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Proyecto Arpa de Oro

Prólogo - La última esperanza de Altair

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10/01/2015, 00:09
Director

Sobre la nación de Altair

Extraido de las conversaciones de Arthog el Viejo con los seres de Muy Lejano

¿Qué como hemos acabado así? Yo no voy a ser el que te lo va a decir. Porque no lo sé. Ni yo ni nadie. Hace ya mucho tiempo que todo nuestro mundo se fue al garete. ¿Qué en que mundo vivimos? Nuestro mundo no tiene nombre, es un mundo dejado de la mano de los dioses. Vivimos en la más absoluta de las nadas y nosotros la gente decente, tenemos como única necesidad sobrevivir. ¿Que de qué tenemos que sobrevivir? La lista es demasiado larga. En el este, las tierras de los señores de la muerte. En el norte más lejano, el territorio de los gigantes de la escarcha. Más al sur de los territorios de los gigantes, las estepas de la sombra. El gran mar del oeste una locura de lugar, dicen que en su interior las criaturas también luchan por sobrevivir unas contras otras, y navegarlo es un sueño de locos con esas tormentas. Y eso sin olvidarnos que en cualquier momento se abren dos o tres portales y tenemos una batalla de demonios contra diablos o yo-que-sé criaturas de más allá de este mundo. Y para parar de contar (porque si sigo contando voy a volverme más loco de lo que estoy) en la "Garganta sin fondo" dónde se decía que miles de años atrás había un mar, los elfos oscuros. Sí, los elfos oscuros, ya sé que la luz del sol les hace daño, pero total, aqui ya no hay sol.

¿Qué por qué no hay sol? El cielo siempre esta cubierto de esas increíbles nubes negras como el carbón, esas que cuando llueve lo único que hace es abrasarnos la piel. Porque claro, además de tanta locura, tanta muerte y tanta destrucción, la naturaleza también pone su granito de arena. Hoy un terremoto, mañana un volcán, y al otro un huracán. Lo raro es que estemos vivos. Pero claro es lo que nos empuja a hacer nuestro instinto de supervivencia, sobrevivir. Igual que nos empuja a luchar. Supongo que por eso hace mucho tiempo ya se fundo Altair. ¿Qué es Altair? el último reducto de gente normal. De la gente que quiere vivir y sobrevivir y quién sabe, igual algún día poder volver a vivir en la paz y la armonía y esas cosas tan bonitas. ¿Qué dices? ¿Qué no te lo estoy contando todo? A mi no me cuentes rollos. Te cuento lo que sé, o mejor dicho lo que sé de lo que sé. Si quieres saber más pregúntaselo a otro. Seguro que por algún lugar hay registros y que se yo historias de hace miles de años. A mi eso me da igual. ¿Sabes lo que quiero? Un estofado de hormigas bien calentito cada día de invierno y no me lo dan. Así que no me seas exigente.

Como te iba diciendo, sí, uno de los objetivos a largo plazo de Altair es recuperar nuestro mundo en cierto modo, por eso creo su "ejército". Sí, no seas pesado, yo luché en el ejército de Altair, fui un gran general en su momento y mi magia ha matado a más muertos vivientes o elfos oscuros de lo que muchos habrían hecho en varias vidas. Pero, ¿sabes qué te digo? Que tal y como están las cosas es imposible que podamos recuperar el mundo que se dice que antaño fue nuestro. 4 ciudades medio subterraneas rodeadas por el "Gran mar", la "Garganta sin fondo", las tierras de los señores de la muerte y el desierto de sal al oeste, poco va a hacer. Sí, sí, dicen que hay mas sitios como Altair. Pero ninguno tan grande y organizado, y organizar esto ya cuesta, créeme. Dicen que hay más ciudades y campamentos, y desde hace decenas de años existen rumores de la famosa Banda del Sapo. Altair no es el único lugar donde se lucha contra nuestro mundo, pero los esfuerzos que hay a día de hoy son insuficientes.

¿Qué quieres? ¿Que te siga hablando de mi? Yo soy un mago, y de los buenos, o al menos tan bueno como éste mundo nos permite serlo. ¿Que por qué? No creerás con todo lo que te he contado que la magia es normal, o como se dice que es normal. La verdad, entre tu y yo, yo no sé que es la magia normal. Pero a la magia con la que convivimos hoy día se llama magia salvaje, y a veces hace lo que queremos que haga, y otras no. Dicen que antiguamente las cosas no funcionaban así, pero que quieres que te diga Aqui antiguamente pueden ser 100, 1000 o 10000 años. Así que yo de ahi no opino mucho.

¿Los dioses? Aqui no hay dioses. A lo mejor los hubo, pero ya no. Se han olvidado de nosotros. Ya, ya, tienes razón tenemos personas que dicen servir a la voluntad de los dioses, algunos incluso entregan sus vidas a ellos. Pero nuestros disoes no tienen nombres. Es más bien como servir a una causa en concreto más que a un dios.

Y ahora déjame dormir, hace mucho frío y a este pobre viejo ya no le dan ni una manta decente. ¡Adios!

 ¿Qué quieres hoy? ¿Qué te hable de nuestro ejército? Ya, ya, a quién acudir mejor que a mi. Sí, sí, es obvio, yo fui alguien importante en su momento. Pero no te creas, después siempre se olvidan de uno. El ejército, como todas las cosas del país está dirigido por nuestro gobernador. Ahora mismo esta a cargo Dalshún, aunque en unos meses habrá elecciones. Si, elecciones, ¿no sabes lo que son? Algunas personas se presentan a gobernador y el pueblo los vota. Gana el que saque más votos. No te extrañes, ¿qué haceis en tu tierra?, ¿devoráis la cabeza del líder anterior si quieres mandar? Si son como tú no me extrañaría.

Pero mejor no irme por las nubes. Nuestro ejército sí. Cállate y dejame hablar. Solo te contaré lo que quiera así que no me des la murga. Nuestro ejército se divide en tres brazos. El brazo armado, el brazo mágico y el brazo de Inteligencia. Sí, no es nada original, pero es útil. ¿Se te ocurre algo mejor? Mejor no, no quiero saber nada de tu retorcida mente. Las ramas son muy intuitivas. Los brazos armados y mágico tienen nuestra fuerza de combate. Por un lado los magos y por otro los no-magos. Evidente, ¿verdad?. Y el brazo de Inteligencia se encarga de misiones de campo. Recabar información y esas cosas.

La organización interna también es simple. Un cabeza para cada brazo que rinden cuentas ante el gobernador. De hecho es el gobernador quien elige a los cabezas. El brazo armado tiene dos grupos básicos. La decuria y la centuria. 10 decurias hacen 1 centuria. Ambas unidades están dirigidas por un decurión y un centurión. Por encima del centurión responde ante su comandante. El cual tiene a su cargo a 5 centuriones. ¿Es simple verdad?

El brazo mágico es más complejo. Además de cubrir sus funcionas armadas, se dedican a cubrir las necesidades mágicas de la población. No tienen una organización interna real. Los más sabios tienen un lugar en el consejo. Si, yo tuve un lugar en ese consejo, por eso fui un "afamado comandante". Pero eso es solo para aquellos que están fuera del brazo mágico. Dentro somos más un grupo de eruditos que compartimos experiencias. Es lo mejor que podemos hacer para crecer en la magia.

Y finalmente tenemos al brazo de Inteligencia. No sé nada de ellos. De hecho no se sabe nada de sus miembros. Estos están dentro de los otros brazos o de la población civil. Solo su cabeza, junto a las otras dos cabezas y al gobernador saben quiénes son. Cuando se les necesita para una misión se contacta con ellos. Se les busca una excusa para su ausencia y realizan su misión.

¿Te ha parecido interesante esto? Muy bien, ahora lárgate. Quiero dormir

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10/01/2015, 00:31
Director

Un rayo de esperanza

La situación para Altair había comenzado a ser crítica. Su existencia, como la del resto de pueblos libres con anterioridad, estaba condenada. No quedaba resquicio de esperanza. O eso era lo que parecía. Nadie podía imaginar que tras una refriega con un batallón del ejército de los Señores de la muerte encontrarían un tesoro que les devolvería la esperanza. Una extraña gema que emanaba magia por doquier.

Tras investigar la gema durante unas semanas descubrieron que la gema era un ancestral y mítico artefacto, una de las  magigemas del infinito, gemas del maginfinito o gemas de la magia infinita. En concreto era el topacio, la gema asociada a la magia elemental del aire. Según la leyenda eran 7 las gemas, cada una de ellas asociada a un tipo de energía elemental y una última asociada a la fuerza mágica universal. Y según la leyenda también, cuando las 7 gemas eran reunidas se podrían obrar milagros mágicos. Con esta información, la búsqueda de las 7 gemas se convirtió en la última esperanza de Altair.

Por suerte, la localización de las gemas no sería dificil, pues eran las propias gemas las que marcaban el lugar donde se encontraba la siguiente a buscar. Pero eso también dejaba en evidencia la posible localización de Altair, y por tanto poseer una de estas obligaría a la nación a entrar en estado de defensa total ante cualquier eventualidad y priorizar la búsqueda de las otras gemas. A esto se le añadió la dificultad de que, al no ser conveniente alertar a la población sobre el peligro que se cernía sobre todos, la misión debía realizarse en el más estricto de los secretos.

La siguiente gema se localizaba en unas montañas en el desierto de sal. Estaba bajo el control de un un culto formado por criaturas de diversa indole: ogros, trasgoides, orcos, kobolds... Con esta información, el gobernador Dalshún, junto con la líder del brazo armado Ieranna, el líder del brazo mágico Ox y el misterioso líder del brazo de Inteligencia se pusieron manos a la obra. Para esta primera búsqueda seleccionaron a 4 valiosos ciudadanos de Altair: la valerosa enana Scarlett, el monje mediano Shobi, el hechicero elemental del aire Wanepiun y el desenfadado pistolero Polvorín.

Su trabajo no fue fácil, los miembros de la secta eran muy numerosos y luchaban con ferocidad, pero por suerte, el caos generado por una de las bombas de Polvorín, les dio la suficiente ventaja para que las potentes descargas de Wanepiun, unidos al trabajo en equipo de Shobi y Scarlett acabaran tanto con el líder del culto, un poderoso ogro hechicero, como con sus allegados, y les permitió recuperar la segunda gema, el diamante, asociada a la energía positiva.

Altair ahora poseía dos gemas. Eso hacía que su localización fuera más fácil, pero también incrementaba su poder. Lo único que podían hacer ahora era conseguir las otras 5 gemas lo antes posible.

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10/01/2015, 16:46
Director

El castillo en ruinas

Con la segunda gema en su poder, la prioridad de Altair paso a ser la de buscar el resto de las gemas. Era cierto que las gemas marcaban el camino de las otras, pero una cosa era tener una imagen del lugar y otra saber la ubicación exacta. Por suerte solo paso una semana hasta conocerla. Un castillo en ruinas, en las tierras del norte, cerca de las tierras de los gigantes de la escarcha. Para ésta búsqueda fueron seleccionados una vez más cuatro personas: Byrsa, conocida como la mujer-oso, Nissa la barda, Sarkham el hechicero ígneo y Polvorín el cual repetía búsqueda.

Tras ser enviados a los alrededores del castillo, el grupo se dispuso a investigarlo. El castillo estaba completamente en ruinas, excepto un pasaje que conducía a los sótanos, que estaba antinaturalmente en buen estado. Estaba claro que la gema debía encontrarse allí. 

En su interior tuvieron que enfrentarse a diversos artefactos mágicos y criaturas que custodiaban el lugar. Pero nada de lo que se encontraron igualaría al misterioso arco de piedra en cuyo marco estaba inscrito el siguiente mensaje "Encuentra la cuchilla de Quinath".

Al cruzar el arco se abrió un portal que los condujo directamente a la Ciudad Colgante, el hogar de los kitón, en los Nueve Infiernos de Baator. Curiosamente la apariencia de todos había cambiado, dándoles el aspecto de tiflins. Era extraño, por un lado los mandaban al infierno y por otro, les prestaban algo de ayuda. Quién hubiera conjurado el misterioso arco, tenía un extraño sentido del humor.

La ciudad estaba agitada, ya que en ella se encontraba uno de los ocho oscuros, Bazemoph, el cual se dirigía a Panos Qytel a interrogar a unos paladines cautivos. Ninguno de los altaireños sabía qué clase de criatura era un paladín. De todas formas, el camino de ellos también llevaba hacia el mismo lugar, pues escucharon que el señor oscuro se reuniría con Quinath. Estaba claro que la cuchilla debía ser un objeto bajo su poder.

Panos Qytel era una fortaleza con forma de catedral y 3 grandes torreones. Bajo el pretexto de ser enviados de Bazemoph con la misión de interrogar a los paladines, el grupo se introdujo en el lugar y se dirigió hacia las celdas. Allí descubrieron para su sorpresa que los paladines no eran ningún tipo de criatura sino personas como ellos, que decían luchar por los dioses señores del bien y la justicia. Tras contarse mutuamente sus historias, los altaireños y los paladines decidieron unir fuerzas, por lo que tras liberarlos de su encierro, todos juntos pasaron al ataque, pues la única manera de escapar se encontraba en las manos de Quinath.

Todos juntos ascendieron por Panos Qytel hasta llegar al torreón más alto, dónde se encontraban Quinath, Bazemoph y su escolta.  No sin sacrificios, los diablos acabaron cayendo ante la fuerza formada por paladines y Altaireños. La batalla fue de tal intensidad que la torre comenzó a derrumbarse justo cuando recuperaron la cuchilla, la cual condujo a todos una vez más hasta los sótanos del castillo.

Una vez atravesado el arco, frente a ellos se encontraba un pedestal. En ese instante, justo tras ellos hizo acto de presencia un liche el cual decía venir en nombre de los señores de la muerte. Al mismo tiempo un hueco de una de las paredes explotó, apareciendo de allí una persona cuya cabeza estaba completamente cubierta por una máscara de hierro que sin mediar palabra comenzó a lanzar conjuros a diestro y siniestro.

Fue así como comenzó el último combate, dónde el ganador se haría con el poder de la gema. Por suerte las habilidades de los paladines frente a las criaturas muertas, les dieron la suficiente ventaja como para que los altaireños centraran sus esfuerzos contra el mago enmascarado. Tras cercenarle Byrsa la cabeza al mago, el grupo se alzó con la victoria una vez más. La tercera gema, el diamante negro, la gema asociada a la energía negativa, fue recuperada.

La recuperación de la gema tuvo consecuencias muy importantes para Altair. Por una parte, los paladines viendo el estado del mundo en el que se encontraban, decidieron quedarse allí para ayudar y expandir la fe de los dioses. En pocos días, la fe se expandió como la pólvora, y algunos altaireños comenzaron a ordenarse como clérigos y paladines. Por el otro lado de la moneda, la noticia de que los señores de la muerte también buscaban las gemas de forma activa, hacía la búsqueda mucho más difícil, y dejaba a Altair muy vulnerable para recibir un ataque, pues no podrían ocultar su ubicación durante mucho tiempo más.

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10/01/2015, 18:29
Director

La fe de los Señores del Bien

Una semana después de la llegada de los paladines a Altair, la fe de sus dioses comenzó a expandirse. Estos eran conocidos como los Señores del Bien y eran tres, Lathander, Ilmater y Moradin. Conforme se fue conociendo más acerca de aquellos dioses, y al mostrarse sus dones, los habitantes de Altair comenzaron a adorarlos, y algunos incluso decidieron dedicarles sus vidas ordenándose como clérigos o paladines. Todos los ciudadanos de Altair acabaron conociendo la historia de estos dioses y su dogma.

Los Señores del Bien luchan juntos contra el poderoso Amo Oscuro, también conocido como el Enemigo, el Matadioses y el Señor del Mal y la Destrucción, y sus sirvientes. Ellos son la última fuerza que mantiene que viva la llama de la esperanza. Si no fuera por ellos, todo rastro de bondad ya habría desaparecido hace años. La analogía con la situación de Altair en el mundo era más que evidente.

Ilmater es el dios del lamento, el que acepta cargar con el dolor de todos, con tal de que los demás no sufran. Es el dios callado y calmado que sostiene las lagrimas y cargas de los demás. Y el primero que esta dispuesto a recibir los golpes del Amo Oscuro para que Lathander y Moradin puedan actuar con mayor margen. Si con su vida se puede dar un gran golpe al Enemigo Ilmater no dudará en ofrecerla.

Moradin es el dios padre de los enanos. Es el creador de la raza de los enanos y probablemente el último padre racial. Sobre él ha acabado recayendo la responsabilidad de cuidar a todos los seres que acaban tomando la senda del bien y la justicia sin importar si son enanos, aunque es con estos con los que tiene una especial sintonía. Cuando no lucha contra el Enemigo, Moradin se encuentra en su forja creando nuevas armas tanto para él como para sus aliados los Señores del Bien, con las cuales poder combatir al amo oscuro.

Lathander es el dios del bien, el señor del alba. Aquel que esta dispuesto siempre a entablar combate contra el Amo Oscuro. Es el que lídera a los señores del bien en todas las acciones contra el Enemigo. Insta a todo el mundo a llevar una lucha activa contra todo mal, pues esta es la única forma de poder acabar con este y a proteger a los débiles y necesitados.

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10/01/2015, 19:02
Director

El Hipercubo

Las cosas habían mejorado en Altair desde la llegada de los paladines. La llegada de una fe y algo en lo que agarrarse cuando todo parecía perdido fue algo que tuvo un gran efecto positivo sobre la población. Solo unos pocos sabían que Altair podía encontrarse en su hora más crítica y que su futuro se jugaba en unas pocas semanas. Todas sus investigaciones iba en el camino de encontrar la cuarta gema.

Sin embargo pasaron dos semanas sin poder localizarla. Ocurría algo extraño, la gema parecía estar en una especie de cubo metálico enorme, pero la ubicación de dicho cubo iba variando de un lugar a otro, de manera que no era posible conseguir una localización fiable. Hasta que un día dicho artefacto apareció en las cercanías de Altair, presagiando lo que se temía desde que se inició la busqueda de las gemas, alguien había localizado la ciudad y podría prepararse para destruirla.

Los movimientos que se hicieron desde dentro de Altair fueron rápidos. Una vez más, cuatro soldados fueron convocados: Jake Evesthorm, un extraño humano, una de esas personas que contactaban con la naturaleza o lo que quedaba de ella, Agreian, una semielfa experta en el uso de los dos estoques que recientemente había abrazado la fe de Lathander, Dextran mano de piedra, un guerrero enano cuyo brazo izquierdo era de piedra y Laucian, uno de los guerreros más fuertes y versátiles de Altair.

Una vez reunidos, fueron enviados a las inmediaciones de dicho cubo. Éste era de metal listo, pero en una de sus caras tenía una pequeña escalera que llegaba a una puerta. El peligro era latente, sobretodo cuando comprobaron que la puerta etaba abierta, pero no había marcha atrás, para recuperar la cuarta gema había que internarse en el cubo y eso hicieron.

El cubo era un lugar caótico. Cuando entrabas en una sala te transportabas a un plano de realidad. En las cercanías del portal de entrada, existían otros portales a otros planos, como si cada plano fuera una sala del cubo. Tras lograr cruzar el cubo, en lo que parecía que había sido cruzar toda la realidad visitando lugares tan variopintos como el Eliseo, la ciudad de Sigil, el Abismo, el plano Astral o el plano elemental de Agua, llegaron a lo que parecía una sala de maquinas. Fue allí donde se encontraron con la legendaria banda del Sapo, la cual como su propio nombre indicaba estaba liderada por un hombre-sapo.

Aunque en un principio hubo reticencias por ambas partes, al final decidieron hacer equipo. Segun les contó el propio Sapo, el hipercubo era gobernado por un poderoso mago elfo oscuro llamado Feralas, el cual había capturado a unos de sus amigos, y él no podía permitir eso. Ello también habían cruzado el hipercubo, pero a diferencia de los altaireños, ellos habían entrado por uno de los portales que conectaban con los diferentes planos de realidad. Sin nada más que decir, juntos entraron en la sala de control donde se encontraban, comenzando un increíble combate.

Feralas era un poderoso mago especializado en los hechizos de hielo. A su vez había doblegado a seres elementales contra los que también había que luchar y todo ello además con la ayuda de la gema de la magia infinita. Mientras casi todos peleaban contra dichos seres e intentaban mantenerse al margen de la poderosa magia del mago, Laucien y Agreian fueron a romper lo que parecía una jaula de hielo, saliendo de allí un Azer, el amigo capturado del Sapo, el cual se unió al combate. 

Cuando el último de los elementales cayó bajo los puños del Sapo, Feralas decidió desatar el poder de la gema, creando en unos pocos instantes una tormenta de hielo y granizo con una potencia aplastante. La mayoría de los hombres del sapo acabaron tumbados en el suelo sin poder hacer nada. Fueron Laucien, el Sapo y Agreian, los que sacaron fuerzas de flaqueza, y comenzaron a subir a la plataforma donde se encontraba el drow, mientras Eversthorm ganaba tiempo para ellos intercambiando con Feralas rayos y proyectiles de hielo.

Ya en la plataforma, tomó lugar un duro combate final que acabó cuando Laucian decapitó al drow con sus dos espadas. De esta forma los altaireños se hicieron con la gema, el zafiro, la piedra asociada al aguay con ella en su poder, se prepararon para abandonar el hipercubo y volver a Altair junto a la banda del Sapo.

Con la cuarta gema en su poder y con unos nuevos y poderosos aliados, las situación mejoraba para Altair. Sin embargo no había que olvidar lo que había pasado. Un poseedor de una de las gemas había estado ya apunto de localizar la ciudad. Sólo era cuestión de tiempo que esto pasara de nuevo.

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11/01/2015, 12:58
Director

Fuego en el hielo

Seis días después de la consecución de la cuarta gema, el gobierno de Altair localizo la posición de la quinta gema. Se encontraba en el norte, en la tierra de los gigantes de la escarcha, encerrada en una especie de zigurat metálico. Así que una vez más se reunió un equipo ara iniciar su recuperación. Wanepiun y Shobi repetirían cometido, y a ellos se les unirían Urgeras, un mediano bastante silencioso y poco amistoso, pero rápido y efectivo, Morgan, un monje que se había convertido recientemente a la Fe de Lathander y Andrea, conocida por su implacable furia tanto en el combate y como fuera de él.

Los planes para recuperar esta gema eran más complejos, pues enfrentarse a una ciudad de gigantes de la escarcha suponía un desafío mucho mayor. Para ello se destinó una legión formada por cinco centurias de voluntarios, los cuales crearían una distracción suficiente para que los elegidos pudieran penetrar en la ciudad y acceder al zigurat de forma sigilosa. Dentro del grupo se le daba a el cometido a Urgeras de hacer de apoyo logístico minimizando a su vez los pocos peligros que quedaran, al menos hasta antes de entrar en el zigurat.

De esta forma, el grupo de altaireños se internaron en el territorio gigante y se lanzaron a su objetivo. Esta vez además con la carga de que había gente que estaba dando su vida además porque lo cumplieran. Amigos y compañeros que nunca volverían al hogar. Tras llegar al zigurat, no sin dificultades, se encontraron que para su sorpresa había otro zigurat más pequeño en su interior. Y dentro de este, uno más también de menor tamaño.

Al entrar en el segundo zigurat la temperatura se incrementó notablemente y de un rápido vistazo comprendieron que se debía al hecho de que el tercer zigurat estaba al blanco vivo. Sin embargo esa no sería la mayor preocupación, pues de pronto se activó un mecanismo que hizo que el que el suelo se hundiera al tiempo que comenzaba a girar rápidamente en torno al zigurat, mientras algunas de sus secciones desaparecían dejando al descubierto un foso lleno de púas de hielo. Y para terminar de poner las cosas difíciles un enorme dragón blanco hizo acto de presencia como guardián de la gema.

Tras dejar a Morgan al borde de la muerte al ser lanzado al foso, Andrea no se lo pensó y se lanzo hacia la cabeza de la bestia lanzando un potentísimo golpe vertical con su enorme hacha. El golpe impactó al dragón entre sus dos ojos, el sonido de su cráneo al partirse fue escuchado por todos los presentes y la criatura acabó desplomándose contra el foso, ya si vida.

Una vez rescatado Morgan y estando los cuatro altaireños frente al ardiente y pequeño zigurat comprendieron que era lo que estaba ocurriendo. En el centro del interior del zigurat, levitaba la gema emanando todo el poder que había en ella. Sin duda alguna se encontraban ante el rubí, la gema asociada a la magia elemental del fuego. Entrar en el zigurat implicaba una muerte segura, pues nadie podría soportar durante mucho tiempo el calor existente. Mientras se planteaban que hacer Shobi tomó la iniciativa y corrió con todas sus fuerzas hacia la gema. Fue capaz de llegar a ella con vida y tomarla con sus manos, momento en el que la gema se "apagó".

El mediano se encontraba al límite de sus fuerzas, y aunque la gema ya no emanaba ningún tipo de calor, éste aún estaba acumulado en el pequeño zigurat, el cual a su vez aún seguí a expulsando calor. Sabiendo que nunca conseguiría regresar con sus compañeros, Shobi lanzó la gema hacia la puerta del zigurat y se desplomó en el suelo, entregándose sin oposición al abrasador abrazo de la muerte.

Altair conseguía su quinta gema, y por primera vez había habido víctimas en la recuperacion de una de las gemas. El propió Dalshún reconoció que mucho habían avanzado antes de que esas muertes llegaran. Sin embargo no permitiría que el nombre de los voluntarios cayera en el olvido, todos debían ser recordados como héroes de Altair. Sus muertes eran un pequeño precio que había que pagar, para poder devolverle la esperanza a este funesto mundo.

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11/01/2015, 20:21
Director

La Ciudad de los Muertos

Pasados seis días tras la consecución de la quinta gema, una noticia sacudió toda Altair. Las legiones comandadas por Dextran Mano de Piedra y el legendario Uzhbert FuenteAlta, se marchaban en dirección a la Ciudadela de los Señores, la ciudad más importantes de los señores de la muerte. Lo que la mayoría desconocía era que todo formaba parte de un plan para conseguir la sexta gema.

Una vez más, la cabeza del gobierno se puso manos a la obra para seleccionar a los hombres y mujeres que se encargarían de recuperar la gema. Esta vez los elegidos serían: Jake, Agreian, Laucian, Morgan y Polvorín. Desde el primer momento surgieron tensiones por el trío formado por Agreian, Laucian y Polvorín, devido al caracter desenfadado del pistolero y a la chulería del guerrero. Unas tensiones que no presagiaban nada bueno.

Los altaireños fueron enviados mágicamente al campamento que se preparaba para asediar la Ciudadela de los Señores. Allí fueron recogidos por Dextran, el cual los acompañó a la tienda de Uzbhert, un veterano mediano de gran reputación, el cual todos veían como el próximo líder del brazo armado. Allí reunidos estuvieron hablando de los pormenores de la misión. La situación actual era excepcional, pues el grueso de las tropas de los ejércitos de la muerte se encontraban de camino a las tierras de los gigantes de la escarcha, probablemente para conseguir la gema, que los altaireños ya poseían, por lo que se encontraban ante el momento idóneo para atacar y conseguir la gema que los Señores de la Muerte poseían. El plan del ataque consistía en abrir una brecha en la Ciudadela para que el grupo pudiera infiltrarse y llegar a la pirámide de obsidiana dónde se guardaba la gema. Al igual que en el asalto a las tierras de los gigantes de la escarcha, las dos legiones se habían ofrecido voluntarias a una batalla suicida.

Al alba comenzó el asalto a la ciudad. Tras un intenso cañoneo se abrió en la muralla una brecha, pero antes de que se pudiera iniciar el asalto, una horda de zombies salió de la ciudad para cargar contra las fuerzas altaireñas. Con mucho esfuerzo, el ejército atacando se fue abriendo paso para entrar en la ciudad, momento que aprovechó el grupo para infiltrarse por la ciudad y dirigirse a la pirámide, la cual era fácil de encontrar, pues una luz verde emanaba de su cúspide.

Para penetrar en la estructura tuvieron que abatir dos poderosas momias, y fue precisamente en esos momentos fue cuando la "rivalidad" entre Laucian y Polvorín, puso en peligro la misión, aunque por suerte la cosa no llego a mayores. Una vez dentro tuvieron que enfrentar y sortear a diversos guardiantes y trampas, hasta llegar extenuados a la cámara de la gema. La cámara estaba en la cúspide de la pirámide, cuyo techo estaba abierto. La luz que les había servido como referencia provenía de la propia gema.

La gema se encontraba en un altar, él cual estaba en un islote artificial rodeado por un lago de ácido. A su vez, para poder llegar hasta ella, había una serie de islotes por los que había que saltar. Justo cuando pensaban como recuperar la gema, tres muertos vivientes enormes y sebosos hicieron acto de presencia. Morgan decidió tomar la iniciativa y saltar de islote en islote mientras el resto del grupo hacia frente a las criaturas. 

Cuando Morgan llegó hasta el islote dónde se encontraba la gema y la tomó, algo extraño ocurrió. Las piscina de ácido comenzó a borbotear y a desbordarse. Jake comenzó a volar, hecho que aprovechó Morgan para lanzarle la gema y pedirle que huyera por el tragaluz de la pirámide y abandonara la ciudad. Por su parte, Agreian, Laucian y Polvorín consiguieron salir de la sala y correr para huir del edificio, mientras el ácido lo empezaba a devorar. Morgan se quedó atrás observando como los demás huían, el monje comprendía que su momento había llegado, quizás pudiera reunirse con Lathander.

Conforme se acercaban a la salida, la piramide se iba desmoronando. Chorros de ácido, cascotes, derrumbamientos, todo se iba abajo. Una vez fuera de la pirámide, observaron aterrados como esta se había convertido en un volcán de acido, y una impresionante ola de ácido empezaba a acercarse hacia ellos. Ante esa situación lo único que podían hacer era correr. En mitad de la carrera Agreian tropezó y cayó al suelo, la mortal ola de color verde se acercaba a ella. Justo cuando iba a ser tragada por el abrasador ácido empezaba Jake apareció y la rescató, quedando gravemente herida, pero viva. Polvorín y Laucian tuvieron mejor suerte, consiguiendo escapar de la marea verde y alcanzar las murallas.

Tras utilizar Jake su magia para curar a Agreian, los cuatro altaireños activaron sus anillos mágicos para volver a Altair. Habían recuperado la esmeralda, la gema asociada a la magia elemental de la tierra. Ya solo quedaba una gema por recuperar.

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12/01/2015, 17:26
Director

El humo de la Esperanza

Habían pasado varias semanas desde la recuperación de la sexta gema. Ya solo faltaba una, la gema asociada a la magia universal, la amatista, pero localizarla fue más difícil de la cuenta. Durante este tiempo una noticia corrió como la pólvora por todo Altair. Un increíble ejército a las órdenes de los Señores de la Muerte se dirigía hacia la ciudad. La localización de Altair había dejado de ser un secreto. Ox, el líder del brazo mágico y Arterios, cabeza de la iglesia de Ilmater, dieron sus vidas en un complejo ritual de magia arcana y divina para frenar el avance durante un tiempo, pero inevitablemente éste acabo llegando a las puertas de Altair. 

Como si de una cruel broma del destino se tratara, la informacion sobre la ubicación de la última gema llegó en la hora de mayor necesidad.La gema se encontraba en el averno, el primer infierno, en la guarida de Tiamat, en otro tiempo diosa de los dragones malignos, ahora, sierva del llamado Amo Oscuro y señora de los dragones del mal. 

Para esta misión el gobierno decidió reunir a todos sus mejores hombres.  Su ausencia se echaría en falta en el asedio que sufriría Altair, pero recuperar las gemas era la prioridad. Para sorpresa de los elegidos, la presencia de todos fue requerida en la casa del gobernador. Todos abandonaron su puesto para acudir a la reunión.

Esta vez no se eligió un pequeño grupo, sino que fueron quince los reclutados: Scarlett, Andrea, Byrsa, Nissa, Lucian, Agreian, Ostap, Frank, Sarkhan Dragon, Wanepiun, Terexas, Urgeras, Jake, Polvorín, el Sapo y Kevron. Sin embargo esta vez los términos eran distintos. Esta era una misión suicida, solamente uno de ellos volvería, Terexas, el encargado de recuperar la gema. El plan era sencillo en su planteamiento, aunque no en su ejecución. Se utilizaría uno de los legendarios Orbes del Dragón para llamar la atención de Tiamat. Mientras tanto, Terexas se infiltraría en la guarida de la señora de los dragones para robar la gema.

Dalshún le ofreció un objeto de inmenso poder a cada uno de los voluntarios. Eran los ancestrales artefactos de Altair, objetos que la nación había acumulado durante sus siglos de historia. Después de recibir cada uno de los obsequios, todos fueron enviados al infierno. Terexas se despidió de sus compañeros para encaminarse al Pilar de Huesos, la guarida de Tiamat. Mientras tanto los demás se parapetaron en una torre en ruinas e hicieron tiempo antes de activar el Orbe del Dragón.

Sarkham tomó el Orbe con sus manos y lo activó, pero no pudo hacer nada, el hehicero cayó fulminado al suelo sangrando por la nariz mientras el orbe de cristal explotaba. Algo no había ido bien, una infinita legión de diablos comenzó a asediar la torre. Con coraje, fuerza y destreza, los altaireños soportaron los envites el enemigo. Fue Polvorín el primero en caer y poco después lo hacían Agreian, Byrsa y Scarlett. El resto de los supervivientes estaban heridos y en su mayoría malheridos cuando de pronto y sin tener ningún sentido, los diablos se retiraron dejando a los altaireños solos en la torre.

Pero lo peor no había llegado aún. La retirada de tan inmenso ejército se debía a la inminente llegada de Tiamat acompañada de sus cinco consortes. Los supervivientes subieron a la última planta de la torre preparados para hacer frente al nuevo enemigo. Sin embargo nadie estaba preparado para el devastador ataque que lanzaron los 6 dragones. La torre se vino abajo frente a semejante poder. De entre las piedras solo salieron con vida Ostap y el Sapo. Ambos estaban mortalmente heridos, sin fuerzas para seguir luchando. Tiamat y sus consortes volaban en círculos, no había nada que hacer, antes o después la muerte acabaría llegando. De pronto algo llamó la atención de los dos supervivientes, un humo multicolor aparecía en el horizonte. La bengala de Terexas, la señal de que la última gema había sido recuperada y retornaba a Altair. Lo había conseguido, todos lo habían conseguido, la siete gemas de la magia infinita habían sido reunidas.