Partida Rol por web

Gornych aprieta los dientes y se retira conteniendo su furia, pues tenía pensado utilizar precisamente ese efecto en el próximo enfrentamiento. Al echar un vistazo a los resultados no queda especialmente decepcionado teniendo en cuenta su equipo y la mala suerte en algunas rondas.

Queda asombrado por el resultado, un truco ingenioso sin duda.

Recostado de nuevo para soportar el dolor, observa como va tocando a su fin este, su primer torneo.

 PREMIOS DEL TORNEO

Roland ha observado estas últimas pruebas con interés, aunque sin hacer comentarios. La verdad, el tribunal le pareció mucho más interesante y pedagógico, incluso, que el torneo. Aún siendo mago, tiene mucho interés en las relaciones entre las personas y grupos y cómo se desarrollan, y en ese sentido el tribunal no tuvo precio.

A su modo, el torneo también ha servido para dejar claro cuál es la personalidad de sus nuevos compañeros de alianza, sobre todo la de Gornych: alguien irascible pero no alocado, a quien las banalidades y medias tintas no gustan en absoluto, y que si toma una decisión la mantendrá. Siempre se aprende algo...

A vuestro alrededor se va desatando una actividad diferente a la acontecida durante estos últimos días: en vez de disfrutar de la fiesta, servir o lidiar en combates más o menos arteros (tanto magos como grogs y compañeros),todo el mundo empieza a recoger sus enseres y se prepara para volver a sus respectivos hogares. Algunos ni siquiera pasarán la última noche aquí, como los de Confluensis, que regresarán a casa esta misma tarde-noche en sus barcas voladoras.

Para muchos es la hora de las despedidas: magos de diferentes alianzas, casas y edades se juntan de manera un tanto caótica para compartir unas últimas conversaciones. Soldados y sirvientes de toda casta estrechan manos y se saludan por ultima vez probablemente en años, muchas veces en diferentes idiomas.

Cada cual recoge su parte: vis, libros, derechos, contactos, ideas, inspiración, frustraciones y miedos, desconfianzas, resacas y deseos de volver a encontrarse para demostrar algo nuevamente de aquí a siete años.

Se va a hablar con su pater, y se despide de él, hasta finalmente se atreve a darle un abrazo, tras lo cual, se dirige a gornych a la espera de instrucciones.

Después de ver una competición tan terrible como esa con el intercambio de llamas y demás hechizos que parecen salidos del mismísimo infierno, Jean-Louis Lacroix prefiere no mirar con demasiada atención en la última competición. Lo curioso es que resulta ser la menos espectacular... Y mucho menos demoníaco. Una jodida moneda a la que le pasan cosas, pues vaya.

En general, el joven cortesano ha pasado el Tribunal más interesado en charlar con la gente de Florum, los pocos que parecían más o menos cultivados. Ha estado preguntando sobre las actividades de los magos y si verdaderamente es cosa del demonio (por supuesto, no de forma hostil) e intercambiando historias con todos aquellos que han querido hablarle (de nuevo, en su mayoría miembros de Florum). Quizás haya participado en alguna discusión política o de arte cuando el vino le haya ayudado a hablar. Por desgracia, lo más probable es que también haya tenido que dedicar parte de tribunal a esquivar atenciones no deseadas...

Pasáis las últimas horas del día despidiéndoos de nuevos amigos, compañeros de casa, antiguos compañeros de Alianza o Parens. También los grogs tienen cosas que contar y hay algunas despedidas curiosas, como la de Tristán "le fou", el grog, como quien dice a voz en grito, cantando una canción en francés con un grog de Montverte, lógicamente seguida con entusiasmo por Galvan y amenizada por otras tantas voces. O la de Jean-Louis, quien tiene que acabar escudándose en su nuevo señor para no ser reclutado, más o menos voluntariamente, en la turba de Fudarus (Domus de Tytalus).

Tras las despedidas, sigue la recogida del campamento y el regreso a la Torre para unos, primer viaje hacia el nuevo hogar para otros...

Aquellos que os movéis a ras de suelo (que dudo que sea el caso de vuestro veterano líder), os movéis por senderos, caminos y campos de la región, dirigiéndoos hacia el oeste, abandonando primero Burgundy y el agreste Morvan para luego atravesar los ríos y bosquecillos en vuestro peregrinar hacia la muy occidental Bretaña.

Cuando por fin, un par de semanas después, llegáis hasta las cercanías de Rennes, capital de Bretaña, el viaje comienza su culminación. Pasáis hacia el sur por los bosquecillos que jalonan el curso del río, pareciendo, en cierta medida, que dais saltos en el paisaje al reaparecer aquí o allá cerca siempre del río.

En alguna ocasión abandonáis aparentemente todo rastro de civilización, guiados por el hábil paso de Galvan, vuestro eficiente aunque desarrapado guía. Ésto podría causar suspicacias a cualquier campesino receloso, pues nadie podría ver lo que suceda dentro del bosquecillo y mucho menos venir a rescatarle. De nuevo no pasa nada, sólo camináis, siguiendo en ocasiones incluso algún sendero animal. El río serpentea y si lo siguiérais perderíais mucho tiempo, aunque el camino fuera más confortable, más fácil de recorrer y menos cansado.

Cuando al fin aparece ante vosotros la Alianza a la que os dirigíais, no podéis evitar sorprenderos. La imagen desde la lejanía es impresionante: una torre alzándose en lo alto de una colina, dominando el río.

La torre, de piedra blanca veteada de colores y lisa, incluso brillante, incluso refleja los rayos de sol. Se alza, imponente, al menos una treintena de metros en el aire. Podría haber sido una torre de madera, como las antiguas, pero su construcción en mármol evidencia el poder y recursos de su "constructor".

Durante el viaje de vuelta, intenta hablar con los diferentes compañeros que los acompañan, intenta hablar con aquellos que esten dispuestos, les plantea que le gustaria mejorar sus dotes con la espada, y como jinete, además tal vez tambien con la lanza, ya que la proxima vez le gustaria justar como es debido.

Asi que espera la respuesta de algunos de los avezados en la materia.

Gornych, en efecto, no tarda en elevarse por los aires envuelto en un torbellino de aire hasta perderse de vista entre las nubes. No obstante, aparece un par de veces con la barba llena de escarcha, mirando en todas direcciones. Algunos dirían que está enfrascado en místicas búsquedas y mágicos proyectos; otros, que se ha perdido.

En una de sus paradas, el viejo se dirige al joven Flambeau con tono paternal, asegurándose de que nadie más los escucha.

- Eliatar, no he podido evitar fijarme en la forma en la que habláis a nuestros sirvientes. Quizá deba recordaros que son precisamente eso, sirvientes, y si deseáis algo de ellos no tenéis más que ordenarlo, ya sea aprender a montar a caballo o coser el cuello de la túnica. Debéis aprender a hablar como un líder o te abandonarán a la menor muestra de peligro, y no os convendrá quedaros solo cuando os mande a cazar grifos. Que no os de miedo ser duro con ellos.

Dicho esto, vuelve a elevarse hacia los cielos, al parecer no muy seguro de su rumbo.

Guillaume le responde con placer a Eliatar cuando este se le acerca pidiendo ayuda para entrenar en aptitudes físicas aceptándolo de buena ganas como aprendiz.

Puedo enseñarte algunas cosas con las armas y a montar, asi de paso me quito un poco de oxido que me esta entrando en mis articulaciones.-responde con una media sonrisa, el torneo aunque su participación haya sido breve le ha puesto de buen humor-Cuando paremos para descansar podemos empezar si quieres.

Cuando gornych le dice esas palabras se da cuenta que esta en lo cierto y agradece enormemente el consejo que le da, y su mirada asi se lo trasmite mientras se alza por los aires.

Por supuesto, cuanto antes comencemos mejor, con la espada me he entrenado y es mi arma predilecta, y por ello quiero dominarla en mayor profundidad, de hecho suelo utilizarla en algunos de mis hechizos, pero tambien quisiera aprender a montar y a justar, para que dentro de siete años, si sigo con vida, no se repita lo de este año.

Agradezco tu ayuda, y no la olvidaré

Le sonrie un poco inseguro de que sus palabras hayan sido bien recibidas, pero rapidamente se convence a si mismo de que ha obrado bien, y camina junto a guillaume, y en cuanto puede practica con el, en estas disciplinas, aunque siempre pone más incapie en montar y en la espada, no puede evitarlo pero le apasiona más.

Por mi parte no hay ningún problema , podemos entrenar en montar y manejo de armas.En cuanto lleguemos a la alianza podremos empezar.- le dice mientras continuan avanzando por el camino-.