Partida Rol por web

Prueba 0
¡El ejército de Tani!

- ¡Piltrafillas! - ante su no-tan-numeroso ejército de recién llegados, el General Tani se apoya en su vara. - ¡Mientras todo el mundo participaba en partidas normales, vosotros habéis preferido participar en este Desafío Mensual Amarillo! ¡Más que nada porque no había otro! ¡Pero os lo agradezco! - dice, asintiendo ante vosotros. - ¡La semana pasada fue horrible! ¡Los esbirros del malvado Takeshi acabaron con mi ejército, y además he tenido que mandar mi traje blanco al tinte por un churretón de sake! ¡Pero lo importante es seguir adelante, y vosotros sois los mejores soldados que he podido encontrar! - dice con cierto orgullo. - ¡Sé que seguramente no sobreviváis ni uno, pero hala! ¡Presentaos!

La primera en llegar es la Caputana.

La pobrecita vivia tranquilamente en el complejo Alpha. Su misión, y la de toda su familia clónica, era la de probar el funcionamiento de las granadas.
La primera de su familia murió probando que una granada SI funcionaba. La segunda de su familia murió ejecutada como traidora al demostrar que una granada NO funcionaba. La tercera murió tambien ejecutada al no poder devolver una granada tras hacerla funcionar "¡Pero si ha explotado! ¡Ya no queda nada!" "¡ZapZapZap! ¡PiumPium! ¡Puff!"

Así que la Caputana tuvo la brillante idea de escaparse. Se fue a una puerta en la que decia "Exterior: No salir o te ejecutamos" y lo primero que vió fue una legión de chinos corriendo, capitaneados por un tal General Tani

"E... esto... ¡Yo mejor corro delante de ellos, no sea que me atropellen!" pensó.
Como ella es muy lista, muy perfecta y muy fina aprendió a hablar el dialecto de esos chinos en tan sólo 14 horas (Entendedlo: es rubia) y de pronto se encuentra aquí. La CaputanaM-A-RVL-04

Por cierto, esa soy yo, la Caputana, alias caPUTAna.

"Me plesento, soy la CaputanaM-A-RVL-04 y soy Gai-Jin! En japones eso es algo así como 'Pelsona Gai" pelo mejol no lo digamos en voz muy alta"
"Genelal Tani ¿Nos dice otla vez cuando coblamos nuestlo sueldo?"

Chun-Lo proviene de Wuhan en la provincia Hubei donde ejerce como agente secreto de la interpol en misiones especiales peligrosas y de alto riesgo.

También tiene un restaurante de churros con chocolate en la que es el gerente y catador oficial de la masa, pero eso es un secreto oficial.

Informadores anónimos han desvelado que el premio de este concurso humor amarillo es un cartón de churros con extra de chocolate y han enviado a su mejor y más experto agente para comprobar que no han sido manipulados genéticamente para controlar las mentes de los chinos y crear un ejército dominado por el General Tani.

Chun-Lo aparece corriendo colina abajo tras la chica rubia lista -¡ Esos chulos selan míos!- grita a la veloz corredora antes de tropezar y caer al suelo, pero ágilmente retuerce su hermoso cuerpo y comienza a rodar a increíble velocidad para alcanzar a la participante y posicionarse en primer lugar en el descenso a la salida del concurso.

Yotoko Tukosita lo sabía. Había descubierto la verdad y la verdad era peligrosa para él. Fue buscado por las amarillas autoridades de su país en una salvaje y despiadada persecución por atraparle y silenciarle para siempre. Gracias a su innegable capacidad para mimetizarse con el entorno, pudo pasar desapercibido. ¿Quién iba a sospechar que alguien que usaba una garrafa de agua partida por la mitad como máscara antipatogenos, iba a conocer toda la verdad? ¡Nadie! 

Aunque el hecho de que no fuera atrapado nunca, posiblemente se debiera en realidad, a que las autoridades amarillas de su país, realmente no le estaban buscando y ni siquiera le consideraban una persona tan excéntrica que podría pasar por un simple loco al que nadie haría caso. Lo más probable era simplemente, que los servicios de inteligencia amarillos, ni tan siquiera supieran de la existencia de Yotoko Tukosita. 

- Me encanta que los planes salgan bien... - Se dijo a si mismo al leer al narrador omnisciente que acababa de describir de forma enigmática y escueta, pero terriblemente exacta, los últimos meses de la vida de aquel héroe de la nación amarilla. 

Fuera como fuera, tras pedir asilo a las autoridades yankies y entrar en un programa de protección de testigos, acabó subido en un avión con destino al nuevo continente. El hecho de que un agente del Emperador Nipón (o eso pensó inmediatamente Yotoko), intercambiara su pasaje con el de un recluso que fue enviado a formar parte de las hordas del general Tani, en su lucha por conquistar el castillo de Taksehi, desde luego fue un contratiempo para él.

- Ésto... yo no debería estar aquí... - Dijo siendo arrastrado por la horda amarilla que como una estampida corría como una masa dirigida por una mente colmena hacia quien sabe que peligros...

Ping Gao apenas es un chaval incapaz de hacer crecer su vello facial, igual que es incapaz de muchas otras cosas según su familia. El pobrecillo ni siquiera sabía que tenía que venir al programa hasta esta misma mañana, cuando le han despertado a gritos y lanzándole la típica fea ropa de deporte para que se vista y no llegue tarde. Así que tal cual ha salido de casa corriendo es como ha llegado hasta la colina. Obviamente tiene experiencia huyendo de los chancletazos de su madre, ¿pero será eso suficiente para pasar las pruebas?

- ¡Me llamo Ping Gao, tengo 16 años y vengo a hacer que mi madre esté orgullosa de mí! - le grita con el puño en alto como presentación al General Tani. El chaval es tan pringao que ni siquiera tiene acento de chino. 

Otra cosa que no sabe el chiquilín es que no le han enviado solo aquí para ganar el premio y compensar el hecho de no querer ser doctor, que también. En realidad en su casa ya saben que no va a ganar nada, pero así al menos se echan unas risas con las toñas que se meta. 

Según la siempre ilustre, cierta y contrastada wikipedia, Xi Jinping​ es, textualmente, blablabla y presidente de la República Popular China.

¿Y eso a qué viene? Viene a que Xi Jinping tiene un hermano: el hermano No, No Jingping, quien además de no ser doctor, tampoco es presidente.

Lo que nadie conoce es que No Jinping resulta ser el legítimo líder del país asiático, pero fue traicionado por su hermano y otra gentuza con pretextos tan vagos como estar loco, tener cerebro de mosquito o ser un psicópata. Algo que niega No Jinping.

Usando la identidad secreta de Belnaldino, un vendedor de jamón serrano de un remoto país tan different que es inimitable (y en palabras de un chino, eso es mucho), ha venido a ganar el campeonato por un motivo muy especial:

Según le ha dicho un pajarito muy fiable (uno azul y que recientemente parece una X), hay un epígrafe en las bases del concurso que dice que el ganador del mismo podrá retar al General Tani para quitarle el puesto y, con ello, el ejército.

Belnaldino quiere eso. Luego, vencer a Takeshi. Después, a su hermano. Una vez China sea suya... ¿quién sabe, señor Frodo querido lector?

Lewis fue arrojado del tren en marcha en el que viajaba por una pierna anónima, tal vez de hombre, por aquello de tener mas pelos en las piernas que ningún otro nadador. Rodando colina arriba, por que para él eso de la gravedad es pura fachada, hasta la misma cima donde el general Tani estaba obligando a la gente a ser voluntarios de su ejercito.

-Que narices... ¿Donde essoty? ¿Y este traje? ¿Y estos maravillosos lazitos? ¿Esos de allí son chinos? -Con la boca reseca por pensar en alto, se acerco al grueso de la gente para preguntar como se volvía de donde fuera que hubiera llegado, pero el opresor de la vara con ínfulas de líder le corto todo el rollo.
Por suerte entendía perfectamente el oriental, por alguna conveniencia de guion, y como buen recién llegado paso a presentarse.

-Lewis Straut, pa'servirles prodri... -Pero se cayo en seco al darse cuenta de donde estaba y carraspeo antes de volver a empezar. -Lewis Stlau, para sel útil a ustedes. -Mejor hablar su idioma no fuera que se ofendieran y se negaran a ayudarlo. -¿Pueden decilme pol donde se va? -El General Tani señalo, Lewis señalo incrédulo y al ver que otros bajaban lo que el había rodado, asintio y siguió al resto en busca de volver a casa o al menos a un lugar familiar.

Huan Cho, dueño de bazares de baratijas (en china lo de bazares chinos no se lleva) y varios restaurantes locales (chinos, pero para turistas) apareció por allí también. Había oído que había un premio por hacer nosequé, y eso de ganar a él se le daba bien. 

Aunque no tan bien como dar consejos.

Huan Cho era una fuente inagotable de proverbios heredados de sus ancestros, y convenientemente adaptados a cada ocasión.

Cuando vio la gente con la que se había juntado, y a aquel loco presentador dando voces, se mesó con calma su barba, suspiró y dijo para sí:

-Como dise el plovelbio de San Geol Lucas, episodio 4 velsículo 3.. "¿Quién es más loco, el loco o el loco que sigue al loco?"

Y allá que se fue tras los otros.

- ¡Muy bien! Más de la mitad no se han presentado y una ya me ha pedido dinero. ¡Osea, lo esperado! - asiente Tani. - ¡Pues no hay sueldo que valga hasta que conquistemos el Castillo de Takeshi, así que ya sabéis! ¡Todos al ataquerrr! - dice, señalando con su vara hacia el primer obstáculo y saliendo corriendo hacia allí.