Partida Rol por web

Cuando Ikki va a buscar a la Doncella para devolver el alma de Perséfone al Ánfora Sagrada.

Ikki esperó a que todos sus compañeros partieran, con el fin de que si los jueces del Hades los estaban observando, que atacasen al grupo, mientras que el Fénix, de esta manera, podría moverse con relativa libertad y tranquilidad hacia su objetivo: la Doncella.

Cuando todo el grupo salió de los túneles subterráneos y penetró en el castillo, Ikki salió de los túneles y se alejó en dirección a la ventana que Cerbero previamente le había indicado.

Allí estaba, metros más arriba se encontraban los aposentos de Hades. En dichos aposentos estaría ahora mismo Perséfone intentando resucitar a Hades. Es más, Ikki sabía a ciencia cierta que así era, pues el cosmos de la Doncella podía percibirse con total claridad desde cualquier punto que rodeara al imponente castillo.

La pared era bastante lisa, pero aún así ofrecía algunos puntos de apoyo que no convertían la tarea de escalar en algo imposible, y menos contando con las habilidades del Fénix, aptitudes acertadamente demostradas ya en dos ocasiones desde que había comenzado la batalla.

Así pues, con el Ánfora sujeta en una mano, Ikki debía ascender aquel muro para poder verse cara a cara con la Doncella del Inframundo, y poner así fin a aquella cruenta batalla que nunca debería haber comenzado.

El momento habia llegado, la batalla final entre las fuerzas de la luz y las fuerzas de la oscuridad comenzaba... aunque por un lado estaba la pantalla que estarian haciendo el resto de mis compañeros, y por el otro mi cruzada personal contra el epicentro de todo este caos.

Debia recuperar el alma de Persefone y devolverle a la niña su inocencia y pureza. Pude sentir el cosmos de la "nueva" doncella, un aura maligna y poderosa. Pero tambien sentia cerca de mi corazon los cosmos de Shun, Seiya, Iyoga, y Shiryu... todos mis compañeros y amigos que se habian sacrificado para que podasmo llegar hasta aqui.

Mire la pared que tenia delante, iba a ser una escalada dificil pero tenia que hacerlo... tenia que lograrlo por todos los que confiaban en mi.

Alla voy amigos... POR ATHENA!!!!

Con el grito de guerra en el pensamiento, me lanzo a la tarea de escalar la ultima montaña frente al destino.

Quizás es que tus fuerzas se habían visto mermadas a lo largo de aquellas cruentas batallas, pero pese a tu demostrada habilidad en el arte de la escalada, aquel muro, en un principio, parecía resistírsete. Tratabas de ascender, pero no lograbas dar con resquicios del muro que te permitiesen apoyar los pies o agarrarte con firmeza con la única mano libre que tenías, dado que con la otra portabas el ánfora. Es más, el ánfora en sí tampoco colaboraba mucho para permitirte ascender.

No obstante, y no sin esfuerzo, poco a poco y con paciencia lograste ir encontrando agarraderos que te permitiesen trepar. Pasito a pasito, centímetro a centímetro, la pared dejó de ser una obstáculo insalvable para convertirse en una mera complicación que te había entretenido por el camino.

Por fin llegaste arriba. No te atrevías a entrar de golpe. Lo primero era evaluar la situación para optimizar el resultado de tu estratagema. Colgando del alféizar de la ventana con la mano izquierda, te impulsaste hacia arriba para poder ver.

¿Y qué viste?

Algo impactante. Perséfone estaba arrodillada a los pies del lecho de Hades. El cuerpo sin vida de éste se encontraba flotando sobre la cama, inerte, como una marioneta. Alrededor del cadáver podías sentir el aura de la Doncella, quien trataba de elevar su inconmensurable cosmos con la intención de devolverlo a la vida.

Perséfone estaba absorta en su agotadora tarea, y aún no se había percatado de la presencia de un intruso en su ventana.

Al parece estaba demasiado confiado por mis exitos anteriores y eso me jugo en contra a la hora de escalar la torre por donde encontraria a Persefone. El ritmo fue lento pero finalmente logre llegar a mi destino, la ventana estaba desprotegida y cuando vi en su interior tuve que controlarme para no resbalar.

El aura maligna que emitia Persefone era aplastante, el cuerpo de Hades levitaba frente a ella... de seguro estaba llevando a cabo el ritual, no podia permitirlo. Todo indicaba que todavia no habia notado mi presencia, debia aprovechar el factor sorpresa aunque olvidaba un detalle... no tenia idea como funcionaba el anfora.

Mire un segundo el artefacto intentando improvisar alguna manera de hacerlo funcionar.

Perséfone seguía absorta en su misión de resucitar a Hades, y aún no se había percatado de que un intruso había penetrado en la alcoba, y que se aproximaba hacia ella, ánfora en mano.

Ahora eras tú quien se mostraba absorto intentando averiguar cómo demonios funcionaba aquella vasija de aspecto frágil y delicado. Habría sido una buena idea el haberlo discutido con el grupo antes de pasar a la acción, pero desgraciadamente las prisas os habían jugado una mala pasada.

 Afortunadamente para ti, Perséfone parecía realmente prisionera de lo que estaba haciendo, y aún no se había percatado del acto de intrusismo que habías llevado a cabo. No obstante, de su boca comenzó a surgir una plegaria... Algo te decía que el ritual para traer a Hades de vuelta no iba a prolongarse por mucho tiempo más. Era el momento de actuar.

Aprovechando que la Maligna Persefone todavia no habia sentido mi presencia, cierro mis ojos y concentro todo mi cosmos en el artefacto divino. Si esta vasija de verdad tenia la capacidad de sellar el alma de un dios o alguien cercano a el, deberia estar compuesta de una cosmoenergia muy poderosa. La unica esperanza que tenia de poder usarla era conectandome con esa energia y hacerla despertar para activar su sello. El hecho de estar portando la armadura divina del fenix, que la misma saori con su sangre ayudo a revivir, quizas pudiera darme algun tipo de resonancia con el cosmos de la vasija.

Por el sacrificio de mis compañeros, los caidos en esta sangrienta lucha y los que aun estan combatiendo, tenia que hacer funcionar esta vasija como fuera. No tenia mucho tiempo, ni muchas ideas, si esto no funcionaba quedaba una unica opcion... acabar con Persefone antes de que terminase el ritual. Ni siquiera sabia si era capaz de ello, y aunque lo fuera Nike jamas me lo perdonaria.