Partida Rol por web

Mientras Chloe y Sharon se reencuentran, fijan sus ojos en la multitud intentando recuperar el aliento. Siempre habían estado allí el uno para el otro, pero ahora que eran menos personas, pueden sentir que su unión se ha vuelto una necesidad, casi una obsesión por estar cerca al otro. La idea de perder al otro se vuelve su pesadilla y su mayor temor, pues sabiendo que sus vidas podrán terminar rápidamente, es mejor disfrutar al máximo de aquel tiempo que les queda.

Sus almas se han encontrado para unirse por siempre, sus ojos se cruzaron en un mágico instante donde la sensación de regocijo fue infinita. Una dicha sin nombre los embarga al estar al lado de esa persona y de repente, todo puede verse con otros ojos.

A partir de este momento, sus almas han sido entrelazadas y la vida sin esta persona pierde total sentido. Son el uno para el otro, desde hoy y para siempre.

- Nick, cariño, Nick. ¡Pensaba que te perdía! - Dijo con los ojos llorosos en cuanto tuvieron un momento para ellos. - ¿Qué te han hecho?

- Aun vas a tener que aguantarme un poco más, guapa. - intente bromear, pero apenas tenia ganas. Aquella situación me había desgastado y el humor había quedado escondido bajo el temor y el dolor. - No se que me han hecho. Me notaba desfallecer, pensaba que iba a morir, y de repente empece a encontrarme mejor. Algo perdido, pero bien. - cojo sus manos entre las mías. - Tu me ayudaste a aguantar, a resistirme a caer. No voy a dejarte, no podrán con nosotros. No si estamos juntos.-  

Niego con la cabeza.

- No, no podrán... Te amo, Nicholas. Siento no habértelo dicho antes, tenía miedo de hacerte daño, tenía miedo de hacerte tener ilusiones y que después... pasara algo malo, pero... mi amor, no podría perdonármelo si te abandono y te falto al respeto. En cuanto todo esto termine, saldremos de aquí, juntos, y te ayudaré a seguir tu sueño. Y tendremos una familia, ¿vale?

- Me encantaría formar una familia contigo, Tania. Yo también te amo. También quería decírtelo pero... temía por mi muerte y pensaba que sería más fácil para ti... pero ahora ya no importa. Saldremos de aquí, tendremos una familia, yo iré a la escuela de leyes y tu encontraras otro lugar donde cantar, si es lo que quieres. Todo saldrá bien, me encargare de ello. - 

La acerque a mi para besarla apasionadamente. 

- Saldremos adelante. - 

Se dejó besar y asintió mientras se acurrucaba en su pecho.

- Sí... saldremos adelante. Y me contentaré con cantarte a ti... 

Sonrío, imaginando una felicidad futura, lejos de aquel espanto. Pero antes... 

- Tania.- la separo de mi para mirarla a los ojos. - No te mentiré. - temo que me rechace, que no lo comprenda. Pero no podía vivir engañándola, tenía que saber la verdad. - Soy uno de los sin rostro...- Espere a ver su reacción, dejándola libre para que se alejara si quisiera, para que me abofeteara. - Deja que te explique. Yo... no tenía planeado todo esto. Ni siquiera era uno de ellos cuando llegamos para tocar pero luego... Dean me convenció. A él también le habían convencido. Yo no te hubiera metido en esto...- Era complicado explicárselo. Me daría la espalda y no sabría más de ella, mi vida perdería su sentido. - En parte es por ti, por todo lo que has tenido que sufrir en tu vida. Por su racismo. Por como nos explotan a quienes no tenemos nada, por la forma en que nos maltratan y nos humillan, por como nos desprecian, por como nos roban todo el dinero para poder seguir viviendo a nuestra costa. Ahora ellos deben pagar, sufrir por todo lo que han hecho o por todo a lo que no quieren ponerle fin. Es justo. Ellos matan impunemente y ahora les toca soportar las consecuencias. - hablaba convencido de mis palabras, aunque temeroso por su respuesta a ellas. 

- N- no... no... - Dijo, atormentada por sus palabras. - No puede ser... No puede ser... Es imposible... Entonces, ¿todo lo que has dicho sobre Antonella? ¿Es mentira? ¿Sobre el ministro? - Sintió la tentación de arrearle una bofetada pero lo quería tanto. - ¿Por qué has hecho esto, Nick? - Cogió su rostro entre las manos. - ¿Por qué? ¿Qué voy a hacer yo ahora?

-Yo...- las lagrimas se agolparon en mis ojos, a punto de derramarse. Creía que era justo, que era lo que debía hacerse, pero ver a Tania, la mujer a la que amaba, tan conmocionada y decepcionada hacia que mis convicciones se tambaleasen. - Antonella era una sin rostro. Fue cuando vinieron a por mi, no pudieron matarme, algo frenaba su cuchillo. Entonces Dean me contó lo que hacían, me explicó su cometido. Me pareció tan justo... Ellos lo tienen todo y nos pisotean al resto para seguir viviendo en la opulencia y en la comodidad, sin siquiera mostrar respeto por quienes hacen posible su modo de vida. Alguien tiene que darles una lección, enseñarles que no pueden hacer lo que les plazca sin que haya consecuencias. Era la hora de entrar en acción y dejar de mirar. Yo...- no podía mirarle a la cara por más tiempo.- Lo siento, Tania. Lo siento. Pero... tengo que acabar lo que empece. -alce un poco la cabeza, casi con timidez, pero sin llegar a mirarle a la cara. Estire el brazo para cogerle una mano (si me dejaba) - Te prometo que cuando acabe esto dejaré la banda y nos iremos lejos, formaremos una familia como estábamos planeando... Tu cantando para mi... disfrutando de la vida... Si aun quieres... Yo... te amo tanto, no soportaría perderte, pero... tengo que acabar con esto. Lo siento Tania... siento que estés involucrada... - 

Se llevó las manos al rostro.

- ¿Y qué hago yo ahora? ¿Qué? No está bien lo que has hecho. ¡No! - Se alejó de él y sacudió la mano. - No puedo colaborar contigo, Nick. No puedo... ¿Acaso te crees que querría tener un hijo con un asesino? ¿Y si de pronto te enfada cómo se comporta? ¿Y si te enfado yo? ¿Decidirás arrancarme la cara de cuajo?

Empezó a palparse el rostro.

- Oh Dios... Ahora... ahora vais a matarme.

- Tania. - Me levante, pero no me acerque. - Nadie va a hacerte daño, no lo permitiré, y tampoco sería capaz de hacer nada en contra de ningún hijo nuestro. 

Tras aclarar aquel punto, y sin aproximarme más para no ponerla más nerviosa, continué hablando. 

- Si ellos mataban a un esclavo no eran asesinos, estaban en su derecho. Si ahora apalean hasta la muerte a un negro algunos los verían como héroes y acabarían absolviéndolos. Si acaban embargando a una persona hasta su casa y lo mandan a la calle, para que se muera de hambre, hacen negocios. Y si un hombre importante viola a una inocente muchacha conseguirá quedar impune, porque ella iba provocando ¿No lo ves? Ellos son los asesinos y nosotros tenemos que mirar para otro lado, como si tener dinero y una buena posición te diera licencia para matar. Dominan el mundo, nuestro mundo, y deciden quien vive y quien muere, quien tiene y quien no tiene, quien progresa y quien se hunde. ¿Quien los juzga a ellos si los jueces son sus amigos? ¿cuánto han tardado en proponer un método para matar sin ningún tipo de prueba? Ellos creen que no las necesitan. Cuando esto acabe se irán de rositas aunque hayan acabado con vidas inocentes. Repartirán unos fajos y la culpa caerá sobre los de siempre... 

Me pongo de rodillas.

- Ellos seguirán matando sin pudor para hacer dinero y se encubrirán entre ellos, tras la ley que ellos mismos nos han impuesto. Una ley que solo afecta a los pobres, a quienes no tenemos dinero. ¿Te parece eso justo? - hago una breve pausa. - Entiendo que no creas que esta no es la mejor manera, yo tampoco lo creo, pero tras haberlo probado todo es nuestra última baza... ¿o acaso crees que van a hacer caso a cualquier otro tipo de protesta?

La miro con gesto desolado, sentía que la perdía para siempre y eso estaba por encima de mis fuerzas.

- Cariño, no me dejes. No podría vivir sin ti... Yo... yo no soy un asesino... soy un soldado... - las lagrimas empezaron a correr por mi rostro y baje la cabeza. - Soy un soldado...- me lleve las manos a la cara. 

Tania dio un paso hacia atrás, alejándose de él al oír la explicación. No podía creer lo que estaba oyendo. 

- ¿U- un soldado? - Dijo, y frunció el ceño. Dio un paso al frente y abofeteó con todas sus fuerzas a Nick*. - ¡Eres un asesino! ¡Un asesino! ¿Sabes cuánta gente ha muerto en las guerras? ¿Acaso ser un soldado es una forma de que me sienta orgullosa de ti? ¿Tú sabes las ganas que tengo yo de ver jodidos a esos ricachones? ¡LAS MISMAS QUE TÚ! Pero porque yo creo que soy decente, una persona decente, temerosa de Dios. Y Dios dijo una cosa bien clarita: No matarás. ¡No matarás! 

La energía con la que empezó la perorata parece irse perdiendo y convertirse en puro nerviosismo. Se tocó todo el cuerpo, como si no pudiera creerse que aquello estaba pasando.

- ¡Yo confiaba en ti! ¿Dónde está mi Nick? ¿Dónde está el Nick que yo quería? El bueno, el cariñoso, el que quería ser un abogado. ¡Un abogado, Nick! ¡Un defensor de la ley! ¡Por Dios, Nicholas! No te reconozco... Y lo peor... lo peor es que te quiero, ¡maldita sea! ¡Te quiero!

Al Tania rechazar los sentimientos de Nicholas, la relación pierde poco a poco su brillo, pasando a una triste ruptura. Mientras no estén enamorados, está escena está deshabilitada.

Por petición de Nicholas, le doy opción de hablar :)

Las palabras de Tania eran ciertas y ahora empezaba a preguntarme si el discurso para convencerla no era sino una forma de seguir autoengañandome. Me convencieron. Tenía miedo de la muerte, no consiguieron clavarme el cuchillo aquella noche y no quería delatar a mi mejor amigo. ¿Pero cuánto tardarían en volver a ir a por mi? Dean creía en la causa y yo...yo debía apoyarle, yo...

Recibo el bofetón sin siquiera moverme, sin ningún intento por esquivarlo. Pero apenas me dolió, estaba sufriendo un dolor más profundo que no podría soportar, la estaba perdiendo.

- No he matado a nadie, Tania... - 

No me levante del suelo. Las lagrimas seguían corriendo por mi rostro. La mire, con el rostro compungido.

- No he matado a nadie...- mis palabras eran totalmente sinceras. - Creía que era lo justo, que se lo merecían, pero esta noche... no pudimos... Fue algo más que ese don de Krista, yo... yo no podía hacerlo... Veía constantemente tu rostro y la decepción por mis malos actos, por llevar a cabo esta guerra por el camino equivocado... Tienes razón... no pude... y me alegro de que Dean tampoco. Yo...- pierdo fuerza por unos instantes. Mi cabeza se desploma para mirar escasos centímetros por delante de mis rodillas y mis lagrimas caen sobre el suelo. - no quiero perderte. No lo hice. Me confundieron... Temía que me mataran y casi lo hacen. Y Dean... Dean creía en ello... Pensé que debía ayudarle, me convencí de ello... de que era lo correcto... Puede que fuera el miedo a morir, de que volvieran a por mi y me arrebataran la cara. Pero ahora me has hecho ver la luz de nuevo. No quiero ninguna muerte sobre mi conciencia... Lo dejo... por ti, por nosotros, por formar una familia... Yo... te amo, Tania... te amo tanto... y... no soy un asesino Tania... no he matado a nadie....- 

La mujer se abrazó a sí msima, negando con la cabeza, y se dejó caer, destrozada.

- Lo siento, Nick. Lo siento... No quiero que te pase nada... pero... pero... no podía dejar que siguieras ayudando a esos asesinos. Y ahora, ¿qué hago? Oh, Dios... me duele el corazón, es como si supiera que contigo moriré yo de alguna manera. Lo siento... Lo siento... 

- Lo voy a dejar, Tania, por ti. Porque me has mostrado la verdad, quien soy, que no soy un asesino. Quiero defender a la gente no matarla. Pero... ahora... - Alce la mirada para mirarla y me acerque poco a poco, avanzando de rodillas. - Me enfrentaré al destino que eludí una vez, aunque por distintos ejecutores. No... no quiero que sufras por mi, yo me lo he buscado, me he dejado engañar, me he unido a los asesinos... - extiendo la mano hacia ella muy despacio, apenas sosteniendola en el aire, hasta tocar su brazo. - Te quiero, Tania, y no te culpo. Me gustaría que esto acabara de otra manera... que formáramos una familia... Pero creo que yo no viviré bastante y no quiero que caigas conmigo. Quiero que continúes tu camino, que encuentres a un hombre que valga la pena y que disfrutes la vida. Y que no olvides que siempre te querré. -