Partida Rol por web

Saint Seiya: La Doncella del Inframundo

2C. La Guardia del Santuario

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23/01/2010, 14:19
Nikola

La figura que teníais ante vosotros, la esbelta mujer oculta por una toga, movió la espada hasta colocarla sobre su cabeza. Tomó la toga, y la retiró con violencia.

Ante vosotros había una muchacha que no llegaba ni de lejos a la treintena. Alta y esbelta, de largos cabellos, parecía una mujer normal y corriente. Si no fuera porque notábais cómo emanaba un cosmos equiparable al de los caballeros dorados, y eso que no portaba ninguna armadura, la habríais tomado por una simple universitaria, ya que incluso iba vestida con ropas de calle, normales y corrientes.

-Creo que no me habéis comprendido- dice, volviendo a colocar la espada mirando hacia vosotros, una espada que cambió de ser luminosa a perfectamente tangible. no sabíais cómo alguien podía crear armas de la nada con esa facilidad- He de ver a Atenea, ahora. No puedo quedarme aquí, perdiendo el tiempo con seres insignificantes. El mundo está en peligro, y sólo ella puede ayudarnos. ¡Llevadnos ante ella, ya, o me abriré paso yo sola con la ayuda de mi espada!

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23/01/2010, 14:25
Jabu

Jabu bajo la cabeza de manera muy pesada, resoplo con resignación y luego la meneo con evidente muestra de que las cosas no podían ir peor. Luego la alzo y miro a los ojos a la mujer que los amenazaba.

Punto Uno. Ni siquiera Atenea nos trata como seres insignificantes. Y solo nosotros podemos ayudarte a encontrarla. Así que te equivocas intentando amedrentarnos y menospreciándonos.

Vio que la mujer apretaba los labios. Estaba claro que iba a decir algo. Pero Jabu, se volvió a adelantar. Argol se estaba cansando, y Shaina esta mas que preparada para atacar, si quería resolver esto de una manera diplomática tenía que seguir hablando, y obligar a la figura que estaba detrás de la mujer de la espada a forzar una tregua. Movió la mano para parar las palabras de los demás.

Dos. Este es el Santuario de Atenea, como bien has expresado. Si fueras un poco más madura, entenderías, que has de hablar y moverte por él, con el debido protocolo. Sobre todo, porque con tus exigencias y tu forma de actuar, estas retrasando lo que hayas venido a hacer. Si el mundo está en peligro, y la persona que está detrás de ti también lo está, enfrentarte con cada caballero de Atenea de aquí a sus aposentos solo conseguirá que pierdas muchísimo tiempo.

Tres. Porque esto aun no ha acabado jovencita.

Jabu no llegaba a la edad de la mujer, ni de lejos. Pero para los canones humanos, la chica era poco más que una mujer salida de la adolescencia.

Si lo que quieres es solicitar ayuda, de Atenea, y por ende de sus caballeros, lo mínimo que puedes hacer es presentarte, y decir quién te acompaña. Puede que pienses que debes ser discreta, y que unos, como has dicho, insignificantes, como nosotros no merecemos saber quién es la persona que te acompaña.

Pero una vez más te equivocas. Ningún caballero de este Santuario te dejara ver a la diosa, sin conocer tu nombre. Si no lo hacemos nosotros, que te hace pensar que lo hará un caballero dorado. No te engañes, estas errando en cada palabra y gesto que haces.

Si lo que buscas, es que Atenea ponga a sus mejores caballeros a tu servicio, para salvar el mundo. Lo menos que puedes hacer es no menospreciarlos. Puesto que, te guste o no, poderosos o no, nosotros somos sus elegidos.

Dio un paso a su derecha. Desmarcándose un poco de la triangulación de ataque que habían formado los tres caballeros de manera instintiva. Y dirigió su mirada hacia la figura encapuchada que seguía a la mujer de arma.
No sabía quién era, centro en el lugar la vista y luego bajo la cabeza.

Le ruego, que le diga a su guardaespaldas, que esta no es la manera más fácil de obrar. Podemos servirle mejor a través de las palabras que en una batalla. Independientemente de quien gane, estará perdiendo un tiempo, que parece ser crucial.

Dijo aquellas palabras de manera solemne. Con un respeto que no había usado predeterminadamente con la mujer que se encaraba con ellos. De alguna forma, quería reconocer en la figura arropada por la toga a un superior. Y quería que se sintiera respetado por encima de todo.

Sabía que si la figura envuelta en ropajes oscuros intercedía, podría evitarse una batalla. Y él, habría conseguido la información que necesitaban, y como de costumbre habría realizado su trabajo de la manera más eficiente.

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23/01/2010, 19:19
Algol

Como dice mi compañero, aunque más finamente, ésta no es la forma correcta de solicitar una audiencia con su excelencia, la diosa Atenea. - refunfuño tras toda la perorata que ha soltado Jabu.

Es cuestión de tiempo que vengan el resto de los caballeros que están de guardia, y este "ser insignificante" va a ganar ese precioso tiempo dandote una buena lección de combate en el proceso. Veo que llevas una bonita espada y que tienes un cosmos interesante, pero hace falta algo más que eso para amilanar a un caballero de Atenea. - Sabía que no debía ofender a las visitas, pero el tono de superioridad de la mujer le había insultado profundamente. Solo necesitaba una excusa para demostrar que sus palabras no eran agua de borrajas.

Más vale que sueltes tu arma y dejes que veamos a quien escondes ahí. La otra opción será peor para ambas. - volví a recalcar que me importaba poco el poder que pudiera esgrimir.

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24/01/2010, 23:15
Verité

La figura que portaba la espada cerró los ojos, y se concentró. Comenzó a desplegar su cosmos, envolviendo todo el Ágora. Era un cosmos que... Era excelso, magnífico. Daba... ¿Miedo? Quizás. Respeto al menos. Alguien con poder suficiente como para desplegar tan inconmensurable cosmos no era un rival a despreciar...

Estaba a la altura de cualquier caballero de oro... O más... Quizás a la altura del mismísimo Shaka.

Justo en el momento en que iba a hacer estallar su cosmos, la figura que se encontraba tras ella se aproximó, y la tomó del brazo con dulzura, como indicándole que parase.

Al instante, la joven tomó la espada y la colocó a su espalda, hincando rodilla al suelo ante la figura menuda. No había parecido deseosa de abandonar un combate que ni siquiera había dado comienzo, pero estaba claro que habría obedecido cualquier orden que hubiese recibido de la persona que la acompañaba.

La figurita menuda se acercó un poquito más hacia vosotros, pero con suma parsimonia. No parecía teneros miedo, pero tampoco resultaba amenazante.

Cuando se colocó a una distancia prudente, os habló.

-Nikola, sirvienta de Hebe, podría matar a cualquiera de un solo golpe, pero no os hará daño. Sólo teme por mi vida- os dice. La voz es... Extremadamente dulce, casi infantil. La veis avanzar un par de pasitos más, y llevarse las manos a la capucha, que comienza a retirar con cautela.

Al ver su rostro, deja de extrañaros lo menudo de la criatura. Es poco más que una niña.

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25/01/2010, 00:25
Jabu

Jabu que agradecía en por dentro el silencio de Shaina, pues suponía que esta estaba realmente midiendo la capacidad de combate y los puntos débiles de su rival, mientras él se dedicaba a hablar.
Sin embargo la nueva retahíla de frases de Argol solo pudo desencajar su rostro.

Estaba claro que uno de los principales problemas de los tiempos que corrían y del poder que ostentaban, y que el mismo había padecido hasta su derrota a manos de Andrómeda, era el orgullo de los caballeros. Anteponían su orgullo a todo lo demás, e incluso escondían en el, otras facetas menos loables. Eso se traducía en una conducta beligerante que en situaciones como aquella ponía en serios aprietos a el mismo y al Santuario en general.

El haber vuelto con el rabo entre las piernas ante su maestro, le había enseñado que la humildad era la base por la que se regían los verdaderos caballeros. Todos eran seres excepcionales, y con un grandísimo poder. Pero ese poder los hacía enfrentarse con tendencias suicidas, creyéndose mejores que los demás.

No aporto nada mas a las palabras ya dichas por el mismo, ni quiso decir nada en contra de Argol. Estaba claro que era un buen caballero, y había escuchado que un guerrero muy fuerte. Pero su terquedad podía costarles caro.

La mujer del arma empezó a aumentar su cosmos. No le preocupaba demasiado, puesto que lucharía hasta la muerte por sus ideales, y aunque esa muerte fuera allí y ahora, no supondría ningún cambio. Al menos se contentaba pensando que el cosmos de la mujer llamaría la atención de algún otro caballero y se daría la voz de alarma.

Sin embargo, antes de terminar de perfilar sus ideas, la figura encapuchada se acerco y paro todo lo que los malos modos y el orgullo habían puesto en marcha. Un solo toque de su mano, y todo había empezado, incluso mas rápido de como comenzó. Decididamente era una persona a tener en cuenta.

Sin embargo, se reconoció a si mismo torciendo el gesto en incredulidad cuando la tela de la capucha dejo ver el rostro de aquella joven. Una niña frágil, que estaba acompañada por una luchadora formidable.

Solo podía sacar dos conclusiones. Aquella niña debía de ser un dios también, puesto que el cosmos de la guerrera no había llegado al nivel que había detectado el mismo en un principio. Y estaba convencido de no haberse equivocado. Y que si era un dios debían de ser motivos importantes los que la llevaran al santuario.

Inclino la cabeza para no mirar a los ojos a la pequeña y formulo su siguiente frase.

Vuestra guarda es Nikola. ¿Como debemos referirnos a usted y que es lo que desea?

Suponía que ser amable seria la forma más fácil de llegar a la verdad. Y estaba también convencido de que sabría distinguir la verdad de cualquier mentira que pudieran decirle.

 

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26/01/2010, 23:57
Algol

 El cosmos de la guerrera era tan poderoso como había anticipado, ningún otro mequetrefe habría osado dirigirse a los Caballeros de Atenea con tan rudas formas. Aunque no estaba claro que hubiera realmente podido con ellos, si algo Algol sabía era cuan difícil era luchar contra más de un enemigo aun cuando tu poder era superior.

El destino favorece a los valientes, decía el dicho... de hecho, tenía muy en cuenta el mito de su armadura: Perseo no había sido más que un guerrero mortal que con astucia y bajo los auspicios de los hados había logrado acabar con Medusa, y luego llevó a cabo hazañas épicas. Siempre había que tener en cuenta otros factores aparte de un gran cosmos a la hora de combatir.

Sus amenazas veladas hacía la que se ocultaba hicieron su parte y se dejo ver. Era una pequeña niña, una diosa o una protegida de alguna de ellas, que había sido mandada aquí para buscar la protección de Atenea. O al menos era eso lo que sospechaba.

Sin embargo, se mantuvo firme, en posición de combate. No sería la primera vez que un intruso intentaba engañarlos, fingiendo querer una audiencia con la diosa para luego intentar acabar con su vida. 

Aun la diosa Atenea tenía muchos enemigos entre sus hermanos del Panteón.

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28/01/2010, 11:08
Nikola

Antes de que la niña pudiese volver a hablar, lo hizo su protectora:

-Os encontráis ante Verité, una niña normal y corriente- os dice, mirando al suelo, para luego añadir- Y también es Perséfone, hija de Deméter, futura diosa del Inframundo... Si Atenea no hace nada por evitarlo.

Se pone en pie, terminada la reverencia a su ama, hace desaparecer su espada del mismo modo que la había hecho aparecer poco antes, y se coloca al lado de la niña, quien vuelve a quedarse en silencio.

-¿Recordáis vuestra batalla contra el Hades? Será un paseo comparado con la próxima si consiguen capturar a la niña. Así que he de hablar con Atenea. No le queda más remedio que proteger a Verité si no quiere que todo aquello que la rodea desaparezca sumergido en la más profunda oscuridad. Y motivos hay para pensar que eso no tardará mucho en producirse.

 

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28/01/2010, 11:13
Shaina

"¿Pero de qué mierdas está hablando? Nunca había oído hablar de la reencarnación de Perséfone. Además, Hades está muerto. ¿Qué nos importa que Perséfone viaje al inframundo, si allí no queda nada? ¿Y quién va a venir a buscarla? No quedan espectros de Hades, todos fenecieron en la anterior guerra sagrada. No entiendo nada...".

Shaina, de todos modos, al no sentir un peligro directo, decide abandonar la posición de combate, aunque se mantiene alerta.

- No puedo llevar ante Atenea a cualquiera. Espero que entiendas que lo que has dicho no tengo prueba de ello, sólo tu palabra.

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28/01/2010, 16:14
Jabu

Jabu asintió a las palabras de Shaina. Tenia razón, eso lo venia pensando durante hacia ya mucho rato, fueran quienes fueran no podían ponerlos en contacto con atenea. Sin embargo las palabras de la mujer rebuscaron entre sus recuerdos, entre lo que sabía y lo que no sabía.

Sabía que lo que decía fácilmente podía ser posible. Ni los titanes podían intentar hacerse con el inframundo. Era poco probable. Así que estaba a punto de no creerse nada. Sin embargo concentro su mirada en los ojos de la pequeña, tan solo dos segundos.

Y de pronto se vio preguntándose que pasaría, si es historia, por absurda y extraña que sonara fuera verdad. Si todo lo que decía fuera en realidad cierto. Entonces, bien valdría la pena ayudar aunque solo fuera un poco más.

Relajo su postura, como lo había hecho su líder. Aunque intuía un nuevo brote de violencia por parte de la mujer mayor, sobre todo tras escuchar que se desconfiaba de su palabra. Argol seguía pendiente de cada uno de sus movimientos. Pero con la joven donde estaba la mayor no iniciaría un ataque. Además, si algo había averiguado durante su tiempo frente a ellas. Es que la pequeña era el verdadero punto débil de la guerrera. Si ella se movía para atacarlos, el se movería a donde estaba la pequeña, y seguramente conseguiría llegar a un punto muerto. Puesto que no tenía pensado golpear a un niño sin un excelente motivo.

Medito durante un segundo lo que podía hacer, y se atrevió nuevamente a hablar, con un plan gestándose en su mente.

Si queréis, podemos llevaros hasta los caballeros de oro que son en la actualidad la mano derecha de Atenea. Quizás ellos, en su infatúa sabiduría, sepan algo que nosotros desconocemos. Y aunque así no fuera, solo ellos pueden granjearos el paso hasta la diosa. Enteréis, que en los últimos tiempos, las cosas han sido complicadas en el Santuario, y no podemos rebajar la seguridad, de igual modo que vos no os separáis de la joven Perséfone.

Dijo estas palabras sin desdén, aunque dichas por él, sonaban menos ciertas. Quizás porque no creía del todo en su causa. Pero aun así inclino la cabeza al decir su nombre.

Se giro sobre el pie derecho, y levanto su mano con el dedo índice señalando unas escalinatas. Luego miro a las visitantes.

Por aquí os podremos conducir hasta los caballeros de oro. Si gustáis de seguirnos.

Se había tragado que sus intenciones no eran oscuras. Quizás porque venir a atacar el santuario con una menor, no era lo mas lógico en su concepción del mundo. Pero no pensaba separarse de ellas, mientras estuvieran en las tierras del Santuario.

 

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28/01/2010, 20:33
Algol

Parezco un poco sorprendido en el momento que explica su historia, pero apenas dura unos segundos.

Me permito observar a la niña, ahora nombrada como la reencarnación de Perséfone. Demasiado joven para estigmatizar los poderes de la diosa.

Enseguida me recompongo y mantengo una estrecha vigilancia sobre los movimientos de ambos: Shaina desconfía, y pienso igual que ella.

Entonces, contradiciendo el sentir de Shaina el caballero de bronce habla, y lo hace como si fuera un superior. - Él no tiene potestad para conminar a los intrusos hasta una audiencia con los Caballeros de Oro. - me repito, siento un regusto amargo en la boca. Será imbécil. 

Esto es otra de las cosas que no me gustan de los de Bronce, en ocasiones se creen en posesión de la forma correcta de hacer las cosas y no se dan cuenta que tienen que seguir un protocolo, y más cuando hay un superior presente.

Tendré que arreglar las cosas con él luego - y aprieto el puño no armado hasta que me crujen los dedos y los nudillos se ponen blancos.

Antes de que Verité y la niña decidan seguirle, me planto delante de ellos en posición amenazadora pero sin llegar a provocar las hostilidades. - Antes de llevaros ante ellos, dadnos una prueba de que lo que decís es cierto. No podemos relajar la seguridad del Santuario por un cuento como ese.

Y sin quitar ojo a la guerrera agrego - Sino, nos veremos en el deber de arrestaros aquí.

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29/01/2010, 15:00
Nikola

-¿Una prueba? ¿De que esta niña es la reencarnación de Perséfone? ¡No digáis tonterías!- cuando dice esto, veis que no se encuentra del todo erguida. Cada dos por tres, desde que habéis llegado, se lleva la mano libre de espada a un costado.

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29/01/2010, 15:02
Verité

Las palabras de Nikola se ven interrumpidas por la criaturita, que avanza un par de pasos hacia vosotros, y coloca las dos manos ante ella, con las palmas mirando hacia arriba.

En un instante, de sus dos manitas comienza a surgir una luz que acaba envolviendo todo el Ágora, es más, envuelve todo el Santuario. No es un cosmos agresivo, pero... Es increíble.

¿Acaso esta criatura tiene más poder que Atenea? Os parece que ni el mismo Hades poseía un cosmos tan magnífico.

La luz crece en intensidad, más y más. Los ojos de la niña se quedan en blanco mientras os miran. Mueve los labios de una forma extraña, como si estuviese narrando algo...

De pronto, cierra las manos en una fuerte palmada, y toda la luz desaparece al instante. Ha apagado su imponente cosmos.

-Atenea no está- dice, como en trance- Se ha marchado del Santuario. Hemos llegado tarde.

Tras estas palabras, la sensación de ausencia desaparece, y la niña vuelve a mostrar su rostro dulce y triste. Sus ojos vuelven a mostrarse tiernos, como antes.

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01/02/2010, 19:04
Jabu

Jabu miro estupefacto hacia Argol. No entendía aquella cabezonería. Había gente que no sabía cómo sacar partido a una situación. Y estaba claro el caballero de plata era una de esas excéntricas personas. Sus ganas de combate no tenían límite. Así que le dedico una fugaz pero intensa mirada asesina antes de quedarse perplejo por los siguientes acontecimientos.

Ni el mismo había sabido de la marcha de Atenea hasta que Shaina se lo había dicho, sin embargo, aquella pequeña. Error. Aquella Diosa, ya se había dado cuenta de ello. Eso torcía las cosas. No podría retenerlas lo suficiente en el Santuario para averiguar lo que ocurría. Cual era ese mal del que hablaban.

Yo no soy quien debe arrestaros. Habéis dado más pruebas de las necesarias de vuestra historia. Ahora, preferiría que hablarais con los caballeros dorados encargados de la custodia del Santuario. Me temo que las respuestas que buscáis, solo ellos puedan resolverlas.

Se movió hacia Shaina. Y la miro fijamente. La mujer aun no estaba decidida.

Si quisieran pelea, habrían sucumbido a las constantes provocaciones del Caballero Argol. No puedo decir que crea lo que veo. Pero si se comportan, no veo el dilema de hacer que vean a los guardianes del Santuario.

Hay algo que me da mala espina. Pero no son ellas. Y no puedo explicártelo.

Sus últimas palabras, eran un mero susurro. Palabras caídas al aire. Algo personal, que poco tenía que ver con lo que les ocupaba. O puede que tuviera más que ver, de lo que nadie allí podía imaginarse.

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01/02/2010, 20:08
Algol

 Aun con una clara desconfianza tras la demostración de poder de la pequeña y frágil niña hago una leve reverencia inclinando la cabeza y bajando el escudo - Siento mi rudeza de antes, pero solo cumplo con mi deber - cambio a una posición de guardia, y no de ataque.

Así es, sin embargo, no hay nada que los Caballeros de la Diosa de la Justicia y la Sabiduría no puedan ocuparse. - me echo a un lado y espero a que Shaina de el visto bueno a llevarles a una audiencia ante los Caballeros de Oro - Sin duda los Caballeros a cargo sabrán darle la importancia y la solución necesaria al problema que os aqueja. - digo en un tono solemne y firme.

Luego miro a Jabu, que otra vez está ignorando el protocolo al dirigirse a una superior, como lo es, Shaina. - Unicornio, deberiaís adelantaros para avisar a los Caballeros de Oro, con la mayor diligencia. - Siendo un caballero de mayor rango espero que me obedezca de inmediato, pero por lo poco que conozco al broncíneo espero cierta rebeldía. Así que miro a Shaina subrepticiamente para que secunde mis ordenes.

Nosotros nos ocuparemos de escoltarla durante el trayecto.

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02/02/2010, 13:56
Director

Notas de juego

Fin de escena. Continuamos con la charla en la siguiente :)