Cita:
Eso mismo quiero decir, exacto. Eso sí, me gustaría que especificaras la actitud, si hablas con alguien previamente, qué harías si pasara esto o aquello, si vas a montar en cólera o no, certamenes, acusaciones a quaesitors...
Si puede ser, hablo con los pescadores y me aseguro de que no mienten (con el gélido aliento de la mentira). Si mienten -supongo que coaccionados de alguna forma-, informaría a Montverte de que alguien, probablemente de Fudarus, trata de incriminarlos. Si no mienten, aún existe la posibilidad de que fuese un mago de Fudarus disfrazado de Runild para sembrar la desconfianza entre nosotros, o puede que fuese ella realmente, así que me dirigiría a ella primero insinuando que sé lo que ha hecho, etc, y observaría su reacción. Sería progresivamente más amenazante, intimidar es algo que domino xD. Antes de hablar con ella interrogaría a los grogs sobre los movimientos de la maga, si ha estado en la alianza todo el tiempo, etc, aunque sin dar tiempo a que le informen de que voy haciendo preguntas sobre ella. Quizá preguntando a un par de grogs que ya pueda conocer y sepa que me van a decir la verdad.
Si se derrumba, la interrogo sobre sus motivos y le doy la opción de devolverme los peones sin denunciarla, aunque me deberá un favor.
Si se mantiene firme, hablaría con Thormod. Si él lo desmiente por completo, le expongo mi suposición sobre Fudarus y presentaría el problema a un quaesitor. Si admite que es posible, que ha sido un error o que ha actuado por su cuenta, ofrezco que me devuelvan los peones y que me compensen con algo más (quizá algún peón más) sin denunciarlo, y quizá discutiríamos algún castigo apropiado como trabajo para mi alianza por parte de la maga.
Si descubro inequívocamente que el propio Thormod está en el ajo, montaré en cólera, arrasando alguna cosecha o fuente de ingreso mundano, retando antes a la maga a certamen, y dejándola tullida -no muerta xD- si gano y la combinación de técnica/forma es propicia.
En principio descarto la posibilidad de que Thormod me traicione, pero no tengo claro hasta qué punto nuestra amistad es sincera. Vamos, a no ser que Thormod admita su culpa y se me ría en la cara no tomaré la vía violenta, por mucho que me guste la idea >:D. Si me dices que tampoco somos tan tan amigos, pues ya es otra historia.
Visitas primero la costa (donde averiguas sin lugar a dudas por qué los pesacadores evitaron hablar en primer lugar: que vinieran más magos a preguntar y, potencialmente, a montar en cólera... aunque en el fondo parece que han conseguido todo lo contrario) y allí te aseguras de que los mundanos no mienten. A menos que haya algún demonio allí, no mienten, lo que vieron es lo que le contaron a Eliatar.
Con esta información te diriges a Montverte, saludas primero a Thormod (lo que es una cuestión de etiqueta ineludible si quieres entrar en la Alianza) y consigues eludir responderle directamente sobre lo que te trae a su Alianza durante el suficiente tiempo como para poder interrogar a los grogs que te interesaban. Para entonces el suspicaz Thormod ya está tras de ti y tienes que contarle lo sucedido (antes de hablar con Runild), pero se muestra indignado, no contigo, sino con su compañera de Alianza. Para él es una cría desvergonzada y con ínfulas de gran maga cuando lo cierto es que no tiene sigil propio... Te respalda en tu interrogatorio, permaneciendo tras de ti mientras le haces las preguntas y le aguijoneas con tu mirada (lo que supone a la vez un respaldo y un control de lo que pudieras hacerle). Ella, claramente intimidada (incluso retrocede un par de pasos hasta topar con una mesa), responde de mala gana, diciendo que como maga de pleno derecho (discutible) es libre de andar por donde quiera y hacer lo que quiera. La acusación de robar vis le viene absolutamente de nuevas. Monta en cólera por la acusación y poco le falta para darte un guantazo. Tal vez te lo hubiera propinado de no estar mirándola como lo hacías. No, no ha sido una forma de encubrir sus mentiras, ha sido genuino enfado al acusarla de ladrona de recursos mágicos (lo que entrañaría un castigo hermético reconocido y justo). A continuación abandona la sala hecha una furia. Thormod corrobora sus palabras, puede que sea una desvergonzada, pero no una delincuente. De todas maneras buscáis varios testigos que afirman haber atendido a la maga en sus aposentos durante los días en los que se produjo el robo. Aunque una maga sería bien capaz de burlar testigos mundanos, parece bastante razonable suponer que Runild no es la culpable del robo.
Visto lo visto, la única opción plausible es la de que Fudarus debe ser responsable del engaño. Queda ver si una denuncia ante los Quaesitor sin nada más que suposiciones puede llegar a buen puerto. Desde luego no eres de los que se queden con los brazos cruzados, así que algo habrá que hacer...
Llevas más de 25 años a Thormod, pero compartís casa y en bastantes cosas actitud, a parte de unos pocos Tribunales. Has hablado con anterioridad con él y os caéis mutuamente bien, aunque os sepáis diferentes. Es una amistad relativa, no muy profunda, pero lo suficiente para suponer cierta sinceridad a menos que el tema sea espinoso, como es el caso.
Y de nuevo queda el qué vas a hacer al respecto.
Ponte un px en Liderazgo, te lo has ganado (de 5/0 a 5/1) y otro en Intriga (2/0 a 2/1)
Tras meditar con más calma en su sancta, el viejo concluye que podría tratarse de una doble trampa, perpetrada por quien más sabe de disfraces: los duendes. Podría tratarse de una maniobra en contra de la Orden, y coincide con los rumores de resurgimiento de los poderes del bosque.
Con esta idea en mente, decide convocar en reunión a los magos para exponer sus sospechas y ver si alguien puede arrojar algo de luz sobre la situación antes de preparar sus actividades de cara a la siguiente estación.
Ehm, ¿ahora tengo que entregar otra acción o no? ¿Lo anterior fue la acción de fecha límite 30 de septiembre o voy atrasado una estación?
Tienes que entregar la acción de invierno. Convocar una reunión en la torre no lleva una estación...
Gornych decide internarse en el bosque e investigar a fondo la actividad de los duendes, comprobando hasta qué punto se vuelven peligrosos, y escuchando las historias recientes que se cuentan al respecto por los alrededores. Si tiene tiempo, además, visita las alianzas más cercanas y pregunta sobre el bosque y opiniones de los magos de la región.
Jaja, me refería a la anterior.
Correré riesgos en el bosque, pero nada demencial, sigue siendo una simple "misión de reconocimiento", y me protegeré debidamente (y quizá algo exageradamente) con los hechizos del grimorio. Iré surtido de objetos que puedan interesar a pequeños duendes, por si se mostrasen receptivos para dar información a cambio.
A las alianzas voy con actitud amigable, advirtiéndoles de la actividad del bosque a los que no estén al tanto, y sugiriendo a los demás que en adelante presten especial atención a los rumores.
Con los mundanos empleo algún hechizo de aumentar la presencia (tengo uno en el grimorio) y pequeños efectos de mentem para no perder demasiado tiempo ganándome confianzas, y sin gastar muchas monedas.
Invierno, sí, un crudo invierno éste. Tal vez te estés haciendo viejo, pero tienes esa sensación de que el invierno es cada vez más crudo, llega antes y se va después. Tal vez no sean suposiciones, dado lo que puedes ver en el bosque. Como primer paso pensabas lo sobrevolarlo ampliamente, acercándote a continuación a los lugares "escogidos" del bosque, que ya habías conocido en la anterior ocasión, pero un espectáculo te sorpende y no puedes evitar el descender para contemplarlo más de cerca: el lago está cristalizando la parte superior del agua, helándose ante tus ojos, refulgente a la luz del día. Simplemente quita el aliento. Te sientes tentado de posarte sobre el hielo recién creado, a experimentar como un niño con capacidades mágicas. Qué demonios, ¡cedes a la tentación!* y en un santiamén te depositas a ti mismo, con delicadeza y precisión, sobre el refulgente hielo. El hielo cruje bajo tu peso, pero aguanta. Te sientes flotar de una manera diferente. Éste sería un lugar ideal para estudiar Ignem (por su ausencia) o Perdo, tal vez... Ensimismado como estás, apenas puedes reaccionar cuando hace acto de aparición el lobo invernal.
Nunca habías visto lobo tan blanco y su belleza y presencia son abrumadoras. No reaccionas a tiempo y no logras alzar el vuelo antes de que su aliento helado alcance no sólo el lago sino también tu propia persona. Sí puedes, eso sí, reforzar tu Parma antes de que los cortantes cristales de hielo impacten sobre ti. Sólo tu Parma entrenada durante años y tu elevada afinidad con los elementos te salva de morir congelado allí mismo, hecho una estatua de hielo. El sonido del crujir del hielo, de las virutas de humedad congeladas, cortantes como la navaja de un barbero, lo inunda todo. Tapas tu rostro instintivamente mientras convocas a tu viejo conocido elemento ígneo en toda la fuerza que te ves capaz sin llegar a dar forma a un espontáneo, más rápido incluso. Cuando retiras el brazo dispuesto a encararte a la bestia, ésta ha desaparecido y su obra ya está acabada: el lago ha pasado de ser un espejo del cielo a una superficie helada brillante y que devuelve una imagen deforme de lo que sobre él se proyecta. El invierno ha llegado al bosque.
Por supuesto esto no supone el fin de tus pesquisas, sino más bien todo lo contrario. Como buen miembro de tu casa quieres un segundo encuentro en el que devolver el favor a lobo. Lo persigues durante semanas, literalmente. A su paso siembra el invierno y lo recrudece, hiela los árboles, tapa los estanques con duro hielo, congela incluso animales que no han podido guarecerse a tiempo. Y a la vez crea un refugio para sí mismo, pues donde hay blanco, él es invisible. Todas las ganas que tienes de revancha se plasman sólo en algunos hechizos de ignem que, sin llegar a impactarle, sí le hacen retroceder y desaparecer durante días.
Cuando por fin te cansas, pues no hay forma de hablar con otros duendes (que parecen aterrados por la situación, ya de ti, ya del lobo), te retiras de nuevo a la Alianza, frustrado y con mal talante, consciente de que ya no te da tiempo a hacer nada muy provechoso. Las Alianzas del entorno sois vosotros y Fudarus, sita la Domus de Tytalus en el extremo occidental de Bretaña, en una isla, poco puede saber de lo que acontece en el bosque, a parte de las desavenencias obvias entre ambas alianzas y las posibles artimañas que crees posible que hayan utilizado (en particular la de la isla de Jersey, si es que lo hicieron ellos; probablemente hayan hecho más cosas, aunque no seas consciente de ellas ahora mismo). Irónico, además, el hecho de la desaparición de su fundador, en un bosque feérico... Las otras Alianzas están demasiado lejos, Confluensis en el extremo norte de Normandía y Montverte (Montverte, ¿no se apellidaba así vuestro noblezuelo residente?) algo más al sur. Ambas dos demasiado lejanas.
Así las cosas, sólo el dulce cantar de Lady Ginebra calma tus nervios. No te habías dado cuenta de lo mucho que lo hace hasta este momento y puedes alegrarte de haber consentido en que residiera en tu torre. Hasta el momento, que tú sepas, no ha causado problemas de relevancia (excepto, tal vez, el tema del cuenta-cuentos), ni gastos (pues dispone de un estipendio de su familia que le resulta suficiente). Y su voz angelical... No eres propenso a esas cosas, pero es una mujer bellísima, sin lugar a dudas. Y tú, un viejo mago malcarado, cómo se te ocurre pensar en cosas así. ¡Podría ser tu nieta! ¡o bisnieta incluso!
*Benditas tiradas de prudente -1 xD
Un px a Parma (que pasa de 7/0 a 7/1) y otro a Cazar (que pasa de 1/1 a 2/0)
Cuando puedas descríbeme tu actividad estacional, por favor.