Partida Rol por web

- La diferencia es que, de decidirlo, sería yo quien eligiese ese camino, mientras que tú te viste forzada a él. Aun así... he dicho que quiero hablar de ello cuando esto pase, no ahora. - se apartó cuando ella se puso de pie bruscamente, lo cual le desestabilizó y por poco se cae de culo. Poniéndose en pie tras ella, se cruzó de brazos mirándola suspicaz: quizás se había cerrado por banda, pero estaba seguro de que ahora la idea le rondaba por la cabeza

- ¿Y qué me importa quién fueras en vida? Yo conocí algo de ti, sea la parte que sea, y fue lo que me impulsó a seguir a tu lado. Y es lo que me mueve a estar aquí ahora contigo otra vez. Si eso sigue dentro de ti y yo estoy seguro de que lo está... no veo por qué tienes que condenarte a ti misma a vivir con esa cadena a tus hombros. Si ésto se acaba, sin Anthony no hay nada que te oblige a volver a ninguna parte en la que no quieras estar. - apoyó los brazos en la butaca, mirando a algún punto indeterminado de la sala para no hacer contacto visual con la vampiro - Yo soy dueño de mi vida, Raven. Siempre lo he sido, y siempre lo seré, tanto en la vida como en la muerte. -

-Y yo soy responsable de mis actos y no voy a hacer algo así. Ya me odiaste una vez, no voy a dejar que pase dos -reafirmó.

- Ni tú eres Anthony Ogden ni yo soy... como cojones te llamases entonces. Haz lo que te de la gana... - espetó de mala leche, con ganas de volver a lanzar una silla por los aires. Alzó la mano y por poco - ...pero no voy a permitir que  desaparezcas sin mi después de todos estos días que he pasado. Si te he encontrado sin pretenderlo no creas que ibas a poder escapar por mucho tiempo si me propongo seguirte la pista. -

Raven se volvió dándole la espalda mientras él intentaba controlarse.

-No tendría que haber... -murmuró para si, bajando cada vez más el tono hasta que fui inaudible.

No respondió ni se movió, apoyada contra una de las estanterías reposando la cabeza. Puso ambas manos sobre una balda, casi como si fuese a hacer flexiones. Aquello no tenía ningún sentido y no quería seguir hablando. Darryl sonaba como un obseso y no había nada que pudiese decir que pudiese hacerla cambiar de opinión.

-Darryl... Quiero estar sola -pidió a media voz, herida.

- Lo siento. - fue todo lo que dijo, en voz baja - Sí, será mejor que me vaya... estos días están siendo una mierda. Tengo que buscar a alguien, así que te veré mañana para la reunión. Prefiero ir directamente allí y no ir contigo, así que... hasta mañana, Raven. -

Fue a coger el teléfono del escritorio para volver a guardárselo y echó un vistazo al lugar antes de encaminarse hasta la puerta y salir por ella. Iba a salir corriendo del Iridium pero se lo pensó mejor y volvió a sentarse en la mesa de antes en caso de tenerla libre. Pediría algo de cenar, algo de beber e intentaría relajarse un poco antes de salir. Igualmente no iba a empezar a buscar a Laura hasta que Christopher le diera el aviso.

No dijo ni adiós ni hasta luego, de modo que salió de allí sin despedirse. La música ya había empezado y le recibió el cálido ambiente del Iridium, de nuevo con aquella atmósfera de irrealidad que invitaba al olvido. Pero era imposible que pudiese olvidar aquello, y la piedra que le pesaba en el estómago dejándole aquel amargo sabor tras la discusión.

Encontró su sitio vacío todavía, y la misma camarera le atendió enseguida con aquella preciosa sonrisa que ya no le causaba mariposas en el estómago. No resultaba vibrante después de aquel mal trago. Cuando le llegó la cena, también recibió un mensaje de Chris informándole de que ya habían dado con ella y que todo estaba bajo control. Los Mayhem salían en una hora a la entrega.

Sonrió como pudo a Rose, pero su sonrisa se sintió algo vacía y carente de emoción. La pelea con Raven había sido muy amarga y ahora sentía una sensación de desasosiego que iba a tardar en quitarse. La comida estaba deliciosa pero no le sabía a nada y ni siquiera el relajante ambiente del Iridium sirvió para sacarle lo ocurrido de la cabeza.

Tras pagar salió de allí como un fantasma, ni siquiera contento por la idea de que Laura hubiese vuelto al club. Ahora ni siquiera tenía algo que hacer y volver a la habitación de hotel a encerrarse de nuevo le provocaba puro terror. Necesitaba desatar toda aquella frustración en alguna parte... y realmente no sabía con qué.