Partida Rol por web

- ¡Piltrafillas! No esperaba decir esto en ningún caso, pero para ser un ejército reclutado en el parque, el baño del supermercado y el garaje de mi vecino lo habéis hecho muy bien. ¡Estoy orgulloso de vosotros! ¡Ya casi estamos en el castillo! - dice el General con el pecho hinchado por el orgullo. - ¡Pero no os alegréis todavía! Si el puente de Nakasone os pareció difícil de superar, lo que viene ahora se lleva la palma... ¡mirad lo que ha hecho el malvado Takeshi!

Tani señala con su vara un campo que hay delante de todos, con cinco agujeros en el suelo.

- ¡Para llegar a la fortaleza debemos cruzar unos túneles subterráneos, pero he recibido información de que algunos esbirros de Takeshi se han ocultado en algunos de los agujeros! ¡Pero no tenemos tiempo de pararnos a mirar dentro de cada uno, se hace de día y tengo dentista a las nueve! ¡Así que vamos, todos corriendo y sin pensar! - dice, y toca su silbato antes de apuntar a los agujeros con su vara. - ¡AL AGUJERÓN!

—¿¡Un agujero?!— dijo el doctor al escuchar las instrucciones del General Tani

—Nos han apaleado, maleado, dispalado, submelgido en agua, y no sé cuantas cosas más y ahola ¿nos quielen entel-lal vivos?..— se quejaba con temor Tekuro —..en fin, mi sueño es conquistal el castillo, y seguilé luchando pala conseguil-lo— añadió.

El doctor dio un rápido vistazo y se lanzó por el agujero E, que a simple vista parecía más grande y podía ser más cómodo.

Lleno de barro de la prueba anterior, Ping Gao llega sorprendentemente lejos en el programa. Asiente atento a las instrucciones del General y mira lo que señala en el campo. 

- ¡Agujeros malvados! - dice con una exclamación ahogada.

Pero no, no son los agujeros los malvados, sino lo que hay debajo. Al llegar allí, Ping Gao mira unos y otros con nerviosismo. Finalmente se decide, mira a cámara y echa a correr hacia su agujero. 

- ¡Lo siento, mamá! ¡Pero esta es la nota que saqué en el último examen de matemáticas! - grita antes de meterse en el agujero B. Esperemos que los esbirros de Takeshi acaben con sus penas o que llegue a ganar el programa y huya del país con la pasta, porque la que le espera en casa va a ser buena.

Siendo el tema tapar agujeros y siendo un conejo, todos sabrían o se esperarían que era la especialidad de Konehito Saltalín. Pero el problema era que él no era un conejo de verdad, así que su especialidad se limitaba a tapar algunos agujeros y no eran esos precisamente.

Miró en cual de ellos esconderse y descartó todos, pero en alguno debía meterse, así que se coló el que sin querer, correspondía con el nombre de su ex-esposa, Deborah. Pero eso fue algo que ocurrió hace mucho tiempo. Seguramente si hubiese sabido que tenía ese significado para él, hubiera elegido otro sitio donde saltar y ocultarse. O puede que "su ex" le diese suerte esta vez... eso no tardaría nada en averiguarlo.

Lewis que había vuelto a perderse y ya con las horas que eran no veia tres en un burro, es lo que tiene la edad, a vosotros también os pasara, caminaba decidido a encontrar un lugar donde le dieran indicaciones, pasar la noche o simplemente continuar caminando eternamente en ese infierno llamado oriente, cuando por azares del destino o del mismo programa al que era ajeno, callo en uno de los agujeros mal señalizados.
-¡¡Me cago en....!! -No llego a terminar la frase, pero seguramente fuera alguna queja al arquitecto de turno. ¿Y donde quedo el coco dorado? Bueno, eso es para otra historia.

¡Animados por el General Tani, todos los concursantes se lanzan a los agujeros uno tras otro! El Doctor Tekuro aterriza en su agujero y observa a su alrededor, prácticamente al mismo tiempo que el joven Ping Gao. ... Nadie. No hay nadie ahí excepto un túnel. ¡Debe ser el túnel que lleva al Castillo de Takeshi! ¡Están a salvo!

En cambio, de otro de los agujeros salen unos terribles, terribles gritos...

Y es que tanto el Konehito como Lewis, que le ha seguido en su incursión al agujero D, no sólo se encuentran con que no hay salida... sino que además están acompañados. Unas sonrisas malévolas los acompañan en la oscuridad, y dos personas los rodean con sus fuertes brazos mientras ríen de forma siniestra mientras piensan en sus aviesas intenciones. Uno de ellos tiene un pelo muy largo, y el otro no tiene pelo alguno...