Partida Rol por web

Aprovecho que las flechas de los enemigos no llegan a tocarme para colocar ágilmente una de las mías en el arco.

Me coloco y me dispongo a apuntar en un principio sin objetivo alguno, buscando a quién mereciera más la pena derribar hasta que las voces de Demian llegan hasta mis oídos. Rápidamente giro sobre mi misma hasta dar con la catapulta para entonces disparar a uno de los Balchott que hay en ella.

Por ahora tenemos el combate medianamente controlado, pero nuestros enemigos no se rinden, y si no hacemos algo al respecto pronto seremos ampliamente superados en numero...

Rapidamente salgo de mis pensamientos, y con una finta lateral, me situo a un lado de mi oponenete y y a continuacion lanzo un potente golpe aprovechando la fuerza de mi movimiento...

Mientras continua la lucha veo de reojo como Isilwen dispara a la oscuridad fuera de la torre, y pienso que es por ahi por donde deben estar entrando los enemigos, asi que trato de dirigirme hacia esa seccion de la torre, para tratar de cortar el torrente de enemigos...

Ya bastante malhumorado por el clima, el enano intentaba asestar a su enemigo con el filo de su hacha, pero no hacia mas que hacer torpes movimientos con la misma. Parecia que aquella espantosa noche estaba del lado de los invasores. El enano continuo haciendo uso de sus habilidades, lo intentaria hasta acabar con aquel ser. Finalmente su arma encontro donde clavarse y el enano aplico toda la fuerza que pudo, esperando sea suficiente para terminar con aquella situacion.

La lluvia arreciaba y al pequño hobbit le costaba hasta ver a su objetivo. Tuvo que tomarse unos segundos extra para apuntar. Aquello no era como cuando practicaba con las macetas de su tia polly alla en la comarca. Estas macetas podian cortarle la cabeza de un hachazo.

El recuerdo de la comarca parecio distraer a Borgo, pues su flecha se perdio en la lluvia.

 La flecha atraviesa el cuello de uno de los salvajes que estaban subiendo la grúa, esto causa que el otro, no pueda él solo y tenga que soltar la grúa. Se escucha un fuerte golpe y varios gritos, de ira y dolor que proceden de los que se encontraban en la plataforma, ahora caídos y heridos en el suelo junto a la torre.

El resto de salvajes en la torre van cayendo frente a vuestros ataques hasta el último de ellos que prefiere saltar al vacío a dejarse atrapar por vosotros.

 Isilwen puede darse cuenta, desde su posición que hay débiles fuegos ardiendo bajo la lluvia alrededor de la atalaya. Debido a la incesante lluvia, los fuertes vientos y la terrible tormenta que os golpea no puede saber cual es el número de enemigos exacto, pero se da cuenta que son más de los que una pequeña fuerza como la suya podría ocuparse.

 Os reunís, heridos e ilesos. El jinete de Rohan, Demian, Ergon y Ozbeorn hacen ascender la grúa hasta que queda fuera del alcance de los salvajes.

El resto se agrupa contra el muro y las troneras para descansar y revisar las heridas. Hay más de una docena de cadáveres en el suelo, sus armas arrojadas y la sangre vertida.

La tormenta arrecia con fuerza, la lluvia golpea con furia, y los vientos arrasan la torre con una fuerza increíble. Borgo tiene que hacer denodados esfuerzos para no ser arrastrado.

Una tremenda racha levanta al pequeño hobbit unos centimetros en el aire. El pobre Sr. Brandigamo se ve obligado a agarrarse por su vida a la muralla.
Borgo grita antes de volver a entrar:
-¡Yo voy para dentro antes de salir volando! ¡Si alguien necesita curación, que me busque dentro mientras los sanos vigilan!

Me aproximo al hobbit al que ya había tomado algo de cariño, pese a sólo conocerlo de bien poco tiempo, y poso mi mano sobre su hombro, ejerciendo peso para tratar de evitar que el viento se lo lleve. Corro a su lado hacia el interior, aún con mi magnífica espada en mano.

Supongo que ahora que ha terminado el combate los demás nos seguirán para tratar de poner en claro qué demonios ha sucedido.

Después de asegurar la grua y parando el aire que le golpeaba la cara con el brazo, luchando aún contra el viento y la lluvia, Demian miró el estado de sus compañeros.

- ¿Alguien necesita ayuda para bajar?- se ofreció, elevando su grave voz por encima del rugido de la tormenta- Deberíamos salir de aquí y mañana ya analizaremos esto en mejores condiciones.

El humor del rohirrim no había mejorado, precisamente, y duras línes de preocupación y enfado se dibujaban en su frente. Le costaba disimular su ira y era evidente se se sentía culpable de no haber oído nada. Un ataque así de inesperado... ¿como no se había dado cuenta antes?

Con disgusto y notable mal humor, aunque agradecido de que ya no tengan que estar afuera, el enano, de un bufido y fuertes pisadas se adentra a la torre, sin mirar ni hablar con nadie. Su preocupacion en aquel momento sera la de tomar algo bien fuerte junto al fuego, ya habra tiempo para charlar sobre el asunto. Aunque su instinto le dice que lo mejor seria ir a por los enemigos caidos que estan afuera, no sera el quien lo haga si lo puede evitar.

 Yo me quedaré aquí montando guardia - comenta a Demian, pero alzando tanto la voz para superar la tormenta que los demás también pueden escucharle. - Podrían volver a intentarlo. Aclara.

Sabéis que él solo ahí arriba con certeza no sería capaz de dar la alarma a tiempo, necesita al menos otra persona que lo cubra.

Demian asiente al jinete con seriedad y se dirige a Isilwen, Ergon y Norwyn.

- Bién, me quedo con él a hacer guardia- les dice más tranquilo- Si vuelven, una persona sola no será útil aquí arriba. Decid al capitán que nos envie el relevo en unas horas, por favor.

A continuación acuerda con el jinete qué lado de la torre vigilará cada uno y echa una ojeada a lo que la lluvia le permite ver por los alrrededores, escuchando cualquier sonido sospechoso en busca de más amenazas.

Estoy a punto de bajar junto a una pequeña parte del grupo cuando entre la oscuridad distingo bastantes antorchas que luchan por mantener el fuego vivo. Trago saliva. Esto solo había sido el comienzo.

- Hay más. Muchos más... -Alzo la voz para que tanto Demian como el soldado de Rohan puedan escucharme mientras que hago un movimiento de cabeza que señala al vacío, alrededor de la atalaya. - Si no os importa me quedaré con vosotros... mi arco será más útil aquí arriba.

Giro la cabeza, mirando a Ozbeorn y Norwyn.

- No diriel!* y si tenéis problemas avisad tan pronto como podáis -Les pido amablemente aunque con un tono de voz más alto de lo que me habría gustado, debido al temporal.

Finalmente vuelvo a girarme hacia Demian y el jinete de Rohan y a la par que coloco una flecha en el arco me sitúo en uno de los lados de la torre que no esté vigilado por ninguno de los dos.

Me dirijo junto con el resto del grupo hacia el interior de la escalera, cuando escucho a la elfa advertirnos sobre el peligro, me giro rapidamente, saco de nuevo mi arma, y comienzo a andar detras de ella, mientras le digo, os acompaño, prefiero estar activo, aunque sea debajo de este torrente de agua, que estar ocioso y esperando el siguiente ataque....

Sacando la cabeza por encima de la torre, Demian íntenta divisar a los enemigos que Isilwen hace referencia y un escalofrío recorre su espalda. De momento están enteros, pero cuantos ataques más aguantarán? Da media vuelta y se acerca corriendo a la trampilla de bajada, para buscar desesperadamente al hobbit con la mirada.

- Borgo! Alcánzame mi arco y mis flechas, rápido!- le grita sin mucha cortesía, olvidada por la urgencia de la situación, señalando su arco corto y su carcaj entre sus pertenencias- Nos atacan de nuevo!

Al escuchar las palabras de sus compañeros, el enano se da cuenta que la batalla aun no ha terminado. Ya habra tiempo para descansar. Refunfuñando, da marcha atras, quedandose con el resto de la campaña para la lucha que en breve continuara.

 A pesar de la incesante lluvia y la terrible fuerza de la tormenta cualquiera que busque los fuegos que debería haber alrededor de una fortaleza o una torre sitiada, los encuentra. Titilan débilmente protegidos por lonas o encerrados en faroles enormes que han sido transportados a cuestas hasta allí. 

No se puede ver el número de vuestros enemigos, pero hay más de una docena de fuegos y aun no se han asentado. Sin duda se trata de un ejército numeroso o una gran avanzadilla.