Partida Rol por web

Unos nudillos repentinos llamaron a la puerta con lo que Wynne primero enarcó una ceja y luego se encogió de hombros.

—Adelante.

La puerta se entreabrió y la cabeza de un templario asomó por ella. El hombre enarcó las cejas al verte y tú pudiste reconocerlo: Era el mismo templario que había ido a despertarte para tu Angustia.

—Vaya, el Círculo es un pañuelo—dijo con una tenue sonrisa. Luego miró a Wynne—. El Caballero Comandante me ha dicho que viniese a buscarla, que "ya es la hora", la está esperando en el recibidor de la entrada.

Wynne suspiró y te miró.

—Hacedor... parece que no pierden el tiempo. Deberías coger tu equipaje, pequeña—luego sonrió—. Te acompañaré hasta el recibidor.

No sin cierta solemnidad Dreren colocó las manos relajadamente sobre el escritorio, extendiendo los brazos sobre la superficie en paralelo a las tapas del libro sobre el que había posado todo aquel tiempo la mirada. El lirio tenía un aspecto líquido, fluído, y el mago esperaba que siguiese siendo así, le gustaba su resplandor...lo evidente era que ya se había hecho fuerte en su piel y jamás se desprendería.

 Se puso en pie alzando la silla con la diestra sin volver la vista atrás, sin arrastrarla. Recogió los libros, no cargaría con ellos. Se mantuvo tranquilo.

 Entonces se giró hacia Lynn y le dedicó una sonrisa sólo propia de sus labios. Poco evidente, pero cálida y fuerte, como lo es el sol justo antes de salir.

 - Fantástico. - resolvió la situación con naturalidad. - Ya pensaba que venías a buscarme porque me había metido en otro lío.

 Bromeó tratando de que la "hermana" sostuviese cierta armonía con su compañía y también con el hecho de que pronto estaría lejos de allí.

 Iremos bien acompañados... pensó en decir, aunque no estaba seguro. Pensó que era muy probable que enviasen a varios templarios con ellos. Cualquier otra idea sería la de un necio. El camino a seguir podía estar fijado por los templarios de antemano, no podían dejar a un hechicero suelto por las cenizas de la ruina con una joven hermana de la capilla a la que controlar mentalmente después de coquetear con la magia de sangre. Lo que no sabía, y de ahí su prudencia al no decir nada al respecto, era si ellos sabrían que estaban siendo vigilados o sería algo más...secreto, más oculto.

 En cualquier caso, eliminaba el riesgo de perecer en el camino por el asalto de un par de bandidos. O eso esperaba.

 - ¿Tienes todo preparado? - se interesó, no le importaría escuchar una lista en voz alzada si eso la ayudaba, aunque sabía de sobra que era una mujer metódica.

 Mientras Dreren tomaba lo que había tenido preparado casi desde el primer minuto.

 - ¿Estás lista? - y aquello equivalía a lo que Gabrielle apuntaría como un "¿Te encuentras bien?" es decir, a la preocupación de la que se supone Dreren carecía por los seres vivos.

- Estás muy guapa, Lynn.

 Tu si que has pensado en no ir declarando tu condición en todo momento. Dreren no escuchó mi consejo de vestir de una forma más acorde a un viaje de esta embergadura.

 La túnica tiene más significado del que parece, en ocasiones es mejor dejar hablar a esos bonitos ojos. Croac.

 Apreció la rana sobre el estado de la hermana de la capilla. Daba saltos de un lado a otro entre el escaso equipaje de Dreren para evitar ser "aplastada" por algún fardo, pergamino o capa. Al final terminaría en el hombro de Dreren a un salto de su capucha, el eterno refugio.

 - Te sienta bien. ¡Croac!

 Sonrió como lo hacía Dreren en ese mismo instante pero de forma mucho más evidente.

- El viaje no es para tanto.

 No le hagas caso a Wish. - dijo sin borrar la sonrisa del rostro mientras negaba. - Volveremos antes de que nos demos cuenta de que nos habíamos ido.

 O vendrán por nosotros a rastras. - Recriminó parecería que a las propias paredes de aquella habitación.

 Un suspiro quedo brotó de entre sus labios y su mirada se clavó en los ojos de Lynn.

 - Serán...como unas vacaciones entre amigos.

El comentario sobre ir a buscarte por si te habías metido en otro lío consiguió dibujar una tenue sonrisa en el rostro de Lynn. La clériga esperó a que alcanzases el umbral de la puerta antes de responder.

—Sí, estoy lista—dijo—. No tengo más elección.

Rió un poco entre dientes con el comentario de Wish una vez os pusisteis a caminar. Al girarse, alcanzaste a ver el extremo de un arco asomando de detrás de la larga trenza que le colgaba por la espalda (claro que aquello tenía su lógica porque llevar solamente un carcaj resultaría absurdo)

—Gracias, Wish—contestó. Luego te miró con gesto escéptico—. ¿En lo de que me queda bien la túnica le hago caso también o no?

Obviamente era otro intento por tratar de relajar el ambiente. El comentario sobre que parecerían unas vacaciones la hizo suspirar; al menos el camino de allí a la entrada principal del Círculo no sería silencioso.

—Es la primera vez que sales del Círculo, ¿verdad?—preguntó—. ¿No te asusta el cómo pueda estar Ferelden después de la Ruina?

- No se trata de la túnica. - Se defendió tanto de Wish como de Lynn pero de una forma amigable. - Sino de lo que hay dentro.

 Prefiero fijarme en tu sonrisa. - esperaba haber esquivado la pregunta.

 Wish se llevo las manos a la cabeza para taparse los ojos con las ancas, no sabía muy bien como podía terminar aquello. Pero Dreren no había sido muy hábil según la opinión de su familiar.

 - Esa pregunta no necesita respuesta. - Contestó en un susurro a las últimas palabras de la clériga. Su paso era tranquilo, y aunque muchos pudieran asociarle con la idea de que salir de allí era lo mejor que pudiese ocurrirle, Dreren parecía querer disfrutar de sus últimos pasos (por el momento) en el círculo. No eran lo suficientemente lentos como para levantar sospecha, y no tenía miedo, ni dudas. Era lo bueno de Dreren, a veces, lo malo, como atestiguaba el lirio.

 Brilló casi tanto que su mirada en busca de detalles. Los pómulos de Lynn, su cabello, el simbolo que se ocultaba más allá de su pecho, y el arco.

 - Apenas recuerdo nada de Ferelden, si es que debería. Es un mundo inexplorado para mi. Eso lo convierte en algo peligroso, y para algunos seguro que desafortunado. Si estamos en el círculo es por un motivo, asique también es dificil preveer lo que acarreará mi presencia en el exterior, o lo que es peor, la de Ayla.

 Pero creo que encontraré trazas de lo antiguo y lo nuevo.

 Restros de la opresión de los adoradores de los dragones, de aquellos que temen a la magia. Individuos con ánimo de alzarse sobre los hombros de los demás o sobre sus cadáveres gracias a sus desgracias, o las nuestras. Pero también personas que se hayan inspirado en lo que tan recientemente ha acaecido para saber que se puede colaborar y triunfar, que se puede convivir...

 aunque haya hecho falta un enemigo común.

 Sé que no será todo lo que vea, pero espero contemplar parte de la humildad y hospitalidad de Irving para con nuestra nueva aprendiz. - se refería a la noticia conocida por todos, la enana del círculo, sin habilidades mágicas, pero aún así...

 - Por eso - explicó - prefiero no prejuzgar lo que encontraré ahí fuera.

 Puede que no sea fácil dejar atrás el círculo o encajar en ese mundo, o lo que queda de él. Pero no me asusta. Sólo puedo honrar esta posibilidad y dar gracias por ella.

 No puedo ni imaginar lo mucho que aprenderé de lo que hay más allá del lago. - puede que viniendo de Dreren el aprendizaje pudiese resumirse a aprender nuevas habilidades mágicas u otra clase de experimentos, pero él también se refería a los sentimientos, a la convivencia, a las penurias de la ruina, a...vivir...a exactamente aquello de lo que les privaban en el círculo.

 Vivir plenamente.

 Lo dificil sería querer regresar...por oscuro y tenebroso que fuese el mundo que les esperaba ahí fuera.