Partida Rol por web

Ese roce quemaba, casi tanto como debía quemarle a Raven el sol de la mañana... pero tenía sentido, pues pese al cambio en su forma de vestir, en su manera de hablar, de mirar... la vampiro seguía siendo como un sol para él. Un sol que te calentaba solo con estar cerca, pero que podía quemarte si te acercabas demasiado. El motivo por el que había dejado atrás su identidad y por el que ahora estaba otra vez aquí, enfrentándose a las consecuencias de aquella decisión.Tuvo que cerrar los ojos durante unos segundos, sintiendo como sus dedos acariciaban su mejilla y los abrió segundos después, devolviéndole la mirada a la vampiro.

- Porque entonces me ocultaste muchas cosas y era demasiado orgulloso como para asentir y esperar a que decidieras contármelo. Pero no tengo por qué irme a ninguna parte si eres sincera conmigo... iré al infierno contigo si hace falta, pero jamás lo haré con una correa al cuello... - inclinó un poquito la cabeza en dirección a la mano de Raven, alargando aquel agónico momento - ...no lo olvides. -

Raven se mordió el labio inferior. Después de todo, Darryl lograba aflorar en ella la humanidad que había perdido hacía mucho tiempo. Pero sus dedos se replegaron y aquel suave roce se perdió en el tiempo. Dejó de mirarle, como si ello doliese.

-Darryl... No pertenecemos al mismo mundo. Cuando estuve contigo intentaba huir de lo que soy, pero siempre acabará volviendo. No soy humana. Tú te harás viejo y morirás antes de que una sola arruga aparezca en mi piel. Y no vas a dejar tu Club. Te matarían si lo hicieses.

Resopló despacio, liberando toda la tensión que se había generado en su estómago durante aquellos breves segundos en los que el tiempo casi se había parado para él. - Para no pertenecer al mismo mundo parece que siempre acabamos metidos en los mismos problemas... - soltó el ghoul casi más para si mismo que para ella. Terminó por levantarse al fin, reculando hasta otro de los sillones y sentándose también, apoyando la cabeza en su mano - He dicho que ya se verá cuando todo esto acabe. Si consigo que esta guerra fría termine el Club aceptará lo que les pida... Y no vuelvas a usar el argumento de la inmortalidad conmigo, por favor. Tú estuviste viva en su día como yo lo estoy ahora. Eso... eso no significa nada. -

Al decir esas palabras se dió cuenta que podría sonar a que estaba dispuesto a tomar aquel camino en algún momento y no sabía muy bien qué pensar al respecto, pero tenía claro que con la situación así no podía plantearse siquiera estudiar una posibilidad así. - Los garou... - tuvo que carraspear para conseguir las fuerzas suficientes como para cambiar de tema - ...los garou quieren intercambiar a Christopher por uno de los suyos, en compensación al Club por lo ocurrido. Quieren hacerlo, si aceptas, mañana por la noche. Con ciertas condiciones, eso sí. -

Roxane no le miró ni se movió, como si la estantería estuviese cautivando toda su atención. Tardó en responder, y su voz sonó lo más impersonal que pudo.

-Christopher puede irse cuando quiera. No tiene nada que ver con todo esto. Si quieren, mañana por la noche podemos reunirnos y les devolveré el acuerdo que tenían con mi padre. Los terrenos les serán devueltos y no se tomarán represalias en todo esto. La Hermandad hará justicia con Cordelia y, si se demuestra que uno de los suyos ha estado conspirando contra mi Sire, se me será entregado. Sino, tomaré represalias yo misma. También ampliaré el rango de acción de los Burning Tire hacia el norte y dejarán Lake Atwood intacto. -Se calló un momento y miró a Darryl con aquella expresión invariable. Aquella mujer era capaz de levantar muros e hielo-. Eso solucionaría todos los problemas con tu Club, ¿no? 

- ¿Qué? -

Darryl parpadeó, perplejo, como si una mano invisible le hubiese dado una sonora bofetada desde ninguna parte y no supiera cómo asimilarlo. Y así era, sencillamente no era capaz de asimilar las palabras que habían salido de boca de Raven.

Abrió la boca para replicar, pero el ghoul se lo pensó mejor, callándose unos segundos sin saber que decir y al final las palabras parecieron acudir a sus labios. - Yo... quiero decir... claro. Eso lo solucionará todo... - tragó saliva, todavía estupefacto - Gracias. Yo... joder. Si te parece bien, podríamos usar el club para la reunión y... bueno, que no haya problemas. Si hay cualquier cosa que pueda hacer dímelo, por favor. -

Darryl se levantó, casi torpemente mientras se acercaba a la mesa de la vampiro. Cogió un papel usado de su chupa y buscó un boli en la mesa para escribir su número de teléfono y dejarlo ahí. - Por si no lo tenías. - se giró para mirarla de nuevo directamente aunque ella hubiese apartado la vista - Aunque mañana todo salga bien no voy a irme a ninguna parte y si quieres, puedo volver a verte pasado. Todavía puedo ayudarte con la investigación: no me importa mancharme las manos para descubrir si Maeves, Ronald o Cassidy tienen algo que ver en esto. Menos todavía después de esto que acabas de decir. -

Tras él, ella también se levantó hasta el teléfono de nuevo.

-Un momento. -Se mantuvo a la espera hasta que alguien cogió al otro lado-. Decidle que Darryl le está esperando y soltadle. No. Cassidy, me da igual. Haz lo que te digo... Vale.

Colgó y suspiró. Parecía como si su voluntad se hubiese esfumado. Se acercó a la mesa y escribió un número que le tendió.

-Si puedes arreglar una cita para mañana te lo agradecería. Llama a este número y Drew anotará todos los detalles. Dudo que pueda tener los papeles del contrato listos, pero pagaré a un notario para que recoja toda la información que se necesita para devolverles la reserva cuanto antes. Si el Club no les parece bien habla con Drew. Tenemos otras propiedades disponibles sin arriesgar a terceros. Puedes irte, Christopher estará en la puerta en unos diez minutos si no se pone muy tonto.

¿Acaso era verdad todo aquello? La llamada sofocó la pequeña llama de la duda que todavía existía en su interior, y no pudo evitar mostrarse confuso, muy confuso. Y sin poder evitarlo más, cuando cogió el número de manos de Raven se lanzó sin pensar a darle un abrazo, estrechándola con fuerza.

- Gracias. Gracias, Raven. - le dijo antes de comenzar a separarse poco a poco - Tendrás esa cita para mañana, te lo prometo. -

Miró atrás, hacia la puerta, echando a caminar despacio hacia ella pero sin perder la vista de la vampiro. Consiguió esbozar una sonrisa algo más divertida, aunque le costó bastante esfuerzo. - Eh. Si ninguno de los dos acaba muerto y decidamos lo que decidamos, hace tiempo que no se me sube un culo bonito a la moto, así que espero que una tiburón de los negocios como tú pueda darse una vuelta por los alrededores de Tucson con un macarra como yo. - le dijo, ya a la altura de la puerta - Para celebrarlo. -

Raven se quedó helada con el abrazo que disparando la tensión de su cuerpo. Se relajó al separarse sin articular palabra, sencillamente negó divertida esbozando una media sonrisa.

-Lárgate ya, Darryl Emerson. Antes de que cambie de opinión.

El ghoul asintió ampliando la sonrisa mientras salía de allí, despidiéndose de Drew de la que salía y de alguna manera nervioso por la emoción. Chris iba a salir, y nadie iba a tener que ocupar su lugar: por mucho que deseaba ver a Sarah torturada seguro que los Garou se mostraban más cooperadores con las buenas nuevas... aunque esperó que no se lo tomaran con más recelo del que debía.

Una vez fuera y quizás por lo liberado que se sentía de repente, sintió una urgencia en el estómago en forma de necesidad de nicotina. Aquellos días apenas había fumado una mierda fruto de tener tanto en que pensar y tantas cosas que hacer... así que se alejó un poco del Iridium, manteniendo la entrada del bar bien a la vista para esperar a que Chris apareciera, fumando un cigarro. Le iba a partir en dos en cuanto le viera.

Iridium; Tucson

11 de Septiembre, 2001 - 11:49 pm

Darryl no comprendía el por qué, y ni se le había pasado por la cabeza detenerse a meditarlo frente a la exaltación que lo había sobrecogido sin previo aviso. Aquello giro de la trama era casi redondo (todavía quedaban algunas cosas que atar aquí y allá, claro) y amenizaba considerablemente todas las amenazas que les perseguían. Aquella tarde pensaba que iban a acabar degollados, si no por la Hermandad, quizá por la propia Raven o quizá los garous. Ahora, una luz brillaba entre la niebla devolviéndole al rostro una amplia sonrisa que apenas podía contener. Era sencillamente increíble. Mañana por la noche podían ser hombres libres de nuevo y poner punto y final a las relaciones de los garous, y a las de los vampiros (excluyéndole a él, claro. Y a Crish). No podía esperar a verle doblar la esquina y abrazarle. Lo había pasado muy mal ante su rapto a pesar de que era prácticamente un completo extraño. Pero su apoyo y confianza habían sido absolutamente indiscutibles, y en eso se diferenciaba a un buen member de un buen amigo. Además, compartían la alienación de pertenecer a mundos diferentes, y también de haber sufrido por amor...

La espera se le hizo interminable haciendo grandes esfuerzos por calmar sus latidos que retumbaban bajo su chaleco con el ritmo de un tambor. Y entonces una furgoneta paró junto al paso de peatones y Christopher se bajó del lado del copiloto.

-Vete a la puta mierda. Imbécil -gruñó cual perro, y en la misma actitud que uno-. Como te vuelva a ver la cara en otras circunstancias te arranco la cara literal.

Tras el cristal pudo vislumbrar el pelo pelirrojo y desordenado de Cassidy, que además le saludaba desde el interior con la sonrisa de un niño pequeño con un juguete nuevo.

-Por cierto, toma. Le hemos dado mimitos y todo. ¡Hasta la vistaaaaa!

Chritopher cazó algo al vuelo antes de que la furgoneta rugiese y siguiese su camino virando peligrosamente. Aunque ya no podía oírle, todavía soltó otra ristra de improperios acompañados de un corte de manga. Parecía estar bien, solo un poco cabreado de más.

Aunque por teléfono parecía estar bastante entero, se esperaba verlo anímicamente destrozado, con algún que otro grave signo de tortura psicológica, pero no parecía haber sido el caso. Aquel demente parecía, aunque a regañadientes, haber obedecido a Raven entre comillas, aunque estaba claro que se había divertido con el pobre garou.

- Joder, Christopher. Nunca pensé que me alegraría tanto de ver a un puto perro. - le soltó Darryl sin pensar, lanzándose para darle un abrazo de oso

Christopher recibió el abrazo con sorpresa y estupefacción. No entendía la alegría de Darryl, y casi ni el propio ghoul se lo podía imaginar.

-¿Qué coño haces? Esa era tu tipa, ¿no? ¿Qué le has dado?

No era el recibimiento que esperaba después de haberle sacado de allí, desde luego. Pero dada toda la falta de información, resultaba comprensible.

- Sí... sí, es ella, y no sabes la cara que se me quedó cuando la vi anoche. Por Dios, tengo que sacarme esto del pecho, así que necesito hablar contigo de ello cuando pase esta noche, por favor. No sé qué cojones ha pasado, pero no le he dado nada. Ahora te contaré la historia completa, pero la manada había aceptado intercambiarte por uno de los suyos en compensación por haber salpicado al Club... pero Roxane ha decidido que va a entregarles a la manada lo que es suyo y centrarse en investigar quién ha conspirado contra Anthony. - le dijo Darryl de corrillo y a toda prisa - Vámonos de este puto lugar, por Dios. A cualquier bar que no esté en Tucson, llamaré a Dimitri, había un intercambio de armas esta noche para sacar el dinero de la fianza de Travers y será mejor que vayamos a vigilar que todo esté correcto. -

Sacó el teléfono, marcando rápidamente el número de Dimitri para avisarle.