Asintió en dirección a Alexei.
—Ya lo he hecho —dijo con tono neutro antes de dedicar una mirada de hartazgo a Cedric—. Al parecer, Cedric no tenía ninguna prueba contra él después de todo.
Suspiró.
—En marcha. No tenemos tiempo que perder.
—Y si aparece estando ella sola, ¿qué?—Lynn resopló con agotamiento—. Por el amor de Andraste...
Se abrió paso entre vosotros a todas luces para ir a buscar a la apóstata. Wynne por su parte se limitó a rascarse la barbilla analíticamente.
—Tendría que haberle traido una bolsa de nevaditos—comentó—. La veo más estresada que de costumbre.
—Hablando de... irse—carraspeó Balaena aprovechando el inciso para hablar.—. Nosotros nos quedamos.
Nolan se colocó tras ella, cosa que provocó que la herrera le mirase, el orlesiano sonrió y asintió. Ella carraspeó frotándose las manos como si decir aquello le costara y volvió a girarse hacia vosotros.
—Parece que en Nordale hace falta un buen martillo... es decir, una milicia bien equipada evitaría muchos problemas y la gente estaría más segura—explicó—. Son personas amables, me gustaría ayudar. Y bueno... que parece un buen lugar y...
—Digamos que el altruismo de alguien le ha devuelto las ganas de volver a forjar y eso es estup... ¡ow!—el repentino entusiasmo de Nolan se dobló (y él también) cuando Balaena le dió un codazo disimulado en el estómago, a lo que terminó jadeando cómicamente:—. (Orlesiano) Je n'ai rien dit...
Tal'vashoth pareció pensativo.
—Quiero estar donde más se me necesite—dijo—. Si no se me necesita realmente, no podré volver a ser.
Miró a Gabrielle.
—Basalit'an—añadió—. ¿Soy de más ayuda acompañándoos a vosotros o quedándome aquí con ellos?
Gabby se acercó a Balaena para depositarle un beso en la mejilla. Y después le dio un abrazo a Nolan.
—Gracias por quedaros. Vendré a visitaros lo antes posible —les prometió.
Después se giró hacia Tal'vashoth.
—Das a tu afirmación la forma de una pregunta, pero ya conoces la respuesta. Aquí eres más necesario. Nosotros... nos apañaremos como podamos. Eso no quiere decir que no te vayamos a echar de menos. Cuídate y cuida de estas gentes ¿vale?
Gabrielle sabía que no era buena idea dedicar una de sus muestras de efusividad a un kossith, por muy Basalit-an que fuera. De modo que se contuvo y le colocó una mano en el brazo en gesto de cercanía.
Por último, se dirigió a su mentora.
—Aún estás a tiempo de conjurar una. Es lo que hacen los magos ¿no? —dijo con una sonrisa deslustrada—. Cuando llegues al Círculo dile a Irving...
Las palabras que iba a pronunciar murieron en su boca. En su lugar, pronunció otras:
—...que hubiera hecho lo mismo si hubiera sabido en qué me estaba metiendo. Y que intentaré que estéis orgullosa de mi como yo estoy orgullosa de pertenecer al Círculo de Ferelden.
Las lágrimas se agolparon en sus ojos y se arrojó a los brazos de su mentora.
—Si conociera la respuesta, no preguntaría—dijo Tal'vashoth ladeando la cabeza con la impecable lógica de los de su raza. Aunque luego miró en dirección al pueblo y pareció algo confuso—. ¿Tengo que hacer de niñera de gente adulta?
—A lo que Gabrielle se refiere es a que si alguien necesita ayuda, puedes ayudar.
—Entonces tengo que hacer el trabajo de la guardia—contestó Tal'Vashot—. Pero siendo sólo uno.
—No, no ayudar a TODO el mundo a la vez—Balaena suspiró con desesperación—. Hacedor, ¿por qué tienes que ser tan literal?
Wynne soltó una risita cascada.
—Sí, es lo que hacen los magos pero no lo digas muy alto—dijo entregándote con gesto confidencial... un saquillo bastante lleno—. Hay quienes los compra en el mercado.
Sonrió con ternura y le devolvió el abrazo a Gabrielle.
—¿Y quien te dice que no sabía eso ya? ¿O que no lo estamos ya?—respondió—. A veces pienso que ese hombre debía tener cosas planeadas ya antes de nacer.
—¿Estáis... seguros de que no os vendría bien un poco de grandullón gris por los caminos?—carraspeó Nolan algo preocupado, creyendo tal vez que la congoja de Gabrielle se debía a la perspectiva de partir siendo menos—. Es decir, a mí me parecen más peligrosos que este pueblo. Y no sé dónde vais, pero también soleis meteros en sitios más peligrosos que este pueblo.
—Sí, nos vendría bien, no voy a negarlo. La misión es bastante desesperada —asintió Gabrielle—. Pero él me ha preguntado dónde podía sentirse más realizado y yo le he respondido. Asit-tal eb. Esa es la obligación de ser Basalit-an. No creo que correteando detrás de las reliquias de una profetisa en la que no cree sea mejor para él que quedarse aquí, ayudándoos a vosotros y a las gentes de Nordale. Sataareth kadan hass-toh issala ebasit.
Nolan se quedó unos instantes mirando a Gabrielle con expresión neutra, luego dejó caer los hombros en un cómico y teatral gesto desdichado.
—¿Dónde está la clériga cuando necesito tradución... ?—suspiró—. En fin, vale. Pero tened cuidado, porque me voy a enfadar y mucho como os pase algo por tratar de protegernos a nosotros.
Wynne miró al kossith que mostraba una expresión algo pensativa y más taciturna que de cosumbre.
—Eres un Tal'vashoth, ¿verdad?
El gigante gris miró a la anciana y asintió. Esta se acercó para decirle algo al oído que provocó que arquease las cejas. Tras unos instantes recuperó el ceño y asintió... sin decir nada.