Partida Rol por web

—¡Yo no te he visto en mi vida!

—¿Podrías explicarte, Allure?

La expresión juguetona de Allure había cambiado por completo a una bastante más perturbadora. Es más, habrías jurado que se le habían encendido los ojos como dos luces rojizas durante un instante al ver a Asthan.

Sin embargo, conforme pasaban los segundos, la entidad de la gema escrutó con la mirada al "elfo" y de pronto pareció algo confusa.

— ...Quizá me he confundido—murmuró a regañadientes como si ella misma tuviera sus reservas.

—¿De que va todo esto?—masculló Lynn que por motivos obvios no entendia ni la mitad de lo que estaba ocurriendo—. ¡No me irás a decir ahora que tú también eres un mago de sangre!

—¡No!—se horrorizó Asthan.

A Allure le dió por soltar una risita.

—Menuda racha llevas con los magos de sangre, cariño.

—Vuelve a la gema—fue la áspera respuesta de la clériga. Cuando a Allure se le cortó la risa y la miró al igual que si acabasen de salirle dos cabezas adicionales coronadas por un penacho de plumas cada una, añadió mostrándole el granate que había recogido del suelo:—. Soy tu dueña ahora, ¿verdad? Pues vuelve a la gema, ¡ya he tenido suficiente de esto por hoy!

El ambiente se llenó repentinamente de una sensación de helor, como si de pronto el aire tuviera peso. Allure se acercó a Lynn y apoyó las manos en las rodillas sonriendo a despecho de dicho fenómeno.

—Vamos a dejar una cosa clara—dijo agarrando a la clériga por la barbilla—. Eres dueña de la gema. Pero eso no quiere decir que yo esté obligada a hacerte caso.

Le dió un par de palmaditas en la mejilla.

—Aunque hoy me pillas de buen humor—comentó jovialmente. Y al instante en un susurro algo inquietante:—. No lo cojas por costumbre, ¿sí?

Antes de añadir nada más, volvió a deshacerse en una voluta serpentina de humo por la que flameaba alguna que otra llama violácea y fué absorbida por el granate.

La sensación en el ambiente desaparecío.

Hubo un momento incómodo de silencio. Lynn mantenía la expresión seria pero estaba sudando de modo que tranquila, lo que se dice tranquila, no debía estar.

—Que sea libre... —murmuró tras varios segundos con un jadeo incrédulo—. Me ata a un demonio, a mí, a una Hermana de la Capilla. Yme dice que sea libre. ¡¿CÓMO SE PUEDE SER LIBRE ASí?!

Pegó un sonoro y frustrado pisotón en el suelo.

—Me he arriesgado por él, he confiado siempre en él, le he defendido hasta lo indefendible. Le he dado mi corazón, lo ha tirado al suelo, y no con tento con ello aun encima lo pisotea. Si tenía la creencia de que podía utilizar a todo el mundo para sus intereses, bien, ¡conmigo desde luego lo consiguió!

Tras el último reniego hizo una pausa soltando una gran bocanada de aire y se llevó ambas manos a las sienes. Probablemente recordando lo que le habías dicho la última vez que se había sentido desengañada con algo. Por supuesto en aquella ocasión la cosa había llegado al límite pero aún así le sirvió para respirar hondo y calmarse ya que cuando volvió a abrir los ojos, habló sin gritar.

—Ya está. Se acabó—resopló, como si se hubiera cansado de estar enfadada. Luego volvió a dejarse caer sobre la manta que había estado usando antes para sentarse apoyando ambos codos en las rodillas.

Gabrielle percibió que algo había cambiado en Lynn, y sonrió.

—Ahora eres libre. Sólo que no de la forma que Dreren ideó para ti y quiso imponerte. La astilla ha salido de la herida, y ahora puedes curarte. 

Se acercó más y le depositó una mano sobre la suya.

—¡Abrazo sorpresa! —dijo, abalanzándose sobre ella. 

Y todo abrazo sorpresa iba acompañado por un ataque lateral de cosquillas.

Cedric se sorprendió sintiéndose mejor tras desprenderse del oro, especialmente después de las palabras de Lynn. Resultaba tonto, y poco propio de él, pero imaginó a Bethel sonriendo si le viera. Antaño, sentir los ojos de Bethel mirarle (incluso cuando no estaban en realidad ahí) le había hecho sentirse culpable al cometer delitos. Parecía que la invisible mirada de Bethel también podía tener el efecto contrario.

Sacudió la cabeza al escuchar sobre Ayla. No sabía qué pensaba de ella. A un nivel inconsciente, reconocía mucho de sí mismo en ella. Una vida definida por el autodesprecio, el miedo y la rabia, en ese orden. Pero Ayla no estaba bendecida como él con un perfil bajo y una existencia inconsecuente. Como consecuencia, Ayla no era solo una paria, sino una amenaza, incapaz de asumir responsabilidad ni aceptar ayuda aunque el mundo literalmente explotara a su alrededor.

—Sé lo que es aislarse del mundo por miedo. El aislamiento funciona en las dos direcciones. Ayla no quiere ayuda de nadie, y en el proceso de alejarse está dejando de importarle nadie. Parece demasiado consumida por sus propios problemas como para hablar de otra cosa que no sea eso. Ayla lo está pasando mal... igual que medio Ferelden. Igual que tú, pero mientras la llamas tu amiga y te ocupas de curarla ella está ocupada ofendiéndose y maldiciendo.

Se interrumpió con un suspiro. Podría seguir, y el Hacedor sabía que sentaba bien decir en voz alta todo eso que, hasta ahora mismo, no sabía que sentía. Pero Lynn no tenía culpa de que Cedric estuviera frustrado y confuso. Al final había sido él el del sermon.

—No cambiaré mi forma de tratar a Ayla porque creo que entiendo por lo que está pasando. Compartiré el peso, como me dijo Bethel, pero no sé si será suficiente.

Lynn te devolvió el abrazo sin muchas ganas de reirse, más bien parecía que te estuviera pidiendo perdón o algo así. Aunque cuando la atacaste sorpresivamente con las cosquillas soltó un cómico grito agudo y dió un bote en el sitio.

—¡Gabby!—hasta la voz le salió aguda también cuando trató de atraparte las muñecas en un acto de defensa anticosquillas. Una vez se hubo cerciorado de que estaba a salvo, suspiró aliviada—. La verdad es que no me siento muy libre, ¿qué vamos a hacer con Allure? Es decir, los demás... ya sabes.

Carraspeó.

—Y quizá sí, pero aún duele. Aunque al menos lo hace de otra manera—añadió refiriéndose a tu analogía sobre la herida. Ahora sonaba como quien avanza apaleado por un camino, pero avanza. No permanecía mortificada en un callejón sin salida como antes—. Si el amor es capaz de hacerle esto a una persona no... sé si es tan bueno como creía.

Astucia os miraba como si no supiera muy bien dónde meterse, de hecho se había quedado quieto en el sitio sin hacer ruido.

—Si quieres entender a una persona, no escuches sus palabras, observa su comportamiento—respondió Lynn—. Ayla se preocupa por la gente más de lo que está dispuesta a admitir.

Torció el gesto como si aquello le hubiese recordado algo triste.

—Si no me contó nada y se marchó del Círculo es porque sabía que si lo hacía, yo querría ayudarla—añadió—. ¿Y qué bien podía hacerme a mí, una Hermana de la Capilla, que me asociasen con alguien que algunos consideran una maléficar?

»Aislándose de la gente intenta no ponerla en peligro, aunque para ello tenga que ser desagradable. Pero algunos estamos dispuestos a ponernos en peligro por ayudarla y a ella la idea de que a alguien le pase algo por eso le da pánico. Como ya te he dicho, la gente que "la trata bien" escasea.

Suspiró hondamente y se abrazó las rodillas con tu última declaración.

—Es más que suficiente—te aseguró—. Aunque no lo parezca.

Lynn recordará lo que has dicho.

Lynn: Amistad (+5)

   Cedric: 100 PX

Se considera la escena cerrada, abriré en breve la siguiente ya con tus compañeros. Please, wait...

Gabrielle se separó de Lynn y meditó la respuesta, rascándose pensativamente una mejilla.

—Los demás deben saberlo —dijo al fin, aunque estaba segura de que no les iba a hacer ninguna gracia—. Allure puede ponernos a todos en peligro, intencionadamente o no. Sería injusto que no lo supieran. Por lo demás sugiero esperar y aprender de ella todo lo que podamos. Es imprudente apresurarse cuando uno trata con seres del Velo.

Suspiró y buscó la mirada de Asthan, por si él tenía algún consejo que darles. La compasión se asomó a los ojos de Gabrielle cuando escuchó la última frase de su amiga.

—Ojala se pudieran curar las heridas emocionales con tanta facilidad como curamos las físicas —suspiró Gabby—. Escucha: sé que estás dolida. Pero no ahondarías un corte para ver cuánto de profundo puedes clavar el cuchillo, ¿no? Pues lo mismo con esto. Piensa en otra cosa, no ahondes en el dolor, pues sólo te va a hacer sentir peor.

Dijo, y acompañó su consejo con un abrazo. 

Asthan desviaba la mirada a ratos. Quizá no sabía hasta qué punto Lynn se fiaba ahora de él, o igual es que estaba viendo en tu amiga sentimientos que tú sólo podías intuir mediante empatía. Fuera lo que fuese, no parecía estar muy cómodo con la situación.

—No sé cómo van a reaccionar los demás cuando les contemos lo de Allure... pero tampoco es que podamos impedirle que salga de la gema cuando le dé la gana así que supongo que es la mejor opción.

Esbozó una sonrisa triste cuando le mencionaste las heridas emocionales.

—Tienes razón... —suspiró devolviéndote el abrazo—. Lo voy a intentar, Gabby.

Lynn recordará lo que has dicho.

Habilidad nueva: Fe Inquebrantable (pasiva) Siempre que Lynn esté presente, Gabrielle gana +1 de moral a su TS de Voluntad.

Gabrielle: 250 PX