Jabu tenía sus propias reservas sobre Cerbero, pero prefería mantenerlas bajo raya. La demostración de poder de Nike, y que él fuera convocado le había callado casi totalmente.
Sin embargo la actitud de Argol, tan poco propicia para el momento anterior a una batalla no hacía otra cosa que molestarle.
Argol era un buen caballero, perro fiel del santuario de las normas y sobre todo de las castas. Pero tenía esa falta de sutileza propia de los que no veían más allá.
Pero por lo que conocía de él, eso no iba a cambiar, se hiciera lo que se hiciera, si salían de esta desesperada situación, seguiría igual, por siempre. Así que más adelante tendría que pensar en poner todo acritud en favor de los caballeros.
Se concentro en los presentes, todos tenían claro su parte del plan. Unos pelear y dar la vida, y otro usar el ánfora para deshacer un maleficio antes de que se convirtiera en un mal mayor.
Muy bien, me pongo en movimiento, seguidme. La batalla nos aguarda.
No dejaba de pensar en cómo podíamos jugar las cartas de manera más eficaz. Tanto si Cerbero estaba de su lado como si no. El plan era algo efímero que podría escurrirse de sus manos de múltiples maneras.
Mientras sus poderosas y cansadas piernas lo desplazaban hacia la entrada no dejaba de pensar, que Zeus podría aparecer en cualquier momento y acabar con todo aquello. Porque permitía el dios de dioses todo aquello. En poco tiempo muchos de sus hijos y hermanos habían fallecido, a que esperaba para actuar.
Me pongo en marcha!
Saga clavó una mirada de desprecio en Algol. Este imbécil siempre dando la nota... Pero se abstuvo de replicarle puesto que no era el momento ni el lugar de absurdar discusiones. Además, tampoco podía reprocharle el no confiar plenamente en Cerbero porque el propio Saga desconfiaba aún de sus intenciones. A fin de cuentas, sigue siendo un Caballero del Hades y, guiados por él, no hemos caído más que emboscadas.
Al ver que Jabu se ponía en marcha, no lo dudó un instante y caminó veloz a su lado. ¡Soy un Caballero de Oro, no pienso ir en la retaguardia!
¡Vamos, compañeros, el fin está cerca! Manteneos alerta. Los enemigos que nos aguardan ahí delante son los más poderosos que podais imaginar.
Sigo a los demás, preparado para morir luchando en este plan suicida que tan poca confianza me inspira.