Partida Rol por web

Ah, trabajo y más trabajo. Al menos, a parte de cansar, no pasa nada. Al principio pensábais que esto era bueno, pero como hombres de armas algunos y gentes proclives a verse envueltos en líos otros, la ausencia de acontecimientos provoca una clara sed de tenerlos. Es lo que pasa con el aburrimiento, claro. Los barracones crecen, la muralla se alza, los campesinos de Pléchâtel comienzan a pasar de tanto en tanto para vender algunos alimentos a la torre, puesto que han comenzado a comprobar que pueden intercambiar productos por dinero contante y sonante. Cada pocos días suele haber alguna visita, viajeros en busca de cobijo, pero no hay una política muy definida al respecto y siempre tiene que salir Edmund Simon, el senescal de acento inglés o el señor Hwithgref, el administrador, a recibirlas para decidir si pueden o no pasar la noche allí o ser abastecidos de esto o aquello.

El senescal se muestra estricto y parece un guerrero temible, pero tiene ciertas dificultades para entrenar a los combatientes, pues ahora es prioritaria la construcción y los guerreros viven una visa sencilla y tranquila, trabajando como peones.

Las sirvientes, por otro lado, poco a poco comienzan a tener más y más tarea que realizar. Según llegan más y más personas, se multiplican los quehaceres y se comienza a entrar en una dinámica más y más absorbente.

Luego están los cotilleos. Que si tal soldado tiene un lío con una de Pléchâtel, que si aquel en realidad tiene un pasado oscuro... Se descubren "lindezas" un poco de todo el mundo:

-Fray Erwan, un fraile que acaba de llegar habéis oído que viene de las cruzadas.
-Galvan, el "zorro negro", en cambio, si se le tiene que creer a él, ha debido matar a un ejército de personas, pero parece que salió de Gales por turbias razones.
-Edmund Simon, el senescal, no habla de su pasado, pero es evidente que es inglés y que cayó en desgracia por algún oscuro avatar del destino.
-Leonor "la marcada", es una muchacha inteligente, pero que rehuye a los hombres. Seguro que ha debido tener una mala experiencia. Su rostro no deja dudas al respecto.
-Rowen Hwithgref, el administrador de la torre, también tiene acento inglés, pero tiene un don para la palabra. Es el ayudante, supuestamente, del señor de la torre, pero todavía no habéis sabido de él.
-Tristán "el loco", uno de los combatientes reclutados por Hwithgref, no tiene el apelativo por cariño, sino porque de tanto en tanto tiene conversaciones, discusiones, a veces a gritos, con un fantasma que sólo él ve...
-Eozen el atrevido: resulta ser un muchacho bretón testarudo y fanfarrón reclutado como soldado para la torre. Lo peor de él es que se cree sus propias fanfarronadas.
-Gereg el hediondo: es otro bretón testarudo reclutado como soldado. Por decirlo finamente digamos que sus hábitos higiénicos dejan mucho que desear...
-Kolaig cuernoduro: es uno de esos soldados resabiados, que creen que lo saben todo y no ceden un ápice. Es una pesadilla para Galvan, que lo bautizó cariñosamente como cabeza-bacinilla, pues siempre lleva puesto el casco "reglamentario".
-Hélie Denoix es el joven herrero de la torre. Parece que huyó en no muy buenos términos de Rennes al escuchar la oferta de Hwithgref.
-Drogon Cháteaubriant, por último, es un muchacho-hombre de Cháteaubriant del que apenas sabéis más que eso. Sólo intercambia unas pocas frases para dar instrucciones y luego vuelve a aislarse en sus pensamientos.

Pero el que realmente destaca es el verdadero señor de la torre, Gornych Wyvern, del que incluso habíais llegado a pensar su inexistencia o su muerte, pues ha tardado meses en volver. Llega en otoño de ese mismo año. No es particularmente alto ni fuerte, pero su mera presencia suele causar el silencio. Tampoco es particularmente agraciado, pero su voz es de esas que te obligan a escuchar con atención. Es enérgico, directo, refleja seguridad y tiene, no nos engañemos, un humor de mil demonios. Al poco de llegar ya ha tenido algún encontronazo con soldados que se han quedado pasmados y no duda en abofetear a los que le molestan, cosa que no parece nada difícil. Y todos los rumores apuntan a que es un hechicero. Vive en una parte de la torre inaccesible, sin puerta alguna, y se pone a trabajar desde el primer día en los sótanos de la torre. Sin ninguna ayuda...

Rowen aparece un rato después, viniendo de las cocinas (escalera de servicio). Fray Erwan, con sus ropas polvorientas del camino y sandalias sucias, está sentado a la mesa del salón de la planta baja, bebiendo de una jarra de cerveza rebajada que una sirvienta silenciosa pero de rostro marcado le ha traído amablemente.

Llevaba todo el maldito día de arrriba para abajo, limpiando una torre que no parecía tener fin ni medida. Y por supuesto a nadie se le había pasado ni por la cabeza felicitarme o alabarme por lo que hacía.

Sin embargo, al menos YO sí sabía que era un buen trabajo. Ojalá llegaran otras personas para limpiar esto, porque de no ser así, ni todos los trucos que empleaba para poder optimizar mi tiempo iban a ser en vano. Y trucos usaba. Un montón de hecho.

Como hubiera dicho a una amiga, que no tenía, ni pensaba que fuera a tener en los próximos meses, era lo bueno de tener solo una preocupación con la que mantener la mente ocupada .

Y dado lo que recordaba mi mente cuando no estaba trabajando, era una verdadera necesidad el pensar en el trabajo. Me levantaba la primera, y preparaba algo de desayuno, más bien copioso, tanto para la soldada como para cualquiera de los señores. El de la soldada estaba en una cazuela, pero a los señores les ponía un plato, y unos cubiertos.

Luego tras el desayuno llenaba un par de baldes del cercano agua del rio. Con uno fregaba los cacharros, y usaba ese mismo agua para ayudarme a limpiar (una vez a la semana) los lugares comunes de grogs, soldados, y sitios mas frecuentados del castillo.

Otro día lo dedicaba a las habitaciones de los señores (mayormente vacías aun). Y otro a revisar si precisaba cualquier cosa cualquier otra parte de la mansión.

Por supuesto aun faltaba preparar la comida, y normalmente me gustaba revisar si la despensa tenúa suficientes suministros, si los animales seguían sanos y si los carros estaban bien.

A veces me daba tiempo a descansar, aunque no era frecuente. Sobre todo porque las labores de construcción tendían a llenar de polvo, arena y mierda la fortaleza, aunque probablemente eso mejorara pronto.

Esa tarde estaba, por decirlo de un modo suave, rendida.

Y fue entonces cuando escuché la chillona y beoda voz de aquel que llamaban Galvan.

Rancho. Si pedía rancho debía ser que le llamaba a ella. Suspiró pesadamente. Al menos no era Gereg el hediondo, a ese acercársele costaba demasiado.

Antes de volver al patio miró la cocina. Al menos su compañero estaría callado. Podía estar loco, si, pero era callado. Y no había tratado de tocarla. Aún tenían unos huevos, unas cuantas verduras y algunas legumbres. Suficiente. Algo de fuego, y un revuelto de aspecto razonablemente apetitoso. Llené una jarra de vino fuerte, y algo aguado.

Me puse una manta por encima de los hombros, puesto que era un día de perros, y finalmente bajé hasta donde se encontraban ambos. Con comida, vino y cara seria, como era normal.

- Rancho, sí. ¿Cómo si no tuviera otra cosa que hacer que servir a los señoritos? - dije con tono de disgusto, mientras les daba comida y bebida, con la que calentarse las entrañas en la noche fría, tras una dura jornada de trabajo... al menos para Tristan

Mientras pego un trago a la amarga bebida dejo que mis pensamientos echen a volar: ¿Seria esto una señal del cielo?.Al fin y al cabo este es tan buen sitio como otro cualquiera para establecerme y si aquí se necesita a un siervo de Dios , hágase tu voluntad señor, no la mía..La irrupción del llamado maese Hwithgref me saca bruscamente de mis divagaciones, me levanto diligentemente para recibirle: Saludos Maese Hwithgref, soy Fray Erwan .Agradezco mucho la amable bienvenida que he recibido así como las atenciones que han mostrado a este humilde siervo de Dios.

Cuatro son las incorporaciones sonadas del otoño de 1178:
-En primer lugar Fray Erwan, que da un cierto tono de paz y normalidad a la vida en la Alianza, que ahora incorpora la vida religiosa, en mayor o menor medida dependiendo de cada uno. Parece haber sido aceptado un poco contra la voluntad de Gornych, pero a sabiendas que sentaría bien a la moral y el buen hacer de esta pequeña comunidad.
-Luego está la Dama Ginebra de Flandes, una incorporación dudosa al principio, pues deambula por aquí y por allá y viaja en más de una ocasión con Rowen, buscando nuevas incorporaciones y tratos. Finalmente para otoño parece haberse asentado en la torre y ésta empieza a tener cierto orden del que antes carecía. La torre se amuebla definitivamente, convirtiéndola en un lugar realmente habitable, tras hacerle un poco la vida imposible al carpitero, que parece tener que desdoblarse y estar en todas partes a la vez. Las sirvientas sufren, a la vez que pueden agradecer, un poco de orden y concierto en todo esto. La noble tiene mano dura pero buena cabeza y mantiene a raya a los soldados de manera ejemplar.
-Tras ella, un hombre extraño, que viene a redondear el control estricto de las finanzas y organización de la Alianza: Tinaeus, el nuevo administrador, o como él dice, "autócrata" de la torre. Parece un hombre listo pero sus maneras dejan entrever un comportamiento extraño, lleno de un pasado ajeno a lo que podáis imaginar.
-Por último, de especial relevancia para el senescal y los hombres de armas, está la llegada de Guillaume de Montverte, en calidad de señor de Pléchâtel, que se incorpora a la vida de la torre con su armadura y espada relucientes y un pasado que nadie sabe o quiere contar.

- Vienga mujer, no sias así...cada cual tié lo suyo neste sitio del demonio...so queres consuelo vete ver al fraile ise...jajaja...tal viez haga un milagro y le die cerebro al cabeza-bacinilla...o tal viez convierta agua en vino...JAJAJA ieso no´taría náaaaaa mal, no señó... - le digo a la mujer a modo de disculpa.

Miro a Galvan con curiosidad, aunque sin ponerme al alcance de sus largas manos

- ¿Por qué eres un borracho? - le espeto de golpe cuando, tras servir algo a Tristan, le dejo una escudilla con comida y le escancio algo de vino

Me temo que semejante milagro queda bastante lejos de mis posibilidades hijo mio.-Respondo al entrar en la habitacion-Y si bien no tengo nada en contra de un vaso de vino, es mas yo mismo me tomaria uno, os recuerdo que en la moderación esta la virtud .. Girándome hacia la mujer continuo:No se lo tengais en cuenta hija no habla èl sino el exceso de alcohol y ese siempre nunca fue buen consejero.Me siento a la mesa y alcanzando la jarra de vino me sirvo antes de seguir : Soy Fray Erwan , acabo de llegar y estoy explorando el lugar y conociendo a los habitantes del lugar..

¿Borriacho?...¿io?...jajaja...Dime tu...¿por qe tas amargada?...tos aquí venimos dalgún lao...seguro qasta el monje este sabe d´eso...- digo señalando por encima de mi hombro con mi pulgar.

- Mira q´tie diga...borriacho o no...poco tiempo falta pa´qe os alegreis d´qe ande pro aqí...te lo digo io... - digo mientras meto un buen sorbo de vino y eructo con fuerza.

Rowen respondió cortésmente al saludo del fraile, aunque algo en su rostro delataba recelo.

-Padre. No tenéis nada que agradecer, es un placer contar con un religioso entre nosotros. Me preguntaba cuál es la razón por la que un hombre del señor como vos ha decidido unirse a nuestra Alianza.

Al oir las palabras de Galvan le miro con una mezcla de asco y pena, y me quito la melena de la cara, dejando mostrar una cicatriz que me cruza el lado derecho de la cara.

- Yo no estoy amargada - digo tras unos segundos de incómodo silencio, con una voz tremendamente seria, e impropia de mis quince años. Luego vuelvo a cubrir mi cicatriz y salgo del lugar

Permitidme abusar un poco mas de vuestra bondad y preguntaros por la Alianza antes de contestar a vuestra pregunta;¿Cuantos somos?¿Quien la dirige?¿Cual es la historia?.He de reconocer que estoy un poco descolocado y en el poco tiempo que llevo aqui todavia no he conocido a demasiada gente- respondo entre dos tragos de vino

Justo cuando estoy a punto de salir escucho la pregunta de Fray Erwan. Me obligo a detenerme. Tengo bilis en la garganta, y estoy al borde del llanto. Me lo trago. Cierro los ojos con violencia, conjurando las visiones que las palabras provocan. Conscientemente olvido. Conscientemente me concentro en las palabras de Fray Erwan

Y cuando hablo casi no se nota el temblor en la voz

- Padre, os pido disculpas - digo sin volverme, aparentando estar atareada recogiendo unas baldas abandonadas en el suelo- Acabáis de llegar y poco hice por facilitaros conocer el sitio. La gente principal son, tal vez por este orden, el maestro Gornych Wyvern, que manda a soldados y criados como si fuera el dueño del lugar, y que parece hombre inteligente y culto, y que aunque no sea noble, parece ser el autentico señor de la torre. La otra persona principal, si bien no sabría deciros si más como parece indicar su sangre, o menos como parece indicar todo lo demás, es el nuevo señor de Pletachel Guillaume de Montverte. Pero de ninguno de ambos puedo deciros mucho, puesto son gente ocupada por cosas importantes. Luego está la dama Ginebra de Flades. El senescal de estas tierras, un soldado capaz y serio llamado Edmund Simon. Ejerce como jefe de criados, a veces, Rowen Hwithgref. Y bueno, luego hay soldados, como Tristan, borrachos como Galvan y sirvientas como yo. - intento decir esta última frase como una broma pero la risa es quebrada, casi como de cuervo, o como de persona a punto de llorar- Ruego me disculpeis, buen padre, pero tengo mucho que hacer

Y salgo del lugar

Pobrecilla parece sufrir mucho y no solo por esa horrible cicatriz que ha mostrado.¡Que pena que no estes aqui viejo amigo!, tu hubieras podido hacer algo mas que consolarla.

- ¡¡¡Ieee tu!!! Fraile, no m´des la espalda...ya no ai educasión entre el clero .....buuurrrrrp(eructo largo)....jajajaja. Habier, pro q´tas tan interesao en los d´rriba y nel d´bajo - le digo haciendo referencia a los dos "señores de la torre".

- ¿Sabies? Un zorro...sabe muchas cosas...es piequeño...escurridizo y astuto....y...bueno burrp...jajaja...la gente siemprie habla...- le sugiero sibilinamente al fraile.

Pongo la mano nudosa y llena de callos en el hombro del bebedor con cierta fuerza y le digo: ten cuidado amigo mio por que Al louarn ,o el zorro si prefieres ,es un nombre reverenciado en bretaña.Es el nombre del heroe mas grande que jamas alumbró esta tierra y aun hoy habria quien mataria por él.Luego volviendo a un tono de voz mas acorde con mis habitos pregunto mientras le sirvo un trago de vino: Pero dime hijo mio, ¿que hablabas de arriba y abajo?

- Ieeeehh, tranquilo fraile...JAJAJA...veo que no as nasio fraile y q´ai bajo sa túnica aljo más q´fe. De toas formas me conosen pro zorro negro...seguro que todo lo contrario a ise zorro diel q´hablas...ya tiengo los pies ligeros...- le digo al fraile mientras me acerco a su oido heciando gesto de confidencia.

- ...pro no creas to lo qie se dice del zorro negro...aún borracho sigo siendo galés...seguro q´sabies lo qeso qiere dicir...amigo fraile...- le digo alejandome de nuevo y canturrenado por lo bajo una canción de tasca.

- No tas mu al corriente pro cierto...bahh...no t´procupes, pegate a mi...y te enteras de tó...la mole isano tie puertas ni escaleras asia bajo...lo sé die buena tinta...pro si pegas bien el oido al suelo...no digo que yo lo peguie...pro a veces tropieso y me quiedo dormio....jajajaja...bueno..tu prueba...vas a vier como escuchas cosas....interesantes...jajaja - me carcajeo por la ocurrencia que se me viene a la cabeza.

El fraile bonachón priesume de bretón...
pro sobre las faldas no lleva más quie cinturón...
...no es de castidá......no suena a metal...guaaarrrppp(eructo)
suena como el cencerro del cabeza de metal...tolón tolón...
bretón...bretón...

- Jajajaja - me voy a mi rincón acompañado mientras trato de buscar nuesvas estrofas para mi creación.

Interesante , este borrachuzo parece haber visto mas que yo.Tendre que investigar lo que ha dicho.

Una todavía fría y lluviosa mañana de primavera, Edmund Simon hace formar a todos los grogs en el patio de la Alianza para darles una charla:

-Muy bien, hijos de mala madre, escuchadme con atención: a principios de verano el señor Wyvern necesita dos ó tres hombres atléticos y buenos corredores, capaces de encajar algunos golpes si fuera necesario, para un juego en un torneo en Normandía. Rowen me ha informado que va a conseguir nuevos soldados, así que me voy a pasar toda esta primavera tratando de entrenar vuestros cuerpos de culos fofos a aquellos que prefieran dejar a un lado la construcción. Todo con tal de que podáis demostrar que nadie de fuera va a quitaros vuestro puesto de veteranos en la torre. ¿Voluntarios? Ah, recordad que lo ha pedido Wyvern, así que seguro que será algo raro, no quiero débiles de corazón...

- Oie...pos si por aguantar te refieres a aguantar de pie...io diso se un rato...mira como m´mantengo...jajajaja - digo mientras hago cabriolas sobre una pierna para demostrar mi destreza bebido.

- No ponjas esia cara ombre...avier...ya tié dicho alguna viez que correr...correr...sí...pero no muchio tiempo..si lo que necesitas es quie te cubra...dame un a cosia desas que los francieses llamais arcos...puaffff(escupitajo denotando asco)...jajaja...os puido enseñar algunas cosas....apuesto lo quie quieras a que ni uno daquí sabe tensar una cuerda..jajajaja - digo señalando a todos los bretones presentes.