PRIMAVERA DE 1182
Rowen, acuérdate de actualizar tu envejecimiento.
Primavera 1182.
Con la vejez, la llegada del buen tiempo sólo sirve para contrastar la decrepitud con la exuberante regeneración de todo lo vivo. Antiguamente, Rowen podía sentir en la llegada de la floración un anhelo intenso de vivir aventuras junto a su señor. Ahora, sin embargo, viejo y asentado en Contegum, las flores de los almendros sólo servían para acentuar su nostalgia mientras pasaba las infinitas hojas de pergamino de su Vida de Santos, y trataba de imitar su caligrafía burdamente en una de las tablillas de cera que a tal fin le había dejado el bibliotecario Lacroix. Los pasillos estaban cada vez más silenciosos, o quizá su edad le estaba haciendo menos sagaz, y atrofiaba sus oidos de la misma manera que había hecho con su espalda...
Seguimos con el latinajo.
Aflicción añadida (¡la espalda!!) y edad actualizada.
¡Perdón por la tardanza!
Si habías pensado que aprender a hablar una nueva lengua a tu edad era difícil, nunca te habías imaginado lo complicado que sería enfrentarse a una pluma. La transformación de los sonidos en letras parecía casi más mágico que los hechizos que le habías visto realizar a tu señor en ocasiones. Al menos él los lanzaba sin aparente dificultad. Y los magos parecen extraer su poder de esos volúmenes arcanos escritos en latín. A veces sueñas con la posibilidad que esos tomos te "hablen", entender lo que dicen y poder hacer hechizos, pequeños pero bonitos y reconfortantes... Es, evidentemente, un sueño inalcanzable, pero no por ello menos inspirador que el hecho de poder leer los volúmenes más mundanos, instruirte y aprender cosas que jamás hubieras imaginado. El Vida de Santos te resulta de alguna manera inspirador, un molde del que sacar letras y palabras, a partir del cual construir un mundo de líneas y páginas que te permite estructurar tu nueva habilidad, darle forma hasta que tu letra, aunque no tan firme como te gustaría, impregna pergamino tras pergamino.
Una estación de trabajo deja como fruto una copia para uso personal (es decir, casi ilegible para nadie que no seas tú mismo y que además guardarás de que otros lean o que utilizarás como palimpsesto(1)), poco más que nada, pero suficiente para haber afilado tus habilidades tanto escribiendo como leyendo. Ahora por fin puedes defenderte lo suficiente como para coger el libro y sacarle verdadero provecho.
El regreso de tu viejo "amigo" Edmund Simon a la Alianza te saca de la biblioteca con la felicidad de ver retornar a alguien educado y correcto con quien disfrutaste hablando hace ya un año. Por desgracia trae nuevas poco agradables: el nada piadoso Ricardo Plantagenet, duque de Aquitania, ha hecho la guerra contra sus vasallos aquitanos, alzados justamente por apoyar a la Iglesia, y él participó del lado de los aquitanos. Ricardo venció recientemente tras varias batallas y ahora se encuentra haciendo una limpieza en su territorio, así que ha huído de allí con la esperanza de salvarse de la criba. Ninguno de sus hombres ha vuelto con él.
(1) libro del que se ha rascado la parte superficial del pergamino para borrar el texto que contuviera, de manera que se pueda volver a escribir en el mismo pergamino).
Ganas Escribir Latín a 2/0
Verano de 1182.
-Es una lástima, mi señor Edmund, que no podáis disfrutar del verano. -Dijo Rowen al capitán de la turba mientras le servía un buen pichel de vino-. Si no fuerais un, un... mmm... er... perseg... er... prosc... no... exiliad... ¡vaya! Si no os encontrarais en tan desdichada situación, quiero decir, disfrutaríais bien de las soleadas tardes de la campiña y de la frescura de los ríos. Yo mismo he interrumpido mis estudios de latín -añadió, no sin cierta afectación- porque no podía aguantar más horas bajo las graves paredes de la biblioteca. Sobre todo con el sol bañandonos con sus benéficos rayos. Si me preguntáis por lo vuestro, eh, bien, he aprovechado también estos momentos de asueto para interrogar a los lugareños acerca de las posibilidades de que Ricardo mostrara algo semejante a la, ¿cómo lo diría? clemencia que siempre ha caracterizado a la, ummm, familia del duque. Desafortunadamente, los informes que me llegan de Burdeos no son nada halagüeños. Las delaciones se han convertido en moneda de cambio corriente, por lo que he decidido suspender mis pesquisas antes de que surjan problemas que mi señor Gornych sólo sabría aplacar con llamaradas, literales, de indignación. Y ninguno de nosotros quiere que vuelva a suceder lo que sucedió en Poitiers, mi señor Edmund, os lo prometo. Así que mientras permanecéis refugiado aquí, procuraré relajar mis estudios y dedicar el tiempo en inventariar las posesiones de la alianza. Tinaeus debe tener sus libros aún por aquí, y ahora que no soy un desconocido para la pluma y el tintero, si entendéis lo que quiero decir, es un momento tan bueno como cualquier otro para dedicar algunas horas a recorrer los almacenes, las despensas, los desvanes y los trasteros de nuestro Contegum, ¿no creéis?
¡Perdón por la tardanza!
Nada más ponerte con el tema empiezas a pensar que tal vez no era una buena idea. Tinaeus ha estado largamente padeciendo en silencio el peso de llevar las finanzas de la Alianza y se recrea torturándote con datos y más datos:
Hasta la llegada de Tinaeus las finanzas habían sido, por decirlo escuetamente, un caos. Hubo, en un momento dado, en torno a 750 livres de plata conseguidas a través de intercambio de peones de vis con una Alianza (supuestamente una que se llama Florum). Luego hay un gasto indeterminado entre: material de laboratorio, compra de hechizos, copia de libros, compra de tierras y derechos feudales, sobornos varios, pago de material de construcción para una muralla, barracones y talleres y de los trabajadores que harían ese trabajo. Y, por supuesto, la manutención de los especialistas de la Alianza y la vuestra. El gasto en las tierras más o menos lo pudo deducir... el resto, es más bien imposible de desimbricar.
En cualquier caso, lo preocupante es la cantidad de dinero restante en proporción a los gastos. Quedan en las arcas de la Alianza 239 livres 26 deniers, cuando calcula que para el sustento de todos los que habitáis ahí y para el mantenimiento de las construcciones y armas, hacen falta en torno a 100 livres para mantenerlo todo a flote, mientras que los ingresos tienden a ser algo inferiores. La situación de crisis económica y de subsistencias que Contegum y Pléchâtel han estado a punto de padecer fue paliada por tu señor Gornych, pero no podéis esperar (y eso lo sabes bien) que sea él el que os saque las castañas de fuego, por mucho que sea perfectamente capaz. De esta manera vuestra supervivencia a más largo término dependerá de un nuevo influjo de vis por livres o que la producción de los campos y ganado sea suficiente. Habría que inspeccionar los campos, algo en lo que Tinaeus no es muy ducho y que el señor mundano del que disponéis no es dado a hacer.
Los especialistas más que nada reducen costes y aseguran que habrá posibilidades de tener cierto tipo de materiales o manufacturas cuando se precisen por parte de los magos.
Los gastos ascienden a: 5 livres al año por mago, 5 por noble, 3 por compañero de cierto estatus, 3 por especialista de oficios inusuales, 2 por artesanos más convencionales, 1 por grogs, sirvientes (la Alianza y nobles precisan 5 en estos momentos), carreteros (la Alianza precisa de 4 para conseguir sus suministros) y otros. Y habría que sumar el mantenimiento de los edificios, que supondría en torno al 1/10 de su coste total al año, aunque en el caso de la torre lo que habría que mantener sería el interior, el mármol sería carísimo de sustituir si hiciera falta (se puede contar, a efectos de mantenimiento, que la torre vale sólo 65 livres, por su tamaño)...
Verano, por una vez, demuestra ser una estación muuuuy larga.
En la escena de la Alianza hay una sección de Tesorería y otra de Propiedades en los que ya estabas incluido.
Aprendes Artes Liberales, pasando a tenerla a 1/0
Rowen se dirigía a toda prisa a la biblioteca, sabiendo que el sobreesfuerzo acabaría pasándole factura en su ya lastimada espalda. Pero no podía demorarse más. Sus lecciones de escritura no podían quedarse atrás. Pero Gornych, a su vez, deseaba que sus peticiones se cumplieran al momento. Y una olla de latón con un agujero en su base era una petición que le había llevado más tiempo del esperado. Claro que la culpa era de la incapacidad de los cocineros para entender por qué tenía que agujerear una de sus ollas. Supo que no habría sido así si hubiera recurrido antes a la morosa descripción de su maestro calcinando pueblos enteros porque el agua que le servían estaba tibia, pero ahora sólo podía correr.
Así pasaba las tardes del otoño Rowen, entre sus clases de lectura y el servicio a su amo. Y no podía evitar la sensación de que se estaba haciendo cada vez más viejo para ambas cosas...
Letras, números, quehaceres, aprender, organizar... tantas palabras y actividades te aturullan. Y tu cuerpo cada vez más decrépito no mejora las cosas. Al menos tienes un techo seguro y sirvientes que, por una vez, te sirven a ti. La ausencia de Gornych durante esta estación hace que las cosas se relajen un poco, en casi todos los aspectos, de manera que puedes dedicar más tiempo a tus "vicios" y menos a tus quehaceres. Quien lo iba a decir, tiempo libre... A la que te descuides engordarás y te comportarás como un noble o un oficial acomodado.
Pero como no podía ser de otro modo, lo que podría haber sido una estación de lo más apacible se convierte en un ajetreado otoño debido a la inesperada visita de un invitado de la Dama Ginebra de Flandes: Chrétien de Troyes, el gran novelista del ciclo artúrico. Viene no sólo él, sino una pequeña cohorte de sirvientes con bastantes malos humos, lo que provoca roces frecuentes y poco agradables con los sirvientes ya establecidos en la torre. Lo primero que te preocupa, además de esos roces, es el gasto que va a suponer la estancia del "noble" cuenta-cuentos. Ginebra, tras una breve discusión con vuestro autócrata, se hace cargo de todos los gastos. El tema del trato con los sirvientes es más peliagudo y lleva cierto tiempo, pero no hace falta llegar a las manos. Otro tema es el de quién se preocupa de qué, dado que en la torre se conjugan repentinamente los poderes del capitán de armas, el autócrata el tuyo y el de los sirvientes de Chrétien. Eso sin contar que el señor mundano de la torre está ocupado entrenando su nuevo caballo ganado en un torneo. Menos mal. Así, asá, váis pasando la estación.
No puedo sino sorprenderme al ver que te puse un "Ganas Escribir Latín a 2/0" y no está actualizado en tu ficha, con lo que ahora dudo si lo que realmente querías era seguir con tus clases de escritura u otra cosa. Me parecería más coherente que trataras de alcanzar cierta soltura con el tema de los números, por ejemplo (pasar de Artes Liberales 1/0 -que tampoco tienes actualizado en la ficha- a 2/0 tras la lectura del Tractatus de la biblioteca).
Ganas 1 px en Mitos y Leyendas por "exposición" por el simple hecho de asistir a las maravillosas sesiones de "cuentos" de maese Troyes. Una delicia.
Ganas o bien ese Artes Liberales a 2/0 que te he comentado poco más arriba o bien otros 2px en Mitos y Leyendas si abandonas tus "deberes" y te dedicas a escuchar todo lo posible a Chrétien.
Y ganas otro px en Liderazgo, Don de Gentes o Encanto dependiendo de cómo resuelvas las disputas.