Partida Rol por web

- Quizá. Después de lo de hoy creo que más tiempo contigo podría significar más posibilidad de cadáveres que me persigan. - soltó mientras se levantaba y se deshacía de la chupa y la tiraba sobre el sillón donde se había sentado por primera vez - Yo quiero darme una ducha. Espero que no te importe, pero estoy hecho unos zorros. -

Quería quitarse aquella peste a alcohol y humo remezclado que tenía por la fiesta y una buena ducha le despejaría la cabeza. Por una parte un pedazo de él le decía que se fuese corriendo de allí mientras otro le invitaba poderosamente a quedarse y conocer más a fondo a aquella misteriosa mujer.

- No la líes demasiado. -

Ella se encogió de hombros y se puso en pie con renovada energía palmeándole el hombro como si tuviera derecho a hacerlo.

-Tranquilo. Procuraré no prenderle fuego a las sábanas.

Por alguna razón le molestó esa actitud despreocupada, como si nada de lo que había ocurrido fuese importante. Quizá fuese su propio mecanismo para afrontar la verdad, o tal vez hubiese una opción más preocupante que es que tenía demasiados pájaros en la cabeza, haciendo honor a la edad que aparentaba. No parecía la misma chica con la que había estado tonteando en la fiesta. Tal vez se había equivocado. Mucho. En cualquiera de los casos, estaba allí compartiendo una habitación con una única cama y no tenía muy claro si quería acabar revolviendo las sábanas con ella durmiendo o haciendo algo más. No faltaba mucho para descubrirlo.

El baño era un lugar pequeño de dudosa higiene, sin alfombrilla y con dos toallas de mano que apenas daban para enrollarse en torno a la cintura. Pero en peores sitios había ido a parar algunas veces, así que tampoco podía quejarse demasiado. Tampoco había pagado nada de aquello, así que se deshizo de la ropa y se metió bajo el agua esperando que le despejase los sentidos y las ideas. Aquello no estaba siendo precisamente su definición favorita de 'una buena juerga'. Al salir un rato después con el pelo empapado encontró a Raven sentada en la cama con la sábana hasta la cintura y la mirada atenta a la caja tonta. Estaban poniendo una película de terror de serie B con el guión más esperado de la historia y unos efectos especiales que la convertían casi en comedia. Le echó un vistazo de arriba abajo al verle de forma nada disimulada y volvió a mirar la televisión.

Intentaba secarse el pelo con aquella bazofia de toalla y su camiseta tenía marcas de agua debido a que no había podido secarse en condiciones. Además, Raven parecía interesada por aquella mierda (o eso parecía fingir) y pasó delante de ella para volver a la ventana. Intentó mirar por ella y lanzó un cagamento, golpeando la pared con el puño, pero no con mucha fuerza.

- Joder. ¿Se puede saber a qué viene tanta seguridad con las ventanas? - dijo molesto, yendo hacia la puerta para abrirla y sacar la cabeza por ésta: necesitaba comprobar que la moto estaba ahí. Tras ello volvió a cerrarla y cruzó otra vez por delante de la tele - Nadie va a colarse aquí por la noche por haberte visto. Además, esta noche estoy yo aquí. -

Raven frunció el ceño y esperó a que dejase de pasearse por la habitación antes de contestar. Parecía extrañada por su actitud.

-Puedes subirla si tanto te molesta. No es por la seguridad. -Encogió las rodillas y las rodeó con los brazos-. En mi casa las ventanas siempre se levantaban en cuanto amanecía y la puerta tenía que estar abierta. Tengo un problema de intimidad, supongo, y es que nunca la he tenido.

Esperó que la mirase en algún momento y le señaló el lado vacío de la cama.

- No ayuda mucho a tu intimidad que yo esté aquí, creo yo. - dijo lanzando la toalla al interior del baño sin mirar dónde caía. Total, no iba a estar más limpia por colocarla mejor. - Y sencillamente me ha cabreado que dos veces que he intentado ver si estaba la moto bien haya tenido que darme con la dichosa persiana en la boca. No te preocupes, solamente tengo mala memoria. -

Dudó unos segundos antes de acercarse y subirse a la cama. Dejó un pie apoyado en el suelo y estiró la otra pierna por la cama, sin poder evitar mirar un par de segundos al punto donde empezaba su cuerpo y acababa la sábana al ver que el mono estaba en el aquel sofá. Se preguntó que dónde estarían sus hermanos en aquel momento y qué conclusión habían sacado de su desaparición.

- No te mentiré, es la noche más rara que he tenido en meses. - dijo observando aquella absurda película - Y realmente no sé muy bien cómo catalogarla. -

Por fin pareció llamar su atención, al menos de la misma forma que durante el principio de la noche. La observó coger el mando e intentar apagar la tele de la misma forma que él, hasta que desistió arrojando el aparato de vuelta al sofá. Se volvió hacia él acomodándose en la cama, de lado y con el brazo haciendo de soporte para mantener la cabeza erguida.

-Tenemos el mismo problema, entonces -comentó bajando el tono con una media sonrisa, igual que al principio-. Y apostaría porque se puede volver más rara todavía.

Sonaba divertida, y por la forma en que le miraba, atenta a sus gestos, y cómo jugueteaba con el doble de la sábana podía intuir algo; atracción. Debía serlo porque todavía le costaba atinar a saber cómo había acabado allí. Lo pensaba y sonaba surrealista. Era más extraño incluso que si hubieran ido exclusivamente para darse un revolcón. Pero no. Estaban en la misma cama con una película muy mala sonando de fondo, mojando el almohadón y manteniendo las distancias. Y aunque había interés en su mirada, no podía decir sobre qué.

-Nunca he estado en la cama con chicos sin que pasaran... cosas. Pero dicen que hay una primera vez para todo.

Mantuvo el contacto visual durante todo el rato que ella se giró, notando que su respiración se agitaba un poco. Aquella mujer le incomodaba más allá de la simple atracción física. Y saber que había algo más, algo que notaba extraño pero todavía inescrutable en ella era lo que más interés le provocaba.

La recorrió con la mirada sin disimular y suspiró por la nariz, ignorando sus últimas frases referidas a estar compartiendo cama, aunque realmente era tan raro como estaba comentando.

Se mantuvo en silencio sin contestarle, inclinándose un poco hacia adelante, pero apenas un par de centímetros más donde paró y se quedó fijo ante aquellos ojos azules.

- Sólo dame un motivo por el que no debería besarte ahora mismo. - susurró

Raven bajó la mirada con un gesto altamente provocativo; morderse el labio inferior, mientras meditaba una respuesta adecuada. Su mano libre paseó por la sábana hasta dar con la suya donde comenzó a trazar lineas azarosas.

-Porque entonces dejaría de ser una noche extraña y pasaría a ser... otra más -respondió, casi retándole al alzar los ojos fijándolos en los suyos.

Darryl sonrió lanzándole una mirada a la mano de Raven. Dejó que obrara durante unos cuantos segundos en los que se mantuvo en silencio, antes de hacer un gesto de muñeca para agarrar con suavidad la suya. Se acercó a su oído, susurrando aquellas palabras con calma. - Te equivocas. No sería una noche más, sería la primera noche. - confesó mientras se reacomodaba en la cama y alternaba la vista entre los ojos y los labios de la mujer - Hoy no has sido cuidadosa y por tanto no mereces ningún trato de favor. -

Giró su propia mano para dejar de agarrar su muñeca y coger la propia mano, haciendo algo de presión en ella. Se inclinó un poco más, depositando un fugar beso en la parte de atrás de la oreja a la que estaba susurrando. - Pero a mi tampoco me gusta seguir las normas. -

Encogió el cuello al notar el beso apoyando la mejilla sobre la de Darryl, aprovechando el gesto para cobijarse junto a él procurando no moverse demasiado. Notó sus labios posarse suavemente en su cuello, y se quedaron ahí mientras emitía un sentido suspiro que le erizó el vello y su mano se liberaba de la suya para rodearle por la cintura en un medio abrazo.

-La primera noche. -repitió con cuidado-. ¿No crees que es un poco atrevido juzgarme sin conocer toda la verdad?

Su voz sonó ahogada, y al mismo tiempo que ejercía presión con los dedos sobre su espalda, mordía su cuello con cuidado reprimiendo las ganas de algo más. Algo que Darryl interpretó de una forma bastante diferente a lo que ella tenía en mente. Y seguidamente volvió a suspirar echando la cabeza hacia atrás con los ojos fuertemente cerrados, buscando en silencio una razón para no hacerlo.

- ¿Juzgarte? En absoluto. Creo que soy yo el que buscaría la segunda. - sintió un escalofrío cuando tuvo los dientes de Raven en el cuello y no supo bien si era por la atracción que sentía por ella o por algo más que no alcanzaba a entender. Se sintió agobiado de repente y puso las manos en los hombros de Raven, rompiendo la cercanía física. Volvió a colocarse de frente hacia la tele, cerrando los ojos

Se sintió abrumado porque jamás se había interesado tanto por nadie: cuando alguien le gustaba más allá de un simple revolcón se aseguraba de no ir demasiado rápido, pero le estaba costando verdadero trabajo no lanzarse sobre Raven como un animal.

- Una noche extraña... y una chica extraña. - añadió a la repetida frase, controlando su respiración como podía - No me hagas perder el control. -

No sabía que realmente no debía hacerle perder el control a ella.

-No lo haré... -musitó tras una pausa, todavía de lado y atenta. Sonó sincera, como si percibiera cierto peligro en hacerlo y no quisiera arriesgarse, o arriesgarlo. Y Darryl encontró certeza en sus palabras y cierto alivio.

Pretendiendo un gesto cariñoso, dejó un beso suave en su mejilla antes de rodar bajo las sábanas hasta su extremo para salir hacia el armario, de donde sacó una manta cuyo tacto le disgustó notablemente. Ambos pudieron notar en ese instante cómo la tensión se relajaba ofreciendo unos segundos de reposo. Pero ella regresó rápidamente extendiendo la manta por encima y acurrucándose después entre las sábanas buscando una posición cómoda. Se quedó de lado mirando en su dirección y sonrió brevemente, sin dobles intenciones ni muecas que intencionaran más.

-Podemos hablar, si no tienes mucho sueño.

El motero asintió lentamente mientras observaba el final de aquella película tan pésima, que estaba siendo emitido en aquel momento. No quiso ni imaginarse qué clase de bazofia iban a poner ahora, así que miró a Raven y esbozó una sonrisa tranquila.

- Sí, mejor. Hablemos. - dijo, antes de desperezarse
 

Ella le devolvió una sonrisa genuina con el toque justo de inocencia, y habló. Le contó cosas que no tenían nada que ver con ella y otras que sí, como que era de Nueva Orleans y odiaba a su padre. Le dijo que en sus sueños había amaneceres rojos y el rugido del motor sobre la carretera, y que aunque acabase todas las noches en lugares desconocidos nunca se había sentido tan libre como entonces. Y Darryl supo de qué hablaba, atisbó el doble fondo de sus palabras compartiendo emociones, lo notó como una brisa suave que intentaba colarse en algún lugar. No lo entendía del todo, ni siquiera hasta qué punto aquella conversación estaba hilando sus caminos, pero sí supo una cosa con certeza y es que jamás olvidaría a aquella chica por muchos días, meses, o años que pasaran.