Partida Rol por web

Sin mediar mas palabras me lanze al combate, mis ojos fijos en el caballero de armadura blanca identificaron mi objetivo. Me lance hacia adelante concentrando mi cosmos para llegar a la velocidad de la luz, como lo habia aprendido tras incontables batallas contra caballeros dorados y dioses. Una vez frente a mi enemigo libere todo mi cosmos en un solo ataque, no ibamos a tomar prisioneros.

-Hasta aqui llegaste caballero de Hades, Recibe mi Puño fantasma del Fenix!!!!!!

 Mi cosmos se expande para rapidamente concentrarse en la punta de mi puño desde el cual atraviesa el cerebro de mi contrincante. El poder de la ilusion diabolica del fenix se apodera completamente de la mente de mi oponente y la terrible pesadilla comienza para él. Yo quedo de espaldas al caballero de persefone una vez realizada mi tecnica, esperando el fatal desenlace de la misma.

Ahora solo faltan dos...

Aunque el cuerpo del caballero purpura no se movia ni un milimetro, la realidad era que los musculos del joven unicornio se estaban tensando hasta convertirse en una fiel replica de cables de acero.

Condensaba su fuerza realizar un ataque, sin embargo en cuanto Ikki se lanzo al combate, decidio esperar unos segundos mas para ver cual era el resultado de su movimiento. Habia que averiguar contra que clase de monstruos estaban luchando. Podian ser simples estorbos destinados a hacerles perder tiempo, o perder a la niña de vista, o por contra, podria resultar ser unos contendientes complicados de vencer.

En cualquier caso, lo que si sabia era que los acabarian machacando. Por eso habia una sonrisa sanguinaria en su cara mientras miraba el resultado del primero movimiento del combate.

Sirio no es un rival sencillo. No está acostumbrado a que ningún caballero demuestre estar a su altura en combate, así que tras la embestida brutal de Ikki, trata de evitar el espectacular impacto que podría haberlo llevado a la tumba de un solo golpe.

Una ligera maniobra de teletransporte era lo que estaba buscando... Lo que había intentado hacer... Pero no fue suficientemente rápido, y parte del golpe del Fénix alcanzó su objetivo antes de que este pudiera teleportarse a dos metros de distancia...

Comenzó a ver visiones extrañas...

Se vio a sí mismo ante Hades, siendo desechado como caballero para protegerlo... Revivió el humillante momento en que Radamanthys fue escogido en vez de él para ser uno de los tres generales del Hades...

El momento más duro de su historia como caballero. Toda la vida luchando y entrenando para servir al Inframundo, sólo para ser rechazado como caballero de Wivern...

Sirio cayó al suelo de rodillas, jadeando como un perro herido. Su cuerpo estaba intacto, pero su mente había sufrido más de lo que creía que un humano podía sufrir en tan escaso espacio de tiempo. Revivir los mayores miedos y humillaciones. Husmear en las mayores heridas...

-P... Pagarás por haberme hecho esto, caballero...- se pone en pie, no sin esfuerzo. Sus ojos son ahora más claros, han perdido parte de su brillo vital. El Fénix le ha arrancado parte de su espíritu. ¿De qué sirve estar físicamente intacto, si el alma se rompía en dos?

Sirio elevó los brazos al cielo, y alrededor de su cuerpo parecía que se vislumbraba el oleaje del mar embravecido. Intensificó sus poderes, y al lanzar los brazos hacia delante, contra Ikki, parecía que una inmensa ola del mar se aproximaba, amenazando con tragarlo.

-Descubre el poder de los caballeros de Perséfone, miserable. ¡Furia del Océano Profundo!

Observo tranquilo el efecto de mi puño fantasma en el caballero de persefone. Puedo sentir su alma quebrarse ante el poder del infierno fantasmal creado por mi cosmos. Jadeante y con algo de esfuerzo el caballero se pone en pie furioso y dispuesto a contraatacar. Veo como su cosmos se enciende y tras el se dibujan las olas del mar, las cuales se abalanzan sobre mi como un oceano embravecido. Me quedo en mi lugar e invoco a mi cosmos para protegerme. Mi entrenamiento en la isla muerte donde las olas mas pequeñas llegaban a tener varios metros de altura por la actividad volcanica de la isla me habia preparado para enfrentar peores calamidades. Una vez el poder del caballero de Persefone pasa a traves de mi, abro mis ojos y lo enfrento con la mirada.

- Vas a necesitar mucho mas que ese pequeño chorro de agua para enfrentarte a los caballeros de Athena.

Mi cosmos todavia ardia a mi alrededor, como el fuego que envuelve al ave ancestral que protege mi constelacion. El fuego del Fenix no se extinguiria ante nada ni nadie.

Kurtz, ajeno a lo que sucedía en el combate entre su compañero Sirio y el caballero del Fénix, se inclina en una reverencia ante Shaka:

-Estoy ante el caballero más próximo a un Dios. Es un combate soñado para todo aquel que de verdad quiera mostrar su valía- se pone en guardia- Bien sé que no debo subestimarte, pero quisiera comprobar si es cierto lo que se dice, y tu poder es realmente comparable al de los Dioses del Olimpo.

En torno a Kutz de Herebo, comienza a surgir una nube que parece oscurecerlo todo. Al momento, se lanza contra ti, con el brazo derecho extendido. De él surge una mancha oscura que, cual bola de fuego, se aproxima a ti.

-Descubre el poder de la oscuridad. ¡Furia de la Oscuridad, a mí!

No será fuego, pero no parece venir con demasiadas buenas intenciones...

-Dicen de mí que yo también soy uno de los más próximos a un Dios. Veremos de cuál de los dos tienen razón.

- ¿En qué estás pensando, caballero, para osar atacarme con tanta osadía?

Shaka evita sin mayores dificultades el ataque de Kurtz, preparándose para atacar a su vez. Abre los ojos clavándolos en su adversario:

- ¿Habeis venido sólo a comprobar cuál de los dos está más próximo a los dioses? ¡Perdeos entonces en vuestras divagaciones! ¡TESORO DEL CIELO!

Kurtz, ante la potencia del ataque dle hombre más próximo a un Dios, no puede evitar el ceder... Y no por propia voluntad. El impacto le quita el sentido del gusto, sin que pueda evitarlo.

-¿Cómo? ¿Cómo es posible?- dice, acongojado. "Se habían quedado cortos cuando le habían proclamado el caballero más próximo a un Dios. Es más que eso... ¡Es un Dios!".

Las cosas habian empezado bien, parece que las fuerzas del Hades nos habian subestimado con los caballeros que enviaron a enfrentarnos. Yo no iba a tener ninguna misericordia para quienes habian secuestrado a Hyoga.

-Vuelve al inframundo maldita escoria!!!

Con aquel grito de batalla me eleve por los aires para luego caer con una patada voladora sobre mi oponente.

Sirio nunca se había enfrentado a un caballero como el Fénix, tan resuelto, tan decidido... Su alma se había partido en dos tras el anterior golpe de éste, y se vio incapaz de hacer nada por parar el que se le vino a continuación. Lo recibió de pleno, sin opción a defenderse. La patada de Ikki lo proyectó a varios metros de allí, cayendo a los pies de la mujer caballero de Perséfone. Al verlo a sus pies, inconsciente, la mujer estira un brazo sobre la cabeza de éste, y de ella surge un único rayo, que destroza el cráneo de Sirio al instante.

-No eres digno de defender a Perséfone- sentencia, y se vuelve a cruzar de brazos. Ya sólo quedaba Kurtz de Herebo ante vosotros. El otro caballero más próximo a un Dios.

En ese instante, la niña, asustada, se agarra fuertemente a la espalda de Jabu.

-¿Cómo se puede hacer una cosa así? ¿Cómo?

Jabu la percibe sollozar, al tiempo que nota cómo el cosmos de la criaturita comienza a despertar de nuevo, aunque aún parece controlarlo.

El unicornio, que estaba concentrado por completo en los dos combates, durante una fracción de segundo se quedo espantado de lo que veía. No podía ser que alguien del mismo bando hubiera rematado a un caballero. Aquello era absurdo. Es que los dioses eran tontos.

Sin embargo, en aquella decima de segundo que tardo en pensar y sentirse herido por aquellas imágenes la joven Verite se había colocado nuevamente a su espalda.

Pudo sentir su tacto, y pudo notar que le fallaban las fuerzas, no podía dejar que presenciara una masacre como aquella. Y fue plenamente consciente de ello al preguntar la pequeña lo que un segundo antes había rondado su cabeza.

Definitivamente aquellos caballeros eran el verdadero mal, y había que darles caza. Pero no lo haría con la niña a cuestas. Se giro, dando la espalda al combate, una maniobra que era bastante estúpida, pero le importaba mas calmar a la pequeña, que empezaba a expandir su cosmos que su propia seguridad.

Un caballero de Atenea era ante todo, un ser humano, y como humano, no podía encerrar sus sentimientos. Y la preocupación por la pequeña era más importante que cualquier otra cosa.

No te preocupes, esto es una guerra, y sé que puede parecer que tienes algo que ver, pero esto no es cosa tuya. Intenta pensar en otra cosa, concéntrate en las cosas bonitas que Nikola y tú hacías antes de todo esto. Recuerda mi casco. Lo que más feliz te haga, y yo me ocupare de que no vuelva a pasar nada como lo que acabamos de ver.

Los ojos de Jabu eran tiernos, pero en el fondo de ellos, muy en el fondo, se podía ver la rabia clamando por venganza. Venganza por cometer atrocidades delante de una niña pequeña, y por asesinar de aquella manera a un enemigo, al que mas allá de vencer, ningún hijo de Atenea habría deseado ningún mal.

Kurtz miró a la guerrero Perséfone sorprendido, pero no se atrevió a replicar. Eso os inquietó, pues os habíais dado cuenta de que Kurtz era un caballero de increíbles poderes, así que ese atisbo de miedo en sus ojos al no ser capaz a replicar a Perséfone os hizo imaginar hasta qué punto era poderosa la guerrero que se encontraba tras él.

Una lágrima tras la muerte de su compañero y amigo, os hizo percataros de que los guerreros del inframundo también tenían su corazón...

"La misión, la misión... Concéntrate en la misión... Pero... Sirio... ¡Amigo! ¡Hermano del alma! Debo ser fuerte... No es mi misión pensar en si ha sido justo o no... Pero..."

Kurtz eleva el puño, y a continuación lo baja. Vuelve a elevarlo, y vuelve a bajarlo. Parece indeciso.

"Sirio... Has muerto inútilmente... Quisiera vengar tu muerte pero... ¿A quién debería matar? ¿Al Fénix? ¿A nuestra ama la guerrero que te remató?... no sé... No sé a quién debería atacar..."

Cierra los ojos, y aprieta el puño. Casi temblando, se lanza contra su rival directo, Shaka de Virgo, con la intención de acabar con él para luego pasar al Fénix.

-¡Va por ti, amigo!- dice, y al hablar le tiembla la voz. no parece muy seguro de lo que está haciendo. La muerte de su amigo lo ha desequilibrado, y no sabe bien cómo actuar.

Al cerrar los ojos, y fruto de su inestabilidad emocional, su golpe adopta ese mismo carácter explosivo, lanzando un impacto que demuestra por qué se le considera EL OTRO CABALLERO MÁS PRÓXIMO A UN DIOS.

- ¿Tú te llamas caballero próximo a Dios? ¿Tú que te dejas llevar por emociones, y permites que nublen tu juicio?

Caballero Kurtz, nunca he valorado esa categoría que me dan los demás, pero si sé que la lucha ha de estar por encima de sentimientos.

¡Preparaos para el golpe de gracia!

 ¡¡¡TESORO DEL CIELO!!!!

¿De qué sentido quereis veros privado ahora, antes de que os envie a uno de los infiernos?

Shaka recibió el impacto casi de lleno. Ni su portentosa barrera pudo evitar que saliera horriblemente mal parado del choque. Casi impasible, ni aún al borde de la muerte, dejó que el más mínimo gesto demostrase cuán cerca se encontraba de la muerte. Se colocó en pie, y mostró su técnica más poderosa, el Tesoro del Cielo, capaz de privar a cualquier caballero de sus sentidos poco a poco.

Kurtz extendió sus brazos, y dio un salto sobre sí mismo, haciendo un círculo con sus extremidades superiores. De ese círculo brotó una bola azulada que lo envolvió, protegiéndolo contra todo mal. Dentro de ese globo de energía, Kurtz adoptó una posición bastante parecida a la de Shaka de Virgo cuando meditaba. Se le veía profundamente concentrado. Evitó el terrible impacto.

Era evidente que sus poderes estaban francamente igualados.

Shaka adoptó una posición similar. Se sentó en el suelo, y cerró los ojos, meditando. La magnificencia de sus cosmos hacía que se viese que eran, sin lugar a dudas, los dos caballeros más poderosos del mundo. Un choque brutal, terrible, espectacular. Algo fuera de lo imaginable, incluso para el resto de caballeros. Era, sin lugar a dudas, como ver enfrentarse a dos dioses. Incluso Zeus podría haberse mostrado temeroso ante la idea de luchar contra cualquiera de los dos. Su imagen sentados, concentrados, esperando para atacarse mutuamente en lo que podría ser la batalla más espectacular de la historia de los caballeros. Nada ni nadie podía apartar los ojos de semejante espectáculo...

Eso fue de lo que se aprovechó la mujer...

Al momento, mientras los dos caballeros se preparaban para el combate, e Ikki se mostraba en guardia para ayudarlo, la mujer caballero de Perséfone se teletransportó, apareciendo justo tras Verité. La tomó por el brazo, y en ese mismo instante, un agujero se abrió en el espacio y en el tiempo. Un hueco por el que viajar...

-¡Al inframundo!- gritó la guerrero, arrastrando a la niña con ella.

-¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!- exclamó la pequeña. Justo antes de desvanecerse por el hueco, se aferró al brazo de Jabu, su protector. Pero la puerta al Inframundo la estaba absorviendo, sin poder evitarlo. Y con la niña, también a Jabu, el caballero del Unicornio.

-¡Jabuuuuu! ¡Socorroooooooooo!!!!!!!!!!!- fueron las últimas palabras de la criatura, antes de desaparecer, junto a Jabu, por el hueco.

En ese instante, el hueco se cerró, tras haberlos engullido a los dos, sin dejar rastro.

Kurtz cesó su concentración, y sólo dijo unas palabras.

-Esto no ha acabado aquí, Shaka. Te espero en el portal al Inframundo. No me decepciones, averiguad cómo llegar allí. Ansío terminar este combate, pero el deber me reclama. ¡Hasta entonces!

Y se teletransportó, dejándoos allí solos, los dos, junto al cadáver de Cefiro.