Partida Rol por web

Prueba 7
El Laberinto del Chinotauro

*** En lo más profundo del Castillo de Takeshi... ***

¡Takeshi, Takeshi!

¡No seas escandaloso, Júnior!
Que estaba mirando a los pringaos
que se han caído en Yamamoto.
¡Que hay uno que le han agarrado de...!

¡Es que se me ha ocurrido una idea buenísima!

Pero que ya hemos hablado de eso.
No vamos a poner una máquina de algodón de azúcar.

¡Que no es eso, es otra cosa!

De perritos calientes tampoco.

¡Que no, que no es sobre ninguna máquina!
Oye, ¿te has dado cuenta de que no has dicho
ninguna comida japonesa?

Pues es verdad.
Pero bueno, qué, ¿entonces qué es esa idea tuya?

¡Es una idea que va a solucionar
todos nuestros problemas con el ejército de Tani!

Pues ya puede ser buena, porque
los muy hijos de china siempre vuelven
con la tontería de la repesca.

¡Exacto! ¡Esa es la idea!

¿Lo qué?

¡La repesca!
¡Vamos a quitarla!
¡Así no volverán si los eliminamos!

...

¿...?

¡Júnior, se me ha ocurrido una idea!
¡Vamos a quitar las repescas!

¿Cómo?

¡Así no podrán volver si los eliminamos!

¡Pero Takeshi, esa idea era mía!

¡No digas tonterías, Júnior!

Takeshi le da una buena colleja a Júnior...

¡Ay! Pero...

¡Pero nada!
¡Si es que soy la leche, menuda idea!
¡Júnior, que cancelen las repescas desde ya!

Bueno... eh...

¿Qué pasa?

No, que el telegrama de organizar
las repescas ya lo he enviado. Así que...

¡Siempre igual, Júnior!

Takeshi le da otra colleja a Júnior...

¡Ay!
¿Siempre igual de qué?

¡Pues nada!
¡Los que pierdan en la prueba de hoy podrán ir a la repesca...
pero ninguno más! ¡Que ya están muy cerca del castillo!

Vale, vale, lo apunto.

Que por cierto, ¿cual es la prueba de hoy?

¡Un clásico, Takeshi!
¡El laberinto del Chinotauro!

¡Ostras!
Pues con lo difícil que es, igual se van todos a la última repesca...

***

- ¡Piltrafillas! - grita el General Tani, apoyado en su vara. - ¡Un monje xiaolin me dijo una vez: "¿Qué haces aquí? ¡Sal del almacén ahora mismo y devuelve toda la comida que has robado!". ¡Así que ya sabéis! ¡Poned esa enseñanza en práctica! - dicho esto, se gira hacia la siguiente prueba. - ¡Os presento el Laberinto del Chinotauro!

- ¡¿Quién sabe qué horrores nos aguardan ahí dentro?! Yo no lo sé, pero ya me diréis cuando paséis por ahí, porque esté en mitad del camino. ¡Así que planead bien vuestros movimientos!

E-6-8-12-17-18-16-13-S

Llegó el primero al laberinto. Eso le ayudaría mejor a ver algo... pero era todo como las madrigueras de los conejos: oscuras. No sabía que peligros podría encontrar, pero al menos sabía que no eran mortales. Así que eso consoló a Konehito.

- Ya tengo la luta. Cuando diga, genelal. - Le dijo a Tani.

Luego sentí que venían más y que uno de ellos, el de la botella en la cara, se me pegaba mucho por detrás. - Que cola el aile, amigo. Como muchas veldulas y soy plopenso a los gases... tu máscara no te ayudalá.

Yotoko escupió en sus manos y se las frotó listo para adentrarse en los horrores el laberinto del chinotauro. Aún le dolía la palma enrojecida de la mano derecha tras el tortazo propinado a la rubia escandalosa. Esperaba que no fuera un impedimento a la hora de enfrentarse a aquel nuevo reto.

- Estoy listo... - Dijo al posicionarse detrás del extraño individuo disfrazado de conejo. - Vaya tío... - Murmuró. - ¿No le da vergüenza salir con esas pintas?

- ¡Bueno, ya está bien de mentalizaros! ¡Es hora de pasar a la acción! ¡De uno en uno, eso sí! - aclara el General Tani alzando su vara y tocando su silbato. - ¡AL TURRÓN!

Belnaldino entró el primero en el laberinto. Como sabía que el camino suyo era el correcto, marchó con aires importantes y seguros sin encontrar problemas hasta que...

—¡Tú!— en la tercera sala había un malvado enemigo.-segulo que te envía mi helmano, Xi, ¿a qué sí?

Sin esperar respuesta, buscó su fusta de mando para castigarlo, ¡pero no la tenía! 

Raudo, cambió de estrategia y proyectó en su mente el ataque definitivo.

Primero, se lanzaría al suelo con el clásico movimiento del "armadillo rodador", despistando a Pinky Winky. Cuando llegase junto a él, se enroscaría a uno de sus pies con el ataque del "gusano del ano" y ascendiería cual "mandril monjil" clavando dedos y pies en las articulaciones, hasta llegar a la cabeza.

Especialmente importante era afianzar en las protuberancias más alargadas y carnosas, unos palillos chinos, a falta de mosquetones, para ayudarse a subir hasta la cima, sobre Pinky.

Una vez allí, con el susodicho dominado cual "huevo incubado", saltaría a la siguiente estancia y a proseguir con el camino. Hasta la victoria.

Estrategia pensada, Belnaldino se lanzó al suelo cual "armadillo rodador" y...

Ping Gao avanza por su ruta, tan asustado como si estuviera en una casa del terror. Va abriendo cada puerta a toquecitos, se asoma con cuidado y luego sigue, todo esto medio temblando y haciendo ruiditos de cobaya por el miedo.

Y el primer monstruo del tour aparece. No es difícil escuchar sus gruñidos antes de pasar la puerta, así que como si se estuviera escondiendo de su madre después de sacar malas notas, Ping Gao toma un desvío.

- Nononono, yo por ahí no paso, como me pille me va crujir como uno de esos quiroprácticos que tanto quieren que sea en mi familia... - se va murmurando.

Al abrir otra de las puertas, aparece el segundo monstruo: ¡Un calvo! En ese momento, los soniditos de cobaya se intensifican y Ping Gao intenta escaquearse de nuevo.

- Nononono, yo por ahí no paso, como me pille me va a pegar la calvicie... - murmura otra vez, intentando alejarse y encontrar el camino a la meta.

Yotoko comenzó a avanzar a través de aquellas habitaciones hexagonales. Notaba la tensión a cada paso, pues sabía que a cada puerta que abriera, podría encontrarse con alguna trampa o alguno de los secuaces de Takeshi y él no estaba hecho para pelear. De hecho, no sabía muy bien porque razón estaba allí, pero fuera por lo que fuera, iba a seguir hasta el final. Debía desenmascarar al miembro de la élite que estaba moviendo las fichas como marionetas.

- No colas Yotoko, no puedes hacel luido... - Se decía a si mismo a medida que iba abriendo puertas

Fue tras abrir la tercera cuando se econtró a un enclenque amarillo enfundado en unas mallas de color rosa. Estaba asomado a una de las puertas y dándole la espalda al intrépido cospiranoico. Yotoko se coló en la estancia cerrando tras de sí y con sumo cudiado la puerta que acababa de atravesar. Pegado a la pared, fue paso a paso acercándose a una nueva puerta y sin más dejó atrás la estancia y también al enmallado personaje.

—¡Un laberinto!— exclamó el doctor Otimato —Vilgencita de los lisiados, pelo si yo me pieldo en el supelmelcado..— dijo con cierto tono de pánico. Por un momento vinieron a su mente funestos recuerdos de cuando era un niño y se perdió en el pasillo de los chocoflakes, mientras su madre compraba jamón de York —¡Malditos chocoflakes, nunca olvidalé esos malavillosos y diabólicos dibujitos—

Con algo de temor entró en la primera sala y fue avanzando sin problemas hasta que recordó que yendo por los cubículos de la orilla correría el riesgo de caer al agua.

—¿Agua? No pol favol— y decidió adentrarse más hacia el centro. Pero cuando fue a abrir la puerta de la siguiente sala vio a la mala bestia conocida como “Animal” olisqueando el ambiente. Por suerte, lo pilló de espaldas y con un poco de sigilo intentó cerrar la puerta para continuar por otro lado.

Cuando ya intuía que se acercaba la salida de ese condenado complejo la suerte volvió a darle una bofetada al doctor. Otro enemigo apareció en su camino. Si “Animal” era una mala bestia, este espeluznante ser cubierto de pelo rojo como si fuese un demonio salido del inflamando empezó a perseguirle. Tekuro no tuvo más remedio que empezar a correr sin saber muy bien dónde ir. La bestia fue tras él como un perro de presa, y así estuvieron los dos, depredador y presa, corriendo en círculos dentro de la estancia. Así continuarían hasta que uno de ellos alcanzase al otro, o alguno cayese totalmente agotado debido a la carrera.

Konehito se metió en el laberinto, moviéndose con cuidado por si acaso se abría el suelo y caía por algún hueco o si le caía algo encima. Pero no fue así, se dio de morros con Animal, aquel a quien logró esquivar una vez... una. Eso había sido mucha suerte. Tenía que hacer algo deprisa, puesto que si le atrapaba estaba condenado. Así que optó por hacerse pasar por una conejita.

- Hola guapo. - Dijo modulando su voz, haciendo que sonase femenina y sexy y hablando un inglés perfecto. - Vi como mi hermano te esquivó en la prueba anterior... una lástima, debiste darle su merecido... - Se movió contoneando las caderas hacia Animal. - Eres más sexy de cerca que de lejos... ¡y qué músculos! - Dijo tocándole los bíceps. - Ahora entiendo porqué te llaman Animal... me excita ese nombre. - Konehito le acarició el rostro y le pasó el dedo pulgar, bajo el disfraz, por el mentón y lo subió a sus labios.

- Estoy segura de que sabes usarlos muy bien... ¿quieres que quedemos para cenar y conocernos? - Preguntó sensual, actuando tratando de no romper a reír. Se la estaba jugando. - Solo tienes que dejarme huir y seré tuya durante esa noche... - Cogió la mano de Animal y la puso sobre su pecho. Con el disfraz y la ropa que llevaba debajo más su cuerpo, si parecía que tenía algo de pecho. - ¿Qué me dices, grandullón? Si me agarras ahora... no me tendrás más que estos segundos...

- Oh, lo siento. ¿No hablas inglés? Cleía pol tu aspecto que ese ela tu idioma. - Le habló en chino esta vez. - Jijijijiji. - Rió llevándose la mano a la boca y tapándola con cuidado, mientras que doblaba las piernas y arqueaba la espalda, dejando ver claramente la forma y figura de su trasero con gran feminidad. - Que tonta soy pol cleel eso. Te lepetilé el plan. Si quieles cenal conmigo esta noche o mañana o las dos noches, tu debes dejalme il ya. Si no, lo único que te llevalás de mi selá el ablazo que me des pala que no huya... pelo cleeme, si cenas conmigo enfadalás mucho a mi helmano... el otlo Konehito que te ganó en la plueba anteliol...

** La incursión de Belnaldino **

¡Belnaldino es el primero en adentrarse en el Laberinto del Chinotauro! ¡Míralo, lanzándose decidido como un verdadero líder debe hacerlo! Avanza con decisión, atraviesa una puerta, luego otra... ¡Ay, eso es una columna, la puerta no se abre! Pero no pasa nada, Belnaldino sigue adelante... ¡Cuidado, Belnaldino, ese es Pinky Winky! Y sé que no lo parece, pero este esbirro de rosa es muy peligroso...

Espera, ¿qué está haciendo Belnaldino? ¿Es ese... el movimiento del armadillo rodador? ¡Increíble! ¡Fantástico! ¡Madre mía, soy incapaz de describir con palabras lo que está haciendo! ¡Y Pinky Winky intenta defenderse pero... no le sirve de nada! ¡Es impresionante! ¡Ha conseguido subirse encima de él y usarlo de apoyo para pasar a la siguiente sala! ¡Viva Belnaldino!

Y... ¡SÍ, HA CONSEGUIDO SUPERAR EL LABERINTO!

** La incursión de Ping Gao **

Ahora le toca a Ping Gao, un chaval al que no le quieren ni en su casa. Nos ha llamado su madre preguntando si podemos quedárnoslo unas semanas más y le hemos tenido que decir... ¡Que no, señora, que esto no es una guardería! Pero bueno, el chaval avanza... iba a decir con decisión, pero no. Abre las puertas como con miedo, como que no quiere encontrarse con nadie...

¡Y hace bien! ¡Cuidado, Ping Gao, ese es Animal! Pero por suerte parece que no lo ha visto todavía... ¿Conseguirá pasar sin que lo vea...? ¡Ay! ¡Ay, no, que lo está oliendo! ¡Está olfateando el aire! ¡Lo ha visto, lo ha visto! ¡Corre, Ping Gao, corre por tu vida!

¡Noooo, lo ha pillado! ¡Se lo lleva cargándolo como un saco de patatas y... lo lanza al agua! ¡Y el muy mala bestia se ríe de él y lo señala con el dedo! ¡Que no es nada a lo que no esté acostumbrado, pero...! ¡En fin, otra vez será, Ping Gao!

** La incursión de Yotoko **

¡Es el turno de Yotoko Tukosita, nuestro querido paranoico! Mira, ahí va... abre una puerta, mira despacito... y se adentra en la siguiente sala. Estilo Ping Gao, pero con mucho más estilo. Es que esas gafas son una pasada, yo quiero unas. Y curiosamente está siguiendo la misma ruta que Belnaldino... ¿estarán compinchados? ¿O igual es que aspira a ser tan importante como él? ¿Tendrá el mismo éxito que su compañero?

¡Ahí está, se ha encontrado con Pinky Winky! Pero el esbirro de Takeshi todavía no lo ha visto, ¡es su oportunidad! ¡Corre, Yotoko, aprovecha ahora que se está ajustando las mallas! ¡Le aprietan mucho de ahí! ¡Corre, Yotoko! ¡Sí, ha pasado! ¡Corre, corre!

¡Síiii, ha pasado! ¡Ha superado el laberinto!

** La incursión de Tekuro **

Y ahora tenemos a Tekuro, un hombre hecho a sí mismo, doctor en... ¿En qué es doctor este hombre? En fin, ahí lo tenemos, avanzando con decisión... Decisión es el nombre de su bata, por cierto, porque avanza agazapado y en sigilo igual que sus compañeros. ¡No hay ni uno que afronte esto con decisión!

En fin... avanza una sala, luego otra... ¡Ah, ahí está, se ha encontrado con Animal! ¡Pero se lo ha encontrado de espaldas, es su oportunidad de esquivarlo y así vengar a su compañero Ping Gao! ¡Cuidado, doctor! Ahí, ahí, mientras está de espaldas... ¡Sí, ha pasado! ¡Ha dejado atrás a Animal! ¡El doctor corre triunfante hacia la salida!

Uy, igual debería haber mirado un poco mejor a dónde iba... ¡se ha encontrado con Paco Peluca! ¡De frente*! ¡Y todo el mundo sabe que a Paco Peluca no le gustan nada los médicos, desde que el suyo le recetó un crecepelo que no funcionó como esperaba! ¡Lo está persiguiendo... corre, Tekuro, corre! ¡Sí! ¡Ya está, ya está ahí!

¡Atraviesa la puerta final! ¡Se ha salvado!

** La incursión del Konehito **

¡Le toca al Konehito, la mascota favorita de la partida! ¡Que diga, del programa! El Konehito es un participante que ha demostrado múltiples habilidades, como saltar, correr y darle en los morros a Pepe Livingstone! ¿Sabrá también encontrar la mejor ruta para salir del laberinto? ¡Ahora lo veremos, de momento se está adentrando con mucha precaución! ¡Y... se ha topado con Animal! ¡Cuidado, Konehito, que Animal come conejos como tú todos los días para desayunar!

Pero... ¿qué hace? ¿Están hablando? ¿Le está... intentando seducir? ¡Pero cómo! ¡Es imposible! ¡Parece que está obligando a Animal a tocarle! ¿Cómo va a reaccionar el esbirro occidental de Takeshi?

Pues... ¡parece que se está poniendo nervioso! Esto es un dato poco conocido, ¡pero Animal no ha estado nunca con ninguna mujer! ¡Se pone nervioso y hace tonterías! ¡Y el Konehito le está poniendo muy nervioso! ¿Será por esa habilidad felina que tiene para pasar las pruebas? ¡¿Qué hará Animal!

¡Ah, ahí va, ha salido corriendo! ¡Animal, no en Konehito! ¡No ha podido con la presión, y va abriendo puertas sin ton ni son hasta que... ay! ¡Se ha caído al agua, Animal ha acabado en el agua! Parece que el chapuzón le calma los nervios, pero mientras tanto... el Konehito ha llegado al final del laberinto. ¡¡Lo ha conseguido!!