Partida Rol por web

Esta claro que te han herido hija mía y eso te esta carcomiendo pero tienes que pasar pagina o si no nunca podrás sobreponerte.No se si sabes que hace años fui un guerrero que no confiaba mas que en mi acero y la fuerza de mi brazo y hoy heme aquí convertido en un humilde siervo del señor.Así que todo es posible si se pone voluntad y fe.

- ¿Todo es posible? - Leonor se queda un instante mirando a Fray Erwan y lentamente se quita el pelo de la cara dejando ver una larga cicatriz que le atraviesa todo el lateral, desde la mejilla hasta los labios, afeando una cara que, de otro modo, habría sido hermosa. La aun casi adolescente te mantiene la mirada unos segundos, y continua- Fuisteis un guerrero. Supongo que mientras lo erais tomasteis algunas plebeyas, en algun saqueo, o en algun combate. Y supongo que ahora precisais creer que todo pecado tiene salvación. Pero no es verdad. Hay cosas que no tienen arreglo. Yo no volveré a ver a mis padres, ni tendré hijos, ni puedo hacer que dos semanas de mi vida desaparezcan. No os equivoqueis. Hay cosas que no tienen arreglo. Y esto - dice rozando su cicatriz- esto me lo recuerda. Por eso os lo pido, Fray Erwan: un día saldré y mataré a todo bandido de estas tierras de tal manera que nadie osará atacar a ninguna otra caravana de mercaderes. Y ese día ayudadme, y si vuestra fe os lo impide, al menos no os pongais en mi camino

No se me ocurriría ponerme en el camino de vuestra venganza hija mía y no por miedo si no porque se que no serias dueña de vuestros actosmeneo la cabeza con aire compungido - pero aun así si necesitarais hablar mi puerta siempre esta abierta

La furia desaparece de los ojos de Leonor de forma brusca ante la respuesta del fraile. La joven de pronto recuerda que está hablando con un hombre de Dios, y siente pena a recordar lo que le acaba de decir, y al ponerlo en relación con las religiosas que la atendieron tras... tras la muerte de sus padres

- Disculpadme, padre. - dice con la voz algo crispada, pero sin la fuerza que le había dado la rabia- Y disculpad también por mi arrebato, maestro Eliatar. Me retiraré, me siento cansada

Y si nadie se lo impide se marcha a su dormitorio, claramente abatida

Levanta la mano para transmitirle apoyo cogiéndole con cariño del hombro, pero detiene su movimiento en el aire, terminándolo en un gesto para acariciarse el pelo. ¿En qué estaría pensado?

Deja que se marche sin saber que decir, con cara de circunstancia. ¿Qué se dice en estos casos? La gente era demasiado complicada… Los libros… ellos eran sencillos. Con un libro sabías a que atenerte y como tratarlo para que fuera un libro feliz…

- Vaya… Ha debido sufrir mucho… prff – aún tiene esa cara de circunstancia desde que se fuera Leonor instantes antes – No sé que decir… - mira al padre aún hecho un mar de dudas – Quizás sea mejor que yo también me marche, Erwan. Cuídate mucho en tu viaje. No olvides que hay una guerra ahí fuera…

Pasan un par de días desde el encuentro con Fray Erwan hasta que te vuelves a cruzar con Eliatar. Es en el desayuno. Parece que hoy ha bajado antes y te ha estado esperando para asegurarse de que te encontraría y no daría muchas vueltas. Ves que la espera no ha sido improductiva del todo, ya que parece leer de un gran tomo. Te sonríe tímido, indeciso y confuso al verte.

- Ho… hola, Leonor. ¿Qué tal has dormido? ¿Te parece si hoy seguimos hablando con los otros miembros de la alianza que teníamos pendientes? Agradecería mucho tu ayuda para tratar con Ginebra… ya sabes que me pone un poco nervioso… - parece que se esfuerza mucho en ser simpático contigo

- Buenos dias maestro Eliatar. Por supuesto, será un placer acompañarle a hablar con Doña Ginebra y el resto de compañeros de la alianza - te responde con su parquedad y buena disposición habitual, tal vez sorprendida de verle tan temprano. Normalmente ella es la primera de las estudiantes de la magia en bajar al desayuno para comprobar que todo está en orden. Después de todo fue criada de esta Alianza, antes de ser dama de Doña Ginebra, y antes de ser aprendiz de Gornych- No esteis nervioso. Doña Ginebra es maravillosa, y una buena amiga. Nos recibirá encantada