Partida Rol por web

Victorian Vampire

Escena Privada: Como perros y gatos.

Cargando editor
21/01/2018, 21:50
Lady Elisabeth S. Héloïse Des Lioncourt

La atención de ese chico saltaba de un tema a otro con la facilidad que tenía en su forma de gato para saltar a un tejado, como bien decía que era capaz de hacer.

Se mesó la sien con los dedos de una mano. Socializar no era lo suyo. Tener paciencia, menos todavía.

No sé si seré muy buena mentora; no soy una criatura como tú. Somos de especies distintas, pero lo intentaré, si no hay más remedio.

La pregunta sobre si había más hombres lobo no le tomó por sorpresa. Teniendo en cuenta la curiosidad demostrada por el felino era de esperar. Gracias a eso pudo disimular sus emociones. Tristemente era la reina de la mentira, tras todos esos años ocultando su ser a los demás.— He captado algún olor familiar, pero nada más. Puede ser cualquier cosa. —No era prudente dejarse llevar por las emociones en esos momentos. Aún no sabía si era de fiar.

Lo que sí la sorprendió fue que le tendiera la mano a la vez que se presentaba. La miró, desconfiada, durante unos instantes, antes de resignarse y estrecharla. El tacto de Elisabeth era suave, cálido y agradable. Todo lo contrario a su personalidad y su mirada, tan frías siempre.— Yo soy Elisabeth.

Cargando editor
22/01/2018, 08:47
Jean Paul

Asentí a las palabras de Elisabeth.

-Bueno aun siendo distintos, entiendo que eso de la bestia será parecido, o eso espero. Así que Elisabeth bonito nombre. Pero deberías relajarte un poco, si sigues tan tensa podrían usarte como cuerda de guitarra jaja.- Comente jocosamente, se veía a la mujer tensa, como si estuviera preparada para una pelea o algo parecido. En mi caso estaba contento, igual a partir de ese momento podría aprender mas sobre mi problema, es mas igual le podía sacar mas provecho.

-Ojala haya mas como nosotros y de otros tipos, estaría bien un hombre gorrión jaja.- La idea de algo así me fascinaba, entonces se me vinieron a la cabeza múltiples opciones, aunque alguna podía ser mas que otra cosa horrenda.

Suponía que la mujer no tenia familia que tuviera ese problema, si no sabría mas. -Así que captaste olores extraños ¿Recuerdas donde? A lo mejor conozco la zona, lo cierto es que la ciudad a mi me huele casi siempre igual.- Comento a Elisabeth, pero igual ella si me daba una localización podía darme una vuelta. O sabia algo de la misma.

-Igual seria bueno que fuéramos volviendo, la noche avanza y no es un buen lugar donde estar. Por muy fuerte que seas. Además supongo que tendrás sirvientes esperando que vuelvas.- Le comento a Elisabeth, mas que nada que los bosques no me agradaban, estaba deseando estar entre edificios y callejones.

Cargando editor
27/01/2018, 02:10
Lady Elisabeth S. Héloïse Des Lioncourt

Por lo visto el tal Jean Paul no tenía intención de cesar esa conducta de bromas y confianzas no ofrecidas. Podría tener un cuerpo parcialmente adulto, obviando sus gestos y expresiones juveniles, pero su comportamiento seguía siendo el de un muchacho lejos de la madurez.

¿Acababa de compararla con un instrumento musical?

Pues...da la casualidad de que, por si no te has dado cuenta, soy una dama. Una dama de alto nivel social. Y eso me obliga a comportarme y vestir como tal, incluyendo vestidos poco prácticos, zapatos incómodos y, corsés extranguladores que reducen mi movilidad; no estoy tensa por placer, te lo aseguro, sino porque es la única forma que tengo de mantenerme en pie y respirar al mismo tiempo sin que la presión me asfixie. —Quedaba más que claro que no era una cuerda de guitarra, pues de haberlo sido se habría roto al oír la ocurrencia sobre el posible "hombre gorrión" que acababa de plantearle.

Y seguía con el tema de los olores...

No. No lo recuerdo. Han sido unos días cargados de emociones para mi. Si descubro algo nuevo, o vuelvo a captarlo, te avisaré.

Tras eso, dio por finalizado el tema y volvió junto a Pecado, al que acarició con delicadeza en el cuello. Le resultaba curioso que el animal, que por ley de la naturaleza, era una "presa", estuviera más calmado que Jean Paul, cuya inquietud percibía sin dificultad.

Sonrió, ajustando la cabezada de Pecado.— No tienes de qué preocuparte. Llevo escapándome por la noche a los bosques desde antes del despertar de mi loba interior... —Entonces, aún ajena a lo que realmente era, ya sentía el instinto puro de cuando la naturaleza la llamaba, esa extraña atracción por lo salvaje.— Estamos a salvo aquí. El que corre peligro es cualquiera que intente algo contra nosotros. —Alzó la vista hacia la luna, tan hermosa como siempre.— Dime, Jean Paul...¿has intentado transformarte a propósito en la forma que adoptas cuando pierdes el control?

Cargando editor
27/01/2018, 12:08
Jean Paul

Escuche el tema de las trabas sociales y de las obligaciones supuestas por ser dama de alta cuna. Pero no me convencían "¿De que sirve una posición si eres presa de ella?" En parte me daba pena, parecía mas una presa de ser lo que era que otra cosa.

-Pues deberías plantearte mandar esas normas a la mierda y ser mas libre. Solo se vive una vez como para tener que ser preso de normas ajenas. Tanto que te gusta la libertad, vives al final presa en una jaula de oro.-

Ella parecía estar tranquila en los bosques, cosa que me alegraba por ella, pero yo prefería las ciudades, sus calles, callejones, tejados. Era mi hábitat natural, pero viendo los arboles y el terreno, si había que correr tenia muchas opciones por allí.

-Bueno como digas, aunque prefiero la ciudad mil veces.- Conteste asumiendo que aun estaríamos un rato por allí.

Luego la ultima pregunta hizo que la mirara entre estupor e incredulidad. -Pues no, aunque tampoco sabría como empezar. Pero me daría verdadero pánico invocar esa cosa, no quiero hacer daño a nadie. Una cosa es robar unas cosas y otra es eso.- Tenia claro que esa cosa debía estar bajo control, las pocas veces que perdí la consciencia lo que luego paso era demasiado sangriento y no quería volver a sentir aquello. Ya bastante tenia con las pesadillas a veces.

-¿Acaso tu no perderías el control de ese ser si lo invocas? ¿No temes que pueda pasar? Igual si me atase, podría proba a invocarlo, siempre estando bien sujeto.- A lo mejor al no ser exactamente lo mismo, mi bestia era mas salvaje, mas rebelde o sanguinaria. Como los animales salvajes, cada uno se comportaba de distinta manera. Los lobos eran seres mas sociables y trabajaban en grupo, los felinos sin embargo eran mas propios.

Cargando editor
04/02/2018, 04:16
Lady Elisabeth S. Héloïse Des Lioncourt

Muy a su pesar, sonrió.

En otros tiempos le habría dado la razón. La vida para una dama de alta cuna era difícil, y si a eso se le sumaba ser una licántropa...era una presión capaz de volver loco a cualquiera, pero Elisabeth tenía la suerte de haber nacido con una mente fría y aguda, hasta el punto de lograr conseguir controlar la situación no íntegramente, pero si en un porcentaje mayoritario.

Depende de cómo se mire. Tú lo ves de esa manera. Y no te culpo. Al principio yo también lo veía igual, pero...conseguí la llave de mi jaula. —Su sonrisa se torció, divertida.— Aunque resulte duro, si sabes manejarte bien, es posible equilibrar ambas vidas, ser dueño de ellas, aprovecharlas y sacarle su máximo partido. Por ejemplo...si fueran a la "caza de lobo" ¿acaso sospecharían de la dócil y delicada hija única de los Des Lioncourt, siempre tan educada y correcta, con esos modales tan impecables? No lo creo.

Le hizo un gesto con la cabeza, dejó las riendas de Pecado aseguradas en su amarre, y se fue andando, adentrándose más y más en el bosque.— Ven, sígueme. Te ayudaré con eso. Lo peligroso es que vivas tu día a día sin saber controlar tu otra forma. Entonces sí podrías hacerle daño a alguien, y eso siendo optimistas. —Debían alejarse bastante. En primer lugar para no poner en peligro al caballo, y en segundo lugar, para no tener que preocuparse por si alguien pudiera oírlos.— Todo está en tu cabeza, Jean Paul. Tienes que fortalecer tu fuerza de voluntad, hacerla férrea e irrompible. Es algo natural, es parte de ti. No la temas, no te temas a ti mismo. Tienes que abrazar a tu otro yo, y fundirte con él. En el momento en el que seáis uno, en cuerpo y alma, el equilibrio se hará más estable. Pero debes tomártelo en serio. No hay bromas que valgan cuando se trata de esto.