Partida Rol por web

Repesca 1

- ¡Hola, queridos espectadores! ¡Soy yo otra vez, Pepe Livingstone! - dice el reportero de guerra a la cámara. - ¡El General Tani está muy ocupado conquistando el Castillo de Takeshi, así que me han puesto a mí al cargo de las pruebas de repesca! ¡Dicen que si lo hago bien igual se piensan lo de pagarme!

Pepe corre a situarse detrás de un pequeño atril con una cajita roja de cartón encima. La caja tiene un agujero por arriba, lo suficientemente grande como para meter la mano.

- ¡Así es como funciona! - dice Pepe. - Tenemos tres pruebas distintas para la repesca, y los concursantes se enfrentarán a una u otra dependiendo de la opción que saquen de la caja. En la caja hay tres bolas distintas, cada una con un número, así que los concursantes deben meter la mano en el agujero y agarrar fuerte una bola y sacarla, ¿vale? - dice, mirando al único concursante que hay allí, aunque frunce el ceño al darse cuenta de las cosas que está diciendo. - ¡Bueno, venga! ¡Saca una!

Un señor con bigote vino a despertar a Huan Cho de su letargo. No le dio tiempo ni a ver cómo se mataban los demás, se sentía con ganas de pedir la hoja de reclamaciones.

Parece ser que en este concurso después de la tempestad no viene la calma, sino que sigue habiendo más tormentas (o tormentos, depende).

Encima le hacía trabajar. Ésto ya rozaba la explotación laboral.

-Ansestlos desil que tú muy mala baba venil a molestal a mí. Como el que gualda siemple tiene, cogelé palomitas pala después. 

Como su túnica era cuca pero poco práctica (ya se vio en la fallida subida al castillo), tenía bolsillos pequeños, así que metió más palomitas en la boca.

De ese modo, con los carrillos inflados como un hamster y aún masticando, fue a hacer lo que el reportero le pedía. Se hizo de rogar haciendo girar las bolitas hasta centrifugarlas todas, para que le diera tiempo a tragar las palomitas.

Sacó una bola y se acercó a la cámara, enseñando la bolita y diciendo con voz sexy:

-¡Eeeeeeel doooooooossssss!

Y le guiñó un ojo  a los espectadores antes de volver a dejar la bolita en la caja.

- ¡El número dos! - repite Pepe, poniéndose delante de Huan Cho para que la cámara le enfoque a él en lugar de al concursante. - ¡Eso significa que te vas a enfrentar a El Cajón de Barro!

Pepe hace gestos a Huan Cho para que le siga, y va trotando hasta una especie de gran cajón de arena donde normalmente jugarían los niños, pero en lugar de arena está, efectivamente, lleno de barro. Marrón, denso, pringoso y oscuro.

- ¡Tienes tres minutos para encontrar una pepita dorada dentro del cajón! - explica Pepe. - ¡Pero no es de oro, sólo está pintada de dorado, así que nada de quedártela! Si la encuentras, ¡volverás a la prueba principal! ¿Listo? El tiempo empieza... ¡Ya!

Tras demostrar off the record una vez más su incultura, Huan Cho se dispone a tirarse a la piscina. Se remanga su túnica carísima de seda falsa, y la levanta también por debajo, dejando ver sus canillas escuálidas.

-Ansestlos envial plueba muy fliolela pala mí. ¡Pelo sel mi destino ganal!- dijo a cámara, alzando un puño triunfante.

¡Pero no, Huan Cho! 

Otra vez la suerte está en su contra, y tras zambullirse, mancharse y rebuscar no encontró nada.

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Paró un instante para frotarse los ojos llenos de barro y respirar, y se zambulló de nuevo. ¡Al menos con los baños de barro le iba a quedar una piel divina!

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De nuevo se alzó a respirar e intentar buscar algún lugar por el que no había mirado. Había un trozo de barro que aún estaba tranquilo, sin haber sido resuelto... Tal vez allí...

¡Piiii!

¡Es el silbato del final de la prueba, y al mismo tiempo el sonido de la victoria! ¡Huan Cho ha pasado la prueba en el último momento encontrando la pepita de oro en mitad de la piscina de barro, ¡así que tiene derecho a continuar participando en las pruebas!

... Todo esto más o menos se lo imagina él, porque Pepe Livingstone se ha marchado a hacer entrevistas a otra parte. Así que bajo la atenta mirada de la cámara que sigue enfocándole, Huan Cho se marcha con el resto de sus compañeros...