Partida Rol por web

Los jóvenes avanzaron, guiados, contra todo pronóstico, por una infante. - ¡La última vez que vi a Jackie estaba por aquí! - decía contenta de estar cada vez de su amigo, quien hasta su propia madre consideraba imaginario. - Pero siempre se adentra en el bosque y lo pierdo de vista. ¡Pero Elba me dijo que lo vamos a encontrar y demostrar que no es un amigo imaginario! - se la notaba realmente emocionada con la idea de que la dejaran de tomar por loca, al igual que había hecho Elba por primera vez.

Pero esto es muy grande, es muy fácil perderse... Yo me pierdo mucho. - admitió con cierta pena. - Pero tendréis algún plan ¿no? 

Sé que no lo he dicho antes, es que me quería hacer el interesante. - se pronunció Matt. - Pero trabajando en mi granja y viendo las marcas del suelo que solían hacer los animales, al final he logrado identificar con cierta facilidad las huellas. - se agachó y examinó el suelo con detenimiento, aunque esta vez, si que le contó al grupo lo que vio. - Parecen haber algunas huellas... Lo que me preocupa es que hay muchas pequeñas, creo que nuestra amiga Jennifer se ha perdido por aquí más de una vez. Aunque... - se quedó callado un segundo.

Hay algo que me escama, hay unas huellas adultas también, aunque la marca es muy ligera y parece muy difícil seguir el rastro... Quien fuera que las dejara, no quería que nadie supiera que ha pasado por aquí, pero lo más curioso es que van dirección al pueblo. - dijo algo atónito, ya que eso significaba que alguien había salido del bosque hace poco, ya que eran tan ligeras dichas huellas que no tardarían demasiados minutos en borrarse.

Elba Ginaso no pudo más y estalló en una sonora carcajada, al parecer aquella muchacha sabía algo que los demás ignoraban en estos momentos mientras se iban adentrando cada vez más y más en el bosque; aunque esa carcajada no parecía ser siniestra o malvada, simplemente burlesca.

-Descuida, -le dijo a Matt Doe mientras seguía caminando por el bosque- no pillarás con las manos en la masa al que mató a una de tus vacas, aunque he de admitir que el trozo que le quitó estaba un poco correoso. ¿Qué le dais de comer a esos animales?. Échales más pienso o algo...

Tras este comentario, Elba Ginaso agarró a la pequeña Jennifer Phoenix y se la subió a caballito, conformando así un pequeño totem de mujeres que, si alguien atacaba a Elba, probablemente también hiciera caer a la pobre niña desde allá arriba. Se podría decir que cogió a una rehén.

-Usa tu olfato de perro y llévanos a la casa de Jackie. -Ordenó Elba a Matt- Si lo haces, quizás te lance el trozo del filete que aún no he comido de tu vaca.

Ryan notó enseguida que Sam andaba algo molesta con él, aunque cualquiera podría haberse dado cuenta. Caminaba a su lado, nervioso, jugando con sus propios dedos. - Sam... - intentaba pronunciar. - Perdona, es que después de lo de ayer en la bolera... No puedo dejar que le pase nada malo a mis salvadores. - decía haciendo referencia a River, quien los había traído hacia aquí, a pesar de que parecía que había venido en gran medida obligada por Elba. - Además de que, no sé, nos puede venir bien despejarnos un poco después de venir de un funeral. Estar en contacto con la naturaleza y abandonar el ambiente tan cargado que tiene la ciudad... No tener que buscar un trabajo a pesar de que ayer casi la palmo. - comentó mucho más bajo de forma que casi nadie le escuchara. - Pero después de esto me tienes todo para ti, te lo prometo Sam.

Además, podemos ver también las cosas como una niña pequeña, tenemos que buscar al tal Jackie que nadie nunca ha visto. - sonrió. - ¡A lo mejor incluso salimos con un amigo imaginario también los demás! O hay suerte y nos pasa como a Jordan con Bryony o Mía, que parece que este bosque te activa las hormonas. - negó rápidamente. - No, no, eso no va a pasar. - intentó redirigir el tema rápidamente a cualquier otra cosa para que los demás obviaran aquél comentario.

Miró a Matt, quien parecía ahora estar más hablador de lo normal. - ¿Y por qué te querías hacer el interesante? ¡Si tus habilidades para rastrear son la leche! - decía con los ojos brillosos, ojalá él tuviera algo tan interesante que decir a los demás. - ¿Esas huellas pequeñas se pueden dividir en secciones o algo así? Quizá si descubrimos por dónde se ha perdido la pequeña, podamos encontrar unos límites o algo así. - se quedó callado un segundo, pensando en aquello como un puzzle, algo no le acababa de cuadrar, tenía que tener haber algo que se le estaba pasando.

Pero antes de poder continuar pensando, los comentarios de Elba le dejaron bastante a cuadros. ¿Ella tenía que ver con la muerte de una vaca de Matt? ¿Y encima le estaba vacilando por ello? Sin duda Ryan había hecho muy bien en acompañar a River. Alzó los brazos y se posicionó de forma que los dividía en dos grupos, siendo el primero el de Matt y Elba y detrás de él colocó a Diana y River. No sintió la necesidad de ponerse delante de Sam, ya que, a pesar de que la reacción de Matt podía ser cualquiera, incluida una violenta, sabía que su vecina era capaz de defenderse de cualquier cosa ¡o incluso ser ella la primera que empezara a repartir!

-¿Y cómo es Jackie? ¿Has hablado alguna vez con él o siempre huía? -preguntó River a la niña pequeña, todavía procesando su historia, mientras rascaba con el destornillador de su skateboard la corteza de un árbol para marcar el camino que iban a seguir. Como bien había dicho, era peligroso entrar demasiado en el bosque sin tener clara la forma de salir, y quizás estas marcas les pudieran ayudar.

Una vez terminó se volvió con el grupo, justo a tiempo para oír como Matt contaba aquello que había visto el día de los primeros asesinatos.

-¿Quieres decir seguir los pasos de Jennifer?-preguntó a Ryan, y entonces cayó en la cuenta de que había algo que todavía tenía pendiente de preguntar.-Por cierto, tú que eres de aquí del pueblo, ¿te suenan de algo los Greenfield?

Matt volteo a ver a Ryan. -Supongo que podemos intentar seguir el rastro, solo que debemos de ser precavidos en no estropearlo, así que caminen lo mas cuidadoso que puedan. -Matt clavo su mirada a las huellas, tratando de encontrar algún patrón claro.

Matt escucho el comentario de Elba sobre su vaca, decidió ignorarle, sabia que clase de persona era esa chica, no valía la pena tomar en serio lo que decía, aunque fuera molesto para el.  

Ryan al ver que no se enzarzaban en batalla aquellos dos, suspiró aliviado, bajó los brazos para entonces girarse a River al escuchar su pregunta. - ¿Los Greenfield? - arqueó una ceja, pensando en aquél apellido. - Ah ¿no eran esos que se mataron en un coche porque estaban drogadísimos o algo así? - se rascó la cabeza. - ¿Pero a qué viene eso ahora? ¿Crees que tengan relación con el tal Jackie? - era la idea más lógica que le venía a la cabeza.

Matt propuso seguir los rastros, pero Ryan había llegado a una conclusión mucho más lógica. - No, si seguimos los rastros de la pequeña Jennifer, acabaremos como ella, perdida. - cruzó uno de sus brazos para apoyar el otro en su barbilla y así poner una pose "interesante" a su parecer. - Al igual que Abraham Wald durante la segunda guerra mundial, debemos evitar los puntos rojos del avión ¡que en este caso serían las huellas de Jennifer! - asentía orgulloso de su deducción. - Si las huellas de la pequeña son de cuando se ha perdido, donde no estén sus huellas nos llevarán por el camino correcto. - ahora solo faltaba que el tal Jackie no fuera un asesino o un amigo imaginario.

- Ya.- Dije levemente molesta con Ryan por no hacerme caso antes.- No soy tu madre, Ryan. Puedes ir donde quieras. 

Dije mientras me mantenía un poco por detrás de los demás. La última vez en el bosque no fue precisamente agradable. Ahora tampoco lo era, y más siguiendo las huellas de una niña perdida. Estaba nerviosa, en realidad. Porque, por otro lado, al igual que él sentía que debía protegernos de alguna manera, o al menos ayudar, yo sentía que si de verdad me importaba, no debía meterle en problemas.

- Solo espero que no sea demasiado tarde cuando te necesite de verdad...-Balbucee por lo bajo intentando animarme.

Huellas más huellas. Seguirlas o no. Mientras tanto, River haciendo runas en los árboles y Elba haciendo de sádica con carne de vaca. Desde luego éramos un grupo variopinto. Casi daba para un chiste de "Entran tres en un bar y ..." 

- Solo una pregunta. ¿Ese tal Jackie no será un indigente que viva como el tío Tom en el fondo del bosque, no?- Intenté bromear, pues el camino se hacía pesado. Pero justo cuando dije esas palabras me quedé pensando.

- ¿En las películas no decían que Scully vivía en una cabaña o algo así en el bosque?

Claramente no era el mejor lugar del mundo para Diana, quien a todas luces avanzaba con dificultad por el bosque. En Chicago no había tenido nunca la posibilidad de hacer una travesía como esta y lo estaba demostrando, casi que tropezando dos veces cada tres pasos. Sin embargo, pese al malhumor que esto le generaba, se esforzaba por sonreír para no mostrar su descontento con esta aventura, ya que ella había aceptado sin que la forzaran. 

Bueno de acuerdo, sonreír era mucho decir, su esfuerzo estaba puesto mejor dicho en no mandar a todos al demonio. Evitando mirar a nadie en particular más de unos pocos segundos, y esquivando todo inicio de conversación que la interpelara, iba peleando poniendo dificultosamente un pie delante del otro al andar en este terreno. 

Lo que sí se dio cuenta es que al resto parecía costarle exageradamente menos trabajo caminar el bosque. 

Se detuvo unos segundos, chequeó su celular en busca de señal y abrió el GPS esperando que el mapa reconozca su ubicación. 

A la entrada del bosque, Diana pudo ver que aún tenía cobertura y que efectivamente, el GPS localizaba su posición, sin embargo, tenía muy pocas rayas y le iba todo muy lento, por lo que era evidente suponer que entre los árboles la cobertura desaparecería completamente, tal y como le había pasado a Sam el día de la fiesta en el lago, que no pudo enviarle ningún mensaje.

Por entre las crujientes hojas y aquel fastidioso suelo de tierra que llenaría de polvo mi perfecta ropa de telas hechas con la mejor calidad (como no podía ser de otra manera), avancé hacia el insufrible grupo de adolescentes.

-Lleváis un cartel en la frente que dije “fácilmente rajable”- comenté dando por hecho que no hacía falta ni que apareciera el asesino. Ya de por sí eran como monos asustados corriendo en círculos.

En cualquier momento chocaban y se mataban entre ellos -¿Aparte de buscar a un tal “Jackie” contáis con alguna pista más?

Jennifer, completamente ajena a las discusiones, solo se dejó llevar por estar subida a caballito por Elba, al grito de. - ¡WIIIIII! - se la veía más feliz que un regaliz, aunque su cara de felicidad cambió a una de sorpresa al escuchar a Samantha. - ¡Hala! ¡Jackie me ha dicho que vive en una cabaña! ¿Acaso tú también lo conoces? ¿¡O es que sabes dónde vive!? - se cruzó de brazos, algo enfadada. - Madlito Jackie, seguro que te ha invitado a su casa antes que a mí porque tienes más pecho que yo.

Por su parte, Elba seguía con aquella niña a caballito, tratando de pasar por zonas sin demasiadas ramas bajas para que no golpearan a la pequeña en la cara, aunque si no había más remedio pasaba igual, sin avisar ni nada. Que la niña estuviera atenta a la hora de explorar el bosque.

-Los chicos son simples, solo piensan en tetas. -Comentó Elba Ginaso dándole la razón a la pequeña Jennifer Phoenix- Es por eso que pese a que solo invité a River Vega a venir al bosque, nos siguieron dos chicos y tres bolleras. -Comentó al respecto de la inclusión repentina de Diana, Matt, Ryan, Samantha y Madison.

El grupo, que había tenido deducciones bastante acertadas, lograron evitar todo camino que hubiera seguido Jennifer, guiados por Matt. Sabiendo también lo que tenían que buscar, lo cual era una cabaña y junto con Madison, quien ya tenía ciertos conocimientos del bosque por haber vivido antiguamente en el pueblo, aunque les costó un largo rato (y a Jennifer ciertos golpes con ramas de árboles por culpa de Elba), finalmente encontraron una cabaña, algo ruinosa, pero lo suficientemente arreglada como para poder dar cobijo a alguien.

Para sorpresa de todos, allí se encontraba un chico con el pelo algo rubio, al ver a tanta gente, no dudó en correr hacia el interior de la cabaña y esconderse allí.

Jennifer, cuya nariz sangraba levemente, ignoró completamente el dolor al ver a su amigo. - ¡Jackie! ¡Es Jackie! - gritó entusiasmada, pateando sin medida los brazos de Elba de pura emoción que era incapaz de contener. - ¡Rápido, rápido! ¡Vamos a su casa! ¡Al fin todos dejarán de pensar que es un amigo imaginario!

-Sí, esos. Todavía no sé como está todo relacionado, pero estuvimos leyendo que eran amigos de Dana Scully antes de que descubrieran que era la asesina.-River se acarició el mentón con el destornillador, todavía preguntándose como encajaba con todo aquello.-Así que no sé si quizás fue solo un accidente o si hay algo más detrás de ello.

La chica se había aferrado a esa pista como a un clavo ardiendo, pero la verdad es que hasta ahora no había llegado a más. No como la idea de Ryan.

-Tío, eres un genio.-dijo, flipando mitad por el éxito de su estrategia, mitad por estar enfrente de la famosa cabaña de Dana Scully. Dio un paso al frente, preparada para acercarse, pero entonces dudó y se detuvo .-Jennifer, ¿Jackie te ha dicho si vive con alguien más? ¿Un papá o una mamá?

Lo más normal sería que sí, puesto que un niño solo en un sitio así lo tendría muy difícil para sobrevivir. Y en caso de que así fuera... quizás deberían tener cuidado.

La niña ladeó la cabeza al escuchar la pregunta de River. - Pues la última vez estuvimos hablando de ponis y unicornios. ¡De hecho Jackie me dijo que vio uno que tiraba pedos púrpuras! - rió. - Nunca me ha hablado de su familia, ¡pero le puedo preguntar si está su mamá o su papá en casa! - empezó a hacer un montón de movimientos hasta zafarse de Elba y bajar al suelo, entonces corrió y se adentró en la cabaña, al grito de. - ¡Jackie, soy yo, he venido a jugar!

Pasó menos de un minuto hasta que Jennifer se asomó por la puerta, mostrando solo la cabeza. - ¡Venid, venid, estamos solitos, no hay adultos molestos que nos impidan pintar las paredes! - y con una risa maliciosa, volvió adentro.

Elba se agachó para que la pequeña niña pudiera bajar y salir corriendo. Tras esto, la empezó a seguir con paso constante, por donde esta pasaba.

Por mucho que los otros se creyeran inteligentes, Elba Ginaso parecía estar aún más satisfecha con aquel descubrimiento, y lo único que había hecho era darle esperanzas a una niña pequeña delante de su hermano moribundo y hasta las cejas de analgésicos tras haber sido apuñalado. Una situación que se podría resumir en ir a buscar cobre y encontrar oro.

-Vamos a pintar pollas. -Comentó Elba Ginaso incitando a la hermana pequeña del fallecido a desmelenarse- Si no hay pinturas suficientes, seguro que podemos usar el pintalabios de Samantha o el de Diana... o el lápiz de rimel de Ryan.