque su visita nada tenía que ver con disfrutar de él. La kozakurana había viajado hasta Puerta de Baldur para conocer a May Reilly, una de las elegidas de Chester.

Después de la reunión en casa de Chester, los asistentes se habían separado tomando cada uno su camino. Nerissa con quién compartiría la reunión con Tormenta y Paloma, decidió viajar hasta Delzhuntel con el objetivo de reunirse con una de las personas de la lista de Chester, Helena Panoukos, forzando que la reunión se realizase a finales de Febrero.

Es por ello que la kozakurana, con tantos días por delante, decidió imitar a su compañera y viajar para conocer a May Reilly, la artista circense.  De esta forma comenzó a bajar por la Costa de la Espada hasta llegar a Puerta de de Baldur.

Y el espectáculo comenzó. Una humareda azul cubrió toda la pista al tiempo que un solo de laúd empezó a sonar amplificado. Magia sin duda alguna. Un anciano elfo vestido con una túnica plateada, apareció entre la niebla y contó una leyenda sobre las místicas nieblas larethianas que conducen hasta el mismísimo arvandor, el reino de los dioses élficos y de cómo estas transportaron ante el mismísimo Corellon Larethian a un humano llamado Herceus, para asistirlo en un viaje a través de la realidad para salvar a su amada, una elfa llamada Iswen a lo largo de la realidad.

Fue entonces cuando la historia cobró vida sobre la pista, y poco a poco, con la ayuda de la música, la magia y el resto de actores, ésta ganó fuerza. Kazumi reconoció a alguien que se ajustaba a la descripción de May, simulando ser una pantera contra la que Herceus luchaba justo cuando abandonó Arvandor. Más adelante la reconoció, cuando el héroe se enfrentaba contra un dragón rojo, para salvar a una princesa de un extraño reino. Fue entonces cuando la monja tuvo la certeza de que era ella. May, cómo algunos actores más, se movía entre el público con fluidez y agilidad, actuando en ese momento como el pueblo asustado que teme por la vida de su princesa y del valiente guerrero que la protege. Kazumi tuvo claro que era ella porque vio como al moverse entre el público y aprovechando los fingido gritos de pánico que distraían a los que estaban a su alrededor, la acróbata circense aprovechaba para llevarse algunas monedas, cuando no una bolsa entera.

La kozakurana, dejó de prestar atención a la actuación para fijarse en la joven, que poco a poco iba acercándose a ella. Tenía su bolsa con algo de oro bien visible y accesible, quizás demasiado. Kazumi volvió a fijarse en el espectáculo fijamente para mostrarse distraída cuando vio como la actriz se acercaba. May se coló entre la monja y el hombre que estaba a su derecha y volvió a gritar de pánico. Tras ello, Kazumi volvió a mirar a su cinto para comprobar que la bolsa ya no estaba en su lugar.

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10/04/2015, 10:47
Kazumi

La acróbata ladrona había llamado la atención de Kazumi de entre los candidatos que había propuesto Chester. No le era ajeno el dolor de perder a un ser querido, pues su propia vida había estado plagada de muerte, dolor, y desgracias. Pero ella había podido acudir a su riguroso entrenamiento, y a la madurez propia de la edad, para aceptar las vicisitudes de la vida según venían.

«El dolor por la muerte de tu madre es inevitable —le había repetido su padre—. El sufrimiento, en cambio, es opcional.»

La muerte era muy real. Era milagroso regresar del más allá incluso guiado de la mano de los clérigos más poderosos. May sentía que la vida de su madre se le estaba escapando de la manos, y la única manera de tenerla a su lado era con unas medicinas que su sueldo de artista ambulante no podía pagar. De modo que la desesperación y el miedo a la pérdida le habían metido en el latrocinio, y en una espiral descendente en la que la muchacha estaba empezando a odiarse a si misma y sentirse víctima de las circunstancias. La agonía espiritual que destilaba el informe de Chester la había conmovido profundamente. Ofrecería a la joven paz interior, y un ideal más alto que ella misma por el que luchar sin avergonzarse.

De modo que había preparado su trampa antes de llegar al circo: había llenado una bolsita de cuero con monedas de un metal de poco valor, y se lo había anudado a la cintura, a la vista de todos. May cayó en su pequeño ardid, pero le concedió el hecho de que no había notado el más leve roce. Si no estuviera avisada de antemano, no se hubiera dando cuenta del robo.

La kozakurana no reaccionó más allá de esbozar una leve sonrisa. Y después simplemente esperó, disfrutó del espectáculo y esperó a su final. Después se levantó con suavidad y, con las manos enlazadas con serenidad detrás de la espalda, abordó a uno de los artistas.

—Disculpe, ¿podría indicarme dónde puedo encontrar a May? —le preguntó—. Soy una amiga suya y me gustaría felicitarla en persona por la actuación.

El hombre le indicó dónde se preparaba la joven acróbata para sus actuaciones, y la kozakurana se dirigió allí para confrontarla, y tal vez reclutarla para el gremio.

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13/04/2015, 18:51
Director

El hombre al que Kazumi le había hecho la pregunta la acompañó hasta un carromato grande de forma rectangular, el transporte habitual entre los artistas ambulantes pues podían utilizarlos como habitaciones para dormir.

Durante el camino, la kozakurana se dio cuenta de que el fornido hombre que la acompañaba era aquel que había interpretado durante la actuación al demonio Azmodan, aquel que tenía prisionero a la bella Iswen.

Al llegar al carromato “Azmodan” golpeó un par de veces a la puerta.

¡May! ¡Tienes visita!

Desde el otro lado de la puerta no tardó en escucharse una voz femenina.

¡Puedes decirle que pase!

Tras la respuesta, el hombre se despidió de Kazumi y la mujer entró en el carromato. Era hora de confrontar a la acróbata ladrona.

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13/04/2015, 18:58
May Reilly

May estaba frotándose la cara con una esponja mojada para borrarse los restos de maquillaje que aún le quedaban de su actuación como “pantera”. Al moverse en su otro papel entre la oscuridad del público, no había sido necesario esmerarse en exceso.

Era una chica joven, de estatura media y flacucha. Tenía el pelo castaño, la piel bronceada y los ojos claros. Se le podía considerar una muchacha bonita por la que los chicos de un pequeño pueblo se pelearan. Al girarse para ver a la recién llegada y encontrarse con una desconocida, la expresión de su rostro se tornó a una de sorpresa y quizás algo de terror.

¿Quién eres?—preguntó con un tono más alto de lo normal, al tono que alargaba a ciegas la mano sobre la mesa, dónde "casualmente" había una daga.

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13/04/2015, 23:18
Kazumi

Kazumi tomó buena nota de dónde estaba la daga, pero hizo como si no hubiera visto el movimiento potencialmente peligroso de la acróbata. Sonrió.

—Mi nombre es Kazumi. Kazumi Takenaka —se presentó, inclinando el torso en el saludo traducional kozakurano, y siendo vagamente consciente de que no terminaba de acostumbrarse a el apellido Tsukino—. Me gustaría hablar contigo. Ayudarte, si es posible. ¿Puedo entrar?

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14/04/2015, 21:19
May Reilly

La expresión de sorpresa no se mudó en el rostro de la muchacha, pero si bajó su brazo derecho, dejando de buscar la daga.

Eeeeh.... Si, ¡pasa claro!—May no sabía como reaccionar ante la inesperada visita. La joven acróbata paseó la mirada por la habitación portátil y se dirigió hacia una silla dónde recogió una gruesa túnica de color granate y la tiró en un rincón—.  Puedes sentarte aquí.

A continuación, May se dirigió hacia la mesa y se sentó en ella junto a la daga mirando a Kazumi con desconfianza, aún sin saber muy bien que decir. Finalmente una pregunta brotó de sus labios.

¿Quieres... ayudarme?—dijo con duda.

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14/04/2015, 22:47
Kazumi

—Gracias.

Kazumi se sentó en la silla que le habían ofrecido, con las piernas cruzadas de lado y las manos en el regazo en una postura cortesana.

—Sé que tu madre está gravemente enferma —dijo sin preámbulos, con la compasión pintada en el rostro.

Se detuvo unos momentos, como si contemplase la habitación por vez primera.

—Y puedo imaginar lo difícil que es pagar los medicamentos con el sueldo de una acróbata itinerante. Podría ayudarte a costear los medicamentos. A liberarte de esa carga. Y cuando tu espíritu fuera libre, si tú quisieras, podría ayudarte aún más.

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16/04/2015, 13:12
May Reilly

Fueron tantas las emociones que tuvieron que pasar por la cabeza de May al escuchar a Kazumi, que la expresión que se dibujó en su cara era totalmente indescriptible.

Pero… ¿Quién te ha…? ¿Cómo…? ¿Acaso sabes…?

La joven iba dejando preguntas a medias sin tener ni la más mínima idea de qué preguntar. Abrumada, May se apoyó sobre la mesa, como si estuviera mareada. Su cara había perdido color y su respiración se había agitado.

¿Qué…?—titubeó e inspiró fuertemente—¿Qué es lo que quieres?

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16/04/2015, 13:28
Kazumi

Kazumi volvió a sonreír.

—Aprendemos a amar cuando somos amados. Aprendemos compasión cuando alguien se preocupa de nuestro sufrimiento. Aprendemos a ayudar a los demás cuando alguien nos ayuda cuando lo necesitamos.

May era como el vagabundo en el desierto, que no podía compartir su agua con los demás porque su pozo interior estaba seco. Kazumi pretendía llenarlo, y que May pudiera compartir su agua interior con los demás.

Durante un momento se detuvo y no continuó su discurso; se le había hecho un nudo en la garganta. La kozakurana recurrió a su paz interior mientras ordenaba sus ideas y dejaba marchar sus emociones. Lo estaba haciendo de verdad. Estaba retomando el legado de Elminster. Comenzando el Proyecto Arpa de Oro, como lo había llamado Chester.

—Eso es lo que quiero. Ayudarte, y que a cambio ayudes a los demás. Mira a nuestro alrededor: los thayinos y los zhent marchan sobre Faerûn con sus ejércitos, los esclavistas campan a sus anchas por Calimsham y el pueblo de la Sangre Negra hace estragos entre aquellos que desean mantener el equilibrio de todas las cosas. En momentos como este no podemos cerrar los ojos y pensar que no nos concierne. Podemos hacer un mundo mejor —dijo Kazumi—. Estamos reclutando a gente con habilidades especiales para oponerse al caos. Ayúdanos a solucionar esto antes de que sea demasiado tarde. Ayúdanos a restaurar el orden, y tendrás una causa de la que estar orgullosa.

 

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16/04/2015, 21:25
May Reilly

El poco color que le quedaba a May en el rostro desapareció, y por un instante pareció que iba a desmayarse. Pero la chica fue capaz de mantener la compostura mientras miraba a Kazumi con incredulidad.

¿Quieres que yo…? ¿Que te ayude?—la joven tragó saliva, las palabras seguían sin salirle— No puedes decirlo en serio. ¡Soy una simple artista de circo! Esto es una broma, ¿verdad? Te ha contratado Michael para gastarme una broma, ¿a que sí? Pero Michael no sabe… ¡Oh Ilmater!

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16/04/2015, 21:38
Kazumi

Kazumi ladeó la cabeza.

—Las dos somos mujeres inteligentes: ¿crees que estaría aquí hablando contigo, de estas cosas tan importantes, si pensara que eres sólo una artista de circo?

Dejó que la pregunta flotara en el aire unos instantes antes de continuar:

—Me gustaría que abrieras la bolsa de cuyo peso me has aliviado durante la representación —dijo, con el semblante sereno.

Dejó que May se disculpara si quería hacerlo, y descubriera su contenido antes de proseguir.

—Ni es oro todo lo que reluce, ni deja de ser valioso algo que tenga un aspecto vulgar. De modo que no vayas por ahí pretendiendo que cualquier persona con la que te cruces puede reconocer tu verdadera valía. No importa quién seas, siempre habrá pocas personas en este mundo que van a saber valorarte. La opinión de esas personas es la única que debería importante.

Le sonrió y se levantó, caminando hacia ella lentamente.

—Yo soy una de esas personas. Creo en ti, y en lo que podías llegar a convertirte.

Llegó hasta ella y le tendió una mano para que se la estrechara.

—¿Nos ayudarás?

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17/04/2015, 11:24
May Reilly

Aturdida y temblorosa May no llegó a sacar ninguna bolsita, seguramente ya hubiera examinado el contenido de lo que había robado y sabía cuál era la bolsa a la que se refería Kazumi. Mientras un par de lágrimas caían por sus mejillas, la muchacha bajó la cabeza.

Yo… L-lo si-siento—dijo entre sollozos.

Con la cabeza aún gacha, la joven acróbata escuchó lo que le decía la kozakurana. Justo cuando escuchó las palabras “Creo en ti”, May volvió a alzar la mirada, aún con el rostro húmedo. La muchacha miró a Kazumi a los ojos, en ellos se veía algo distinto, como si las palabras de la monja le hubieran hecho experimentar una catarsis. Le había llegado la oportunidad que llevaba tanto tiempo esperando. Cuando la kozakurana le tendió la mano, May no dudó en estrechársela con su temblorosa mano.

No… no sé como lo haré, pero... no te fallaré.

Su voz era débil, las palabras seguían sin salirle con fuerza, pero viendo la mirada de la ladrona acróbata, uno podía saber que estaba llena de convicción, que estaba dispuesta a comenzar su camino de redención.

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17/04/2015, 23:18
Kazumi

—Lo más importante es que no te decepciones a ti misma —le dijo Kazumi estrechándole la mano—. Bienvenida a bordo.

Le dedicó una sonrisa mientras sacaba una pequeña bolsita del interior de su chaqueta cruzada. La que contenía oro de verdad. Se la arrojó para que la cogiera.

—Me hospedaré en la Canción del Elfo durante unos días. Compra lo que necesites, pon en orden tu vida y reúnete conmigo allí cuando estés preparada.

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21/04/2015, 21:11
May Reilly

May intentó devolverle la sonrisa a Kazumi, aunque aún se la veía afectada.

Gra...gracias—dijo May—. Me reuniré contigo cuanto antes.

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21/04/2015, 21:12
Director

Tras despedirse de May, Kazumi abandonó la “carreta” y dejó el circo para dirigirse a la taberna dónde esperaría a la ladrona acróbata. La kozakurana estaba contenta, quizás lo que hubiera conseguido no era gran cosa teniendo en cuenta el largo camino que le esperaba. Pero todo camino se comenzando dando los primeros pasos y al final estos pasos eran tan importantes como los últimos.

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14/07/2015, 12:42
Director

Kazumi continúa aquí