Con algo más de tiempo y la biblioteca en orden, Jean-Louis Lacroix se decide al fin a hacer lo que (irónicamente, llevando tanto tiempo entre libros) aún no ha hecho: leer. Son muchos los libros de la biblioteca mundana que le llaman la atención, incluido el curioso tomo escrito por Fray Erwan. Menos interesado en los idiomas (sobre todo a la hora de hablarlos) decide pasarlo por alto. En principio, sus ansias de intelectual parecen llevarle hacia los libros de Artes Liberales... Pero es al ver el Physolagus que le brillan los ojos. Comienza a devorarlo durante esta estación como si fuese una exitosa novela, disfrutando con las maravillosas descripciones que se deslizan por sus páginas. Sorprendente.
Puede que durante la estación mantenga el orden en la biblioteca y el control sobre los libros, pero su cabeza está en las historias y criaturas del tomo que está estudiando. De estas cosas nunca le hablaron los monjes... Esto no quita que no siga dando algún que otro paseo (en breve llegará el invierno y se le hará imposible hacer mucho más que quedarse junto a la chimenea). No puede evitar mirar a Leonor (más o menos al igual que casi todo el mundo) con cierta preocupación, temiéndose quizás que en cualquier momento estalle en llamas. Cuando trata con ella (por lo general porque se encuentren en la cocina o en uno de sus paseos) lo hace con mucha más cortesía. Jean-Louis tiene la teoría de que Gornych le ha maldecido y ha desequilibrado sus humores de una forma más que insana, si bien se cuida de airearla mucho. También sigue charlando con el único de los normandos que parece más o menos civilizado. Seguro que en las circunstancias adecuadas podría haber sido un buen cortesano.
Pues bueno, mi acción para esta estación es estudiar el Pysilogos de la biblioteca ^_^ Espero que esta vez no halla llegado tarde ni puesto nada raro... XD
El Physiologus es un libro escrito y compilado por un autor desconocido. Se trata de un listado de descripciones de animales, pájaros, criaturas fantásticas, rocas y plantas, la mayoría con sentencias y frases de indicación moral. De cada animal muestra sus descripciones y anécdotas, pero todo ello con sentencias morales y cualidades simbólicas del mismo. Este manuscrito en particular posee algunas ilustraciones. Al parecer ésta es una de muchas copias del Physiologus. Por lo que sabes es una obra influyente, que lleva siglos circulando por Europa. Muchos libros de poesía hacen alusiones al Physiologus.
El physiologus contiene algunas historias alégoricas. Por ejemplo, cuenta una historia de un león, cuyos cachorros nacieron muertos, pero gracias a que suspiró sobre ellos, sobrevivieron. Otra historia cuenta sobre el ave fénix, que se quemó por sí mismo, muriéndose, pero al cabo de tres días resurgió de sus cenizas. Ambas historias guardan bastante similitud con Cristo y así se hace ver en la copia que tienes entre tus manos. El unicornio que sólo permite ser apresado por el regazo de una virgen pura es un símbolo de la encarnación, o el pelícano que derrama su propia sangre a sus crías muertas para que él pueda pasar parte de su vida a ellas son otros ejemplos de salvación que guardan un cierto similar con la crucifixión de Jesucristo. También el Physiologus presenta ciertas alegorías que tratan sobre la derrota de Satanás sobre Jesucristo, y otras que ejemplifican actitudes que aconseja seguir o evitar a toda costa. Es por ello que el Physiologus presenta numerosas historias que muestran un fuerte valor didáctico y con semejanzas a los sucesos narrados por la Biblia.
Ameno, sí, más ameno que lo que cabría esperar respecto a un libro usado especialmente por la Iglesia, pero no tanto como para que no distraigas tu mirada en ocasiones de las bellas formas de la Dama Ginebra, que te honra con su presencia durante toda la estación. Apenas si caes en la cuenta de que también Mathews Hlaford el astrólogo o Eliatar seguidor de Flambeau también hacen acto de presencia en la biblioteca a menudo a lo largo de este invierno.
Pero, por supuesto, siempre que sales de tu biblioteca, topas con los normandos. Para mal. Por supuesto también, buscas refugio en la compañía de Eindridi, el normando bien educado que tan fácilmente atrae las iras y puyas de sus camaradas. Por fortuna parece que ahora que ha tomado las riendas de la tropa el señor Guillaume y que los bretones han salido de expedición hacia el sur, las cosas se han calmado bastante. Y la incendiaria de Leonor tampoco anda cerca, ni su maldecidor, Gornych, que también ha salido. En definitiva, una buena estación, aunque lluviosa.
Llegas a Mitos y Leyendas 2. Ponte también Concentración a 1 y actualiza, por favor, las puntuaciones que te voy diciendo por aquí (incluye la mejora de Escribir Latín a 3/3 de la última estación).
Se acerca el invierno y Jean-Louis no está dispuesto a dejarse matar por el hastío como el último que pasó aquí. Resulta curioso, pero nadie diría que lleva aquí un año. Obviando a los ruidosos normandos, no se está tan mal: pocas obligaciones (el líder de estos "magos" no le ha pedido más que que trate la biblioteca y su señor está entregado a la lectura)y mucho, quizás demasiado, tiempo libre. Además de la comida, el alojamiento, una cama, una chimenea y pocos problemas en lo que a mujeres se refiere (por más que cuando alguna pasa por la biblioteca sus ojos vayan detrás y haya que confesar tentaciones a Fray Erwan). No, no se está tan mal.
Con cierta curiosidad, y también algo de miedo, Jean-Louis quiere coger para este invierno el "El Orden en los cielos y los infiernos". Es un tema del que no sabe nada, del que no le dijeron nada y que, en cierto sentido, suena a prohibido, casi pecaminoso, peligroso y por eso mismo atractivo. El invierno, sombrío, parece la estación más adecuada para algo así. Es el tiempo de arrebujarse ante la chimenea con ese tomo en mano. Un buen libro es el mejor modo de pasar el frío, y al menos obligándose a estudiar es probable que no se aburra ni autocompadezca tanto.
Pues bueno, esta estación Jean-Louis prefiere ponerse a estudiar algo tan tenebroso como el ocultismo en lugar de quedarse aguantando el frío ante la chimenea. Si no me equivoco, su total de estudio es 10.
El invierno llega con lluvias intermitentes y un frío creciente. La lluvia pronto se ve sustituida por la nieve y luego por el hielo. Das gracias a Dios de tener un sitio tan acojedor como este donde pasar tus inviernos y disfrutar de las numerosas chimeneas de las que consta la torre. Sin enmbargo tu dicha no dura demasiado. No has ni girado tres páginas del interesantísimo "El Orden en los cielos y los infiernos" cuando irrumpen en la biblioteca el líder de la Alianza y su nueva discípula, Leonor "la marcada". Para tu sorpresa Gornych te indica que este invierno deberás darle clases de latín a la chica. Abrumado por su presencia, no se te ocurre excusa plausible alguna y te ves forzado a pulir los conocimientos básicos de latín que posee la joven. Y esto no resulta fácil teniendo en cuenta que el viejo mago se instala en la biblioteca para estudiar. O para simular estudiar mientras os vigila, no estás muy seguro. Y ese mismo día aparece Rowen Hwithgref, el ayudante de Gornych para apuntarse a las clases. A Gornych parece costarle disimular una sonrisa...
Improvisas de manera bárbara, aprovechando tu don para mejorar su vocabulario a través de hablar con Leonor. Mientras hables con ella puedes mantener una conversación perfectamente culta, dada tu capacidad en tu lengua materna. Con Rowen, en cambio, te cuesta más, dado que no habla ni una palabra de Latín (o más bien, las palabras que conoce de Latín son términos mágicos aprendidos de forma espontánea por el sirviente de un mago, lo que no acaba de contar). Acabas utilizando a la chica para poder darle clases al hombre y según se sucenden los días vas consiguiendo una tónica general con la que sentirte satisfecho como profesor. La verdad es que progresan (sobre todo Leonor) y eso hace sentirse bien a cualquiera.
No obstante, no cesan aquí las sorpresas. El invierno es una época fría y llena de cosas inesperadas. De hecho, nunca hubieras esperado que una mujer se metiera en tu cama durante la noche. Bueno, tal vez una cortesana casada alejada de su marido, pero no una sirvienta... Esta vez la que se cuela entre tus mantas no es otra que Lirión, una problemática muchacha de gran belleza que de alguna manera ha logrado sobrevivir entre los belicosos normandos mientras se dedicaba a tareas de cocina y curación. Ahora, por alguna razón que no acabas de entender, busca tu compañía. Pronto descubres que un normando celoso no es un adversario con quien se pueda razonar por tema de faldas. Al día siguiente vas a la biblioteca con un ojo morado, algunos golpes (ninguno en la boca, por fortuna) y una más que razonable irritabilidad para con las mujeres. Al menos has podido gozar por una noche... Tal vez haya otras si no pones freno a tus apetitos.
Apúntate la habilidad de Enseñar a 1. No está en el libro, pero en otra saga utilicé la de Relatar y funciona bastante bien. Se genera una puntuación de: Comunicación + Enseñar + 6 (del maestro) + Inteligencia del alumno.
El encontrarse con que tenía que pasar el invierno improvisando clases para un par de personas prácticamente desconocidas en lugar de leer aquel libro (que esta vez sí que parecía interesante) fue un golpe para la moral de Jean-Louis. Tras el asunto con la doncella, además, se temía que acabase pasando algo inadecuado con la aprendiza y esta vez no acabase con un ojo morado, sino carbonizado. La tensión añadida de tener al maldito brujo a sus espaldas dió aún más sabor a una estación que podía haber sido aburrida. En realidad, Jean-Louis la hubiese preferido aburrida.
Había que reconocer, eso sí, que resultaba agradable ver cómo alguien hacía progresos dependiendo completamente de tu saber. Un ligero pecado de orgullo que tendría que confesar en su momento al fraile. Y además, también le había servido para conocer un poco más a sus compañeros... Pasar una estación juntos en una fría biblioteca, aunque en teoría se haga para estudiar, da tiempo para conversar bastante sobre los tópicos más interesantes y los más banales...
No consideraba haber salido mal del paso. Seguía vivo y ellos debían haber aprendido algo... El joven, ahora que se acerca la primavera, tiene intención de descansar con el ya una vez frustrado estudio de "El orden de los Cielos y los Infiernos". Sabe Dios si le dejarán entre unas cosas y otras, claro está. Al menos todavía no le han pedido que haga de copista, lo que le deja algo de tiempo para curiosear.
Así que básicamente, mi acción es intentar repetir la que se frustró la pasada estación. Un saludo y perdona la tardanza. Avius está oficialmente de exámenes :S
El invierno deja paso a la primavera, pero con muchas reservas. Las lluvias suceden a las nevadas, con el paso previo de la gélida agua-nieve. Luego las temperaturas suben y al fin se llega a la temperatura de fusión de la nieve. Y el río crece. Rápidamente el cauce, ya de por sí bastante elevado, comienza a ascender más y más, para desesperación y terror de los campesinos. El río crece hasta sobrepasar ampliamente su cauce habitual y tierras “seguras” se convierten en auténticos cenagales.
Mientras tanto, tú, resguardado tras las frías paredes de mármol de esta torre que te ha acogido y dado una profesión (aunque esta no fuera la que hubieras imaginado jamás), tratas de guarecer tu inquieta alma tras los gruesos volúmenes de pergamino. Esta vez, te dices, nadie podrá apartarte de la apasionante lectura de "El orden en los cielos y los infiernos". Eso te dices, pero Rowen Hwithgref y Leonor "la marcada" vuelven a hacerte las delicias irrumpiendo en la biblioteca para continuar con sus estudios de latín. Nuevamente, dada la situación, te ves forzado a continuar impartiéndoles clase, a pesar de la ausencia de Gornych. Desde luego no crees que estuviera satisfecho de escuchar a su regreso que su aprendiz y su sirviente no han sido atendidos a su gusto...
-Rosa, rosae, rosa...
Tirada oculta
Tirada: 1d10
Motivo: Práctica enseñar
Resultado: 10
Tirada oculta
Tirada: 3d10
Motivo: ¿Pifia?
Dificultad: 10+
Resultados: 6, 4, 1
Exitos: 0
Nada nuevo, repeticiones y memorizaciones. Tu interés por su aprendizaje se escabulle por momentos. +0px en Enseñar.
:S Lo siento, tío, por el retraso y todo lo demás. Últimamente me habrás notado algo ausente tanto de los foros como de todas mis partidas, y la verdad es que lo lamento. Ahora estoy poniendo cosas al día en un cuarto de hora para largarme a terminar unas cuestiones de papeles (algo me dice que en vano porque me van a denegar la beca, pero en fin). Lo siento de veras :S
Básicamente, mis planes para esta estación eran o enseñar o, en caso de que me dejen tranquilo, estudiar el frustrado tomo. De todos modos, Jean-Louis empieza a estar tan asqueado de libros que también quería aprovechar la primavera para conocer cosas moderadamente entretenidas que hacer por la Alianza, ya sabes, en las noches o las tardes U_U El problema es que seguro que los únicos que hacen algo son los soldados... Quienes le tienen mucho aprecio al amanerado del bibliotecario, tsk. Eso si, de mujeres, al menos en teoría, ni mihita.
En fin, hacia la semana que viene estaré, en teoría, lo bastante libre como para hacer un post bonito y elaborado al respecto... De nuevo, quisiera pedirte mis disculpas.
Avius
El verano llega para dar un respiro a la población. Aunque ha dejado de llover, el ánimo no es el mejor, pues todo lo que se podría ahora ver crecer en el campo está casi ausente. Los cereales se han podrido, fueron arrasados por las aguas o bien simplemente nunca pudieron ser sembrados. El hambre y la ansiedad se huele en el ambiente. Ese bandidaje contra el que tan duramente se ha luchado probablemente se propague este invierno. O incluso este otoño.
Pero poco de eso te llega personalmente, casi todo son rumores a las horas de las comidas. Casi todo tu tiempo lo consume una incansable alumna, Leonor "la marcada", que si antes ya te había parecido testaruda y concienzuda en lo que hacía, ahora no te cabe duda de que llegaría al fin del mundo si se lo propusiera. Esta vez tocan clases de escritura de latín, en las que, aunque ducho, no tienes el respaldo natural de tus dotes de lingüista. No has acabado de despertarte que ya sabes que antes de subir hacia los libros, ella ya llevará varios minutos esperándote. Es entre un placer y una tortura. Al menos no es una mujer atractiva que pudiera meterte en problemas, ¿no? Bueno, la verdad es que si te olvidas de la cicatriz que siempre trata inútilmente de esconder, su joven cuerpo no está nada mal, especialmente habiendo pasado tú todo este tiempo... a solas. Y es amable. No diremos que buena conversadora, pero es educada y atenta. Y más lista que el hambre. Te sorprende que tales cualidades te pasaran antes desapercibidas. Tal vez el hecho de que el señor Wyvern esté ausente una vez más te relaja lo suficiente como para poder abrir los ojos a otras cosas.
En cualquier caso, ella sigue progresando y tú... bueno, vas acumulando cada vez más ganas de leer tranquilo y en paz. Además, esta primavera se ha acumulado humedad. Lo sabes. Habría que echar un bues vistazo a los libros, para asegurarse de que no han cogido humedad, el pergamino es sensible a esas cosas.
+3px en Enseñar, pasando de 1 a 2/1
Jean Louis comienza a preocuparse con la llegada de la humedad, que puede añadir más tarea. En cuanto termine de enseñar a la joven Leonor, se teme, tendrá que sufrir horas y horas poniendo en orden todos los pergaminos y asegurándose de su buen estado... Una vez más. No es una buena perspectiva, sobre todo ahora que empieza a encontrar cierto placer en la enseñanza. Al fin y al cabo, también es un esfuerzo para él. No es que no haya esfuerzos que le gustaría más realizar (por ejemplo, estar en alguna universidad con una buena mujer y un buen fuego esperándole en las noches) pero tampoco puede quejarse.
Además, está el asunto de la joven... No es una gran conversadora, pero salvando las cicatrices lo cierto es que es atrayente. Por supuesto, ni que decir que el joven ahuyenta cualquier pensamiento indecente respecto a la chica, sabiendo como sabe que está bajo la protección del iracundo líder de la alianza. Probablemente, piensa con acritud, quiera usarle de concubina, es el tipo de cosas que haría un mago probablemente malvado y viejo. Casi siente lástima, pero algo en el entusiamos de Leonor por todo lo que va aprendiendo le hace pensar que su juicio está nublado por ciertos prejuicios. ¿Quién puede culparle por no confiar en un tipo barbudo, malvado y que se dedica a cambiar la temperatura y gritar a todo el mundo? Sí, bueno, independientemente de que la joven sea o no atractiva, es mejor no hacer proposiciones de ningún tipo. Probablemente acabaría ardiendo o algo peor.
El otoño se acerca, y Jean-Louis aún no está seguro de si debe seguir dando clases, pues quién sabe cuánto más necesitará aprender la joven, o cuánto más será capaz de enseñarle. Por si acaso, Jean-Louis no se hace demasiados planes... En cierto sentido, le apetece: en caso de no tener clases, deberá dedicarse a los pergaminos, a poner orden y hacer inventario hasta cansarse. Con un poco de suerte, quizás, puede que el tiempo le alcanzase a echarle un vistazo al tomo de ocultismo. Parecía tan interesante...
Pero si tiene que dar clases, está dispuesto a entretenerse. Tiene que darlas y, bien pensado, ¿por qué no hacerlo fuera? Quizás haya algún buen día de esos de sol otoñal donde pueda dar las clases (un repaso a las lecciones de "cómo hablar latín") paseando. No es que sea para estar con Leonor en una circunstancia más libre que esa biblioteca... No del todo, al menos. Es que también está un poco necesitado de salir unos días de la torre. Y además, ¿acaso no había por ahí una escuela de peripatéticos que estudiaban conversando mientras paseaban? Puede que sea un buen argumento...
En lo que al ocio se refiere, Jean-Louis sigue evitando a los normandos en la medida de lo posible, salvando a los pocos que no le consideran un nenaza. Lo malo es el encontronazo que tuvo por culpa de una chica... Ni siquiera sabe si eso ayudará a que, a sus ojos, haya crecido su hombría. Al fin y al cabo, cierto es que fue por irse con una mujer... y cierto también que acabó llevándose todas las de perder por una pelea. En fin, quizás se acerque algunos días a la posada, pues cuando empieza a hacer frío apetece un vino caliente, y retome algunas charlas. En las horas perdidas en la biblioteca, no cabe duda de que Fray Erwan es la compañía más adecuada, una de las pocas personas instruidas con las que tratar temas de gramática latina sin parecer un loco.
Comienza el otoño y casi de improviso desaparecen tus alumnos, habiendo sido Leonor llamada por Gornych a estudiar teoría de las artes arcanas (o algo así) y Rowen dando un respiro a su vieja cabeza para dedicarse a tareas largo tiempo descuidadas. Así las cosas de repente te encuentras con tiempo para dedicar a tu biblioteca... y al libro que desde hace ya meses ansiabas poder hacer algo más que hojear. Sólo Eliatar asciende la alta torre hasta la biblioteca para coger prestado por segunda vez el tomo de Perdo. No parece de muy buen humor.
El Orden en los Cielos e Infiernos resulta ser un libro anónimo de factura mediocre pero enfoque interesante. Se nota, por supuesto, escrito por un clérigo, eso sí, con gran dominio del tema tratado. Posiblemente debía ser un teólogo. Página tras página lees fascinado los nombres de los grandes arcángeles y sus contrapartidas caídas, los demonios mayores (pero no sus nombres verdaderos, claro), sobre la división del infierno y sus pobladores en 9 grupos de diferente jerarquía a los que llama "echelons". La diversión pasa a ser preocupación cuando te informas de que los demonios nos rodean, están en todas partes y nos empujan continuamente a actuar en una u otra dirección, poniendo en peligro nuestra alma inmortal. No es extraño que los clérigos, armados con este conocimiento, sean tan insistentes en la pureza de pensamiento.
En cualquier caso, aún sin conseguir acabar la lectura, te encuentras a las puertas del invierno con la biblioteca más bien "abandonada" y el alma inquieta. ¿Seguirás leyendo ese libro?
Ganas 2px en Ocultismo (tu total es de 9, pero después de dividir entre 5 se redondea hacia arriba), pasando de 0 a 1/1 y puedes ponerte el talento de Concentración a 1/0
Con cierta desilusión acoje el bibliotecario que en esta estación nadie recurra a sus clases. Entre leer y pasear un poco se le van los días del otoño. Por supuesto, de cuando en cuando conversa con Fray Erwan (o más bien, escucha sus historias) o hace alguna visita a la posada, pero la mayor parte del tiempo se sumerge en el estudio. Al fin y al cabo, no hay nada nuevo que hacer salvo quedarse en la biblioteca...
Ahora que el invierno se acerca, Jean-Louis tiene pocas esperanzas de que prosigan las clases, y aunque así fuese, no sería demasiado agradable. Dado que va a tener que pasar el tiempo en la fría biblioteca, el joven supone que lo mejor será continuar estudiando El Orden de los Cielos y los Infiernos, que al menos le está resultado un libro interesante. Junto a la chimenea y deseando que pase el frío, arrebujado entre mantas, intentará entender más a fondo como se supone que se organizan tantas entelequias metafísicas.
Aún es probable que se acerque alguna noche a la posada (manteniéndose cuan lejos pueda de las damas) o que intente charlar con algunos de los hombres de la Alianza. Por desgracia, almas refinadas hay pocas entre ellos, pero en fin. Quizás si encuentra a Leonor le haga algún juego de palabras en latín. Puede que eso tuviese su gracia, y seguro que pasando meses tan fríos con el infernal líder de la Torre le hace necesitar algo de buen humor...
El talento de concentración ya lo tenía de la estación en que estuve leyendo el libro sobre las bestias (a 1/0). Por eso el total que me salía era, para mi, de 11 (contando que su especialización es la lectura) XD
De nuevo, el total de estudio es 11. Creo XD
Acabo de encontrar la compentencia de Concentración en tu hoja, era algo tan sencillo como darse cuenta de que tenías un "mazacote" todas juntas en dos líneas, todas seguidas. Te las he "expandido", poniéndolas cada una en una línea. Sí, ganas 11px por estación, pero se redondea hacia arriba a partir del 5, así que sigue siendo el mismo resultado. Y no tienes punto de concentración extra :-P
-Entonces, esto es nomina...
-Nominativo.
-Ah, cierto.
-Sigamos desde aquí: his rebus cognitis...
-Es impresionante la cantidad de palabras que se ahorran con los... esto... los...
-¿Casos?
-Sí, eso. Estaba pensando que realmente es la lengua de los sabios. En la taberna podría hablarse del doble de cosas en la mitad de tiempo. ¿Sabéis? Pasé el otoño en la taberna. Quería informarme un poco de cómo nos veían en Plechatel.
-Ahá.
-Sí. Y salvo algunos hechos dificilmente explicables que ha protagonizado mi amo y el comportamiento de los normandos, parece que no tienen demasiada queja de Contegum.
-Celebro oirlo, Rowen, pero aún tengo que ordenar los estantes y...
-Oh, por supuesto. Qué tonto; os estoy haciendo perder el tiempo...
Con renovado interés, Rowen se aplicaba nuevamente al latín. Fuera nevaba copiosamente, y nuevamente te alegrabas de tu suerte por poder contar con un techo y una cama caliente. Además, la biblioteca era, sin duda, uno de los lugares más confortables de la alianza. Claro que tu posición implica tener la paciencia suficiente como para aguantar como alumno a nadie más y nadie menos que Rowen Hwithgref, sin el cual ahora podrías estar estudiando tranquilamente los libros, entregándote a su lectura.
Con la perspectiva de un invierno con la compañía del viejo sirviente, la irrupción de los pasos nerviosos de Fray Erwan en la biblioteca te resulta sorprendente. Al parecer algo sucede en el pueblo y él no sabe bien cómo actuar, le faltan conocimientos. Tratas de ayudarle y finalmente te "confiesa" que un chico del pueblo de Pléchâtel parece haber sido poseído, pero no parece un demonio, sino alguna otra cosa. Musita palabras extrañas y padece de fiebres. Un resorte salta en tu interior cuando escuchas "palabras extrañas". Si está diciendo algo en alguna lengua rara, no hay nadie más capacitado que tú para entender qué dice.
Es una casa pequeña a la que te acaba conduciendo el fraile y allí ves a un chico de unos 16 ó 17 años está tumbado en su jergón de paja, agitándose, convulsionándose cada poco mientras musita palabras febriles. Las miradas de la familia resultan acusadoras, como si esto se tratara de un secreto inconfesable y tú allí sobraras. No obstante, en seguida puedes escuchar las frases que el chico musita y comenzar a traducirlas. Todos se callan para dejarte escuchar mejor: "Estoy encerrado, encerrado bajo tierra, tras las puertas junto a la fuente. Su magia me impide salir. Dadme la libertad y yo haré realidad vuestros sueños". El fraile entiende tanto de esto como tú, nada. Este sinsentido dura 2 días más durante los cuales el chico permanece en cama y cuando, al tercer día, despierta normalmente, no recuerda nada de lo sucedido. Como años anteriores. Fray Erwan se asegura de que su salud mejore y calma a la familia, dejándote a ti con enormes interrogantes, pero sin nada más que aportar. ¿Tal vez el libro de ocultismo eche alguna luz al asunto?
+1px en enseñar (latín) y otro en ocultismo
PRIMAVERA DE 1182
Mientras no se desarrolle el tema del otro PJ, seguimos por aquí...