En tropel, por no decir atropelladamente, los cuatro caballeros, a saber, Dokho de Libra, Saga de Géminis, Ikki del Fénix y Mu de Aries, partisteis del Partenón, a toda velocidad, y sin un mínimo de organización.
Siguiendo vuestros impulsos... ¿A eso habíais llegado, tras todas las batallas libradas? ¿A correr sin orden ni concierto, sólo siguiendo vuestro propio criterio? Pero ya era tarde....
Muy tarde...
Ya habíais llegado al templo de Piscis... Estábais a punto de entrar...
Unas voces dentro...
Conocidas voces dentro...
Entráis a toda velocidad. No hay duda, es la voz de Marin.
Ruido de golpes... Juraríais que se acaban de romper varias columnas...
Batalla...
No hay duda, dentro del templo de Piscis se está librando una batalla, y no os cabe duda de que quienes se están enfrentando son Menthe de Ker, y Marin del Águila.
-¡Con esto, te enseñaré a no volver a atacar a quien nada te ha hecho, a buscar pelea donde no debías!- escucháis a Menthe, cabreada- ¡Muere!
Un potente ataque hace retumbar las paredes del templo. Cuando por fin llegáis ante la zona de la casa de Piscis en la que se estaba librando la batalla, veis a Menthe, sosteniendo la cabeza de Marin en sus manos. El resto del cuerpo aún está sobre el suelo. Le ha arrancado la cabeza.
Un charco de sangre inmenso cubre la práctica totalidad del embaldosado. La sangre de Marin... La sangre de vuestra amiga... ¿Por qué había ido ella a atacar a Menthe? No debería haberse metido... Vosotros os bastabais y os sobrabais para vencerla en su lugar, y ahora, sin embargo, yacía muerta... Muerta... ¡MUERTA! ¡Asesinada en el santuario, ante vuestros ojos!
Al veros llegar, Menthe arroja la cabeza de Marin junto al resto del cuerpo, y se limpia de las manos los restos de sangre.
-De nada servirá que os diga que ella me atacó sin motivo antes, ¿verdad? Ni siquiera la había visto venir, pero era muy lenta, demasiado para enfrentarse conmigo. Bien- se pone en guardia- De todos modos, ya tengo lo que he venido a buscar- dice- Y ya puedo morir tranquila, así que al menos, me llevaré a alguno de vosotros conmigo. Espero que esa zorra de Hebe se haya muerto desangrada en el Partenón tras contaros lo que pasó en el Olimpo. La muy zorra se llevó el impacto de Atenea... ¿Quién la mandó ponerse delante cuando Zeus ejecutó condena? Lo que hizo, lo que les hizo al resto, fue humillante... Merece morir, por ir contra la Doncella.
Tirada: 1d10(+5)
Motivo: Iniciativa
Resultado: 3(+5)=8
Tirada de iniciativa, que es DES + 1d10.
Saga, si te lías con el generador de dados o no te acuerdas de cómo va, ya te enseño yo en persona :)
Mu acelera su carrera al oír los ruidos de batalla dentro del Santuario. Rápidamente ha comprendido qué es lo que temía el Fénix al salir de esa forma de las cámaras del Patriarca, y el pensar en ello hace que maldiga en su interior el escudo psíquico que Atenea colocó en torno al Santuario. De no ser por él ya se encontraría allí.
Y pensar en todo el tiempo que hemos perdido peleándonos entre nosotros...
Mu acelera el paso, furioso consigo mismo. Menudos caballeros de Atenea están hechos, todos. La élite del Santuario enzarzada en una riña de patio de colegio mientras la guardia tiene que enfrentarse a Dios sabe qué. Ya no es que sean ellos solos, es que hasta los caballeros de plata parecen haberse vuelto arrogantes. Ese no deja de ser su problema, pero se supone que ellos ya deberían estar por encima de eso.
Creo que cuando todo esto acabe, será mejor que me retire a Jamir por un tiempo.
Ja. Cuando todo esto acabe. Atenea está muerta, ejecutada con la connivencia, si no por orden directa, de Zeus nada menos. El rey de los dioses se ha convertido en su enemigo. Tanto si causó la muerte de su diosa como si simplemente la permitió, su honor de caballeros, lo único que les queda ahora, les obliga a buscar retribución, aunque sea contra el mismo Padre de los Dioses. Incluso suponiendo que sólo haya permitido lo que ocurrió, Mu sabe de sobra que el orgulloso y soberbio Tesoro Resplandeciente de los cielos no se avendrá a dar cuentas a mortales por las buenas.
No, esto no va a terminar pronto, y Mu sabe que es muy probable que muchos de ellos ni siquiera lo lleguen a ver terminar. Si es que alguno llega.
Ocupado en estas cavilaciones, casi no se da cuenta de que ha llegado al Templo de Piscis. Cuando enfoca la vista y ve la sangrienta escena que tiene delante, su cosmos empieza a encresparse sin que siquiera le de la orden. Aún en su furia, mantiene suficiente calma para entender las palabras de la mujer.
Así que Zeus en persona fue quien condenó a Atenea a muerte. Y Hebe resultó herida al interponerse en el camino del castigo. Mu rechina los dientes. Y nosotros poco menos que la echamos a patadas del Santuario. Si, definitivamente si salgo de esta voy a pasarme en Jamir una temporada muy larga...
Aunque no cree que vaya a salir. Si Zeus realmente condenó a muerte a su diosa, a la diosa que él conoce, que todos conocen y que tanto ha dado para proteger a los suyos y a todos los seres vivos de la tierra, es que el Padre de los Dioses se ha vuelto loco, o al fin su arrogancia le ha podido y ha decidido dejar desvalida a la humanidad quitándole a su protectora. Si es así, ahora ellos son todo lo que les queda para destruir a sus enemigos.
Incluso si el enemigo es Zeus.
Pero eso de momento puede esperar. Hay cosas más urgentes sobre las que recapitular. ¿Por qué esa sentencia? ¿Por qué Hebe lo arriesgó todo de esa manera para avertir el castigo de Atenea, y qué impiortancia creucial tenían Nikolá y Perséfone? Y sobre todo, ¿quién es la Doncella y por qué ha instigado todo esto?.
Preguntas para las que no hay respuesta de momento. En los ojos de Menthe lee que ella no va a dárselas. Tal y como ha dicho, ha cumplido una misión y ahora sólo espera la muerte. Mu no cree que, en las presentes circunsatancias, después de toda la tensión en el Santuario, pueda persuadir a los caballeros que le flanquean, y que van llegando a la sala, de que dejen a la mujer con vida hasta que responda a sus preguntas, de hecho no cree que vaya a responder. Lleva la muerte en los ojos.
La única persona que merece morir aquí eres tú. No creo que seas consciente de la magnitud del crimen que has ayudado a perpetrar en el Olimpo, y no creo que seas consciente de la ofensa que acabas de hacer a la memoria de Atenea, matando a sangre fría a alguien mucho más debil que tu sobre las losas de este Santuario, en el que para empezar no tenías derecho a estar. Incluso en tu fin eres cobarde, aceptando la muerte y rindiendo tu cuerpo y tu alma a ella en vez de mostrar el espíritu de luchar y vivir por tu causa, sea cual sea. No eres digna de la armadura que portas, no eres digna de ensuciar con tu presencia cobarde este lugar santo, y no eres digna de vivir. Pero todo eso tiene solución.
Mu planta los pies en el suelo, separados ampliamente uno de otro, alza la mano derecha y su cosmos empieza a restallar a su alrededor con un sonido audbile...
Tirada: 1d10(+3)
Motivo: Iniciativa
Resultado: 5(+3)=8
El camino hacia la casa de Piscis se me hace eterno.
Vamos, debemos ir más deprisa.
Cuando por fin llego a la casa y escucho ruido de una batalla comprendo que se confirman mis peores pensamientos. Hasta que ve la cabeza de Marin en los brazos de Menthe.
¿Qué hacía Marin aquí?...¿acaso es ella la única que ha cumplido con su deber?. ¡¡Atenea!!, ¿qué he hecho?.
Mi rostro se vuelve de un color rojizo debido a mi ira.
Ojalá pudiera con mi muerte devolver la vida a Marin.
¿Y te consideran sabio?... esto no volverá a ocurrir otra vez.
Si te rindes te daré una muerte rápida y sin sufrimiento.
Tirada: 1d10(+4)
Motivo: iniciativa
Resultado: 6(+4)=10
Iniciativa:
En cuestión de segundos, Saga llegó a la Casa de Piscis seguido por Dohko. Mu e Ikki ya estaban allí. Cuando se vio ante el umbral del duodécimo Templo, recuperó por fin la serenidad. Dándose cuenta de lo absurdo de su comportamiento echando a correr sin pensar, parecía un simple mortal más que un Caballero que ha librado cientos de batallas. Del interior del Templo se oían voces y sonidos de lucha. Menthe de Ker luchaba contra otra mujer cuya voz reconoció en seguida. El sonido de la batalla hizo a Saga recobrar la confianza que le hacían merecedor de la admiración de los demás Caballeros. Desprendía tal seguridad que al mirarle uno se daba cuenta de por qué los demás no dudaban en seguirle a donde fuera, de ponerse a sus órdenes e ir junto a él a la batalla. Cerró los puños con fuerza, respiró profundamente y penetró en la Casa seguido de los otros tres. Pero nada podía prepararles para lo que estaban a punto de presenciar... El cuerpo sin vida de Marin flotaba en un mar de sangre a los pies de la Guerrera, que sostenía orgullosa la cabeza de la maestra de Seiya. Al verlos, la azotó al suelo como una vulgar piedra mientras profería palabras llenas de odio sobre Atenea.
"¡Marin! ¡Oh, no! ¿Cómo ha podido suceder? Seiya..."
Mientras pensaba en Seiya, su fiel amigo, y en cómo le afectaría saber que Marin había muerto pues sabía lo unidos que estaban, escuchaba a Methe mencionar los hechos ocurridos en el Olimpo.
"¿Zeus ha atacado a Atenea? Imposible... ¿Y Hebe se puso delante recibiendo ella el golpe? Oh, dios... Soy un idiota... Era cierto que había dado su vida por Saori y nosotros la tratamos como a una vulgar intrusa" .
Saga se sentía abatido. Por su mente pasaban tantos pensamientos que apenas podía escuchar lo que Mu y Dohko le contestaban a aquella mujer. Si hubiesen escuchado a Hebe... Si Algol no la hubiese atacado de aquella forma... Si Dohko hubiese mantenido la calma... Pero ¡no! Ese no era momento para dejarse llevar por las emociones; no podía permitir que sus sentimientos fuesen más fuertes que su valor. Tenía que concentrarse en la mujer que tenía frente a sí y controlarse, sino no traería más que problemas a sus compañeros. Adelantánsose un paso a los demás, mirandola con furia, Saga se dirigió a la Guerrera. La imagen del Caballero de Géminis era tan imponente que habría despertado el terror en cualquier adversario.
¿Condena? ¿A qué te refieres? ¿Por qué iba Zeus a atacar a Atenea? No tiene sentido. ¡Explícate inmediatamente o sufrirás las consecuencias!
Tirada: 1d10(+5)
Motivo: iniciativa
Resultado: 6(+5)=11
Tras esa interminable carrera finalmente llegamos al templo de Piscis... lamentablemente habiamos llegado muy tarde...
El cuerpo de Marin decapitado y desparramado en el suelo a unos metros de donde Menthe de Ker sostenia su cabeza, era una imagen dantesca. En todos mis años de caballero no habia visto una crueldad y un morbo como esos... Marin no se merecia terminar asi.
Escucho como mis hermanos dorados amenazan y se preparan para despedazar a la sierva de los dioses, al escuchar sus palabras se que todos estabamos cegados por el odio y el deseo de venganza. Si continuabamos asi, sucederia lo mismo que con la diosa Hebe... y no ganariamos nada... la muerte de Marin seria en vano...
-Hermanos... por favor, dejenme luchar solo. Ya me enfrente con ella una vez y perdimos a Hyoga, y en esta ocasion no pude llegar a tiempo para salvar a Marin... no fallare una tercera vez.
Sin mirar a los demas caballeros las palabras de Ikki suenan con tal determinacion que hacen que su cosmos comience a arder por cuenta propia, sin siquiera desearlo. El fenix no aceptaria un no por respuesta... tenia su orgullo y un deber para con sus compañeros caidos.
Tirada: 1d10(+4)
Motivo: Iniciativa
Resultado: 4(+4)=8
Perdooon el retrasooo :P
Iniciativa:
(Los que estáis empatados a 8, me he basado en el orden meramente en el que fue hecha la tirada XDDDD)
Saga, puedes comenzar a combatir si te place, salvo que hagas caso de Ikki :)
Saga miró a Ikki con indiferencia.
¿Por tercera vez? ¿Piensas que voy a permitir que nos hagas perder el tiempo luchando contra alguien que ya te ha vencido? Ni hablar. No hay tiempo que perder; hazte a un lado, Caballero del Fénix.
De nuevo dio un paso adelante, situándose frente a Menther de Ker y, con voz firme y tajante, se dirigió a ella:
Bien, mujer, veo que no estás dispuesta a hablar a pesar de mi advertencia. Ahora comprobarás el poder de los Caballeros de Oro. Pagarás por tu ofensa contra Atenea. ¡En guardia!
Se colocó en posición de ataque, analizando a su adversaria. Separó las piernas concentrando su fuerza en su puño derecho mientras lo echaba velozmente hacia atrás. Una brillante luz dorada envolvió el cuerpo del Caballero y se fue expandiendo hasta inundar toda la sala; era el cosmos de Saga, que se elevaba imponente haciendo honor a la inmensidad de su poder. Entonces, se lanzó velozmente contra ella lanzando un feroz puñetazo contra el rostro de tan despreciable ser.
Tirada: 1d10(+5)
Motivo: Ataque CaC
Resultado: 5(+5)=10
Menthe suspira, resignada.
-Pero qué violentos que sois todos por estos lares- dice- No me extraña que Atenea fuera sometida a juicio. Estoy segura de que se lo merecía, sois demasiado agresivos.
Dicho esto, espera por la embestida de Saga, y en cuanto el santo dorado se aproxima lo suficiente, Menthe detiene su golpe con un ágil movimiento de piernas y brazos, logrando además colocarse a cierta distancia prudente de Saga tras parar la embestida.
-¿Eso es todo? Esperaba más del traidor del Santuario- dice, menospreciándote- No me puedo creer que alguien como tú haya logrado someter a toda la Acrópolis a su poder en el pasado.
Tirada: 1d10(+5)
Motivo: Defensa
Dificultad: 10+
Resultado: 7(+5)=12 (Exito)
Turno de Dokho.
Observo atónito como Menthe logra detener el ataque de Saga.
En una situación normal lucharía contra ella solo. Demasiados caballeros contra esta guerrera.
Dirijo mimirada hacia la cabeza de Marin.
Esto no es una situación normal.
Está bien, has elegido tu manera de morir.
Elevo mi cosmos antes de intentar golpearla con mi puño derecho.
Tirada: 1d10(+5)
Motivo: ataque cuerpo a cuerpo
Resultado: 9(+5)=14
La mujer caballero no vio a Dokho venir. El sabio maestro era demasiado rápido para ella, así como demasiado poderoso también. Además, ella acababa de intentar defenderse del ataque de Saga, cosa que había logrado con éxito, y al gran patriarca era a la persona de quien menos se estaba cuidando en esos momentos.
El impacto de Dokho la pilló completamente desprevenida, y la elevó por los aires. Al caer, se partió el cuello, muriendo en el acto.
Sorprendentemente, era infinitamente más débil de lo que esperábais. De no poseer tamaña agilidad y destreza, cualquiera de vosotros habría podido acabar con ella de un solo impacto, como Dokho acababa de hacer, impartiendo justicia divina para Marin.
Justo en el momento en que escuchabais el sonido de su cuello al fracturarse contra el suelo, vuestras armaduras de oro comenzaron a vibrar. Todas, a la vez. Y no eran las únicas. Algo en el templo de Atenea parecía estar haciéndolas vibrar al unísono...
Tirada: 1d10(+5)
Motivo: Defenderse
Dificultad: 14+
Resultado: 1(+5)=6 (Fracaso)
Tirada: 1d4
Motivo: Suerte
Dificultad: 1-
Resultado: 2 (Fracaso)
En breve, chapo para pasar a la escena siguiente, en la que procederé a daros la explicación de todo lo que ha pasado (es la única vez que os coaccionaré la libertad de movimientos, que quiero daros por fin, y a la vez, a todos, la explicación, dando así por finalizada la parte más narrativa de la partida, y pasando a mayores).
Así pues, os dejo este finde para terminar de postear aquí algunas cosillas libres, que os pasaré a una nueva escena el lunes :)
Me siento un poco decepcionado cuando escucho el sonido del cuello de Menthe al fracturarse.
He perdido otra oportunidad para obtener más información.
Miro a Ikki, a la cabeza de Marin y después otra vez a Menthe.
¿Cómo es posible que alguien tan débil nos haya dado tantos problemas?
Si hubiéramos estado más organizados esto no hubiera sucedido.
De repente noto como mi armadura empieza a vibrar, miro a mi alrededor y no es la única.
¿Ahora que ocurre?
Tras ver cómo Menthe esquivaba su ataque sin dificultad, Saga se sintió frustrado.
"Vaya, no esperaba que fuese tan ágil. No debí dar el combate por ganado antes de comenzarlo."
Pero entonces, vio cómo Dohko tomaba el relevo haciendo gala de su gran poder. Antes de que ella pudiese darse cuenta, estaba siendo ferozmente golpeada por el Patriarca y moría en cuestión de segundos. El sonido de su cuello al romperse desgarró los oídos de Saga.
"¡Maldición! Ella no debía morir hasta contarnos todo cuanto sabía. Ya no hay nada que hacer... Tendremos que averiguarlo todo por nosotros mismos."
Se acercó a Dohko lentamente mientras contemplaba el cuerpo sin vida de la guerrera.
Gracias, Dohko. No esperaba que fuese tan veloz esquivando mi ataque. La próxima vez no correré el riesgo de disminuír mi poder ante un adversario, sea quien sea. Marin puede descansar en paz, su muerte ha sido vengada. Entonces miró a Ikki y continuó: Fénix, ¿qué pasó en el Olimpo? Quiero saber qué ocurrió desde vuestra llegada hasta vuestro regreso al Santuario. Vamos, ¡habla!
Pero entonces empezó a sentir algo extraño: su Armadura estaba vibrando. Miró perplejo sus brazos, su pecho, sus piernas, como esperando encontrar en ellos alguna explicación de lo que estaba pasando. Entonces dirigió su mirada a sus compañeros y se dio cuenta de que no era el único. La expresión en el rostro de Dohko reflejaba un total desconcierto ante aquel suceso.
"Pero, ¿qué está pasando?"
Y entonces recordó algo:
Dohko, Mu, ¿lo sentís? Es como si nuestras Armaduras se estuviesen comunicando unas con otras, como si respondiesen a una llamada. En otro tiempo sucedió algo similar, cuando yo ocupaba el trono del Patriarca, cuando la Armadura de Sagitario fue llamada al Santuario por Niké, las doce Armaduras de Oro vibraron y resonaron en su regreso. ¿Será que...? ¿Estará Atenea de nuevo tras de esto? Dohko, Mu, ¿qué creéis que significa?
Saga no soportaba perder el control de la situación de nuevo, justo cuando lo acababan de recuperar. El desconcierto y la duda le hacían flaquear; no podía estar en plenas facultades físicas y mentales para enfrentarse a los peligros que les acechaban mientras su corazón estuviese lleno de preguntas y temores. Necesitaba recuperar el control, ¡necesitaban dominar la situación!
De alguna manera esperaba que los caballeros dorados entendieran mi posicion. Queria enfrentarme solo para poder sacarle la informacion que no habiamos podido obtener de la diosa Hebe... Todo sucedio tan rapido que no tuve ni tiempo de explicar mis palabras.
Saga se lanzo al ataque, pero la mujer reacciono rapidamente... lamentablemente para ella no vio como nuestro patriarca se movia a la velocidad de la luz detras de Saga y le asestaba un poderoso golpe que la saco volando. Al caer y oir su cuello somperse perdi todas las esperanzas de alguna vez poder enconrar a Hyoga... nuestra ultima fuente de informacion habia muerto.
Mire hacia el suelo, desesperanzado... conteste al patriarca con una voz tenue.
-Ella era una distraccion... siempre lo fue. No era muy fuerte, su unico objetivo era ganar algo de tiempo.
Estaba por contestarle a Saga pero el caballero de Geminis cambio el foco de la situacion, yo tambien podia ver claramente como las armaduras doradas emitian una luz especial y vibraban como sintonizandose con algo... Tambien recordaba que no era la primera vez que esto sucedia, algo similar habia pasado en el inframundo cuando los doce caballeros aparecieron ante el Muro que cortaba el paso a los campos eliseos. Tambien habia sucedido durante la lucha con Saga para salvar a Athena de la flecha dorada.... y ahora... estaba sucediendo denuevo.
Espere la respuesta del caballero de Aries ante la pregunta de Saga, si alguien podia explicar esta situacion seguramente era el.
¿Se algo acerca de por qué vibran las armadurar? ¿Tiro? ¿El espíritu de Tyrion Lannister me lo cuenta de la que pasaba por ahí? :P
No, no hace falta tirada. La explicación ya la proporciono yo en la siguiente escena :)
Soprendidos por el extraño comportamiento de vuestras armaduras, regresáis al templo de Atenea, a ver si de una vez por todas os organizáis y descubrís la verdad.
FIN DE ESCENA :)