Partida Rol por web

Saga y Aldebarán combaten contra el caballero más próximo a un Dios.

La batalla iba tornando a su fin, eso era algo de lo que todos estabais seguros. Atrás habían quedado dos días de insoportables luchas a muerte, de ver cómo la práctica totalidad de vuestros amigos caían en manos de un enemigo ambicioso que había utilizado a una criatura inocente para tratar de obtener beneficio propio. Pero a Afrodita se le había ido la situación de las manos, y Perséfone se había vuelto indomable. No en vano ahora mismo trataba de hacer revivir a Hades, a quien habíais derrotado en la última Guerra Sagrada. Eso significaba el comienzo de una nueva Guerra, y con tan pocos efectivos desde el bando de Atenea/Niké, era precipitarse hacia una muerte segura, hacia el fin del mundo, hacia una era de profunda y absoluta oscuridad.

El resto de vuestros compañeros había seguido su camino, alejándose de este nuevo foco de acción. Aldebarán parecía cuasi deseoso de batirse en solitario, pero Saga no quería ni oír hablar de permitirle lo que sería casi un suicidio frente a un rival digno del mismísimo Shaka de Virgo.

Ante vosotros se encontraba Kurtz de Herebo, con ansias de probar su valía.

Puede que no seamos los caballeros mas cercanos a dios, pero te demostraremos que no debes subestimar el poder de los caballeros de Nike.

A pesar de que le había dicho que le permitiría luchar primero, Saga comenzó a impacientarse y decidió tomar la iniciativa. Miró con firmeza a Aldebarán y le susurró rápidamente:

Caballero, deja que sea yo quien luche. A fin de cuentas yo le reté en primer lugar. Además yo soy mucho más poderoso que tú y tengo que demostrarle a este mequetrefe presumido quién es en realidad el más próximo a un dios.

Sin darle tiempo a que Aldebarán respondiese, Saga dio dos pasos al frente y se situó a pocos metros de Kurtz de Herebo. Sonrió con desprecio y clavó sus ojos en el rostro de su adversario, mirándole como si fuese un vulgar insecto.

Bien, Caballero de Herebo. Hace un instante te vanagloriabas de ser el Caballero más poderoso sobre la faz de la Tierra. ¿Nadie te ha dicho nunca que no debes presumir de aquello que no puedas demostrar? Yo, Saga de Géminis, te enseñaré lo que es estar realmente cercarno a la divinidad. No tendré contemplaciones contigo. ¡En guardia!

Separó las piernas y extendió los brazos. Elevó su mano derecha por encima de su cabeza y bajó la izquierda más abajo de la cintura. Dos haces de luz emanaban de las palmas de ambas manos. Te mostraré mi más mortal técnica. Entonces, rápidamente, juntó sus manos entendiendo los brazos delante de su rostro y la luz formó un amplio círculo a su alrededor.

¡Explosión Galáctica!

La luz que sostenía en sus manos se convirtió en un rayo de increíble brillo y velocidad que salió disparado hacia Kurtz. Saga mantenía la mirada fija en su enemigo. Estaba completamente seguro de sí mismo. Escapar de aquel ataque era casi imposible.

Kurtz de Herebo se queda completamente anonadado ante la impresionante demostración de Saga de Géminis, y sólo es capaz a emitir una sola palabra:

-¡Maldicióoooooon!

Después de esto, la explosión galáctica lo desintegró por completo. No quedó nada del rival que segundos antes les cortaba el paso a los caballeros de Niké.

Ambos prosiguieron la marcha para unirse al resto.