Partida Rol por web

Consigues alcanzar a oir unas breves frases entre los dos extranjeros, pero al asomar tu cabeza por el borde del techo del taller ves inmediatamente un wab, ayudante de sacerdote, justo a las puertas de la habitación. Permaneces unos minutos sin saber muy bien qué hacer, pues el sumo-sacerdote no está, no hay ningún sacerdote a la vista (probablemente refugiados en sus propias habitaciones), un par de guardias cerca y dos extranjeros que hablar en su incomprensible lengua tras la puerta de madera que han cerrado tras de sí...

Y entonces suenan gritos, del lado por el que viniste la primera vez. Aunque ininteligibles, dada la distancia y las casa, en el silencio de la noche son cláramente distinguibles como tales.

Intento ver en que lugar puedo refujiarme, algun lado donde haya al menos algo de sombra, cerca de los cambios de altura del tejado por ejemplo. Tras los gritos seguramente los guardias estaran mas atentos y quizas los extranjeros suban para observar lo acontecido.

Desde que me descubrio el ser del rio no me fio tanto de mis capacidades de ofuscacion.

Los gritos, que de nuevo vuelven a sonar, parecen proceder de algún lugar entre las callejuelas en las que te refugiaste hace un rato, para que no te descubrieran los guardias del templo de Set.

Los guardias, como supusiste, al oir los gritos se tensan y parecen más atentos, pero sin mirarte, sino mirando con intensidad hacia el origen de los gritos. Alguien ligero de pies podría haber pasado a su lado sin que se dieran cuenta en ese preciso momento. No obstante, por precaución, buscas la seguridad de las pocas sombras que puedes alcanzar en esta altura.

Al instante oyes la voz del sumo-sacerdote que, asomando por el umbral de la sala de la estatua de Set -el lugar más sagrado del templo- pide a gritos a un wab que le informe de lo que está sucediendo. Simultáneamente el chico extranjero sale al patio, mirando hacia dicha sala.

Me fijo sobre todo en el extranjero. En su aspecto...

Es de piel palida, respira, suda, lleva simbolos dibujados.

Al mismo tiempo pienso el los gritos.

Parece que los que salieron a buscarme encontraron "otras cosas", sombras probablemente. Puede que ya esten aqui, que vengan hacia aqui en este momento. Ahora veremos de que son capaces los setitas.

El sumo-sacerdote ordena con el brazo que el extranjero vuelva a su habitación, pero este permanece en el patio, desafiante.

Mientras tanto vuelven a sonar gritos de dolor y muerte en algún lugar de las callejuelas, más o menos por la misma zona que antes.

Los soldados se muestran muy agitados.

Entonces surge la cabeza de la mujer, con su larga melena oscura y susurra más que dice un: "Los guardias están aterrados. Mueren entre gritos de pánico"

¡¡Arquiro insensato, regresa y protege a Andrómeda!! Toda la voz de su interior salió para retumbar por el patio, asomándose más que lo necesario, cuando esa sensación de volver dentro se apoderó de su cuerpo. Susurrando entre dientes, maldito Arquiro, es que acaso no le expliqué del peligro que nos acechaba, por qué cometer tal locura... qué se podrá hacer ahora, aún somos débiles. Cómo una inspiración se arrodilló y comenzó a rezarle a Seth para que nos librara de tal mal, rogando a la destrucción, pidiendo su fuerza para superar tales peligros.

Hummmm!!! Interesante, interesante....

Me acerco para contemplar la escena, aun cauteloso.

Estos no parecen ser tan poderosos como aquel que se encontraba en el rio.

Agazapado en el borde de la azotea observo la situacion.

Arquiro parece ser el extranjero que se a quedado en el patio, por lo que Andromeda debe de ser la extranjera. El tercero parace el sumo sacerdote de Seth.

Los observo bien.

El sumo sacerdote obviamente es un vastago, pero los otros dos lo son tambien?
Por que le rezara un vastago a un Dios....seria un Dios lo que havia en la orilla...no, no era un dios, pero desde luego era poderoso...no creo que me viera, creo que su magia le aviso. Pero estos no llevan simbolos en el cuerpo, eston no parecen tener los mismos poderes. Estoy igual de cerca o mas de lo que estaba del ser del rio y no se han percatado de mi presencia.

Desde donde estoy empiezo a valorar la posibilidad de bajar. Obviamente sin usar la escalera, descolgarme sera mucho mas silencioso.

Miestras hago esto no dejo de oir los gritos de los pobres soldados que fueron en mi busca. Las sombras sin duda los han encontrado.

Hasta el suelo hay algo más de dos metros y medio de caída, así que lo único que te preocuparía es hacer ruido al caer al suelo, no el daño que pudieras hacerte. Aterrizarías cerca de Andrómeda.

La situación está iluminada pobremente, apenas un brasero debe dar luz al santuario de la estatua de Set y está cubierta su entrada por una pesada tela, el patio, de tal vez unos 10x10m(1) está iluminado por dos antorchas, una a cada lado del patio, una cerca de la "puerta" al primer patio (que es también de dimensiones más generosas) y otra a la entrada de la habitación de Set. Ambas de dimensiones y brillo modesto. Los guardias que vigilan desde lo alto no llevan luces, adaptando su vista a la oscuridad de la noche, aunque tienen a sus espaldas el brillo de las antorchas. Dos guardias más están a las puertas de ese mismo patio, pero por la parte de fuera, no en el propio patio interior en el que se encuentran sacerdote, extranjeros y wab. Un wab acaba de ascender a toda prisa por la escalera de madera del otro lado del patio, para reunirse con los guardias, petrificados por la situación. Puede que hayan visto algo demasiado sobrecogedor.

Mientras "mides" la situación, Arquiro, el joven extranjero, se vuelve casi en tu dirección, mirando abajo, hacia la belleza extranjera que asoma por la puerta de la habitación.

-¿Qué crees que debemos hacer? ¡¡Tampoco deseo morir acorralado en mi habitación, como una rata inofensiva!!

La bella mujer parece dudar.

-Yo... -comienza- ¿qué ha sido eso? -dice volviendo su cabeza hacia el tejado sobre la habitación.

Te mira, te está buscando. Estás seguro.

Doy unos simples pasos hacia atras hasta quedar fuera del campo de vision de Andromeda y me fijo en si Arquino tambien me busca o me ve, ya que aun estare dentro de su campo de vision.

Estas gentes...tendran tambien poderes...relamente me vera o solo siente mi presencia...

Veamos que hacen, subiran a por mi...y miro la disposicion de las casas cercanas por este lado tramando ya una posible ruta de huida.

Lo siguiente que pasa, dado tu recolocación, está fuera de tu ángulo visual, pero escuchas perfectamente a Arquiro gritar:

-¡Ve con Joseth! ¡Los guardias le protegerán con su vida!

Retrocedes, la mujer desapareciendo de la vista, así como el joven extranjero, pero al cabo de poco, ya habiéndote dado tiempo a evaluar tus posibles vías de escapatoria, el joven aparece por el borde del tejado, subiendo por la escalera de madera dispuesta en este costado. Luego examina con atención la zona en la que os encontráis, ignorando a los guardias (que por otra parte parecen más bien abstraídos). Incluso olisquea un poco. Pero su mirada pasa sobre ti sin que haya ningún tipo de reacción.

Giro alrededor del patio mientras observo tanto al extranjero que a subido como lo que pueda ver del patio, con cuidado de no ser "visto" de nuevo por andromeda.

El extraño me busca?

Asi mismo quiero acercarme a ver que es lo que tanto temen los guardias, estaran ya las sombras aqui?

Tras buscar durante no demasiado tiempo Arquiro se retira del centro del tejado con la respiración un poco menos acelerada. Parece pensativo. Finalmente vuelve a descender por la escalera por la que había subido.

Mientras tanto ha habido algún tipo de conversación en la habitación de la estatua entre el sumo-sacerdote y la mujer, pero que no has llegado a poder oir bien.

Repentínamente suena otro grito, esta vez mucho más cercano. Sólo hay que mirar hacia el primer patio. Uno de los guardias acaba de ser atravesado de un lanzazo y ha caído desde el tejado de los talleres al patio. Ni que hay que decir que no parece tener muchas posibilidades de sobrevivir. El guardia que estaba justo al costado suelta la lanza y corre en dirección contraria a toda velocidad, hacia vuestra posición, por los tejados del templo.

Aprovechando el griterio, el ajetreo y el ruido, bajo al patio donde intento esconderme en las sombras y detras de la puerta antes de que el sacerdote la abra.

El sumo-sacerdote parece haberse esfumado, mientras que el muchacho extranjero grita a pleno pulmón:

-¡Andrómeda! -grita, desesperado- ¡Sal de aquí!

Y luego dirigiéndose a las sombras:

-¡Armas, Joseth! ¡Necesitamos armas!

Te sorprende lo que sucede a continuación: un enorme ser, que sobrepasa ampliamente los 2 metros de altura, acaba de trepar o más bien saltar hasta lo alto del templo, por la parte en que había sido abatido el guardia atravesado por la lanza y en décimas de segundo realiza un segundo salto hasta alcanzar al guardia que se estaba dando a la fuga. Ante tus atónitos ojos comienza a destrozarlo.

-¡Por los dioses! -grita Arquiro, aterrorizado- ¡Tenemos que salir de aquí ahora, no hay posibilidad de enfrentarse a eso! ¡Hay que buscar una salida, un tunel, algo que nos aleje del templo!